Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Exposición.

Exposición. 

Tamborileo los dedos contra el pupitre aburrida, mi mente trata de distraerse de la charla con mamá y más de la pelea con los chicos. Trato de esconderla en alguna esquina oscura de mi cabeza, pero me es imposible evitar lo que pasó ayer, sus palabras resuenan en mí. Los odio por tener un poco de razón, me odio por quererlos y permitir que me afecten. Suelto un suspiro estresada del enredo de mis pensamientos, se ve tan tentador decir que iré al baño y luego ir a cualquier lugar menos el baño. No es hasta que noto a Liza pararse de su asiento cuando al fin caigo en cuenta de lo que sucede a mi alrededor, más o menos.

La profesora Vega está en silencio viendo su computador mientras todos están inmersos en sus propios asuntos, si esta fuera la clase de física con el profesor Kisu sería normal, pero estamos con Vega y el hecho de que no estemos leyendo o reflexionando sobre algo escrito hace décadas es preocupante.

Busco a alguien para pedirle explicaciones pues tal vez la profesora dijo algo mientras yo estaba en mi nube. Mis ojos caen sobre un odioso cintillo rojo, a quien le pertenece es la persona menos indicada para preguntarle, si yo soy quien pregunta, pero otro altercado no me vendría mal para olvidar el de ayer.

—Tss.

Me ignora.

—Hey.

Ni parpadea.

Decidida a hacer una bola de papel y tirársela, como la adolescente razonable que soy.

—¿Qué se te ofrece Matthews? —pregunta en tono cansado, advirtiendo mi vergonzoso plan.

—¿Qué hace la nueva al frente?

Dirigimos nuestra atención a Liza quien después de susurrar con la profesora regresa a su asiento, hurga en su mochila y guarda algo en su mano. No me mira por lo que no puedo preguntarle yo misma, pero la noto nerviosa. Como se abraza a sí misma mientras ve algo con Vega en la computadora, escondiendo sus manos y mordiendo su labio inferior inconsciente.

—¿Qué te hace creer que yo sé? Estoy sentada al igual que tú.

Ruedo los ojos— No te menosprecies Kat, tu trabajo de lamebotas da para más.

Dirige sus ojos furiosos a mí ganándose una sonrisa de mi parte. Katherine Wilson, presidenta de la clase y quién sabe qué cargos más ocupe, es como mi mejor enemiga, si eso existe siquiera. Tenemos una refrescante relación donde yo ataco con mi encantadora actitud y ella responde con el doble de entusiasmo.

—Sé la respuesta al igual que todos este salón y la sabrías tú de no ser por tus extensas excusas para no estar en clases.

—No son excusas.

—Tantas idas al baño no son normales, deberías ir al médico.

—¿La cuentas? Tan pendiente de mí como siempre. —Recuesto mi cabeza en mi mano viéndola girar sus ojos, sigue sin devolverme la mirada.

—Ni hablar de las salidas a esa estúpida banda.

—¿Celosa de que tenga más talentos que tú? ¿O que pase más tiempo con...?

—¿Qué tal si me vuelves a hablar en otra vida?

Sonrió sabiendo que está irritada, pero no juego con mi suerte y corto el rollo.

—Pues tengo pensado pasar más en clases lo que queda del año, tal vez te robe el récord de asistencia perfecta.

—Ayer. Química. No parecía.

Recuerdo el rato agradable que pase con Liza, no hemos vuelto hablar.

—¿Lo ves? Siempre notas mi ausencia.

—Cómo no notarla, todo se siente más tranquilo.

—Aburrido querrás decir, en fin, ayer tenía una excusa para faltar no fue del todo mi culpa. —Me dejo caer en mi silla despreocupada, juguetear con Kat es sencillo y refrescante.

—¿Estabas en la banda?

—¿Preguntas por tu alto amor a la música o por tu alto amor a Dereck?

Se gira a verme con ojos amenazantes, solo lo hace cuando quiere hacerme notar que estoy cruzando la línea, y como me gusta.

—Escuche que ya los abandonaste como...

Se calla al momento en que se apagan las luces. Ajusto mi visión al cambio repentino y recuerdo por qué inicie a hablar a Wilson en primer lugar. Liza está al frente y detrás se presenta un PowerPoint.

Silencio.

Largo e incómodo.

La profesora Vega termina de acomodar algo en el computador, y en el pizarrón se proyecta un fondo rosa pastel "Perseverancia" se lee.

—Alguien que me ayude con esto.

Impulsivamente me levanto de mi asiento para acercarme al computador, paso al lado de Liza quien evita mi mirada.

—Como ya saben la señorita Elizabeth se incorporó hace muy poco y debe la mitad de las notas del año, es deber de cada profesor pedir un proyecto que lo compense, y bueno continue señorita.

He aquí uno de mis contras.

Mis ojos vuelven a Liza, noto como su pecho se hincha repentinamente, un movimiento sutil, sus manos detrás de su espalda jugando con sus uñas que solo yo puedo ver, de frente de seguro luce como un porte formal y decidido, todo lo contrario a como la veo desde aquí. Tiene miedo, y quién no, apenas lleva dos días y ya tiene que pararse frente a un montón de desconocidos para exponerse.

—Un segundo —se acerca a mí, bueno al computador, y me indica qué hacer. Su cabello suelto cae cerca de mi rostro y el olor a coco me invade.

—Ey, tú puedes —susurro aprovechando nuestra cercanía, toco sus nudillos en un movimiento torpe tratando de apoyarla, se sobresalta y al fin me ve, muy cerca, por unos segundos y me sonríe.

Vuelve al centro del salón, suspira y da su mejor sonrisa, como si el miedo nunca hubiera estado consigo.

Doy inicio a la presentación.

—Van Gogh, Monet, Beethoven ¿Qué tienen en común estos tres nombres?

—Todos tienen la "o" en sus nombres —habla alguien intentando ser gracioso. No lo es.

—Que observador, pero a estas personas las conectan más cosas que solo una letra...

—Son artistas —comenta alguien interrumpiendo a Liza. Reprimo mis ganas de mandarle a callar.

—Lo son —Liza se gira hacia mí y doy inicio a su presentación—Van Gogh, un loco. Beethoven, un ermitaño. Monet un tonto. Tres nombres que marcaron un cambio pero en su camino se encontraron con múltiples baches.

Liza me da una señal con la mano y paso de diapositiva.

—Van Gogh menospreciado por los artistas de su época, rechazado pintor que en vida no vendió más de cuatro cuadros. Un artista atormentado que vivió en la soledad e incomprensión, su arte no era apreciado pero sus más de novecientas pinturas nos dejan en claro que le importo poco.

Doy paso a otra diapositiva que esta vez expone el rostro de quien supongo es Monet, porque ya mencionó a Van Gogh y sé cómo luce Beethoven -toda una conocedora del arte yo-.

—Claude Monet. Uno de los pintores que decidió ir por fuera de lo tradicional y normativo de la pintura en su época, expuesto a comentarios de burla y denigrando su arte. Luego su estilo predominó, el impresionismo, pero claro esto no es una clase de arte así que no hondare mucho en eso. —Ríe con confianza, como si hablara con algún amigo de toda la vida—. Aun cuando estaba bien posicionado las cosas no fueron bien, enfrentó una guerra y la muerte de su hijo, su condición de cataratas afectaba su manera de pintar, volvía a caer. Pero sus ojos empañados no hicieron más que ayudarle a incursionar en el arte abstracto, de nuevo triunfando y siendo aún más reconocido.

Siguiente diapositiva.

—Van Beethoven. Creció rodeado de muerte, abusos, en un hogar frío encontró calidez en la música. A sus veintiséis años enfrentó el comienzo de lo que debió ser su fin, la sordera. Pero ya sabemos cómo acabó eso ¿no?

—Yo no...

—El punto es —Liza se apresura a hablar antes de que dañen su discurso— estos artistas son un ejemplo de perseverancia. El cuál es el tema de esto, porque como dije es clase de Literatura no Arte —ríe— Perseverancia impulsada por pasión, alimentada de sueños. Estas personas que tuvieron la corriente en contra siguieron nadando hasta alcanzar orilla. Usando sus problemas y condiciones, las burlas y fallas como combustible para seguir.

» A veces, nuestros sueños pueden parecer inalcanzables y el temor al fracaso puede acecharnos. Sigamos haciendo lo que nos apasiona, aunque no sepamos a dónde nos llevará.

» Pese al miedo, pese al fracaso, pese a todo siguieron porque tenían un sueño y cuando tienes un sueño nada más importa. Ni el qué dirán ni cuántos tropiezos nos demos en el camino deben detenernos porque cada paso nos acerca a esa meta, incluso cuando retrocedemos solo seguimos aprendiendo. Así que, sigamos pintando, componiendo, creando o persiguiendo cualquier pasión que nos llene de vida, porque en ese proceso, encontraremos la verdadera esencia de nuestro ser.

Yo estaba tan absorta en su manera de expresarse, su voz me envolvía haciéndome sentir que solo éramos la dos en el salón, que me hablaba solo a mí. Sus palabras calaron más allá de mi piel, estremeciéndome, sintiéndose muy personal. Estaba tan embelesada que no noté cuando dejo de hablar, encendieron la luz y la profesora Vega, con lágrimas en sus ojos, me botaba de su asiento. No fui la única que sintió una catarsis noté al ver como algunos veían de más a Liza, con un brillo en los ojos que no me agradaba.

Me disculpé y volví a mi puesto. Vega felicitó con euforia a Liza

—Eres la estudiante que siempre desee tener. —Se secó una lágrima melodramática.

Noté cómo Kat veía su incómoda interacción.

—¿Celosa?

Necesito que me distraiga porque acabaré sobre pensando el resto de la clase, y del día tal vez.

Pestañea saliendo de su burbuja y se gira con su careta fría y superficial nuevamente.

—Matthews ya agotaste mi reserva para soportarte de —finge pensar— lo que queda del año. Piérdete.

Abre su libreta y obvia mi existencia. Yo me lo busque.

Saco con urgencia mis auriculares y me los coloco aprovechando que la señora Vega se niega a soltar a Liza y yo me niego a tener una crisis. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro