Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

10

 —Estamos investigando, mis colegas de la Universidad 19 y yo —comentaba Maestro mientras creaba un remolino de vino en su copa—. Se cree que el famoso Cristóbal Colon de los humanos. El individuo que descubrió América...

 —Ya —escuchaba atentamente Milla, entrelazando sus dedos delante del rostro.

 —Bueno, estamos investigando sobre él en antiguos documentos porque se cree que era travesti. Uno de los principales argumentos se basaba en su particular cabello y sus ojos saltones, pero se desconoce la verdad porque los humanos se sentían muy sensibles con el tema de la sexualidad o su identidad de género. Y, es más, creían que la homosexualidad no era natural.

 Hubo algunas risillas dispersas en la mesa. Nuca y Cartílago se lanzaron una mirada preocupada, ellos tenían suerte de no haber nacido humanos porque en ese mundo los hubieran discriminado, pero en este sistema lo discriminaban por su debilidad y su posición social, lo que me parecía un poco menos delirante, más justo.

 —¿Me pasas la carne? —preguntó Mar, del otro lado de la mesa—. Oye —Hizo un sonido gutural, como una especie de gruñido que demostraba lo fastidiosa que estaba—. Remo, te estoy hablando, tarado.

 —Aquí tienes tu carne —respondió su hermano, agarrándose partes privadas y agitándolas.

 —Eres repugnante —ella avinagró el rostro y reculó con la silla—. ¡Mamá Remo se está tocando otra vez!

 —¡Remo! —chilló Rudy desde la otra punta.

 —Deja que lo disfrute —intervino Tiara—, la única persona que lo toca es él mismo.

 Cet se mordió el labio para no reír.

 —¡Pásame la carne! —insistió Mar.

 —No, eso te enseñará a no pisar mis naipes otra vez —respondió Remo con la boca llena—, ni usarlas como abanicos ¡Son de colección, por amor a los dioses!

—A nadie le importan tus estúpidos trucos de magia, fracasado —respondió ella, soltando violentamente el teléfono celular sobre la mesa.

—Tampoco a nadie le importa que le textees pero ya ves que piso tu teléfono, solo pido respeto.

—¡Basta de una vez! —vociferó Rudy, apretó los labios en una fina línea, entornó los ojos y los fulminó con la mirada a ambos, luego llevó sus ojos hacia mí y me observó revolver sin interés la comida—. ¿Qué te sucede querido?

—Nada, estaba disfrutando de la discusión.

—Es lo del médico, mamá —delató Mirlo, ella estaba sentada a mi lado.

—¡Mirlo! —Le di un puntapié.

Ella soltó el tenedor enfada, abrió los ojos enervada y me encestó una patada debajo de la mesa. Agarré mi cabellera húmeda después de la ducha e hice ademán de querer arrancármela.

Mirlo soltó una sonrisa pícara y desafiante ¿acaso hoy todo el mundo me desafiaría? Estaba cansado de desviar la mirada.

El cabello azabache de Mirlo, derramado sobre sus hombros era tan sedoso que se veía como una línea negra contorneando su cara, se había puesto una de mis camisas, un pantalón holgado y botas. Estaba por patearla otra vez cuando me llamó otra voz:

—Creo que deberías visitar a Termo —opinó Milla.

Milla era un hombre con barba de tres días, ojeroso, cabello rubio enrulado, ojos marrones y complexión delgada y enfermiza. A veces usaba gafas, lo que era muy extraño en licántropos, más que inusual, también era visto como un símbolo patético. Todos allí se veían frágiles o tenían una estatura reducida, a excepción de Ceto. Su esposa Rudy era regordeta, con una cabellera negra como la de Mirlo y ojos igual de azules, las arrugas de su rostro eran de tanto reír. Pero en aquel momento había una sonrisa bondadosa en su semblante y no una carcajada en sus labios.

—Hydra...

—No quiero visitar a Termo, no cambiará nada —expliqué concentrándome en mi plato.

—Claro que sí —intervino Ceto dejando de hablar con Argolla y su prima.

Ceto apartó a Tiara e hizo que la espalda de ella chocara con el marco de la silla porque se interponía entre yo y él. Aunque ella tenía ojos pequeñitos y oprimidos como rendijas los usó para demostrar que estaba ofendida.

—Termo dijo que tenía un diagnóstico para ti —Me señaló detrás de la montaña de puré que estaba por engullir—. Deberías escucharlo. Investigamos sobre él con Yun, es el mejor médico del país y uno de los mejores tres del mundo. Es como la abeja reina del mundo de batas.

Tiara le mordió la mano a Ceto para que dejara de empujarla contra la silla. Nuca y Cartílago detuvieron su charla con los hermanos Pato y Panda, luego Arma y Pan me miraron de refilón y bajaron la voz hasta enmudecer. De un segundo a otro la mesa estaba en completo silencio.

—Muchos dijeron lo mismo —hablé— y sólo me dieron tontas excusas como...

—¿Tienes miedo, gallina? —me cuestionó Mirlo, arqueando una ceja con curiosidad.

—Claro que no...

Yunque empezó a imitar el sonido de una gallina. Las adolescentes Mar y Panda rieron, Pato y Remo se le unieron al coro. Mar y Remo se abrazaron para cacarear juntos, siempre que era para burlarse de otro, se querían. Runa golpeó la mesa como una bárbara y gritó que no era gracioso, su cacerola casi se le cayó de la cabeza y su abrigo de piel pareció erizarse bajo sus hombros rígidos.

Los adultos no tardaron en plantar orden. Remo, de veintidós años, aunque había participado en el coro, fingió estar extrañado de Pato y le dio un golpe en la nuca.

—¡Que no tengo miedo! —insistí—. ¡Yo fui toda mi vida a esas estúpidas salas y duele! ¡Pero no me da miedo el dolor!¡Lo que más duele es que siempre se equivocan, no saben por qué no puedo... porque soy diferente!

—Entonces ve —dijo Cuarzo, alejando el oído de la panza de su esposa, porque siempre que había ruido en la casa ellos creían que el bebé se movía—. Anda, Hydra, si no tienes miedo, hazlo como última vez —Me sugirió recargándose contra la silla, pero estaba sobre un taburete y casi cayó de espaldas.

Tibia lo atrapó antes de que pasara, rio y algunos más también, pero lamentablemente el resto continuaba con la atención puesta en mí.

—De otro modo te enterarás con el resto del mundo lo que ese tipo piensa de ti —aportó el abuelo Tuerca—. Esto me recuerda a la vez que mi abuelo fundó la manada...

—Investigué, el hombre está a siete horas de aquí —informó Maestro interrumpiendo la tediosa historia que nadie quería escuchar, todos suspiraron tranquilizados.

Se puso de pie y mientras hablaba se dirigió a la biblioteca que estaba cerca de los sillones, revolviendo entre libros y hojas y seleccionando una amarilla. Al agarrarla la sacudió como si fuera un tesoro.

—Sólo tienen que tomar la ruta tres y en menos de siete horas estarás allí, podrán regresar justo a tiempo para los resultados de la Ceremonia y la noche de celebración. Sólo se perderán los desfiles matutinos y las peleas.

—Son aburridísimos de todos modos, siempre los mismos globos y las mismas orquestas tocando —juzgó Cartílago poniendo los ojos en blanco y convirtiendo la servilleta desechable en un bollo—. Igual de sosos que ese jarrón horrible que decidieron colocar sobre la chimenea.

—Oye, es de arcilla y lo modelamos mi prima y yo —reclamó Tiara.

—¿Y qué? No deja de ser horrible ¿Acaso tenemos que vivir como salvajes?

—¡Es arte, animal!

—¡Ahora cualquier basura es arte!

—No, porque tú no eres arte.

—¿Me estás llamando basura?

—Si logras deducirlo...

—Shhhh —los chitó Pan.

Agarré la hoja amarilla y vi el mapa que Maestro había dibujado en ella, la impresora de seguro se había descompuesto otra vez. Su letra se apretaba en los márgenes para dar indicaciones, al final de la explicación había colocado su sello de cara sonriente con la palabra «Aprobado», era el que solía usar en los exámenes con sus alumnos. Él empujó la montura de sus anteojos y los subió a través del puente de su nariz.

—Es un viaje tranquilo —concluyó.

—No les presto mi camioneta para ir allá —avisó Pimienta y Milla le dio un codazo en las costillas—. ¡Que los jodan, que no la presto!

—Si vas ahora llegarás al amanecer —calculó Circo.

—¿A qué esperas? —preguntó Mar con los ojos chispeantes—. Digo, podría tuitearlo #ORGULLOSADEHYDRA. Sería la verdad y sería tan genial.

—Nah, esa aplicación tuvo que morirse con los humanos —se quejó Arma, solo hablaba para quejarse de algo y sabía que no volvería a escucharla a no ser que tuviera alguna otra crítica. 

—Lo que la superficial de mi hermana, que por cierto no tiene aprecio por el arte de la magia y del punga, quiso decir, es que te apoyamos —me explicó Remo.

—Y también que si no vas te arrastraremos hasta allí —agregó Mirlo bebiendo un poco de vino.

Me observó por encima de su vasoy alzó las cejas juguetonamente como diciendo «¿Qué harás al respecto,muchachote?» Me mordí el lado interno de la mejilla y asentí, lo haría porellos no por mí. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro