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16

Mi Nam:

Abrí mis ojos lentamente, me sentía muy débil... tenía la garganta reseca. El techo fué lo primero que captaron mis ojos.

Intenté moverme pero una mano me lo impedía. Al bajar mi mirada, para ver de quién se trataba... me percaté de que era mi amado... Jungkook. Estaba dormido, apoyando su cabeza en mis piernas y su mano estaba en mi vientre.

Sonreí al verle así, no pude evitar llevar mi mano a su cabello.

Empecé a acariciar su cabello lacio, tan sedoso que no quería dejar de acariciarlo. Sus labios estaban abultados en un puchero tierno. Mi corazón no podía con tanta ternura.

Empezó a abrir sus ojos lentamente, encontrándose con mi mirada.

-¿Mi Nam?- murmuró con la voz ronca-Has despertado  - se sentó correctamente - Al fin- tomó mis manos para llevarlas a sus labios y dar varios besos en mis nudillos. Sonreí con ternura- ¿Dime como te sientes? - se veía tan alegre...

- Algo débil...- respondí con sinceridad- ¿Que fué lo que me pasó? - pregunté  -

El dejó salir el aire para desviar la mirada por unos cortos segundos.

- Te... envenenaron - mi respiración se aceleró al instante.

Rápido llevé mi mano a mi vientre, soltandome del agarre de Jungkook.

-¿Mi bebé?  - dije preguntándole histérica y tocando mi vientre - ¿Que le pasó?- mi corazón comenzó a acelerarse- ¿Está bien? - mis ojos se cristalizaron al instante, llevé mis manos a las suyas para sostenerlas.

- Tranquila...- intentó calmarme cuando la primera lágrima cayó de mis ojos-...todo está bien gracias a Dios - suspiré para sentir como llevaba sus manos a mi rostro, quitando cualquier rastro de lágrimas- El veneno no alcanzó a nuestro bebé, gracias a que vomitaste...

Dejé salir un suspiro.

- ¿No me está mintiendo?- le pregunté y el negó con una sonrisa- Ufff, creí que algo había pasado. - dije suspirando -

- Y yo pensé que te perdería  - al decir eso no pude evitar mirar sus ojos, se veían tristes y cansados-  Pensé que me dejarías solo...

Sonreí con tristeza.

- Nunca diga eso, Jungkook - tomé sus manos para envolverlas en las mías-...yo nunca le dejaré  - le dije -

●●●

JUNGKOOK...

Ella se acercó a mí, dejó un beso en la mejilla. Sentí la calidez de sus labios en mi piel.

-Tan linda - ella sonríe-

- Su majestad- le sonreí con los ojos.

-¿mmm?

- Por favor... nunca deje de amarme  - me pidió con un puchero en sus labios-

-Nunca podré dejar a la dueña de mis alegrías, de mis tristezas y de mi amor- le respondí.

-¿Si usted un día dejará de amarme Jungkook?- me preguntó- Le juro que muero. Porque ya no tendría sentido estar aquí en este enorme lugar dónde no existe el amor - la escuché atentamente -Somos, los únicos aquí sobreviviendo a este amor el cuál nadie acepta.

Tenía razón en lo último.

-Me han intentado separar de usted muchas veces alteza - confesó con una mirada lastimera- Pero nadie lo ha logrado, ni siquiera la muerte...-  me acerqué a ella y acaricie su mejilla-

- Nadie podrá arrebatarte de mi lado...- le dije.

La puerta fué tocada, di el permiso para que la abrieran y la persona que estaba detrás de ella, se hiciera presente.

-Su majestad- hizo una reverencia- Perdón si interrumpo - negué para levantarme de la cama, me acerqué a el -

-¿Ya sabes quién fué?- el asiente-

-Fue... - se acercó más a mí para susurrar- ...La Sultana Jennie - al decir eso, solo confirmé mis sospechas.

Yo sabía que era ella, todos lo sabíamos más ninguno dijo algo...

Y mi madre era una de ellas. Aún podía recordar nuestra conversación...

...

-Sabes tan bien como yo que fue Jennie - le dije a mi madre-

-Por eso mismo dejarás pasar esto por acto

- ¿Estás escuchando lo que dices?- le pregunté con incredulidad- Intentó matar a la madre de mi hijo.

-Ella es la madre del heredero al trono...

- Y Mi Nam es la madre de mi hijo, para mí mis hijos son iguales. No hay preferencias. Ambos son herederos.- le corregí- Nadie tiene el derecho de hacerle daño a mi Harén.  He soportado demasiado. Quiero que la expulse.

-Jungkook, sabes que no es apropiado.- intentó persuadirme- ¿Que hay de Suho? Aún es un niño, necesita a su madre...- dejé salir el aire retenido- No lo apartes de ella...

- Entonces, no la quiero cerca de mí. No puedo estar con una mujer que ha intentado matarme a mí y a mi mujer junto a mi hijo, ¿entendiste?- sentencie y la dejé  sola -

...

- Nadie se enterará de esto, ni siquiera Mi Nam - advertí.

- Como diga su majestad, ahora me retiro si no necesita nada más  - yo asentí ante lo dicho por Jackson-

- Retirate...- El me hizo una reverencia para retirarse.

No era que  quisiera tapar a Jennie. Pero debía pensar en mi hijo. Sería cruel apartarlo de su madre. Y ya conocía a Mi Nam lo suficiente como para saber que no dejaría pasar tal agresión. No quería que se enterara, aunque hablaba de Mi Nam, conociéndola ya tenía en mente quién era la culpable, mi chica era muy astuta.

De todos modos, mi castigo sería más severo. No la tocaría, no la besaría, no volvería a posar jamás mis ojos en ella. Y aunque pareciera ridículo, era lo que más daño le hacía.

-¿Y que pasó?- indagó cuando caminé hacia ella- ¿Ya saben quién fué?- negué, ella suspiró para poner una expresión de; "en serio"

-Si y no - respondí- La chica apareció muerta anoche. En el cuarto de ropa... - le confesé pasara sentarme en el borde de la cama.

Y era cierto, la esclava que utilizaron, la encontraron sin vida en el cuarto de ropa, al parecer la habían asfixiado.

- Que astuta es - murmuró con coraje. Les dije que mi chica era muy astuta- Era obvio que lo haría y misteriosamente nadie sabría...

Yo suspiré...

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Los días habían pasado, todo había en la normalidad. O al menos eso parecía. La mayoría olvidó incidente, sin embargo, Mi Nam nunca pudo...

Todos los días pensaba que hacer. Más no encontraba una solución. Quería enfrentarla más ni siquiera podía salir de los aposentos, que de hecho, eran los del Sultán. Llevaba una semana sin salir, casi no podía ni caminar. Sus pies estaban muy hinchados.

Sin embargo, debido a que estaba próxima a dar a luz en tan solo días, la Doctora le recomendó caminar para facilitarle el parto. Así que siguió sus consejos, decidió caminar un poco por el Harén, mientras pensaba en lo sucedido días atrás.

Pero como la vida la quería, caminando al piso de las preferidas, se encontró con una de sus mayores enemigas... Aunque se podría decir que por el momento, era la más peligrosa.

Ambas al verse intercambiaron miradas para nada agradables. Deseaban verse la una a la otra, tres metros bajo tierra. La tensión se hizo presente. Mi Nam se acordó del incidente mientras que la otra se acordaba de que esa pelirroja fué la culpable de que el Sultán no la mirara más...

Ambas se acercaron hasta quedar frente a frente.

- Jennie... - su nombre salió de sus labios con desdén, ni siquiera le hizo una reverencia-

-Mi Nam - le dijo de la misma forma - Veo que estás bien...- vaciló sus palabras mirando su vientre por pequeños segundos...

La concubina asintió dejándo salir una sonrisa llena de ironía.

-Sí - le respondió - Sin embargo...- abultó sus labios por pequeños segundos, con una mirada de lástima-... no puedo decir lo mismo de ti, Jennie - le dijo sarcásticamente, la castaña ladeó la cabeza con una sonrisa- No pudiste matarme, ¿que pasó? - la castaña palidecio, borrando esa sonrisa, mientras que la otra sonreía con ironía- ¿No echaste el veneno suficiente? - cuestionó con diversión.

- Debías de haber muerto - le dijo soltando veneno en sus palabras- Para que dejaras de sonreír...

- ¿Y que lograrías matandome? - le dijo acercándose peligrosamente a la castaña -

Pues a ella no le importaba ser insolente, sabía que muy pronto sería Sultana...

- Quitarte del medio, eso lograría  - respondió.

La pelirroja dejó salir una risita llena de cinismo.

- Jennie...- la miró a los ojos- ...aunque tú intentaras matarme para quitarme del camino, nunca lo lograrás  -  Jennie ladeó la cabeza- ¿Y sabes porqué? - ella la miró tensando su mandíbula- Porque para eso, necesitas primero arrancarle el corazón a Jungkook.- La castaña frunció el ceño- Solamente entonces... podrás matarme...

-¿Que estupideces dices? - soltó con enojo, era obvio - Tú no eres nadie para el Sultán...- su expresión facial dejaba en evidencia su enojo.

- ¿A no? - cuestionó alzando una ceja, la pelirroja- ¿Y quién lo es? ¿Tú? - La señaló con el dedo acusador para comenzar a reír- Tú... - se acercó más a ella, retandola y dejando en evidencia que no le tenía miedo- Ya estás muerta para Jungkook, no existes...- salió de sus labios para mirarla por última vez, viendo como moría del coraje.

Mi Nam desvió la mirada para mirar por encima de su hombro y pasar por su lado, chocando con el hombro de la castaña de manera violenta.

    Desde ese día, ambas se declararon la guerra y gustosamente... lucharian...

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