Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

19

Jillian Hayle

Actualidad

Al momento que me bajo del coche me hago una promesa. Olvidaré cualquier mierda que me ande preocupando y solo me enfocaré en que estoy aquí, con James, Victoria y Max a ver películas y comer platillos chinos. De que voy a divertirme en esto. En esta cita doble.

¿Acabas de decir cita doble?

No, o sea, tal vez, pero no. Aún es muy pronto para considera una cita doble, ¿cierto?

—Vamos —la voz dulce de James me desconcentra haciendo que levante mi mirada y lo mire a mi izquierda. Ha aparcado el auto, con una mano aún puesta en el volante. Se ve guapo.

Se ve caliente.

Se ve para lam-

—¿Jil? —su tono no pierde la diversión que siempre trae. Le sonrío despreocupada y abro mi puerta.

—Al fin llegamos, mis pies se estaban durmiendo —Victoria también sale y cuando toca tierra se agacha para sobarse los tobillos. Su falda larga con estampados de flores no deja que algo más descriptivo se muestre pero aún así es una posición rara.

—No era un viaje largo, ademas soy un conductor excelente.

—Cierto, a decir verdad creí que moririamos en cualquier momento pero después vi que no —comento, metiéndome con timidez a la conversación.

—Gracias, Jil, la que nos matará aquí será esa loca.

—Solo fue una vez —se defiende, postrándose en una postura más común.

—Y con esa es suficiente —río levemente por la broma del chico a mi lado y me encamino a la entrada. Estamos en una zona departamental que está cerrada por un caseta. Tuvimos que responder algunas preguntas de un señor bajito y después llamó a Max como protocolo. Seguimos nuestro camino en auto hasta llegar a la entrada de su departamento, llegando a donde estamos parados.

Es una estructura alta, de unos 15 pisos. Una entrada de cristal y espacio suficiente para el coche en la carretera. Las ventanas están limpias y se asoman balcones por las paredes. El edificio está pintado en un hermoso color tierra. Además de que está cuidado y sin alguna rompedura.

Que envidia.

Síganme, muchachos, yo sé a donde tenemos que ir —dice Victoria con tono orgulloso delante de nosotros y tocando el botón del elevador.

—Si nos perdemos tú tienes el teléfono de Max, ¿cierto? —me susurra el rubio y como respuesta suspiro levemente para continuamente negar.

—Ya verán que Max les caerá increíble. Aunque bueno, James ya lo conoce por unas cenas caseras y Jil ha escuchado tanto de él que seguro ya lo siente como un amigo cercano. Hasta le conté detalles de cómo es tan bueno en la cam-

—Bueno ahí es donde te corto, Victoria, porque nadie quiere escuchar eso —le dice James y quiero secundarlo así que asiento.

—Jil quiere —niego rápidamente y James se carcajea por mi cara.

—Así estoy bien, Victoria —la rubia me lanza una mirada sospechosa pero antes de poder decir algo el elevador llega. Nos adentramos en un silencio cómico hasta que Victoria abre la boca.

—Pues no te veía quejándote hace unos días.

—Eres mi jefa, tampoco te iba a decir algo —suspira antes de volver a parlotear de las razones por las cuales amaremos a Max. Veo a James de reojo, conectando nuestras miradas y sabemos una cosa con ese simple movimiento, <<Victoria es rarita, pero así se le quiere>>. Me gusta que con solo un vistazo podamos saber eso.

Cuando el elevador llega al piso 12, al final si son 15 pisos, salimos encontrándonos con un pasillo corto con puertas a los lados. La pintura sigue siendo ese color tierra y los focos de arriban iluminan muy bien nuestro camino. Justo a la izquierda del elevador se encuentra una puerta de evacuacion.

—La casa es la numero 7 —nos informa Victoria, dejando de caminar y parándose frente a una puerta marrón con el cartel pegado de un 7. Nos quedamos quietos mientras ella toca el timbre y esperamos.

La puerta se abre y un hombre alto y musculoso sale. Tiene una barba cuidada y unos ojos grises. Es guapo y puedo ver porque a Victoria le gusta tanto.

—Hola, Maxi —lo saluda Victoria, plantándole un beso en los labios que el recibe gustoso.

—Hola, Vic —se comen a besos como si hace años no se vieran. James y yo solo nos quedamos parados, incomodos —. Te extrañé.

—Yo también pero —se separa para voltearse y regalarnos una sonrisa —, aquí está mi sobrino y su parejita.

—No somos pareja —le recuerdo.

— Aún —me guiña un ojo, igual que James, y antes de que pueda responder habla—: Max, este es James, ya lo conoces, Jil este es Max. Max esta es Jil. Seguro se llevan muy bien.

—Hola, ¿cómo estas? —me extiende su mano sin dejar de abrazar a Victoria por la cintura.

—Bien, ¿tú? —también lo saludo de mano.

—Igual bien —deja de observarme para mirar a mi acompañante—. Hola, James.

—Hola. ¿Podrías dejar de comerte a mi tía y dejarnos pasar? Es un poco raro —Max se sonroja y yo quiero morirme por la vergüenza de que tan directo fue James. Lo miro un poco mal pero el solo sonríe con inocencia.

—Sí, claro, perdona —abre completamente la puerta y entramos a su casa. Es hermosa y sencilla. Paredes blancas con cuadros colgados de Victoria que ha pintado. Muebles de tonos tierra en una pequeña sala. A la izquierda el pasillo hacia las habitaciones y a la derecha el pasillo a la cocina.

Max nos hace un pequeño recorrido con una Victoria enganchada a su lado y emocionada explicando como sus pinturas terminaron en las paredes. Y es que este hombre había visto el arte de su noviecita y decidió que debía presumirlo con el mundo. Cabe destacar que probablemente Victoria quería llorar por tal gesto.

Hasta yo quiero llorar por eso.

Ya lo he dicho mucho, pero de verdad me alegro por su relación. Después de tantas malas rachas ella necesita un amor así de intenso y bonito.

Cuando el recorrido ha culminado nos sentamos en los sillones. Yo en la esquina mas lejos de la cocina, James a mi lado, después Victoria y finalmente Max, en la esquina más cercana a la cocina.

—En unos minutos vendrá la comida pero puedo servirles alguna bebida —ofrece el castaño con ojos azules.

—James puede hacer tragos —comento mientras lo miro. El me sonríe con picaría.

A emborracharnos.

—Claro, si no es molestia para Max.

—Tranquilo, agarra lo que quieras —el chico a mi lado se para y se dirige a la cocina. Bajo un poco mi mirada.

Tiene buen culo, imaginat-

Cállate.

—Les haré unas bebidas que les encantará, seguro terminamos borrachos —nos dice en voz alta mientras remueve cosas.

—Yo no puedo, mañana tengo que trabajar —se niega Max, agarrando la mano de Victoria.

—¿En que trabajas, Max? —le pregunto con una sonrisa amigable. El también me sonríe y me cuenta sobre que es profesor de historia en una prestigiada universidad. Le gusta su trabajo ya que tiene la posibilidad de aprender y enseñar al mismo tiempo.

—A mí me gusta cuando me empieza a recitar los acontecimientos de la revolución francesa mientras folla- —interrumpe Victoria con una mirada coqueta. Max no puede sonrojarse mas.

—Victoria, no digas eso —la corta su hombre.

—Es verdad, y mas cuando...

—Aquí es donde yo me voy —digo y me voy a la cocina para acompañar a James. Un poco incomodo, pero estoy algo acostumbrada a esos comentarios un tanto explícitos de mi jefa.

—No puedes andar contando eso a las personas —le reprende Max en tono divertido.

—¿Por qué no? Todos deberían tenerme envidia por tener a alguien como tú —y ya no vuelvo a escuchar que le contesta su novio porque me adentro a la cocina. James está moviéndose con agilidad por el lugar a pesar de no ser tan familiar con la cocina. Sus brazos se extienden con habilidad mientras corta frutas, revuelve líquidos y sirve alcohol. Se ve guapo.

Y caliente.

Imagínate esa habilidad con los dedos en otra parte.

Hace tiempo no se folla.

Hay que follarlo.

Te apoyo.

—¿Qué haces por aquí? ¿Comerme con la mirada? —me pregunta sin verme pero con voz divertida.

—Ehhhh.

—Es normal en las personas, soy guapísimo, lo raro sería que no me comieras —me observa por un milisegundo y en ese milisegundo me guiña el ojo.

—Hay que tener cuidado con ese ego.

—Me lo he ganado con esta cara.

—Y ese cuerpo —murmuro y no sé si alcanza a escucharme. Por su falta de respuesta creo que no —. Estoy aquí porque no quería escuchar como Max folla a Victoria.

—Pobre Max, debe aguantar a la loca y su perversión en dar demasiada información.

—Yo creo que se complementan de alguna forma. Max se ve como alguien mas tímido y Victoria grita excentricidad por cada parte de su cuerpo —le digo y me apoyo en la barra.

—Siempre habrá alguien que te complemente. Y después de tantas historias fallidas mi tía merece a alguien bueno.

—Estoy feliz por ella —guardamos silencio y solo miro como hace todos los tragos. Me gusta esta rara amistad con James. Como avanzó rápidamente a algo mas que compañeros de trabajo. Podría salir junto a él, que me hiciera tragos y solo charlar con el para reír a carcajadas.

Unos minutos posteriores el muchacho rubio me dice—: Lleva estos vasos, por favor —agarro un vaso de cristal con un liquido verde otro azul y me retiro de la cocina para llegar a la sala. Ahí, la parejita está abrazada y hablan sobre alguna tontería —. Victoria, el tuyo es el verde —dice James y yo le extiendo el vaso en mi mano—.Max, te hice una bebida sin alcohol, es el azul —y le doy el vaso azul. Me siento mientras James me pasa mi trago, es rojo y tiene fresas partidas flotando por el agua.

—Gracias —nos sentamos juntos y bebo, está delicioso. Es refrescante y creo que tiene limonada.

—Está muy rico, gracias, James —agradece el hombre y Victoria le sigue. Hablamos sobre el trabajo de Max y nos cuenta datos interesantes sobre la historia. Un rato después las bebidas ya se acabaron y ahora la comida china ha llegado.

Ponemos una película cualquiera. Es boba y de comedia así que nos reímos por un buen rato mientras nos llenamos de arroz, sopas y pollo. Todo está rico y hemos pasado una buena noche.

Por tiempos miro a James y él me mira. Nos damos roces suaves, como hacemos en el trabajo. Se siente bien.

La velada termina cuando la película se ha acabado y James y Victoria me han dejado en la casa. Antes de dormir solo puedo recordar todo lo que pasó hoy y sonreír. Segundos después antes de que caiga rendida el cielo empieza a chispear y ni eso puede arruinar mi noche. 

_________________________

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro