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15

Jungkook:

Verla así, inconsciente, tan pálida. Me volvía débil, nunca la había visto así. Nunca pensé sentir un miedo tan grande, semejante al de perder a alguien que amas, por una mujer que no fuera parte de mí familia.

Mi Nam me volvía débil, vulnerable. Tenerla en mis brazos, inconciente y sin color alguno prácticamente... me desesperaba.

La cargué y la acosté en la cama, tratando de no hacerle ningún daño.

- Mi Nam reacciona...- dije mirándola con tristeza, llevé mis manos a su rostro sintiendo que me temblaba. El corazón se que me quería salir del pecho y mi amada no daba señales de que quería despertar-¡¡¿DONDE CARAJOS ESTA LA DOCTORA?!!- grité muy exasperado, sintiendo mis ojos cristalizarse.

No sabía que sucedía, ella estaba en perfectas condiciones.

Los minutos pasaron, Mi Nam comenzaba a arder en fiebre. El miedo me estaba ganando.

Las puertas se abrieron inmediatamente, dejando ver a una Doctora agitada.

-¿Que le ha pasado su majestad? - preguntó después de hacer una reverencia.

Me levanté de la cama para dejar que la Doctora la revisara. No quería perder el tiempo.

- Ella, estaba comiendo unos dulces y de repente empezó a sentir dolor hasta que se desmayó - le expliqué, ella se acercó. Empieza a revisar su pulso, sus ojos, sacó un espejo y abrió su boca -

Fruncí el ceño.

Eso nada más es para las posibles personas envenenadas.

Ella miraba su garganta a través del espejo, la inspeccionaba con mucha curiosidad, como si hubiera hayado algo.

-Rápido - guarda el espejo- Traiganme una palangana o un recipiente - ordenó, yo no entendí.

Los guardias trajeron una a los tantos minutos y la acercaron a ella.

-¿Que es lo que le pasa? ¿Qué sucede?- pregunté serio, con una voz demandante  pero la mirada abrumada-

- Su majestad - me miró-La señorita ha sido envenenada - me quedé con la mirada perdida. Totalmente perplejo.

¿Envenenada?... ¿Había escuchado bien?

¿Quién se iba a atrever a envenenar a mi mujer y a mi hijo?

-¿Estás segura de lo que dices? - le pregunté con dudas y ella asintió -

- Haré que vomite para que el bebé no pueda ingerir el veneno- ladee la cabeza- No es un veneno fuerte, pero parece haber consumido una fuerte cantidad- llevé mi mano a mi barbilla para acariciar esa zona con mucha frustración en mi mirada- Si vomita existe la posibilidad de salvar al bebé, en el caso de no haberlo ingerido- me estaba volviendo loco- Es lo único que puedo hacer, su majestad.

Negué, Negué frenéticamente.

- No, usted hará magia si es necesario- le advertí- Pero Mi Nam y el bebé, deben vivir. No sé qué hará, pero los quiero vivos.- no podía manejar este m

Ella tragó fuertemente.

- Haré todo lo que esté a mi alcance- contestó

Asentí mientras temblaba, pero todo el tiempo estuve serio. No podía flaquear. Ella le puso algo en la parte baja de la nariz de Mi Nam e hizo que lo oliera. Varios segundos pasaron, la pelirroja reflejaba que no le gustaba lo que olía, a través de sus cejas, hasta hacer una mueca de asco para de repente despertar y vomitar.

La Doctora tomó su cabeza y la ayudó a ponerse de lado para desechar todo en el recipiente redondo.

- Eso es, vomita todo - le dijo. Hice una mueca al ver el vómito, pero no una de asco -

- Haga todo lo posible para que ella y el bebé esté bien - ella asintió.

Salí de la habitación para buscar al encargado de que salga y entre todo a mis aposentos.

Iba todo furioso a buscar a Jackson, pero  lo vi ahí entrando a sus aposentos.

- Jackson- el al verme desvió su andar. Me hizo una reverencia.

-Su maje...-

-¡¡¿DÓNDE DEMONIOS ESTABAS ?!! - el me miró asustado, no había podido controlarme. Exploté- ¡HAN ENVENENADO A MI NAM Y AHORA ESTÁ AHÍ LUCHANDO POR SU VIDA!- señalé el suelo con mi dedo índice.

Su rostro se desfiguro por completo.

-¿P- Pero como sucedió eso? - preguntó

-Eso quiero saber yo - le dije enojado, la vena del cuello era muy notoria - Encuentra a los culpables, la persona que se atrevió a hacer eso- le señalé con el dedo índice-¡¡¡LO PAGARÁ CON SU VIDA, SIN IMPORTAR QUIÉN SEA!!! - sentencie con rabia para  pasar por su lado golpeando su hombro.

●●●

Narradora...

Eran media noche, el castillo estaba revuelto y todos estaban en movimiento. El Sultán estaba furioso por lo sucedido, la noticia estaba regada en todo el palacio.

Todos sabían de lo sucedido con la concubina, incluso la causante de dicha desgracia.

-¿Y como está, Mina? - le preguntó muy ansiosa -

- Está muy grave, Sultana -respondió con una sonrisa- Los doctores dicen que sería un milagro si pasa de hoy... - la castaña se levantó de su sofá con una mirada seria.

- Ya debería de estar muerta - murmuró con enojo- ¿Acaso no lo roceaste todo? - indagó algo enojada - Se suponía que iba a morir de inmediato, tanto ella como ese mugroso engendro. - esa oscuridad que se podía apreciar a través de su mirada, dejaba en evidencia que no tenía compasión ni por un pequeño bebé.

No le importaba nada. Solo quería quitar de su camino a todo lo que le impedía seguir con el Sultán o sería un gran riesgo para su Sultanato o el futuro reinado de su hijo.

- Solo esperemos Sultana -la castaña asintió muy nerviosa-

- ¿Y la esclava que llevó la comida?- cuestionó- Pagale de inmediato.- la peli negra asintió- No quiero que hable, es más...- cambió de opinión al darse cuenta que podría chantajearla en el futuro- ...sácala del palacio y que haga su vida. - sentenció- No quiero sorpresas futuras..

Su esclava tan solo asintió y se reverencio ante ella, para salir de inmediato en busca de esa mujer.

Tenía en mente acatar las órdenes de su Señora, más sus planes cambiaron al ver a esa mujer tan nerviosa con el miedo en su mirada.

-Han envenenado a la srta Mi Nam...- todas susurraba entre ellas.

Mientras que esa mujer de mirada inocente pero llena de miedo, sentía su corazón latir con fuerza.

-Oh, pobrecita, ¿como pueden hacer eso estando ella embarazada?

-Quién lo haya hecho se merece la muerte...- sentenció una de las criadas.

- No tiene corazón, la Señorita Mi Nam está embarazada...

Esas palabras hicieron que la pobre esclava temblara de miedo, de culpa. No podía escuchar más a esas mujeres, sentía que el mundo se le derrumbaria.

Dio la vuelta para salir del lugar, comenzó a caminar hacia un lugar dónde nadie podría escucharla llorar o maldecirse a sí misma por hacer algo tan cruel. Terminó en el cuarto de ropas, un lugar dónde nadie entraría al no ser que necesitara ropa, sábanas o una almohada.

Pensó que estaba sola, pero se llevó una sorpresa al ver a Mina entrar y cerrar la puerta a su paso.

-Ten - le entregó una bolsa pequeña con oro -

Esa pobre mujer ni siquiera la tomó. Solo la miró con sus ojos cristalizados.

- ¿Por qué no me dijistes que era veneno? - preguntó llorando - Se suponía que era un medicamento que la haría dormir... Agh... ¡me engañaste!

- Ya deja de llorar. Lo hecho, hecho está - dijo sin remordimientos. - Toma el oro.

- No puedo aceptar este oro- le dijo-

-¿Que dices mujer? - le preguntó alzando una ceja.

- Voy a contarle todo a su majestad - confesó llorando - No qui-ero quezdarme Agh... con esta carga...

Con tan solo decir eso la dama Mina palidecio.

- No te atrevas a abrir la boca, o de lo contrario tendré que arrancarte la lengua - le señaló con su dedo índice dejando en evidencia que no lo dejaría pasar por apto-

- Pero no puedo ocultar algo así...- negó varias veces con sus lágrimas acariciando sus mejillas.

Sus manos hasta le temblaban. Tenía mucho miedo.

Mina cambió su semblante a una mirada sombría.

-Sí que lo harás - y sin previo aviso, la estaba tomando por el cuello afixiandola.

La esclava puso sus manos arriba de las de la mujer, intentando que la soltara pero era en vano, ni siquiera podía gritar.

-No vas a hablar - le dijo algo agitada, en medio de un susurro- Yo me encargaré de eso - la tiró al suelo con furia. Esta perdió el equilibrio hasta caer y golpearse en la espalda.

La agresora se agachó hasta ponerse a horcajadas encima de la mujer agredida.
Tomó una almohada que se encontraba a su lado, estar en el cuarto de ropa al final fué la perdición de esa pobre mujer...

- Suel-tame... Mgh... - pidió con la respiración agitada-

Pero Mina le puso la almohada en su rostro impidiendo que esta respirara, la chica comenzó a luchar por su vida, pataleaba y hacia todo lo posible, pero era en vano...

La chica sentía como poco a poco el aire le faltaba cada vez más y no podía respirar, sentía que en cualquier momento los pulmones le estallarian...

Movía sus manos de manera desesperada por encima de la almohada.

Sin embargo, fué en vano. A los pocos minutos, murió bajo la fuerza ejercida por esa mujer...

Rápidamente se levantó, tomó todo lo que la evidenciara y salió de esa habitación como si nada hubiera sucedido. Pero antes, se aseguró de que nadie la hubiera visto...para no levantar sospechas.

●●●

Jungkook:

-Tiene que hacer de todo lo posible...- pedí por milésima vez, jugando con mis dedos.

-Eso haremos su majestad...- respondió la Doctora-...pero la condición de la chica es muy grave. Puede que no amanezca y que incluso pierda al bebé en este transcurso...

Solo dejé salir el aire para llevar mis manos a mis cabellos. Me estaba volviendo loco, cada hora se me hacía una eternidad. Mi Nam no despertaba...

-Su majestad- dijo Jackson entrando a los aposentos- El postre fue envenenado...- me le quedé mirando con furia, con ganas de salir de ahí e ir en busca de la única persona que sería capaz de hacerle algo así a Mi Nam... pero sólo era una sospecha.

- ¿Quién tiene la osadía de querer matar al Sultán? - cuestioné esperando una respuesta.

- Seguiré investigando - respondió. Solo cerré mis ojos por unos segundos, para no colmar más mi paciencia.

- No regreses aquí hasta saber quién fué - el asintió ante mí orden, para marcharse.

●●●

Madre Sultana:

Me senté en el sofá, mientras las criadas me quitaban los pendientes, mis joyas. El día había sido agotador y finalmente había culminado, o eso Pensé.

- Sultana...- escuché la voz de Choi, la miré con tranquilidad mientras ella entraba.

- Por favor Choi, no me des malas noticias - le pedí -

- Lo siento Sultana, pero debo hacerlo - suspiré y asentí - La srta Mi Nam... fue envenenada- al escuchar eso me sorprendí demasiado, ¿era cierto lo que escuchaba?

Llevé mi mano al frente para que las esclavas se detuvieran y así lo hicieron.

-¿Como que envenenada?- pregunté sin entender.

- Sí- confirmó- Y existe la posibilidad de que fallezca ella y el bebé.

Sentí mi corazón apretarse.

Mi nieto.

- Oh no puede ser...- dije con el corazón en la mano-...vamos anda - ambas salimos para la habitación de mi hijo -

En el camino Choi me contó todo lo sucedido. No podía creer nada de lo que me decía.

¿Cómo era posible que alguien intentara hacerle daño a mi hijo?

Estaba muy enojada pero también preocupada.

Entre mis pensamientos y preocupación, llegamos a los aposentos. Los Doctores salían y entraban con una mirada llena de frustración, miedo. El sudor corría por sus frentes.

- Jungkook...- El me miró- Hijo, acabo de enterarme... - dije al entrar, encontrándome también con Yuna.

-Madre - me dijo serio mientras apretaba la mandíbula- Intentaron envenenarme...- sabía que detrás de esa rudeza en su mirada, estaba un niño pequeño deseando llorar de la frustración, del miedo.

- ¿Quién se atrevió a hacer algo así? - le pregunté deteniéndome al lado de ambos.

-No lo sé, Jackson ya está investigando - contestó- ¿Como es posible que el veneno llegó a mi palacio y a mis aposentos? - su voz era dura, fría y distante-

- Que bueno que fué ella y no tú...- confesé con sinceridad-...alégrate - al decir eso el me miró furioso-

-¿Cómo puedes decir eso? - cuestionó con rabia- Intentaron matarla, ¡quieren matar a mi hijo que está dentro de ella! - alzó la voz.

- Hijo, ella solo es una Concubina- le recordé- Tienes cientos de Concubinas fértiles en el Harén. - El dejó salir una risita nasal llena de coraje- Además, seguro tomó leche en mal estado, solo eso.- intenté calmarlo.

- ¡¡Madre!!- me gritó de la impotencia- Sabes que eso no es cierto. Jackson me confirmó que había veneno en los dulces, incluso la Doctora lo dijo- estaba apunto de explotar- Además ¿como puedes hablar así?- ¿dije a punto? Ya había explotado, la vena de su cuello era notoria- ¡Dentro de ella esta el descendiente de la realeza!- alzó la voz con furia- ¡Mi hijo crece dentro de ella! ¡Y recuerda que la mujer que amo, es esa mujer!

Asentí.

Sabía perfectamente de quién era esto. Sabía que ella lo hizo... 

¿Quién más si no? Habría que ser un tonto para no darse cuenta que ella tuvo la culpa.

- Esto es inaceptable...- expresó con lastima Yuna- .. pobre. -

-Mamá... - todos miramos a la mujer moribunda postrada en una cama, delirando- Papá - Jungkook se acercó a ella-Llevenme... con... ustedes... - casi no podía ni hablar.

-No te irás a ninguna parte Mi Nam...- sentenció-...a partir de ahora eres; La Sultana Mi Nam, ¡¡LUCHA MI SULTANA, LUCHA!!

Todos los presentes nos miramos al escuchar lo que mi hijo había dicho. Estaba perdiendo la cabeza,  estaba fuera de control...

●●●

Jackson...

-¿Quién demonios llevó la comida a la habitación privada?- dije perdiendo la paciencia.

-Una de las esclavas - respondió el Cocinero-

- ¿Quién es? - pregunté acercandome a él- ¡¡RESPÓNDEME!!- le di un fuerte manotazo en el pecho, provocando que el se asustara.

-N-No lo sé... - estaba temblando-Solo la vi hablar con Mina... - confesó asustado -

Yo asentí con rabia, hasta cinismo.

Estaba muy enojado. ¿Cómo no se me ocurrió antes?

¿Quién más iba a ser si no fueran ellas?

- Mina - susurré en voz baja - Estúpida- no podía más, tenía que desquitarme esta ira.

Di la vuelta, saliendo de la Cocina para dirigirme a los aposentos de la culpable.

Era ella, era obvio.

Estaba decidido a enfrentarla, a regañarla por estúpida. Pero cambié de planes tan pronto vi a la Señorita Lia.

Yo la tomé rápidamente por el cuello, incrustandola contra la pared, golpeando su cabeza con esta.

- Agh...- se quejó del dolor- Señor - el miedo era presente en sus ojos.

- ¿FUISTE TÚ, ACASO? - le pregunté con rabia, mirando sus ojos rasgados de mirada atrayente- ¿Tu lo hicistes?

-Ah, no - respondió quejándose del dolor.

Cerré mis ojos con fuerza por varios segundos.

- ¡¿NO TE DIJE QUE TE ENCARGARAS DE LA MI NAM?! - ella asintió con miedo- ¡¿DÓNDE DEMONIOS ESTABAS?!

Necesitaba quitarme este enojo con alguien y desafortunadamente, ella se cruzó en mi camino.

Comencé a estrellarla contra la pared, con todas mis fuerzas. Sin importarme tan siquiera, el dolor o las heridas que podía causarle.

Ella lloraba, suplicaba. Pero algo en mí cambio cuando vi esos ojos negros, llorando.

Fué como un impulso, ni siquiera sé que me pasó. Estampé mis labios en los suyos, para besarla. Ella dejó de quejarse, para quedarse perpleja.

Y sus labios... sus labios eran suaves...

Su textura... su...

Ah, eso estaba mal.

Me separé de ella para mirarla, estaba perpleja. Anonadada. Pero yo estaba confundido. Por lo que di la vuelta, tratando de evitarla.

Tan solo fue un impulso...

CONTINUARÁ....

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