13
Los meses habían transcurrido. Las horas, pasaron junto con los días.
El palacio estaba hecho un caos. Todos caminaban de manera desesperada pero al mismo tiempo emocionada. Habían pasado ocho meses y al fin el Sultán, regresaba a su palacio.
El vientre de esa pelirroja, dejaba en evidencia el pasar del tiempo. Un bebé, un pequeño niño o niña que se convertiría el fruto de su gran amor. Oh, su amado. No veía la hora de poder abrazarle. Ella estaba muy impaciente.
Deseaba con todas sus fuerzas volver a verlo. Y finalmente, después de meses de espera y sentimientos encontrados, producidos por la nueva etapa en su vida... finalmente volvería a verlo.
Durante esos meses en los que experimemtaba cambios en su cuerpo, le envió una carta al Sultán. Su amor por el era tan grande, que ni siquiera podía esperar por su regreso.
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Jungkook
Poco, faltaba poco. El corazón me latía con fuerza de solo pensar que finalmente volvería a verla.
Mi hijo, mi pequeño y amado Suho. Mi primogénito, el fruto de mi primera relación. Ah, no veía la hora de ver su carita, su tierna e inocente mirada. Extrañaba demasiado a mí hijo.
Hablando de hijos. Sentía que volvía a tener diecinueve años, como cuando me enteré del embarazo de Jennie. Pero la diferencia de ahora, era que la mujer que amaba con él alma, esperaba el fruto de nuestro amor.
Otro hijo, sería padre nuevamente.
No saben la alegría que me dio al enterarme que Mi Nam estaba embarazada, esa fué una de las mejores noticias que me podían haber dado. En medio de guerras, sangre, pérdidas... esa noticia se convirtió en mi luz.
De sólo recordar esa carta, con cada palabra y noticia escrita con tinta negra, no podía evitar sonreír.
...
Estaba sentado en mi escritorio pensando en como sería la próxima emboscada, pero fui interrumpido por Jackson. Alcé la mirada para dejar de perderme entre tantas ideas.
-Su majestad, una carta de la capital ha llegado - dijo entregandomela, por lo que la tomo- Es de la señorita Mi Nam - confesó serio, más no pude evitar sonreír-
- Gracias Jackson. Ahora déjame solo - dije y el hizo una reverencia para luego dejarme en mi soledad -
Empecé a abrir la carta para poder leerla y me sentí en el paraíso al ver lo escrito... con tan sólo una escritura me ponía a volar.
"Oh amado mío, al fin puedo escribir esta carta, no sabes cuánto te extraño mi Sultán, Mi Señor. Estos meses han sido eternos para mí, necesito tanto su presencia, deseo poder acariciarle, sentir su aroma. Me siento incompleta sin usted, su majestad.
Aquí en el palacio todo está bien, la Sultana Yuna cuida de mí , y más ahora desde la hermosa noticia que llegó a mí.
Su alteza, Allah nos ha bendecido con esta hermosa criatura que yace dentro de mi ser, me han confirmado que estoy embarazada, amor mío. No sabes lo contenta que estoy, ya me ha crecido mucho el vientre sabe . La doctora me ha dicho que tengo seis meses de gestación, no sabe lo emocionada que estoy, alteza.
Tendré el primer fruto de nuestro amor, nuestro primer príncipe.
Cada mañana le hablo de usted para que siempre sepa que su papá le quiere mucho, no se preocupe.
Oh amado mío, mi hombre, he necesitado tanto de ti, que ya mi alma y mi mente delira con tu presencia. Por favor cariño, regresa pronto a los brazos de esta pobre concubina enamorada, porque ya no puedo aguantar esta separación. Por favor, mi amante ardiente, regresa a mi. Le juro que mis lágrimas han llenado un Río que se había secado, por causa de su ausencia.
Amor mío, necesito escuchar tanto tu voz, sentir tu presencia, tú aroma. Oh querido, he estado con mis ojos vendados, para no sentir tú ausencia.
Por favor, no dejes nunca que separen a estos dos enamorados, te lo suplico.
Atte: Mi Nam, su fiel Concubina.
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Ya había pasado dos largos meses desde esa carta, su vientre debía de estar enorme, de solo imaginarme lo tierna que se veía embarazada, se derretia mi alma.
Entre tantos pensamientos, había llegado finalmente a mi palacio. Incluso las piedras, el jardín; me parecía hermoso.
El aire de Corea era único. El aroma, el clima acogedor a mi parecer, al que estaba acostumbrado.
Bajé de mi caballo, caminé por el pasillo que me llevaba directo a las puertas de mi palacio. Entré para empezar a caminar directo a los aposentos de madre, dónde se encontraba mi familia para verme.
Extrañaba a mi madre, sus consejos, sus besos para comenzar el día. La hermosa sonrisa que le pertenecía a la mujer que me había llevado en su vientre por nueve meses.
Al entrar por la puerta todos sonrieron. Las reverencias no se hicieron esperar. Todos bajaron la mirada, mientras mi madre me miraba con una sonrisa extendiendo su mano hacia el frente. Me acerqué a ellos y tomé la mano de mi madre, para dejar un beso en ella.
-Hijo mío - salió de sus labios en el momento que alcé la mirada- Tanto tiempo sin verte. Mi corazón se abrumaba de solo pensar que algo podía sucederte, mi León. - llevó su mano derecha a mi mejilla, para acariciarla- Pero gracias a Allah, volviste a mí sano y salvo- yo le sonreí- Me alegra que estes de regreso, Jungkook.
- Tus oraciones fueron escuchadas, mi hermosa madre.- le dije con una sonrisa en mi rostro.
Luego pasé a dónde estaba Jennie, ella me sonrió con emoción. Extendió sus manos para tomar la mía, esperando que le dejara besar mi mano. Sin embargo, me incliné un poco para tomar en mis brazos a mi pequeño de cinco años que me miraba con sus ojitos
- Agh...- dejé salir cuando lo eleve en mis brazos, para volver a mi posición de antes- Mi León - dije dándole un beso- Como te he extrañado, cariño mío. - no pude evitar dejar varios besos en su hermoso rostro
- Yo igual, padre - dijo tiernamente-
Me moría de ternura al ver como comenzaba a jugar con sus manitos, estaba nervioso
Las puertas se abrieron, llamando mi atención.
-O su alteza - dijo Yuna, haciendo una reverencia - Perdón la tardanza - sonreí para negar.
- Mi querida hermana -me acerqué a ella, extendí mi mano derecha para sostener a Suho con mi izquierda. Ella tomó mi mano y la besó, luego me acerqué para darle un beso en su frente.
Dejé salir el aire, para dejar a Suho en el suelo.
Miré a todos, busqué en cada rincón de la habitación. Esperaba encontrar esa cabellera roja, más no encontré nada.
- ¿Y dónde está Mi Nam?- al decir eso vi como mamá dejó de sonreír - Debería de estar aquí.
- No hijo. - habló mi madre, intentando corregirme- No debe de estar aquí, aún es una esclava, no puede estar junto a la familia Real.
Dejé salir el aire. No quería molestarme.
- Ella está bien, no te preocupes - me dijo con una sonrisa, sonreí al ver que mi hermana podía sentir mi preocupación- El bebé también..
Asentí más calmado.
- Gracias hermana -le sonreí - Ahora voy a mis aposentos, estoy cansado. - desvié mi mirada para ver al hombre que atendía mi Harén- Sehun, informale a Mi Nam que la quiero en mis aposentos ahora mismo- sentencie para salir de los aposentos.
No veía la hora de verte, amor mío...
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Amores míos, perdonen que haya tardado tanto en actualizar. Tuve mis contratiempos, cómo saben también tengo una vida, fuera de Wattpad.
Espero que les haya gustado el capítulo ❤️
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