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Capítulo 8

Coramora, 15 de Septiembre del 2018

Axel llegó a la recepción y buscó con la mirada a la chica, su corazón latía rápido y sintió la necesidad de encontrarla para poder correr y abrazarla. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que la vio, que no recordaba cómo se sentía tenerla tan cerca.

Escuchó su voz junto a la del vigilante y caminó hasta la puerta principal. Sonrió al verla cruzada de brazos y mirando atacante al vigilante. Axel se acercó llamando la atención de ambos.

—Hey Will—saludó al vigilante. Por la mirada de Will, estaba seguro que no había reconocido a Jo o probablemente no sabía siquiera quién era. No era del tipo que escuchaba música del momento, se había quedado estancado en su época de los años 90.

—Señor Trail—lo saludó—, esta chica dice que lo conoce, pero sigo sus órdenes de no dejar pasar a nadie que no sea Griffin, T.J, Gino o sus padres—Axel asintió.

—Tranquilo, entiendo y gracias por eso—respondió Axel—. Ella es Joseline, es una amiga, así que puedes dejarla pasar cada vez que venga.

Will asintió y le abrió la puerta a Jo, ella entró y saludó a Axel con un abrazo rápido, se despidieron del vigilante y Axel tomó la mano de Jo para caminar con ella hasta el ascensor. Ahí, luego de marcar el piso y esperar a que las puertas se cerraran, le dio un abrazo esta vez mucho más largo; la tomó de la cintura y apoyó su cabeza en su cuello. Jo lo rodeó con sus brazos y cerró sus ojos disfrutando del abrazo.

Axel sonrió y suspiró, amaba abrazarla, sentirla tan cerca de él. La extrañaba y se sentía tonto por no haberla buscado antes. Se separó de ella y la miró a los ojos, Jo le sonrió y le lanzó un beso coqueto.

—Te hiciste un nuevo tatuaje—le señaló el brazo, ella asintió.

—No te hagas el sorprendido que le diste like a mi foto en Instagram—Axel echó una carcajada para luego encogerse de hombros.

—Bueno, quería romper la tensión del momento—respondió—. Tenía tiempo sin verte, te extrañé mucho.

—Yo igual—le dijo—, pero debía darte tu tiempo.

—Volví a ver a Jane.

—Lo sé, por eso estoy aquí.

—Griffin te lo dijo.

—Sabes que es un cotilla y que no se iba a quedar callado—rio. El ascensor abrió sus puertas y Jo salió primero seguida de Axel.

Este caminó hasta la puerta de su apartamento y le hizo una seña para que ella pasara.

—Cambiaste la decoración—le dijo dándole una mirada al lugar.

Las paredes habían cambiado su color a blanco, los muebles habían sido remplazados por unos de cuero y el ambiente era más armónico, la antigua decoración hacía ver un lugar un poco más tenso y pesado.

—Necesitaba un cambio en mi vida—cerró la puerta y caminó hacia ella—. ¿Quieres agua o algo de tomar? —ella negó—. También tengo doritos.

—Tú sí que me conoces—rio y se sentó en el sillón—. Quería saber cómo te sientes con todo esto, Griffin me estuvo contando un poco pero quiero conocerlo desde tu perspectiva. Sé que no te encuentras en tu mejor momento y que esto te está afectando hasta un poco que haces cosas que normalmente no haces, como beber hasta emborracharte.

—Te contó lo de ayer.

—Lo de ayer y lo del día en que la volviste a ver—Axel se sentó a su lado y Jo apoyó su cabeza en su hombro.

—No la entiendo. No le estoy pidiendo regresar, sólo quiero que me diga lo que sucede, su razón de irse y por qué rechaza cada uno de nuestros encuentros. Es como si no me quisiera tener cerca.

Jo permaneció un momento en silencio pensando en qué podía responder, con esa poca información podía darse cuenta de que Jane no deseaba a Axel en su vida, aunque las causas de ello podían ser infinitas. Meditó sus palabras y tomó la mano de Axel para calmar un poco el momento.

—Quizás, ella se encuentra en otro ritmo—le dijo—. Diferentes tonalidades, otra melodía.

—No es un quizás, estoy seguro de eso—respondió y apretó más su mano—, pero quiero la razón.

— ¿Se la has pedido?

—Sí, pero sólo dice que no lo voy a entender—bufó, Jo levantó su cabeza del hombro de Axel y lo miró fijo.

—Ese no es el Axel que conozco, él no se quedaría con la duda, mucho menos cuando tiene la respuesta tan cerca—se soltó de su mano—. Vamos a prepararnos algo de comer, que esa cara larga no la quiero ver—tomó su brazo y lo jaló haciendo que se parara del sillón, caminó llevándolo hasta la cocina y lo soltó para buscar en el refrigerador, qué podía preparar para ambos.

Axel la observó agacharse frente el refrigerador y sonrió, recordó las noches que pasaban juntos en donde se levantaban de madrugada a buscar algo de comer. Su relación con Jo fue la más completa, gracias a ella sintió un cambio, un antes y un después de su duelo por Jane.

Se acercó a ella para ayudarla, Jo le entregó un envase de plástico en donde había carne para hamburguesas y le pidió que la ayudara a aliñarla. Sacó la lechuga, el tomate y los colocó en un envase. Buscó agua y vinagre para desinfectarlos y mientras esperaba, tomó los panes para abrirlos y calentar la parrilla para la carne. Axel echó la carne en ella y se concentró en no quemarlas.

—Amo cocinar contigo—le dijo, Jo sonrió y tomó una paleta de madera y un cuchillo para picar el tomate—. ¿Recuerdas cuando fui a conocer a tus padres y me congelé hablando con tu papá? Él estaba en plan de: chico todo tranquilo, sé que te tiras a mi hija. Y yo como: ay dios mío.

Jo rio al recordar eso.

—Duró un mes riéndose de ti—confesó—. Tu reacción fue lo más épico de todo.

—Sólo me ha pasado eso dos veces.

— ¿Con Jane y conmigo? —volteó a verlo, Axel asintió—. No me sorprende.

—No la nombres—le dijo—. No quiero mencionarla cuando estoy contigo.

Jo asintió y continuó picando el tomate y la lechuga. Axel le entregó la carne ya cocida y se dispuso a preparar las hamburguesas. Luego de eso sirvió los platos y ambos se sentaron en el mesón para comer.

Axel observó a Jo intentando que no se le rompiera la hamburguesa y rio por lo tierna que se veía. Lo que más le gusta de Jo era la felicidad que tenía de hacerle olvidar todo dolor o toda inquietud que tuviese.

Ella sin duda era su uno en un millón.

~•~

Coramora, 16 de Septiembre del 2018

—T.J y Axel nos matarán cuando se enteren que fuimos a la playa y no les dijimos nada—comentó Gino, buscó la mirada de Griffin quién estaba fija en la carretera—. Gracias por aceptar venir, realmente quería hablar de esto con alguien.

—No sé realmente qué sucedió, pero sé que le debes a T.J una disculpa.

—Lo sé, pero es complicado.

—No creo que lo sea—bajó la velocidad del auto para cruzar y estacionarse frente a la playa.

El lugar se encontraba vacío, esa era una de las razones por las que Gino le pidió a Griffin ir a esa playa en específicas, el agua para el norte de la ciudad era muy fría por lo que nadie le gustaba llegarse a esa zona; era el lugar perfecto para conversar.

Ambos se bajaron de la camioneta y Gino le señaló unas sillas en donde podían sentarse. Caminaron hasta ellas y se sentaron, Gino miró sus manos y jugó con ella sin saber cómo conversar.

—Bien, ¿qué sucedió entre ustedes?

—Le hice una escena de celos por su nueva novia—respondió avergonzado, Griffin asintió—. Él lo tomó todo con calma pero yo sentí que lo estaba atacando, le eché la culpa de todo y...

— ¿Por qué le echaste la culpa? —preguntó interrumpiéndolo.

—Porque me puse celoso—confesó—. Tengo todavía sentimientos por él, puedo salir con miles de personas pero no se compara a cómo me siento cuando estoy con T.J; creo que cuando te llega la persona, no hay vuelta atrás. Puede que sea cierto eso que dicen, sólo te enamoras una vez, el resto de las veces intentas sentirte de la misma forma que la primera.

—T.J me contó la razón por la que ustedes terminaron—le dijo y volteó a verlo—. No quiero ser molesto ni atacante, pero tú tuviste la culpa.

—Era joven y con impulsos de deseo, no podía entender por qué él no se sentía de esa forma. Quería más de él, mis ambiciones fueron mayores a lo que él me ofrecía—respondió—. Cometí un error y me di cuenta tarde de eso.

—Bien—hizo una pausa—. ¿Cómo piensas acomodarlo?

—Realmente estás aquí por eso—se encogió de hombros—. Debo disculparme.

—Vamos a iniciar con eso—le dijo—. Luego, tendrás que conocer a Valentina—Gino hizo una mueca—, no es una mala chica. Los medios la hacen ver como una chica mimada pero es todo lo contrario, Axel todavía no la conoce, pueden hacerlo juntos.

—Ella notará que no me agrada.

—Sin prejuicios—respondió—. No la conoces, no puedes sacar una conclusión sobre ella; él la llevará al concierto de la próxima semana—se levantó de la silla—. La playa me da cierta nostalgia, me recuerda las fiestas de adolescentes cuando nos escapámos con el hermano de Jane.

—Cuando te hiciste amigo de todas esas chicas universitarias—rio—. Y luego decías que estabas soltero y sin nadie que te amara.

—Lo sigo estando—se encogió de hombros—. Aunque, hay una chica.

—La cantante del café—Griffin lo miró sin saber cómo se había enterado—. La mencionas siempre, no es un secreto para nadie en el estudio.

—Tiene novio, o bueno, tiene algo así como un novio.

—Y no te piensas meter.

—En parte, no es agradable ser el otro—respondió—. Aunque si ella me deja no tendría ningún problema. Me parece muy linda, podría intentar tener algo.

—A pesar de no ser una chica del medio.

—Es mucho mejor que no sea una chica del medio—respondió—. Tuve mi mala experiencia con Iris, pero no es nada como para cerrarse a la posibilidad.

—Me parece bien, Griff—le dijo—. Eres siempre el que está más centrado en la banda, necesitas tu momento de perderte por alguien.

—Le diré para salir un rato—confesó—. Algo tranquilo, que no la agobie a ella ni a mí, no quiero tampoco llamar la atención de los medios. No se han metido con nosotros en varios meses.

—Está bien, me gusta esa idea—se metió las manos en sus bolsillos—. Yo tendré que despejar mi mente, conoces a alguien, no sé.

—No olvidas a alguien con otra persona, tú lo sabes más que todos—lo acusó—. Sal con Julia, pasen el rato como amigos.

—Llamar a Julia—anotó mentalmente—. Sí, creo que es la mejor opción. Ya conoce lo que sucede, me salvará de alguna borrachera si me da por querer beber.

Griffin rodó los ojos.

—Estos millennials con sus formas tontas de olvidarse del mundo—chasqueó la lengua—. A veces me siento tan del siglo pasado.

Gino rió.

—Es eso o escribirle una canción.

—Sé cómo Axel, escríbele un álbum entero—se burló y Gino continuó riendo.

—Gracias Griff, por escucharme,

—Para eso están los amigos, vamos puñito—le dijo y chocó sus puños.

Gino negó en medio de la risa, lo mejor que tenía Kloss, era Griffin y nadie podía decir lo contrario a eso.

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Les presento a Jo, ¿qué tal les parece?

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