12
Jennie :
Estaba impaciente por saber que fué lo que dijo la doctora, sin embargo, tenía que permanecer en mis aposentos. Eso me estaba matando.
- Madre - llamó mi pequeño hijo corriendo hacia mi -
Le miré para sonreír.
- Oh cariño mío - dije para besar su mejilla - ¿Como está mi príncipe?
- Muy bien mami- contestó con una sonrisa en su hermoso rostro.
- Que bueno, porque los profesores te esperan- le dije con diversión.
Inmediatamente su rostro cambió.
-Creo que y... me siento mal... - al decir eso, no pude evitar reír
- Anda ve a estudiar, luego pasó a por ti- le dije tocando su naricita con diversión- Mina - llamé a mi criada, que nos observaba- Lleva a Suho a su clase- ella asintió.
Esperaba que no estuviera embarazada...
●●●
Mi Nam
Tenía mis ojos hinchados de tanto llorar. No podía aceptar que me iba a casar. Me negaba a separarme de la única persona que había logrado despojarme de mi burbuja. Para crear una llena de amor.
- No q-quiero ca-sarme - dije rompiendo en llanto - Oh Allah ayúdame... Agh...- sentía que la vida se iba- MG...
Estaba completamente sumida en mi dolor, mi preocupación. Hasta que las puertas fueron abiertas, dejando ver a la Dama Lía junto a Choi.
Inmediatamente me levanté de la cama, negando con mi cabeza.
- No voy a ninguna parte - sentencie asustada -
- Calma Mi Nam - dijo acercándose de manera sigilosa-
El corazón me latía con fuerza. Desvié la mirada encontrándome con un jarrón azul celeste.
De aquí me sacaban, sí. Pero muerta.
De un movimiento lo tiré al suelo, este cayó haciendo un gran estruendo que asustó a las presentes. Me agaché para tomar un trozo del jarrón. Me volví a enderezar y las apunté con mi mano temblorosa.
- Si se acercan... me mato - dije llorando - Y les juro que no miento - concluí llevando el pedazo de jarrón a mi cuello. Podía sentir como pinchaba mi piel.
- Ya deja las ridiculeces...- esa mujer no se conmovía con nada.- Solo irás a que te revisen...
Eso no podía ocurrir.
Negué entre lágrimas que se deslizaban por mis mejillas hasta llegar al final de mi mentón.
- Nadie me llevará a revisarme- hablé casi gritando- ...le harán daño a mi bebé, ¡Ustedes quieren matar a mí bebé! - dije obviamente mintiendo, pues no sabía que decir -
-Oh Mi Nam- intentó calmarme la dama- t
Tranquila. No te haremos daño...- se paró frente a mí-...anda baja eso - yo confiaba en la Dama así que empecé a hacerle caso - Eso es. Ven conmigo... - no tenía alternativa.
Yo solté el pedazo de jarrón y me senté en la cama a llorar.
- ¿Por qué me odian tanto?- pregunté llorando mientras miraba a la Dama - S-Si yo no les he he-cho na-da- mi voz estaba quebrada- ¡¿CUÁL FUÉ MI ERROR?! ¡¿POR QUÉ ME ODIAN?!- grité para halarme los cabellos.
La dama se sentó en la cama, a mi lado.
- Siempre intentan atacarme.- confesé- Y buscan el momento exacto para deshacerse mí- me señalé con mis manos temblorosas- Y-Y yo so-lo quiero ser fe-liz... Agh... pero me quieren separar de mi amado- mis lágrimas no pensaban parar. La dama tomó mis manos para mirarme con tristeza- No me... Mgh...- me faltaba has el aire-... casar...
- Si estás embarazada... no lo harás - cerré mis ojos con fuerza- ¿Porque estás embargo, cierto?- me preguntó alzando una ceja.
Ese era el problema
No existía bebé, mucho menos un embarazo. Solo dije lo que mi mente decidió que dijera.
No estaba embarazada. Mi vientre estaba vacío.
- Anda acuéstate- habló la señorita Choi sacándome de mi trance- La partera ya llegó
Ya no tenía más remedio. Debía resignarme a partir de este palacio dejando atrás lo que más amaba. Mientras la partera llegaba la Dama limpiaba la herida que me había hecho con el jarrón sin darme cuenta.
Los minutos pasaron, la partera llegó finalmente. La vi meter sus manos en agua caliente y luego secarlas.
Me acosté ante su atenta mirada. Levanté la falda de mi vestido, quité mi ropa interior. La volví a mirar y ella esperaba pacientemente. Jamás pensé enseñar mi feminidad a alguien que no fuera mi amado.
Lentamente flexione mis piernas para abrirlas, dejando expuesta mi feminidad. La Dama colocó una sábana sobre mis rodillas, mientras la doctora se metía debajo de ella.
Gracias a Dios me había lavado antes de esto...
Lo próximo que sentí fueron sus manos de la forma más tosca, brusca y dolorosa que haya sentido. Estaba andando en mi intimidad, metiendo varios de sus instrumento, además de sus manos, para saber si estaba o no embarazada. Más yo sentía que me cortaba algo por dentro. Era doloroso, más bien, molesto. Metía su mano, como si yo fuera un pozo y nada me doliera.
- Mmhg- gemi del dolor, mientras una lágrima corría por mis mejillas -
Sin embargo, ese dolor no se compraba con el que sentía en el corazón. Mi alma ardía, lo tenía en llamas.
- Oh Allah... ¿Dónde está mi amado? - dije mirando el techo y aguantando el dolor - Oh Jungkook, sálvame de este tormento. - La vida se me estaba iendo- Te necesito amor mío , ¿donde estás?... ¡ AGH!~~ - el dolor era insoportable, que tosca era esa mujer. Las lágrimas corrían por mis mejillas y mi corazón estaba sumido en tristeza.
Al terminar la partera me dice que me levante, ella se lava las manos y entonces todas la miramos esperando, en lo que me colocaba la ropa interior.
- ¿Y? - cuestionó la señorita Choi- ¿Está embarazada o no? - preguntó curiosa
Yo agache la mirada, había inventado esa mentira y sabía lo que venía. Mi mundo entero estaba acabado. Ese lugar que estaba construyendo con Jungkook, nuestro pequeño nido de amor, había sido destruido.
No había opción, iba a decir la verdad. De todos modos, la doctora la diría.
- Yo...
- Felicidades... - alcé la mirada con el ceño fruncido, la doctora me sonrió- Está embarazada...- salió de sus labios con una sonrisa.
Una lágrima traicionera se escapó. Me quedé procesando todo. Sin poder creer nada.
No podía creer lo que había escuchado.
Ladee la cabeza, sin entender nada.
¿Acaso la Doctora estaba ayudándome?
-¿Que ha dicho? - le pregunté sin creer, no podía ser cierto-
-Está embarazada, señorita -
Negué con una media sonrisa.
No podía ser real.
- ¿No me está mintiendo?- le volví a preguntar sintiendo las miradas de las dos mujeres a mi lado.
La Doctora sonrió para negar con la cabeza.
- Está usted embarazada- respondió- Y según pude palpar, tiene alrededor de un mes y dos semanas de gestación. - dejé salir un jadeo del impacto de esa noticia- Nuevamente, felicitaciones.
Me puse seria, no tenía sentido nada.
Pero...
¿Si tuve la oportunidad de apreciar lo sensible que estuve desde hace un tiempo atrás?
No, no podía ser...
No. Si era posible.
Yo... Yo dormía cada noche con Jungkook.
Me entregaba en cuerpo y alma...
¿Acaso el primer fruto de nuestro amor crecía dentro de mí?
Mi hijo... Agh... mi hijo me había salvado la vida.
- Jajaja - me reí repentinamente, llamando la atención- Oh Allah, yo no mentí - dije mirando a la señorita Choi con entusiasmo - ¡No mentía! - estaba muy emocionada, impactada- ¡estoy embarazada!- llevé mis manos a mi vientre, para acariciar este con anhelo- Jajaja. ¡¡Estoy Embarazada!!- había perdido la cordura, tanto que me lancé a los brazos de la dama quién me sonrió e incluso me recibió gustosa.
Tenía una felicidad inmensa.
Gracias Allah.
Madre, padre; gracias.
¡¡¡ESTABA EMBARAZADA!!!
- Gracias Allah- dije alzando mis manos en forma de alabanza- Oh padre mío. Gracias por bendecirme, por darme este regalo- la lágrimas se desbordaron de mis ojos.
Estaba más que contenta. No veía la hora de contarle esa noticia a Jungkook.
●●●
Yuna
Estaba triste, extrañaba tanto a mi amado. Sentía que el tiempo no pasaba.
Vivir así no me gustaba nada, tener un amor imposible era muy triste. Era como tener y al mismo tiempo no tener nada.
El alma me dolía, me encantaría gritarle al mundo entero que estaba enamorada, sin embargo, mi hermano nunca aprobaría mi matrimonio con su mano derecha, el nunca nos iba a comprometer.
Era una princesa, La Sultana Jeon Yuna. Tenía prohibido posar mis ojos en alguien de un nivel tan bajo.
Y mi corazón se partía en dos al ver mi cruda realidad, extrañaba a Jackson, lo extrañaba tanto que no podía vivir en armonía sin él... amor mío, ¿como no vivir en esta agonía si me faltabas, en esta vida miserable?
-Sultana, no se ponga así - pidió Jennie, mirándome perderme en el abismo de mi dolor-
- ¿Qué tal si está herido?- mi preocupación era muy notoria...- Y si..- ella me interrumpió
- No siga, Sultana - me pidió- Jackson regresará sano y salvo, no se preocupe - Intenté creerle-
- Creo que iré a dormir - dije con cansancio, necesitaba descansar y llorar en mi soledad.
- Yo iré con la madre Sultana. - me hizo saber- No se preocupe... - ella se levantó y se marchó no sin antes hacerme una reverencia -
Solo esperaba verlo pronto... muy pronto...
●●●
Jennie
Los minutos pasaron, llegué a los aposentos de la Sultana después de abandonar los de la Sultana Yuna. Decidí sentarme junto a la Madre, esa incertidumbre me estaba matando. Necesitaba saber que dijo la partera.
- ¿Estás aquí para saber? - preguntó sonriendo, en el momento que me senté en el cojín. Comencé a jugar con los dedos de mis manos. Estaba nerviosa, ansiosa.
- Para nada madre, solo quería verle - dije mintiendo, ella asintió con diversión-
Los minutos los sentí eternos. Quería escuchar lo que tanto deseaba. Para tranquilizarme.
Las puertas fueron abiertas, inmediatamente me puse de pie al ver a la señorita Choi caminar hacia nosotros.
Me miró al ver lo ansiosa que estaba. Le cuestioné y pregunté hasta con la mirada. No podía más.
-Está...- me dio una mirada lasciva -... embarazada Sultana - solo eso, tan solo eso tuve que oír para sentir como todo se puso negro a mi alrededor, hasta caer inconsciente al suelo.
Ahora sí estaba perdida...
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