13
Jillian Hayle
Actualidad
_________________________
¿Que le dices a tu mejor amiga después de no verla?
Después de que te acostaras con su novio, te insultara y la vieras con alguien nuevo.
¿Enserio? ¿Hacia falta recapitularlo todo?
Claro, por si se te había olvidado.
Obvio, se me va a olvidar uno de los eventos que mas me han marcado.
Nos miramos fijamente y claramente ninguna sabe que decir. Los nervios empiezan a revolverme el estomago. Las ganas de vomitar empiezan y ver los ojos que hace tiempo me observaron con un odio venenoso solo me hace querer correr de ahí. Mirar los labios que en algún momento solo me dieron un diccionario de insultos y palabras que me lastimaron me hace sudar las manos. Sus esferas ya no demuestran algún rencor hacia mi, solo están ahí, inexpresivos, tranquilos. Ella tiene la calma que a mi me falta.
— Hola—su voz suena serena y sin una pizca de hostilidad.
—Hola Lana, ¿cómo estas? —en cambio la mía esta ronca y carga un dolor un poco difícil de escuchar.
¿Enserio? ¿Enserio le preguntaste eso? Y te enojaste con Martín por preguntarte eso, que pendeja eres. ¿Qué crees que te responda? Estoy bien tranquila, estoy tan bien como puedo estar ¡después de descubrir que mi mejor se acostó con mi novio! ¡MI NOVIO! Así de bien estoy, Jil. Gracias por preguntar.
Ya, tampoco es para que te pongas así.
No seas taaan pendeja por hoy, por favor.
— Estoy mejor—silencio incomodo. Mirada de duda de su parte —. Este es Lion, un amigo muy especial —lo señala y le sonrió. El chico es guapo. Y ese especial me deja con muchas preguntas y con un brillo de "mmm, chica, yo se que tu te lo estas devorando."
—Mucho gusto, soy Jillian —vacilo entre darle la mano o quedarme en mi lugar, sin moverme. Si me quedo quieta pareceré grosera, pero si le doy mi mano tal vez Lana pueda malinterpretar eso y no quiero otra pelea, no hoy, no después de como terminó la anterior. Así que decido quedarme quieta, mirando de reojo a Lana que parece cómoda conmigo, ¿eh?
Admito que pensé que me gritaría, humillaría o me golpearía. Esperaba muchas cosas de Lana, imaginaba que todo se descontrolaría y que tendrían que separarla de mi o que yo terminaría con otro destrozo mental y de autoestima como la otra vez, imaginaba miles de escenarios donde el monstruo obtenía su merecido. Pero nunca imaginé esto, ni en mis sueños mas extraños.
Este no es un comportamiento muy Lana. Ella es impulsiva, sus actos son llenos de groserías y es muy fría y distante. Su boca no conoce filtros y siempre te dirá lo que piensa, no importa si te duele. Ella es así, no le gustan las mentiras y los engaños, no cuando eso llevaron a la locura a su madre. ¿Y las groserías? Esas solo le gustan porque la hacen parecer mas poderosa, porque para ella así no parece débil. Aunque para mi nunca lo ha sido, aun cuando la he visto en una crisis después de visitar a su madre, aun cuando le he prestado mi hombro para llorar cuando la muerte de su padre hubo cumplido 5 años. Ella era tan apegada a el que su muerte fue el detonante para protegerse de la perdida de los demás y caer mal a todos y que no le importara la vida se volvió su rutina.
Lion me da una sonrisa de boca cerrada. Yo miro el suelo porque no se que hacer. Y espero, espero mas, espero horas mientras veo la grava del piso con un interés agobiado.
Solo han pasado segundos, deja un poco el drama.
¿Quieres que deje de ser dramática o pendeja?
Si se puede las dos.
Eso no lo tenemos aquí, joven.
—Creo que vi una maquina expendedora de café mas atrás, iré por una bebida ¿tu quieres una? —pregunta Lion mientras mira a Lana con inquietud.
— Si, un americano, por favor.
—¿Tu, Jillian? —levanto mi cabeza y lo observo mientras contesto.
—Yo estoy bien, gracias.
—Un gusto conocerte —me da su mano y la acepto.
—Igualmente—camina a paso lento mientras se aleja de nosotras. Ahora de verdad la incomodidad es imposible no palparla. Maldito Lion, ¿por qué te fuiste? Contemplo los ojos oscuros de Lana mientras pienso que puedo decir después.
¿Qué tal un lo siento? Digo, me parece lo mejor para estas situaciones. Pero solo es mi humilde opinión.
—Lana creo que te debo una disculpa—murmuro mientras no cambio mi mirada de sus ojos. Debo decírselo, ella lo merece.
—Jillian, yo también te debo una disculpa.
—Yo primero —le reprendo.
—No, yo primero.
—Tú siempre queriendo ser la primera —sonrío y ella ríe mientras niega.
— Bueno, no fui la primera opción de Martin—auch. Mi estomago se encoje, el dolor que debió de haber sentido Lana solo me destruye —. Lo siento no debí de haber hecho esa broma, mi psicóloga se enojaría— ¿Qué? ¿Psicóloga? De seguro Lana ve mi cara de confusión total porque me sonríe con comprensión y habla —. Estoy yendo al psicólogo Jil, hace como dos meses. Me di cuenta que necesitaba ayuda así que fui y la conseguí. Creo que si no fuera por ella y mi tía estaría perdida desde hace un tiempo.
— ¿Con ella vas cuando te desapareces de la casa como prisionero en cárcel? —debe ser por eso, es la respuesta mas lógica.
— ¿Cómo sabe eso? —su tono se vuelve mas a la defensiva pero sin perder esa calma que me desespera un poco.
Tal vez también necesitas un psicólogo para aprender a manejar tantos nervios.
No, con los cigarros estoy bien.
Terminaras muerta si sigues así.
—Victoria me contó, estaba muy preocupada, Lana. Tal vez deberías decirle —ella medita un poco.
—¿Cuan preocupada?
—Mas preocupada que cuando te escapaste por primera vez.
Ok, eso es bastante. Le diré, lo prometo—y silencio incomodo otra vez, al parecer esos son los únicos silencios que mi vida conoce.
Anda, discúlpate, como buena niña.
Aquí vamos, mis disculpas.
—Yo de verdad lo siento, Lana. Victoria me preguntó un día porque lo había hecho y no le supe responder así que si me vas a preguntar lo mismo no esperes una respuesta concreta porque no la hay, ni yo misma lo sé—paro para tratar de relajarme y ella asiente, seria y con las manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero—. No hay excusa, lo hice aun sabiendo que estaba mal. Lo hice y te traicioné mientras yo buscaba satisfacción propia, fui egoísta y a decir verdad no espero tu perdón. Solo quería disculparme. Fuiste mi mejor amiga por tanto tiempo, estuviste en mis peores momentos y yo estuve en los tuyos. Nos apoyamos en nuestras derrotas y celebramos nuestras victorias. Te amé mucho, aun lo hago, pero se que nuestra amistad llegó a su fin y se que yo fui la culpable.
—No solo fue tu culpa, Jil. Yo nunca debí de haberte gritado eso, hice algo espantoso. Antes creía que de verdad eras un monstruo, que tú lo habías echado a perder, que todo era tu culpa y que no merecías mi perdón, pero, Jil, después de hablarlo con mi psicóloga me di cuenta de mi error. Haberte dicho todo eso, a pesar de lo que hiciste no fue justo, así que lo siento. Yo aun te sigo queriendo, mucho, pero se que después no podemos volver a ser amigas.
—Lo sé, Lana, lo cagué.
— Lo cagamos, por partes iguales. Y creo que esta despedida es necesaria. Habernos disculpado y estar en paz las dos, por los años de amistad.
—Y por todas nuestras travesuras.
—Como cuando me ayudaste a esconder mi tatuaje—reímos de una manera llevadera al recordar cuando hicimos un desastre en el baño tratando de tapar su tatuaje en la muñeca. Un ángel, en nombre de su padre. Victoria no se enojó al saber el significado, al final del día las dos llorando mientras contaban anécdotas de él.
—O cuando escapamos con Sean y tuvimos que decir muchas mentiras—carcajeamos por el recuerdo. Nos cacharon a medio camino, nosotros tres borrachos e intentando no parecer así cuando volvimos a la ciudad. Pista: no lo logramos.
—Ay, Sean —el silencio que aparece ya no es incomodo, ahora es amistoso. Nuestras miradas se conectan con el ultimo cariño que se derrama en nuestros ojos.
Y sabemos que aquí es, que esta es nuestra despedida, que nuestros caminos se separan ahora. Y me duele, Lana fue mi amiga por tanto tiempo. Me duele saber que la perderé, de la misma forma que perdimos a Sean. El lazo que con tanto esfuerzo tratamos de hacer fuerte se rompe con este ultimo tirón. La unión de mejores amigas se desliza de nuestros corazones con lentitud y dolor. Quiero llorar, esconderme en sus brazos y susurrarle los "lo siento" mas extenso, solo para que regrese conmigo. Pero sé que no podemos, por la salud mental de ambas. Porque separadas podremos sanar y así seguir adelante. Ella con Lion y yo arreglando todo el daño que hice.
Y tal vez de esa forma volver a recuperar la paz mental que tuve por tantos años. Para poder volver a dormir con calma, sin sentirme como un monstruo y sin tener remordimientos. Cerré mi ciclo con Martín y ahora lo estoy haciendo con Lana. Necesito expulsar todo el daño que hay en mi vida para poder volver a sanar y tal vez volver a amar, aunque deba expulsar a mis padres. Y sé ahora, aun sin hacerlo, que no me dolerá ni un gramo.
Mis ojos se cristalizan y los suyos igual. Marrón claro y oscuro se juntan en una danza de amistad perdida y cariño viejo. Voy a llorar por ella, por nuestros 4 años de risas y lagrimas sin juzgar, sin problemas mayores que cuando nos robábamos la ropa de la otra y no la devolvíamos, con amor creciente. Pero ya fue, aquí es. Aquí se acaban esos 4 años para que queden recuerdo especiales en nuestra pequeña caja oculta en el armario.
Tal vez en unos años nosotras con nuestra vida hecha, con nuestra pareja o persona especial (espero), con hijos o solo caminando en el camino correcto nos acordemos de nosotras, veamos una foto añeja y pensemos en nosotras, en nosotros, en todo. En lo que pasamos e hicimos, todo y saquemos una sonrisa triste, abracemos la foto y digamos que las amistades se acaban, no importa que tan fuerte sea el lazo que las une, todo llega a su fin. Absolutamente todo. Nada es infinito. Y aquí es, nuestra ultima despedida.
—Aquí es— le digo.
—Sí, aquí es. Fue un gusto conocerte—duele, los finales siempre duelen y este es el nuestro. Me acerco y la abrazo. Siento la familiaridad de sus brazos, los que abracé o golpeé de broma por un periodo largo. Su olor a madera me embriaga. Nos envolvemos mientras sollozamos de manera agonizante—. Adiós, Jilliencita—el apodo me da gracia así que sonrió y contraataco.
—Adiós, Lana Lanita.
_________________________
Ay las amistades, tan bonitas, tan dolorosas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro