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Capítulo 7

Coramora, 14 de Septiembre del 2018

Axel le dio un golpe al volante. Su cuerpo temblaba por la rabia que sentía pero sabía que no podía hacer nada. Habían pasado nueve años, él había salido con chicas, no podía negarle a ella salir con alguien más también.

Pero pudo habérselo dicho.

Pudo habérselo dicho y se hubiese ahorrado miles de lágrimas luego de eso.

Le dio una mirada a la casa y tomó el volante con fuerza, encendió el auto y manejó hacia una dirección específica.

Iría a buscar a Jane.

Tenía que escucharla decirle todo, necesitaba que ella pudiese darle la cara y no verlo como un tonto. Axel sabía que Jane no quería estar con él nuevamente, pero si le hubiese dicho sobre Eric, las cosas no habrían estado tan feas.

Llegó al SuperPot, uno de los tantos supermercados de la ciudad, y esperó afuera de la entrada a que ella saliera.

Sacó su teléfono y lo usó mientras ella salía, revisó sus redes sociales y aprovechó para escribirle a Griffin.

Axel_8:54pm:

Ella está con alguien más, Griff

Axel_8:54pm:

Siento un dolor en el pecho

Axel_8:55pm:

Creo que me voy a morir

Suspiró y esperó a que le respondiera, pero para su mala suerte, justo en ese momento Griffin se encontraba ocupado con alguien más.

La vio salir con las bolsas del súper y la miró fijo hasta que ella se percató de su presencia. Hizo un gesto de sorpresa y luego se acercó a él con curiosidad.

— ¿Qué haces aquí?

—Vine a verte—le respondió—. Necesitamos hablar.

— ¿Cómo sabías que estaba aquí?

—Tu novio me lo dijo—Jane lo miró en seco y sólo asintió.

Axel se mantuvo con la mirada en ella esperando a que dijera algo, no podía irse así sin más, no podía rehacer su vida como nada hubiese pasado mientras que él estaba sufriendo. Era un acto egoísta, lo sabía, pero no podía verla cuando sabía que ella nunca quiso darle una explicación durante esos nueve años.

—Axel...

—Axel nada—le dijo—. Pudiste habérmelo dicho, no hubiese quedado como un estúpido al frente de él. ¿Qué te costaba decirlo?

—No entendería.

—Siempre dices eso—atacó—. Que no lo entendería, bueno, si me crees tan tonto, ¿entonces por qué no me lo explicas? A ver si así, sí puedo entenderte.

«Me tienen amenazada y por eso no puedo estar cerca de ti»—pensó en decirle, pero sabía que si lo hacía, él no volvería a ser el mismo.

Además, era peor para ella.

Seguramente Howie se enteraría y acabaría con todo lo que había construido con esfuerzo.

—No me sentía lista para tener una relación contigo—mintió—. Sabía que crecerías como cantante y miles de chicas estarían buscándote. Fui insegura y temí que las prefirieras a ellas y huí antes de que lo hicieras.

—No te habría abandonado—confesó—. Para ese momento estaba tan enamorado de ti que nadie podía cambiar eso, incluso cuando te fuiste, nadie pudo cambiar eso. Pudiste habérmelo dicho, nos teníamos confianza, podía ayudarte a que te dieras cuenta de que eso no iba a pasar.

—Por mucho que lo hicieras, seguiría pensando lo mismo—respondió—. Eso es algo que tenía de joven, era insegura con mi cuerpo, creí que conseguirías alguien mejor—suspiró—. Y lo hiciste, Stella Santoyo, Jo Inoa y Miranda Scorsese; todas son preciosas, modelos y cantantes reconocidas, y luego estoy yo, una editora de una revista.

—No te rebajes—le dijo—. En el mundo hay chicas preciosas, pero sólo hay una Jane Sanders.

Ella suspiró y quitó la mirada.

—Eric es mi novio desde hace cuatro años—comentó y luego lo miró, Axel sintió una punzada en el pecho—. Antes de él salí con un chico aunque no duramos mucho, sólo mese de relación, un año antes de conocer a Eric. Cuando vi a Eric, comencé a creer en el amor a primera vista. Fue en un bar, él sentó a mi lado y me invitó un trago, se lo acepté por cortesía pero cuando volteé a verlo sentí como si el tiempo se detuvo y sólo éramos él y yo. Me sentí extraña ese día, más porque no me había sentido así nunca, ni cuando estaba contigo.

—Puedes no apuntar tan fuerte, mi corazón tiene varios agujeros y sangra solo—le dijo él, Jane lo tomó de la mano pero Axel la soltó al instante—. No quiero tu lástima, Jane.

—Disculpa.

— ¿Por qué te disculpas? ¿Por tener novio o por haber desaparecido durante nueve años?

—Deja de decirlo así—le dijo—. Como si me odiaras, como si no pudieses entender mi lado de la historia.

—Entendería tu lado si tan sólo me la dijeras—le dijo—, pero no has hecho nada de eso.

—Si te lo digo todo cambiaría y sé que no será bueno.

~•~

Griffin corrió hasta la puerta de entrada y la abrió encontrándose Axel, sus ojos se encontraban un poco hinchados y supo que había estado llorando.

— ¿Puedo pasar? —le preguntó Axel, Griffin se echó a un lado.

— ¿Te encuentras bien? ¿Pasó algo con Jane?

Axel entró al apartamento y le echó una mirada a la sala.

— ¿Estás con alguien? Dime que no interrumpí un momento de sexo porque me voy.

—No no—respondió rápido—. No interrumpiste nada—Axel alzó una ceja.

—La mesa tiene dos copas de vino, hay alguien más aquí—le dijo, Griffin no dijo nada—. Como sea, quiero beber hasta olvidar a Jane, pero si voy a mi casa puede que haga algo estúpido como llamarla, así que estoy aquí. Iré a dormir a tu cuarto—comenzó a quitarse la camisa.

—Marie está en el cuarto—le dijo antes de que se desvistiera. Axel paró y sonrió.

—O sea que en tu cuarto está tu novia desnuda y tú dices que no interrumpí un momento de sexo—Griffin se sonrojó.

—Ella no está desnuda y tampoco es mi novia—le dijo—. Sólo está dormida porque bebió de más por estar en las mismas condiciones que tú.

—Los corazones rotos son un asco—habló, caminó hasta la cocina y Griffin lo siguió.

Abrió el refrigerador y sacó una lata de cerveza, la destapó y le dio un sorbo largo. Griffin no dijo nada al respecto, no era normal ver a Axel queriendo beber pero se había vuelto un tema al volver Jane a su vida.

—Está con alguien más—le dijo—. Se llama Eric y es el CEO de no sé cuál compañía—bebió otra vez—. Lo conocí y deblin, es mil veces mejor que yo. Tiene treinta, es empresario y también estudió leyes; me gustaría odiarlo pero incluso es agradable.

— ¿Desde hace cuánto no hablas con Jo? —Axel frunció el ceño.

—No sé, desde el año pasado supongo; ¿por qué lo preguntas?

—No nada—respondió—. Te acompañaré a beber, así no te emborrachas solo—Axel rió.

—Por eso eres mi mejor amigo—Griffin sacó una lata de cerveza de la nevera y se sentó con Axel en el mesón de la cocina—. Oye, Griff.

—Dime.

—Te gusta esa chica ¿cierto?

— ¿Ah? —volteó a verlo y sonrió al entender a quién se refería—. Me llama bastante la atención, pero tiene un tema con un chico y bueno, no quiero meterme en esa relación.

—A menos que ella quiera que te metas.

—Lo haría si me dejase—habló—. Pero la experiencia me dice que lo mejor es salir con chicas del medio, no es tan complicado para ellas acostumbrase a la atención que el mundo les dará.

Axel asintió, entendía su punto, era justo lo que Jane le había dicho. Lo mejor para un cantante era salir con alguien de su mismo medio o alguien que estuviese acostumbrado a todo el mundo de la fama.

Era lo más sano.

~•~

Coramora, 15 de Septiembre del 2018

Axel se despertó en el sillón de la sala y se llevó la mano a la cara restregándose los ojos, tenía una cierta presión en la cabeza pero sabía que era parte de las cervezas que se había tomado. Fijó su mirada en Griffin quién estaba sentado en el suelo frente al televisor jugando una partida de Mortal Kombat.

— ¿Cómo puedes estar tan bien luego de beber tanto anoche? —Griffin detuvo el juego y volteó a verlo.

—No me embriago como tú, conozco mi límite. Una vez lo pasé y me prometí no volver a eso.

—Jamás te he visto ebrio.

—Porque fue antes de hacernos amigos—le dijo—. Como sea, ¿jugamos una partida?

—Bien, pero déjame primero ir al baño—se levantó del sillón y caminó al baño.

Encendió la luz y lo primero que hizo fue verse en el espejo, tenía la zona debajo del ojo marcada con unas grandes ojeras, el cabello estaba despeinado y podía notar fácilmente sus ojos hinchados. Abrió el grifo y se echó un poco de agua en la cara, tomó su cepillo de dientes, que solía tener en casa de Griffin, y se cepilló rápidamente.

Luego caminó hacia el inodoro y se bajó el bóxer para poder orinar. Bajó el inodoro y subió su bóxer para luego lavarse las manos. Se miró en el espejo y se sintió tan estúpido; él era Axel Trail, no podía dejar que una chica lo hiciera sentir tan miserable.

Jane Sanders tenía que ser borrada de su vida.

Salió del baño y caminó hasta sentarse al lado de Griffin, este le entregó un control y escogió el personaje para jugar. Griffin le dio inicio a la partida y empezó a apretar los botones.

— ¡Me mataste! ¡Se supone que éramos del mismo equipo! —habló Griffin exasperado. Axel hizo una mueca.

—No no, no me vengas con eso de la lealtad porque tú me mataste la última vez que jugamos—se cruzó de hombros—. Estamos a mano—Griffin lo miró con indignación y sólo asintió para reiniciar entonces la partida.

Axel volteó un poco y se dio cuenta de que la chica de Griffin, Marie estaba allí parada observándolos, tocó con disimulo el pie de Griffin para luego darle una mirada discreta a Marie. Griffin volteó y se encontró con ella un tanto sonrojada y confundida.

— ¡Hola Marie! ¿Qué tal dormiste? —se levantó y se acercó a ella para darle un beso en la mejilla—. Inés vino en la mañana a limpiar y te preparó el desayuno, bueno, la verdad es que yo había comprado empanadas pero ella dijo que era demasiado grasoso y muchas cosas más que no me acuerdo, así que te hizo algo más de desayuno.

—Eh, nosotros...

— ¿Qué? —la miró curioso, Marie le dio una mirada a Axel quién había iniciado una partida en solitario—. Ven, ella guardó tu comida en el microondas.

La tomó de la mano y la llevó hasta la cocina, Axel sintió cómo su estómago gruñó del hambre y detuvo el juego para ir también con ellos.

Al entrar los vio y se percató, por la mirada de Marie, que seguía en bóxer y en suéter, pero le importaba tan poco, que caminó hacia la despensa de comida y buscó algo de comer.

— ¿Tienes Twistos? —le preguntó a Griffin, movió un par de chucherías y se volteó para verlo—. No tienes Twistos—dijo con fingida tristeza—. ¿Por qué?

—Porque te los comiste todos en la madrugada y no he ido al SuperPot a comprar más—respondió el pelinegro.

—Estoy sufriendo de un mal de amor y tú no me quieres dar Twistos—fingió un sollozo, Griffin se rió y se acercó para darle un buen abrazo a su amigo—. Oh, ¡aléjate! —el pelinegro lo abrazó con más fuerza—. ¡Griffin aléjate! —intentó soltarse.

—Para los males de amor, lo mejor es un buen abrazo de tu mejor amigo.

—Mi mejor amigo es Gino.

—Ni tú te crees esa farsa—se quejó y lo soltó. Volteó a ver a la chica—.Marie, Axel en un rato va a ir a la casa de su mamá que queda cerca en el centro de la ciudad, ¿quieres irte con él o prefieres esperar a que yo te lleve más tarde? —le preguntó.

—Prefiero que tú me lleves.

—Oh vale, fingiré que eso no me dolió—dramatizó Axel, Marie se rio.

—Realmente eres mi Kloss favorito.

—Oh no, eso no—la miró Griffin, ella sólo sonrió. Axel pasó su mano por su cuello—. Ahora se unieron en mi contra.

—Te dije que las chicas prefieren siempre al cantante—le sacó la lengua.

Griffin sólo rodó los ojos. Prefería mil veces que Axel lo molestara y riera, a verlo llorando por una chica.

~•~

Llegó a su casa y se lanzó al sillón, se quitó los zapatos y las medias y se quedó quieto terminando de analizar todo lo que había sucedido en esos dos días. Jane salía con alguien y no era él, llevaba cuatro años de relación y aseguraba que estaba enamorada y peor aún, había sido a primera vista.

¿Cómo competía? No quería competir.

El amor no era una competencia, no quería sentirse en una.

Su teléfono sonó y vio quién era.

Número privado.

Frunció el ceño porque nadie tenía su número, sólo sus allegados y ninguno se podría como privado y menos se lo daría a otra persona; no tenía pensado atender pero la duda del quién podría ser le ganó.

— ¿Aló? —habló.

—Tu vigilante no quiere dejarme pasar, así que necesito que bajes—escuchó y su corazón se aceleró de los nervios. Tomó fuerte el teléfono y habló.

—Jo, ¿eres tú?

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