Un muchacho con un pequeño obsequio en una mano y en la otra un ramo de rosas, se dirigía a la casa de su novio. Pedri todo nervioso se encontraba ya en la puerta de la casa de Gavi.

—Vamos, es Gavi, es tu novio y harás que su primera cita sea grandiosa...—Se decía asi mismo para luego tocar el timbre.

—Todo saldr...

—¡Papá!—Esa es la voz de Gavi, piensa Pedri.

—Deja que te arregle el pelo...—Y esa la de Robert.

Sus voces podían escucharse incluso a través de la puerta.

—¡Papá, estoy bien!

—¿Necesitas calcetines extras?

—¿Qué...? ¿Por qué necesitaría calcetines extra?

—¡En caso de que pises un charco! Aquí, déjame...

—¡Papá, está bien! ¡Estará aquí en cualquier momento!

—¿Necesitas pasar al baño antes de irte?

—Papá...

Todos los nervios que antes sentía se estaban esfumado. Realmente se estaba aguantando la risa, para escuchar más. Con toques ligeros golpeo la puerta.

Para que después Gavi abriera la puerta de forma estrepitosa, con la cara roja, al lado de Robert.

—¡Hola Pedri, es hora de irnos!

—¡Espera! Déjame tomar una foto antes de que se vayan.—Decí Robert, reteniendo las lágrimas... Su bebé ya estaba creciendo.

Con una pena enorme, Gavi volteó a ver a su novio quien casi se estaba ahogando de la risa.

Ambos posaron mientras Robert sacaba innumerables fotos.

—¡Oh, no puedo creer que mi pequeño vaya a su primera cita!

—Hahaha... Está bien Papá...

—Aun recuerdo cuando tenía que cambiarte los pañales.

—¡Vale papá, te quiero mucho, papá adiós!—Decía Gavi, tomando de los hombros a Pedri para sacarlo de la entrada.

—¡Diviértanse ustedes dos! ¡Cuídense!

—Lo haremos.—Decía Pedri, despidiéndose de su suegro.

Ambos empezaron a cambiar por las diversas calles de Barcelona.

—Pensé que nunca me dejaría ir.—Decía Pablo todavía avergonzado.

—Cálmate cariño, él sólo te ama y quiere que tengas una bonita primera cita.—Decía acariciándole los cabellos.

—Lo sé, lo sé.—Con risitas alegres.

—Amor...—Pedri trataba de no reírse.

—Dime.

—¿Estás seguro de que no necesitas ir al baño primero?—No aguanto.

—¡¿CUÁNTO HAS ESCUCHADO?!—Gavi prácticamente se lanzó encima de Pedri, para sacudirlo...

—Aww, ¿Qué pasa bebé? Aunque tu bragueta esta abierta.—Decía apuntando a la parte baja de su novio.

—¡AY, DIOS MÍO!

Sin duda fue la mejor he inolvidable primera cita.