
Capitulo 9
Abrí pesadamente los ojos, me sentía como si hubiese dormido una semana entera, el pensamiento en que pronto conoceré a mi abuela hizo que no durmiera hasta madrugada. De repente, en medio de mi somnoliento despertar escuche levemente una voz, a lo lejos escuchaba que un chico hablaba, no lograba entender que decía pero si lo escuchaba. ¡Oh Dios! ¡Eh perdido la cabeza!
Salí de mi habitación a paso arrastrado y me detuve en lentamente a la puerta de la cocina. Me refregué los ojos y di un bostezo; pero mi expresión cambia al ver a mi hermanita y el Rubio artificial teniendo una contienda de "el que parpadee primero, pierde"
—Buenos días Mali —saludo mi hermana en cuento me vio, vino hacia mi y me dio un abrazo.
—Buenos días fea durmiente —canturreo Darwin sentándose en la isla, claro sus largas piernas le ayudan a hacer ese tipo de cosas con facilidad.
Y a este confianzudo quien lo dejo entrar.
—¿Q-ue ¡umm! —aclare mi garganta—, que demonios haces aquí, en mi casa, en mi cocina, en la mañana? ¿Quien te invito? ¿Quien te dejo entrar?—vocifere.
—Mama lo dejo pasar —contesto mi hermana, quien lucía su tierna pijama de monos.
—¿Y dónde esta Sara? —Darwin tomó un racimo de uvas y empezó a tragárselas.
—Se fue a su trabajo —contesto con cuatro uvas en la boca. ¿Desde cuando él sabe más de mi familia que yo?
—¿Y Mike?
—Papa creo que esta dormido —¿dormido? ¿Qué maldita hora es? Busque rápidamente con la mirada el reloj de cocina que marca las 5:42 am.
—¡Maldición! ¿Porqué mierda me desperté tan temprano? —dije para mi misma—, y tu ¿qué rayos haces aquí? ¿No te basta con ver mi jodida cara de 8am a 5pm diario? —le reclame a Darwin. Vestía su ropa cara y de diseñador como siempre.
—Vengo a hablar contigo —dijo bajandose de la isla y revisando cada cajón de la cocina.
—Camila, si ya desayunaste puede irte a dormir un rato más o alistarte para la escuela, tengo un par de cositas que decirle a este individuo.
—Ok, Malí. Se amable con las visitas, me iré a alistar. Nos vemos luego Dar —se despidió para luego salir corriendo.
Tome una sartén, lentamente me acerque a él y le di un sartenazo en la nuca, se quejó de inmediato. —Esto es por despertarme tan temprano, idiota.
—¡Auch! —se empezó a sobar—, sólo vine a hablar contigo. No veo el problema, ¿siempre eres así? Sabes, tu perderías un concurso de odiosidades por pasarte de la raya —tanto balbuceo me estaba empezando a fastidiar.
—Al punto Darwin, dime lo que quieres y quéjate luego.
—Bien —hizo una mueca—, necesito un favor tuyo, a cambio de eso te daré lo que tu me pidas.
—¿Eso es todo? Para eso es tanto alboroto... Mira —empece a enumerar con mis dedos—, no mato personas, no vendo drogas, no consigo cupones de descuento, no le diré a mi tía que te rebaje cuando te oxigenes el cabello...
—Quiero que le digas a Zachary que invite a Salir a Bruce y que a la vez tú aceptes salir conmigo para que sea una cita doble pero que luego le digas a Zachary que diga que no puede ir y que tu tampoco vayas para que accidentalmente solo quedemos Brucé y yo en una cena súper romántica —soltó rápidamente haciendo que parpadeara del asombro.
—¿Eh? No entendí ni una sola palabra Rubicial cabeza hueca.
—Aggs —gruño—. Que le digas a Zachary que invite a salir a Bruce en una cita doble con nosotros, pero que a última hora ni tu ni él "accidentalmente" —hace comillas con sus dedos un tanto divertido—, puedan ir, para que así yo quede a solas con ella. ¿Entiendes?
—Hahh si, entiendo —dije algo sorprendida. Esta chica si que le pegó duro en el corazón.
—¿Entonces? —dice esperando una respuesta positiva. Sus ojos azules estaban a la expectativa de cualquier movimiento.
Se lo diré de la manera más amable. —Vete a la mierda Rubicial. No soy cupido.
—Naturalmente. Pero un pajarito me ha contado que cierta chica Amargada se ha quedado sin dinero..., no se, tal vez cierto chico guapo y genial pueda ayudarle con eso —sonríe. ¿Dinero? Bueno, la idea no está del todo mal después de todo—. Pídeme la cantidad que quieras y esta misma tarde estará en tu cuenta bancaria Malia Shinoda —hablo serio.
—Quiero una lavadora de ropa con secadora incluida, automática, fácil de usar, con manual de uso y lavado suave —el Rubicial se echó a reír y cuando paró de hacerlo con mi cara de perra le dije—: para esta tarde, ahora largo de mi casa.
Sonrió —Sabía que me ayudarías amiga.
—No soy tu... —silencie mis palabras al ver a Mike arribar a la cocina. Tomó un vaso, saco del refrigerador jugó de naranja, agrego dos huevos crudos al vaso y los trago de una tanda; luego tomó el jugo y bebió más de la mitad.
—Malia, te dejo cambio para el autobús —dijo dejando algo de dinero en el comedor sin siquiera darme la mirada y sin notar la presencia del susodicho—. ¡Camila! —grito—, te espero dentro del auto —y salió.
Vaya, esto si que es raro.
El silencio en la cocina duro tan poco ya que Darwin nuevamente rió roncamente. Lo quede viendo mal.
—¿Qué te divierte? —espete con desprecio.
—La chica-la tú-en... —no paraba de reír—, ¿la chica mala viajando en transporte público? Oh dios, es lo más divertido que he escuchado.
Mi hermana entro corriendo a la cocina, tomó un jugo y lo empezó a beber rápidamente. Se veía tan linda de uniforme, así que corrí a mi habitación, tome mi celular y luego cuando regrese le tome una fotografía.
Podría llenar mi galería solo de fotos de ella.
—No vemos en la noche Malí —dijo depositando un beso en mi mejilla—. Acuérdate de mi cumpleaños Dar, tienes que venir sea como sea —informo y luego se despidió con la mano.
—Aquí estaré pequeña —le grito el Rubiecillo—. Es una niña muy tierna —dijo para sí mismo—. Oye Malia ¿estas segura que no eres adoptada? —se burlo.
—Hazme el favor y me dejas en paz, no quiero que me agarre la tarde por estar lidiando con un idiota.
—Si quieres yo te llevo en mí auto —sugirió con sarcasmo.
—Ni muerta Rubicial, eres tan cabeza hueca que confundirías una señal de Alto con una de Máxima Velocidad.
—Ja Ja Para tu información, tengo chofer.
—¿Quien te crees? ¿Riqui-Ricon? ¿Cuantos años tienes? ¿Tres? Eres un verdadero niño mimado. Y de la manera más amable te digo que quiero mi pinche lavadora en cuanto venga de filmar.
—Si, como sea —hizo una mueca y se encaminó a la salida, antes de abrir la puerta de entrada se detuvo y giro hacia mi—. Se me olvidaba lo más importante—menciono sacando un papel de su chaqueta negra—, esta es la fecha, hora y dirección de la cita; para que se la informes a Zachary. Y ya sabes que no puedes mencionar nada a nadie del plan, tienes que ingeniar algo creíble.
En este momento algo hizo click en mi cabeza, ¿cómo diablos convencería al principiante de hacer tal cosa?
—Sabes —dije dudosa—, creo que mejor...
—Mejor te vas a alistar —contesto de inmediato—, si no te dejara el autobús —concluyo entre risas.
Solté un bufido y lo saque de la casa para luego azotar la puerta. Un cosquilleo extraño invadió mi estomago. Diablos, a que hora dije que si.
***
Sangre, sangre y más sangré, estaba cubierta de ella. Malditas escenas sangrientas, maldita sangre falsa.
—Escena 6 toma 3 ¡Acción! —grite moviendo la claqueta. Esta escena era tan intensa, tan llena de emoción, con tanto suspenso. Y es en este momento, en el que vi a los chicos actuar, donde me di cuenta que el cine también es un bello arte.
Mike no estaba, por lo que yo estaba a cargo de todo y no es por presumir pero sin duda es la mejor escena hasta ahora.
—¡CORTEEE! —grite y suspire para luego posicionarse en la mitad de la escena.
—¿Qué? ¿Corte? ¿Qué te sucede si la toma iba perfecta? —protesto Drew. Lo ignore por completo.
La escena se trataba de la primer pesadilla que sufría el personaje que protagoniza Bruce, en ella también participaba el Principiante que es el villano principal y el Rubio artificial que es "el salvador" de Bruce; también lo hacían algunos personajes extras.
—A ver. Eduardo ¿verdad? —me dirigí a un extra, el hombre asintió—, se supone que estar muerto amigo, a un kilómetro puedo ver tu pecho subir y bajar. Ricardo, al momento que caes, podrías dar una vuelta y caer de espaldas. Darwin, "querido" —dije irónica—, deja de verle el busto a Bruce. —el Rubio artificial se puso ruborizado de inmediato y Bruce lo veía con ojos asesinos—. Y tu, Emm —vi algo ansiosa al Principiante—, has titubeado en algunos diálogos, por-favor concentrate —dije incapaz de sostenerle la mirada—. ¡El resto de personas están bien, se vuelve a filmar la toma, limpien todo! —me referí a la sangre.
Y todo continuo bien, hasta el descanso de las tres de la tarde. Estaba ansiosa, me sudaban las manos, caminaba rápido de un lado a otro sin ninguna dirección.
Mire que Bruce y el Principiante conversaban de lo más ameno en los sillones cerca del expendedor de bebidas. Me acerque sutilmente y sin levantar sospechas, camine alrededor de ellos disimuladamente para tratar de entrar en su conversación.
—Pero ella ya esta mejor —le pregunto Bruce algo preocupada.
El Principiante tenía la cabeza metida en los documentos del guión con el ceño levemente fruncido y sus labios entreabiertos, de repente se movían lentamente pronunciando algunas frases sin hacer ningún sonido.
—S-si, gracias a Dios está como nueva, sólo fue el susto solamente —le respondió sin darle la mirada. Yo seguía disimuladamente caminando alrededor de ellos. Me sentía tan ansiosa, era ese cosquilleo en el estómago el que no me dejaba tranquila.
Me aclare la garganta dramáticamente de tal manera que me raspo, pero a la vez consiguiendo la atención de ambos. ¿Y ahora que mierda digo?
—B-bruce, t-te necesita m-mi tía Carol para que revisen nuevamente lo de las extensiones de tu cabello.
Salto de su silla —Oh si! ¿Cómo lo pude olvidar? Gracias por recordarlo señorita Directora —se me olvidaba comentar que me han apodado de tal manera. Vaya me salió cierta la excusa.
Para disimular me puse a buscar una bebida en la estúpida máquina.
—Buenas tardes señorita Cineasta —anuncio Zachary.
—¿No es muy bella Bruce? —dije de inmediato.
—¿Cómo?
—Si, Bruce. Ella es súper linda y parece buena persona.
—S-si, es buena persona —afirmo el principiante levantándose del sillón y caminando hacia mi—. Espera, tu estas halagando a Bruce, eso ¿puede ser posible? —concluyo con una sonrisa.
Me encogí de hombros —Es sólo que leí una frase en internet que decía que tratemos a las personas como nos gustaría que nos traten a nosotros mismos. Eso es todo.
El Principiante apoyó una de sus manos en el expendedor por encima de su cabeza quedando a una muy corta distancia de mi rostro haciendo que mis nervios aumenten.
—Ya entiendo —chasqueo la lengua—, Entonces esto quiere decir que ¿te gustaría que resaltemos tus cualidades? —se acercó aún más—. Por ejemplo mencionar que tienes unos bellos ojos color avellana, con tu cabello largo y rebelde que danza al compás del viento cuando caminas; o decir que como Cineasta das tu vida por este film; y la mejor parte, la chica con más agallas de todo Hollywood.
Ese estúpido cosquilleo en el estómago, siempre con su dulce mirada y esos ojos azules tan intensos; o tal vez no eran sus ojos sino mi reflejo en ellos lo que lo hacía más interesante, ¿pero que me sucede? Necesito ir al médico con urgencia. Por instinto trague fuerte y retrocedí un paso.
—Esto, esto, esto q-quiere decir que Bruce es muy linda, si yo fuera hombre —mierda, no creo que yo vaya a decir esto—, sin duda la invitaría a salir, salir, salir —maldición Malia ¡Controlate! —Tu podrías in-in-invitar- —fui interrumpida de la manera más estúpida.
—¡Estoy de regreso chicos! —chillo Bruce haciendo que la pequeña burbuja que se había formado entre Zachary y yo se rompiera como un frágil vidrio lanzado al suelo.
Solté un bufido y rodé los ojos alejándome de ellos.
Cuando iba de regreso al set sentí que me jalonearon introduciéndome a una habitación de utilería.
—¿Se lo dijiste? ¿Ella acepto? ¿Todo salió perfecto? —Darwin se oía tan desesperado.
—Deja de atormentarme idiota, concéntrate en lo que verdaderamente importa aquí. ¡La filmación! —ordene sabiendo que yo también tenía que hacer lo mismo.
Todo volvimos al trabajo y la filmación continuo de maravilla, de vez en cuando el Principiante se confundía en los diálogos, algo que no es normal en él, pero omitiendo ese detalle la escena termino bien.
Y al concluir el día me encargue de dejar todo en orden, tome mi mochila y salí del estudió lista para las 3 tormentosas cuadras que me esperaban.
—Hey, espera! —dijeron a mis espaldas, voltee a ver y me encontré con el Principiante. Ya me estaba acostumbrando a su simpática personalidad—. Vamos en la misma dirección ¿no? —me encogí de hombros.
—Pensé que ya no existía la bicicleta del mal —dije con recelo. Ambos caminábamos juntos con la bicicleta del mal de un lado.
—Es mi único medio de transporte —dijo desinteresado—, ¿qué sucede con Bruce?
Sólo recordar todo el asunto me puso tensa. Malia, dilo ahorita antes que te ganen los nervios.
—Pensé que sería buena idea que la invitarás a salir.
—¿Tu pensaste eso? Wow —sacudió su cabeza atónito, camino dos pasos y contesto—: aunque la idea es fantástica no puedo, tengo novia —rasco su cabeza e hizo una mueca divertida. Su estúpido y perfecto cabello castaño había quedado un poco despeinado.
—Si, a tu novia imaginaria la dejamos en su casa imaginaria —rodé los ojos, hasta cuando seguiría con esa broma—. Vamos, ¿qué te cuesta? Sólo será... —nada más sentí cuando jalaba de mí hacia atrás mientras el sonido exagerado del claxon de un auto me dejaba sorprendida.
—Tranquila vaquera, no queremos que fallezcas esta noche —trato de bromear—, debes tener más cuidado al cruzar la calle —dijo con dulzura como siempre, me mantuve callada hasta la siguiente cuadra.
—M-me gustaría que fuera una cita doble, tu con Bruce y yo con Darwin —decir la frase "yo con Darwin" hizo que me diera náuseas.
El Principiante detuvo su caminar y frunció el ceño, su expresión cambió por completo, parecía un poco asombrado. Raro.
Levanto una ceja —¿Tu y él...?
—Oh no, no, ¡jamás! es sólo que, el dijo que... —movía mi pie constantemente haciéndome ver ridícula—. Es complicado. Pero técnicamente si es una cita.
—Ok, entonces iré.
Mis ojos se iluminaron —¿Es en serio? —asintió serio. No se que lo hizo cambiar de opinión pero agradezco al cielo que lo haya hecho.
Continuamos caminando, saqué el mismo papel que me dio Darwin por la mañana y se lo entregue—. Preferiblemente llega media hora antes, digo por aquello...
—Esta bien —susurro acercando su caminar a mi lado.
—P-perfecto —conteste de inmediato. No se que tenía él que en cualquier lugar me hacia sentir comoda.
—Tú —interrumpí el silencio entre nosotros—. Lo que dijiste ahora de mi ¿era cierto? O ¿sólo fue una faceta de tu empalagosa y dulce personalidad?
—Definitivamente es cierto. Eres una chica excepcional —Sonrió haciendo que un pequeño hoyuelo se formará en su mejilla. En ese momento, inconscientemente: yo, yo también me permití sonreír.
***
Muchísimas gracias por leer.
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