PROLOGO
Las personas son malas. Lo llevan en la sangre, en las venas. Tienen ese chip de hacer daño. A veces lo hacen sin querer y otra vez lo hacen a propósito. A veces solo lo hacen sin saber y otras veces con malicia. Nunca sabremos las verdaderas intenciones y nunca sabremos la verdad de lo qué pasó. Nunca lo sabremos porque los humanos son complejos, nunca terminamos de entender a los demás, nunca terminamos de entendernos a nosotros.
Puede haber dragones disfrazados de Reyes avaricioso y héroes amargados vestidos de monstruos. Es una combinación. No existe el buen puro y el mal sólido. Se juntan para crear la perfecta armonía de tonalidades grises. Eso somos los humanos, combinaciones de el bien y el mal, de nuestras acciones y decisiones, de nuestros sentimientos y palabras.
Tenemos muchas caras en muchas monedas y a veces no sabemos voltearlas todas.
Cuando elegimos un camino que podria ser un error nosotros solo avanzamos por ahí, equivocados y llegamos a la localización equivocada. Por eso hay que cuidar nuestros pasos, yo no cuide los míos y terminé siendo un monstruo, terminé con una culpa desaparecida y millones de preguntas atormentadas en mi cabeza. Terminé con la fortuna de un monstruo vestido de una princesa dulce, llena de felicidad que no merecía, y amor que amargaba.
Porque uno puede sentirse como un monstruo o estar rodeada de ellos. Puedes ser el héroe o el villano.
Pero ella no terminó así. Ella terminó de la misma forma qué pasa cuando una reina justa se viste de dragón vengativo, con dolor sangrante y muerte ambulante. Yo terminé con el cuento de hadas y ella con la muerte llevándose su alma. Y en ese momento me di cuenta que la vida no es justa y más para personas que saben ocultarse bien.
Ella vivió rota por una decisión ajena. Ella vivió siendo abandonada sin razón y vivió hasta donde sus pies alcanzaron y sus hombros aguantaron.
Yo viví rompiendo a lo demás, cometí errores, me señalaron como monstruo, supe que era uno y me levanté de el lodo y conocí la culpa y el perdón.
Hice todo mal y ella hizo todo bien. Solo que nuestras historias nunca se cruzaron. Yo era de un pueblo al este y ella de un reino al noroeste. Yo era el monstruo y ella la victima. Yo la villana y ella una princesa lastimada.
¿Qué significa ser un monstruo? ¿Por qué yo me siento como uno? ¿Por qué me recuerdan que soy uno? ¿Cómo dejó de ser un monstruo?
¿Cómo combates contra los dragones sin espadas? Pides refuerzos, pides ayuda y grietas hasta que alguien llegue por ti. Y si nadie lo hace luchas con todas tus fuerzas hasta cansarte, porque es mejor morir con el último recuerdo de que peleaste a que te rendiste.
Yo soy un monstruo y ella convivió con un monstruo. Yo luchaba contra ella mientras la chica gritaba por ayuda. Nunca nos conocimos, nunca tuve el coraje. Aún cuando nuestras historias no se cruzaban. Aún cuando solo la veía por unas horas. Pero aún así al saber que alguien como yo le había hecho daño me sentí avergonzada. Porque aunque no lo sepas los monstruos sienten algo.
Tuvimos algo en común, a las dos nos dejaron atrás.
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