Siempre que veía a la chica misteriosa, se escondía de ella, fingía que le hablaba alguien o como que se le había olvidado algo.

Sin duda alguna, el estar corriendo constantemente era aburrido y tedioso, cuando veía a la chica se escondía.

En una ocasión la vio de frente.

-Oye, disculpa. –Dijo ella.

-¡¿Qué dices?, ya voy Luis! –Javier comenzó a correr lo más rápido que pudo para escapar de la chica.

-Siempre que le hablo está ocupado...ni modo.

Cuando dejo de correr, Javier tomo una enorme bocanada de aire.

Y así fueron los primeros días de sus vacaciones, corriendo de aquí para allá, escondiéndose detrás de un árbol, detrás de las personas. Empezaba a molestarlo aquella situación.

¿Pero que más podía hacer?, realmente no tenía muchas opciones, era eso o que lo tiraran de mirón.

Pero pronto una pregunta se formuló en su cabeza.

-¿Por qué me buscaba con tanta insistencia?...¿estará más enojada todavía?, ¡maldita sea, ¿Por qué me pasan estas cosas a mí?!

Javier ya se estaba desesperando de hacer la misma rutina de los días anteriores, era despertarse apenas abría la barra de desayuno para comer lo más rápido posible y luego estar en su habitación sin hacer nada.

Y eso era lo que agobiaba: el aburrimiento.

Él se maldecía por haberse quedado a ver, maldecía al águila que se había llevado su reloj además de delatarlo.

O eso era lo que Javier pensaba, porque en realidad el reloj no estaba perdido, lo tenía una persona muy en específico.

La chica buscaba con mucha más instancia y desesperación a Javier ya que no lo veía por ningún lado, podía ver a Luis o a sus padres. Pero a él no.

Ya fue hasta que se hartó de tanto busca y decidió preguntarle directamente a Luis.

-Hola, ¿te puedo hacer una pregunta? –Dijo ella.

-No, no tengo novia, ¿alguna otra pregunta? –Respondió Luis con una sonrisa.

-He bueno, no era sobre ti en realidad.

-¿De qué era la pregunta?

-El chico que de veces estaba contigo, ¿es tu hermano?

-Sí, es mi hermano menor, ¿Por qué preguntas?

-Es que encontré su reloj. Pero siempre que se lo trato de devolver está ocupado y nunca lo encuentro.

-¿Quieres que se lo devuelva?

La chica se lo pensó unos segundos, ¿Qué sería mejor para ella?

Luis se preguntaba cómo es que la chica había encontrado el reloj de Javier, y también se preguntaba el cómo sabía que era suyo.

-No gracias, prefiero dárselo yo. –Finalmente dijo la chica.

-¿Quieres que le hable? –Pregunto Luis.

-No quiero darte molestias, ¿Por qué no mejor me das el número de su habitación?

-Si tú lo prefieres. –Luis anoto el número de la habitación en una servilleta.

Como aún era temprano, Javier estaba dormido, estaba soñando que la chica estaba bañándose tranquilamente en el rio, mientras el observaba como si nada estuviera pasando.

Cuando la chica toco la puerta, Javier se sobre salto ya que en sus sueños, ahí fue cuando el águila lo ataco.

-Pinches sueños de mierda. –Se quejó.

Cuando fue a abrir la puerta pensó que era su hermano así que abrió como si nada y luego se devolvió a la cama.

-¿Ya están desayunando?, dile a mamá que no tengo hambre hoy, Ouaaagh.

Ouaaagh: onomatopeya de bostezo.

-Di-disculpa.

Al no reconocer esa voz, Javier rápidamente se levantó de la cama para ver quién era y cuando vio que era la chica se quedó en blanco.

No sabía que decir ni cómo reaccionar.

-Te he estado buscando por algo importante. –La chica comenzó a enredar su cabello sobre su dedo mientras miraba a otro lado.

-E-es por lo del rio...sigh, está bien lo acepto, te estaba viendo...perdón.

Sigh: onomatopeya de suspiro.

La chica solo abrió los ojos de la sorpresa que le causaba eso.

-En realidad solo vine a devolverte tu reloj ya que se te había caído cuando te ataco el águila.

-Maldita sea, carajo...¿Por qué no dejan de pasarme cosas malas a mí? –Pensó Javier.

-¿En-entonces si estabas viéndome? –Pregunto la chica un poco sonrojada.

-¡N-no, lo que pasa es que a veces no se ni que estoy hablando, pe-pero te aseguro que no era así!

La chica pronto extendió la mano para darle el reloj a Javier.

-Está bien...quiero creerte, pero dime una cosa.

-¡La que sea, te diré lo que sea!

-¿Qué hacías detrás de ese árbol?

Javier no se lo pensó mucho e invento un pretexto un poco tonto pero creíble.

-Estaba buscando alguna fruta, como no había desayunado pues tenía hambre.

-Ah, es mejor que busques en los arbustos, por estos árboles no encontraras nada de frutas.

-¿Cómo lo sabes?

-Vengo a la montaña cada verano, aunque se supone que deba hacer calor siempre hace frio las veces que vengo.

-Bueno eso sí, últimamente el clima esta del asco.

-Sin duda alguna, me gusta el calor pero la verdad es que últimamente esta insoportable.

-Y que lo digas, yo vengo solo porque me gusta el frio. –De la nada, un pensamiento cruzo la cabeza de Javier. -¿Por qué no damos un paseo por la montaña mientras platicamos?

-Claro...me encantaría, puede que me agrades después de todo.

Javier vio su reloj y miro la hora.

-Bueno son las 10, ¿nos vemos a las 12 en la entrada del hotel?

-Claro, me encantaría.

La chica pronto fue a su habitación la cual estaba al final del pasillo. La habitación de Javier era la primera del segundo piso.

De ahí, también había un pequeño living hasta el final del pasillo, no era muy grande pero de todas formas se podía conversar sin problema alguno.

____________________________________

Tengo mucho sueño :'v
Se que el capitulo estuvo corto pero ya saben guiño guiño son dos capítulos por semana.
Díganle a toda persona que usa wattpad que venga a leer ¡que la historia se propague por todos los rincones alv!
Nos vemos el viernes mis chatos

-Arturo