
Capitulo 6
Hoy empieza la fase de producción donde se entra de lleno en la grabación del film y se trabaja muy de cerca la parte técnica con la artística. Mejor dicho empezamos a rodar.
Decir que estoy nerviosa es poco, soy muy estricta, quiero que todo salga perfecto. Aunque eso no depende de mi, sino de todas las personas que participarán en el film.
Voy entrando al estudio y Mike parece tener todo en orden. Dejo mi mochila en el suelo y acomodo mi cabello en una cola baja. El calor es insoportable y apenas son las 7 de la mañana.
—Hola —dicen tres chicas trigueñas y muy hermosas a la misma vez. Frunzo el ceño, y entrecierro un ojo.
—¿Ustedes son...? —dejo la pregunta abierta para que alguna de ellas termine la frase.
—Adriana, Ariana y Mariana —dice una de ellas. Hago una mueca de desconcierto—. Somos trillizas y estaremos encargada de las cámaras, el señor Mike nos mando a presentarnos.
—Huh-ju —exclamo confusa, ¿pero que padres le pone nombres idénticos a sus hijas idénticas?— definitivamente no me aprenderé sus nombres o simplemente las confundiré, ¿no tiene algún apodo o algo así para diferenciarlas?
—Puedes llamarnos como tú quieras o te sientas más cómoda —ofrece una de ellas dándome una sonrisa que enseña hasta el más último de sus dientes.
¿Por que las personas con las que me encuentro tienen que ser tan dulces? ¿Donde están los lobos solitarios?
—Ok. Tú serás Ana uno —señalo a la tipa ligeramente más alta—, tú eres Ana dos —señalo a la del pelo un poco más corto—, y por último Ana tres —señalo a la del arete en la nariz—. Ahora sí me lo permiten iré a trabajar y sugiero que ustedes hagan lo mismo.
Llego hasta dónde está Mike calibrando cámaras, suelto un sonoro ajá para que me diga que es lo que debo hacer.
—Malia encárgate de tomar fotos de las escenas de todos los ángulos que te enseñe —¿cuando me enseñó que no estuve presente?— Además de eso necesito que seas la claquetista —continúa pasándome un marcador junto con la claqueta (pizarra que indica el número de escena, nombre del director y el nombre de la película)—. Necesito que estés muy atenta con el maquillaje, sabes que no puedo meter mis narices en ese asunto por los problemas que tengo con tu tía, además quiero que cerciores que todo vaya al pie de la letra, necesitas tener buen ojo para las escenas, encárgate del vestuario y la ambientación —concluye. ¿Otra cosita Mike? Prácticamente me está mandando a mí a hacer la película. Bueno, ¡manos a la obra!
A pesar de que Mike es un maldito ambicioso, racista, amargado, odioso etc... debo admitir que cuando se trata de trabajo es muy considerado con sus empleados.
***
Ya casi se va a acabar el día, puedo decir con orgullo que pude cumplir con todo lo que me han ordenado y la verdad estoy algo extasiada de todo lo que implica el hacer una escena (por más pequeña que sea) de una película de terror.
Siento que a cada momento aprendo cosas nuevas, aunque aún desconozco el nombre y oficio de la mayoría de personas que están trabajando con nosotros puedo decir que pongo mi mejor cara para tratar lo más amablemente posible a las personas.
Me acerqué a la máquina expendedora de bebidas y tome una refrescante botella de agua. La bebí como si no hubiera un mañana.
—No creíste que fuera tan difícil ¿Heh? —canturrea Darwin para luego sacar una bebida de la máquina—. Debiste de quedarte en casa viendo un documental de cómo ser chica mala —se burla, pongo mi hermosa cara de fastidio y ruedo mis hermosos ojos.
—No fastidies Rubicial. No provoques al diablo —amenazo.
—¿Como me llamaste? —pregunta divertido.
—¿Que estás sordo? Rubicial.
—Disculpa pero no entendí —alega confuso. ¡Hay pero que tonto!
—Es una mezcla de Rubio y Artificial justo lo que eres —le informo. El apodo es algo tonto, pero eso si tiene Malia Shinoda siempre le pone un apodo a las cosas.
—Con que la señorita amargada tiene sentido del humor ¿Heh? Pues yo también tengo un apodo que te calza perfecto. Naturalmente.
—No me interesa escuchar lo que sale de tu boca.
—Amargalia —suelta entre risas—. Es una unión de...
—Ya entendí, no es necesario me lo expliques —remarco—. Pobre de ti, debiste haber puesto a trabajar las únicas dos neuronas presentes en tu cerebro para buscar un apodo ingenioso.
—Eres muy hiriente —exclama ofendido. O tú eres muy sensible amigo—. No creo que haiga persona en el mundo más...
—Es haya —corregí irritada. Por Dios, además de sensible, Bruto.
Darwin decidió mantener la boca cerrada y yo agradecí el gesto. Después de unos minutos lo vi de reojo solo por simple curiosidad, lo encontré con su mirada centrada en Bruce y la animada charla que tenía con el Principiante. No pues, ahora esos dos son los mejores amigos.
—Hey chicos, los estuve buscando —dice un chico llegando hasta nosotros. Él es de estatura baja, muy delgado, pecoso, es blanco y cabello rubio.
—¿Que se te ofrece? —escupo con desprecio.
—Si, que amable eres —suelta sarcástico con una sonrisa—, eres Malia ¿no? Ya me habían hablado algo de ti —concluye con lentitud. Vaya, un día de trabajo y ya soy famosa.
—A ella le gusta que le digan Amargalia —alega divertido Darwin.
—Si, como sea —suelta desinteresado el muchacho—. Bueno, me llamo Isaac pero me gusta que me digan Izzy como el de Guns N' Roses —dice con emoción. Pongo mi mejor cara de "No me interesa" y él parece entender el mensaje—. Ok, trabajo en ambientación por si no lo notaron pero en estos momentos ando repartiendo sándwich así que tomen —nos reparte uno a cada uno y yo arqueo una ceja al ver lo que me entrego.
—¿Sándwich? Me has entregado un burrito —alego un poco molesta.
—Que inteligente eres querida —vuelve a soltar con sarcasmo, este si ya me cayó bien—. Si, a la gente importante se les da de comer distinto, aprovecha los privilegios que-rida —suelta con algo de ironía. ¿Importante? ¿Soy importante? Igual de nada me sirven esos "privilegios" porque soy una maldita vegetariana.
—Espera, me diste sándwich —exclama el Rubicial —¿Ella es más importante que yo? ¿Pero en qué clase de mundo paralelo estoy viviendo? —toma el puente de su nariz como si lo que ocurriera fuera lo más indignante que le ha pasado y concluye diciendo—: Yo tengo que ser el centro de atención aquí.
Después de todo sigue siendo el chico Egocéntrico que conocí el primer día.
—Ja Ja Ja —río falsamente—, vive con eso diva —suelto con gracia y me alejo de ellos dejando a Darwin con la boca semi abierta y la nariz arrugada.
Después de regalarle el burrito a Rob empezamos nuevamente a grabar. Como claquetista tengo que estar enfrente de la cámara gritando el número de la escena.
—Escena 2 toma 3 ¡Acción! —grito no tan fuerte. Observo detenidamente las acciones de los actores y realmente creo que son muy profesionales, me dedico a tomar fotos y otras cosas.
—Bien, ¡Es todo por hoy! —grita Mike con un megáfono luego de acabar la escena. Suelto un suspiro de alegría, ya quiero llegar a casa y comer algo.
Arregle mis cosas, salí del estudio y camine esas 3 larguísimas cuadras que tanto me atormentan hasta la parada de autobuses, me senté a esperar el bus siempre con mis auriculares puestos.
Mientras tarareaba una canción y movia mi pie al ritmo de la batería, vi pasar de reojo a alguien en una bicicleta que se me hizo muy pero muy conocida, levante mi vista inmediatamente asegurándome de que fuera la misma bicicleta del descuidado que la dejo en plena pasada el día del casting y adivinen ¿quien la iba conduciendo? Si, el Principiante.
—¡Hey, tú! —grité por instinto al ver al causante de que casi me rompiera todo lo que se llama cara.
Él giró su rostro en dirección al grito y cuando me vio frunció el ceño de manera confusa.
—¡Mira al frente Idiota! —grite y moví mis manos cuando vi que una anciana se le cruzaba por enfrente, inmediatamente el giro su rostro al frente esquivando por milésimas de centímetros a la señora causando que él perdiera el equilibrio y cayera al piso dando tres vueltas en el suelo.
—Que se sepa que yo no lo maté —le dije a la muchacha que tenía a la par antes de echarme a correr para socorrerlo.
¡Estaba Inconsciente! Maldita sea...
Alrededor de él se había formado una especie de rueda con gente chismosa para ver que le ocurría. Hay Dios, tenía los ojos cerrados, la boca entre abierta y creo que un raspón en la mano.
—No te puedes morir —balbucee arrodillándome a la par de su cuerpo inerte. Si, estaba siendo un poco exagerada—, ¿sabes lo que me costará hallarte un remplazo después de grabada la primera escena? Nos vas a retrasar —chille. Si, ahora están siendo interesada—. Abre tus malditos y perfectos ojos azules —grite sacudiéndolo de los hombros.
—Dale respiración boca a boca —aconsejó un muchacho.
—¿Y porque no se la das tú? —conteste de inmediato, ni que se hubiera ahogado. No daría mi primer beso tratando de revivir a un inconsciente—. ¡Vamos Despierta! —seguí insistiendo. Jale de su camisa, trate de abrirle los ojos a la fuerza, le di bofetadas en las mejillas y por último (agotando recursos) le hinque el estomago con mi dedo. Él dio un pequeño brinco y abrió dificultosamente los ojos.
—¿Q-que me pasó? —dijo viendo en todas direcciones y frunciendo el ceño. Deje caer un suspiro de alivio cuando lo vi intentar ponerse de pie.
—Casi me atropellas niño —reclama la señora causante de todo esto.
—Hay mi estomago —se queja—, tus primeros auxilios apestan —escupe divertido.
—Ingrato. Agradece que estoy ayudándote —canturrie molesta—. Y ustedes buenos para nada —me dirigí a todos los chismosos presentes—, busquen que hacer en su casa y dejen de meterse en la vida ajena —les grite eufórica. ¡Oh si! como diría Darwin, Amargalia ha salido de mi cuerpo.
La mayoría de personas susurraron cosas hirientes hacia mi persona pero como siempre las ignore de la mejor manera.
—¿Como te sientes? ¿T-te puedes levantar? —pregunté ofreciéndole mi mano. Aún quedaban algunos curiosos que lanzaban miradas de "preocupación".
—Si, no fue nada, un simple golpecito. Estoy bien —levantó ambos pulgares, un gesto que me pareció lindo... ¿pero que me pasa? ¿Lindo? Instintivamente sacudí mi cabeza para borrar esos horribles pensamientos.
El Principiante —ahora "mal herido" (porque ni siquiera estaba bien herido)— se levantó del suelo y camino a recoger su bicicleta pero cuando iba caminando hacia ella choco con un faro y volvió a caer al piso.
Me reí, y está vez no me reía sarcástica o irónicamente, por primera vez algo me causo gracia y no molestia...
—Que te den Principiante... tú estás mal —canturrie entre risas—, así que no me queda de otra —fingí fastidio—, que llamar una ambulancia.
Lo ayude a levantarse del suelo y nos sentamos en la acera a esperar que llegara la ambulancia mientras él le avisaba a sus padres.
Ocho minutos tardó en llegar la ambulancia, ocho minutos en los que me mantuve contando los autos color amarillo que pasaran mientras el herido se mantuvo tecleando torpemente en su celular.
Luego de que lo revisaron dijeron que el golpe de la cabeza no era nada grave, pero que si habían afectado un poco sus reflejos, por lo tanto tenía que tomar analgésicos y reposar toda la noche, además le han puesto una venda en el raspón de su mano.
Me acerqué a donde lo estaban atendiendo para ver cómo se encontraba.
—Bueno, yo creo que ya me voy. Espero-amanezcas-mejor-mañana —sisee entre dientes la ultima frase.
—No, espera —dijo agarrando mi brazo, esos ojos azules me miraron por instante, luego su mirada bajo al brazo y lo apartó rápidamente—. Es que, creo que falta que me pongan una inyección para el dolor y...
—...Y le tienes miedo a las inyecciones —termine la frase obviando la situación. Típico.
—No —contestó inmediatamente—, t-tengo miedo a estar solo en una ambulancia —admitió con la cabeza baja. ¿Pero qué clase de miedo era este? Es algo absurdo, se supone que las ambulancias te ayudan ante cualquier problema, pueda que las sirenas sean fastidiosas pero no es para tenerles miedo... pobre Principiante traumado.
Pero y ahora ¿que hago? Quiero irme a mi casa, tengo hambre. Pero vamos que muy, muy, muy en el fondo tengo mi corazoncito y ver al Principiante tan vulnerable me remordía la conciencia, además se lo debía, él también me había ayudado aquel día.
Solo me limité a asentir y a tomar lugar en la banca de la ambulancia pero un par de minutos pasaron en lo que apareció una camioneta de esas lujosas y de ella bajaron un montón de personas.
Tres niños varones entre los 4-6 años, una niña como de 7, dos muchachas adultas como de 21-25, un joven como de 14 años y una pareja de adultos. Supuse que era la familia de Zachary.
Los niños no dudaron en correr a donde estaba el herido haciendo las típicas preguntas de "¿estás bien?" El señor solo se quedo viéndolo fijamente, examinándole con la mirada.
—¡Oh Dios mío! ¿Que te ha sucedido? ¿Donde te duele? ¿Estás sangrando? ¿Donde es la hemorragia? ¿Hay que donarte un riñón? —preguntó desesperadamente la señora tocando todas las partes del cuerpo del herido.
—Estoy bien mamá —contestó el Principiante de mala gana.
—Te dije que esa motocicleta era peligrosa ¿cuando le vas hacer caso a esta vieja enferma? ¿Que no entiendes que si te digo las cosas es por algo? —alegó la señora dándole un fuerte golpe en la frente. Me reí interiormente, si el golpe no lo mató su mama si lo iba a hacer. Esperen dijo ¿motocicleta?
—Mamá, te dije que la motocicleta esta descompuesta y que por eso tomé prestada la bicicleta de Theo —contestó rodándolo los ojos, pero a la vez con una sonrisa en sus labios. —Tranquila, estoy bien —dijo acomodándole un mechón de cabello detrás de la oreja.
Su mama lo abrazo, el resto de personas lo abrazaron y en ese momento me di cuenta de que la que sobraba en el cuadro de familia perfecta (que evidentemente yo jamás tendré) era yo. El menor de los niños fue el único que me vio partir saludándome animadamente. Cabe decir que tenía la misma mirada de ojos azules que Zachary.
Me baje de la ambulancia silenciosamente, aferre el agarre de mi mochila, volví a colocar mis auriculares y subí rápidamente al bus que casualmente estaba llegando a la parada.
No mire atrás en ningún momento y me aseguré de perderme en el tumulto de personas que abordaban la unidad de bus.
Me senté en el lugar del fondo, apoye mi cabeza en el vidrio y me puse a revivir en mi mente todo lo que había ocurrido hoy.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro