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Olvidar lo inolvidable

Después del devastador golpe a la moral de Javier, él se mantuvo cabizbajo, sin ganas de estar en la escuela, Raúl especialmente lo miraba con un estado de ánimo muy lúgubre.

Y es que era así, de todas las explicaciones que él se trataba de dar ninguna lo podía convencer, el simplemente pensaba que esa chica que lo había bateado era el amor de su vida.

No le importaba que tan diferente fuera, que tan distante se mantuviera ella, Javier siempre pensaba que seguía siendo el amor de su vida.

Pero por falta de valor y por miedo a ser finiquitado de una vez por todas...él se mantenía en silencio.

Siempre sentado tranquilamente sobre su banca, con ese aire de que parecía gritar desesperadamente por ayuda.

Prácticamente no había nadie que lo pudiera ayudar, su familia no le daba bolas, sus amigos no sabían que hacer...Javier estaba solo en un mundo tan enorme, y es que a él no había nada que le aterrera más que quedarse solo habiendo tanta gente como gotas de agua en el ancho y largo mar.

Sabía que necesitaba ayuda, pero no la quería pedir, no estaba seguro si la recibiría por que las personas que lo rodeaban eran como un simple adorno más, un adorno que lo atormentaba.

Pero ya Raúl no podía soportar verlo así ni un segundo más. Él era muy mujeriego, así que conseguir unas cuantas amigas para que consolaran a Javier no era mucho problema.

-Oye, este sábado hay una fiesta y no tengo con quien ir...¿Por qué no vamos?, sirve que echamos un poco de desmadre. –Sugirió Raúl.

Pero Javier no se dignó ni de verlo a los ojos, estaba aún en ese estado catatónico de no poder recibir ayuda por más que gritara por ella.

-Wey, ¿vamos o no vamos? –Insistió Raúl.

-¿A una fiesta?....seguramente no me vendrán mal unos tragos.

Puede que estuviera triste, pero sin duda una buena idea, (supuestamente), podría ser beber un poco.

-Así se habla, esa es la actitud. –Raúl solo se limitó a dar unos golpecitos con la palma de su mano en la cabeza de Javier.

-El sábado...eso es en dos días. –Pensó Javier.

Beto no iría, a él casi no le gustaba salir a fiestas, si él tomaba era únicamente en su casa o en la banqueta, que por alguna razón se le hacía sumamente divertido.

Ya el sábado en la noche, Javier no se dignaría ni siquiera a avisar que saldría, Luis siempre escapaba de casa y regresaba hasta que se le diera la gana, ¿Por qué él no podría hacer lo mismo?

Ahora solo tendría que reunirse con Raúl en el centro de la ciudad, específicamente en San Francisco, para irse hasta a la dichosa fiesta en taxi.

Javier era una persona que casi no sabía de direcciones, por eso mismo prefirió irse junto con Raúl.

-Estaba...estaba pensando en presentarte algunas amigas. Tal vez así dejes de estar triste.

Javier había adoptado una personalidad como si fuera Jack Torrence de "El resplandor"

-¿Unas amigas?...creo que no te has dado cuenta, ¡creo que no te has dado cuenta que no quiero nada con ninguna mujer más que con ella!

-Vamos, ya olvídala...no te lo tomes a mal, pero si ella te olvido después de todas las promesas que hicieron, ¿Por qué tu no haces lo mismo?

-¿Hacer lo mismo?, se puede decir que prácticamente le jure con mi vida buscarla, encontrarla para poder ser felices como lo fuimos durante esas tres semanas.

-Pero no sabes ni su nombre, ¿has buscado en diccionarios de nombres?

-Sí, ya lo hice.

-¿Y?, ¿Encontraste algo?

Ya se podían observar las luces de neón en los centros nocturnos y bares cercanos al planetario de la ciudad, simplemente se podía ver la diferencia de la zona centro a esta parte de la ciudad.

Los árboles estaban al por mayor, mientras que el penetrante olor del rio de aguas negras sobre la avenida cada vez más mostraba su presencia.

Había caído una pequeña llovizna, por lo que las calles estaban mojadas, pero no había problema alguno en eso, solo podías resbalar si no tenías suficiente cuidado.

-No encontré nada, ningún nombre me pareció familiar. –Refunfuño Javier de manera molesta.

-¿Lo ves?, vamos Javier, peces hay muchos en el río...solo es cosa de que atrapes alguno de ellos, todas mis amigas son chicas lindas.

Javier era una persona atractiva...pero no estaba seguro de si las amigas de Raúl estarían interesadas en él. Aunque no negaba que la idea le atraía bastante.

-Está bien...solo esta vez, y si no encuentro a ninguna mujer que me guste lo olvidamos. –Expreso Javier.

-Si claro, lo que tú digas. –El trato estaba hecho.

Una vez llegaron a la calle que era y pagaron lo que era del taxi bajaron de él...y se notaba que había muchas mujeres solteronas en busca de sexo rápido y sencillo.

Esas chicas podían no tener más de 16 años y algunas de ellas parecían prostitutas, mascando chicle y mirando su celular, como si esperaran a que alguien les mostrara un fajo de billetes y se las llevaran a algún cuarto de hotel

Javier estaba horrorizado viendo esa escena tan triste, ¿acaso esta era la generación que repararía los errores que los millennials dejarían? Simplemente era como esperar que una vaca volara colocándole unas alas de un pequeño pollito.

Pero no podía evitar que algunas de esas y otras chicas más decentes le llamaban la atención, ahí fue cuando simplemente tomo una actitud completamente hedonista, y se dejó llevar.

No fue que sus pensamientos se despejaron cuando unas chicas gritaron y corrieron a su dirección.

-¡Raúl! –Gritaron 4 chicas.

-Hola, tanto tiempo sin vernos. –Raúl las saludo a todas de beso.

-Ellas son: Mariana, Jocelyn, Mary y Liz. Son amigas mías.

-Un placer. –Javier las saludo de beso igualmente.

-Pues bien, él es mi amigo Javier, está un poco triste porque lo batearon bien culero, pero por eso se los quiero presentar.

Una de las chicas abrió los ojos con peculiar interés, daba la sensación de que ella había avistado a su próxima presa.

-¿De verdad?, pero si eres tan guapo. –Dijo ella mientras ponía su mano en el pecho de Javier.

-Pues ya vez, algunas veces las mujeres son insufribles...¿tú eres una de esas? –Dijo Javier.

-¿Por qué no lo averiguas?

La actitud un poco retadora de Javier llamo a atención de otra de las chicas, serian dos mujeres para los dos amigos.

-Bien, ahora, ¿Por qué no nos divertimos un poco?

La fiesta ya había empezado desde hacía algún rato, por lo cual los 6 chicos simplemente empezaron a bailar y a disfrutar de la fiesta.

Era en un patio, estaba el pasto verde pero bien cortado, algunas mesas de cemento al igual que las sillas que las adornaban.

Al pasar una hora de baile, y como Javier no estaba acostumbrado a eso, él se sentó en una de las mesas mientras bebía un vaso lleno de whiskey...encontraría una solución a las miserias de su vida refugiándose en lo peor.

-Por ella. –Dijo Javier mientras se acababa todo el contenido del vaso.

-¿Quién es ella? –Preguntó Mary.

-El amor de mi vida...ese que se me escapo como arena entre los dedos. –Javier recordó rápidamente el sueño que tuvo donde ella aparecía.

-¿Y de verdad no la puedes olvidar?

-Es como si te dijera que olvidaras al amor de tu vida...no espero que lo entiendas.

-Oh vamos, todo se olvida con unos cuantos besos.

La chica tomo de la pierna a Javier y lo sostuvo por detrás de la cabeza mientras juntaba sus labios con los de Javier.

Al principio él se resistía, pero recordó la forma tan horrible en que la chica lo había tratado. Eso y además de que ya se le habían subido los tragos.

Tres vasos llenos de whisky solo...a Javier sí que le gustaba hacerse sufrir. Muy pocos soportan un solo trago de licor solo, ¿y ahora tomarse tres vasos llenos? Simplemente una locura digna de un hombre destrozado.

Pero la cosa no se detuvo ahí, la bestia que estaba encadenada en el interior de Javier estaba deseosa de salir, el mismo sentimiento que tuvo por la chica del hotel estaba de regreso.

-Javier tomo de la cintura a la chica y la levantó del suelo, mientras le daba un beso un poco descontrolado.

Después de algunos segundos de besos, regresaron con Raúl, tomados de la mano.

-Veo que ya estuvieron "conociéndose". –Dijo Raúl mientras Javier le daba un golpecito en el brazo.

-De todas formas te doy gracias. –Expreso Javier.

Cuando tomaron el ritmo de la música, todos comenzaron a bailar, pero en especial Raúl y la chica que acababa de conocer.

Mary...ese era su nombre, de ser necesario lo anotaría en su mano para no olvidarlo jamás...no cometería el mismo error dos veces.

Y es que sumado con los tragos que tomó, estaba un poco melancólico, el saber que lo mejor que le había pasado en la vida se había escapado...y todo por su culpa.

Pero Mary lo animaba dándole algunos besos, cuando notaba una cara larga, ella de inmediato lo consolaba con algún beso o una caricia. Se notaba que ella estaba interesada en Javier.

-¿Por qué te pones triste?, ¿no te gusta estar conmigo? –Preguntó Mary.

-No...No es eso, lo que pasa es que estoy recordando a la chica que te dije hace rato.

-ya olvídala...no te presiono para que lo hagas, pero recordar los sinsabores que suceden, es mejor ver lo que se tiene por delante.

Puede que la chica estuviera un poco borracha, pero al fin y al cabo las palabras que decían eran verdad, se podía decir que algunos hombres borrachos son muy sabios, como los famosos maestros orientales que toman sake como si fuera agua.

Javier solo hizo un gesto dándole la razón a la chica.

-Pues en realidad...tienes razón.

-Vamos, disfruta de la fiesta, ¿Qué tal si te lamentas el día de mañana por no disfrutarla?

-Cierto.

Javier por impulso extendió su cabeza para darle un beso a la sabia chica, la cual se podía decir que conocía bastante más de la vida que Javier.

Pero, había algo que lo incomodaba, atado a uno de los postes había un hilo rojo retorcido sobre sí mismo, Javier pensó en la historia que la chica le conto...el cómo había visto en su meñique ese famoso hilo rojo.

-¿Estás pensando otra vez? –Pregunto la chica mientras sonreía a Javier.

-Pe-perdón...no es nada importante.

Ya de una vez decidiría tratar de olvidar a la chica que le había hecho tanto bien como mal, y efectivamente le había hecho pasar varios sin sabores.

Prácticamente trataría de olvidar lo inolvidable.

Cuando comenzó la música Rock de los años 50, Javier perdió la compostura y comenzó a bailar muy animadamente.

Bailaba bien, como se hacía en esos años, la gente le chiflaba y le aplaudía con bastante alegría ya que lo hacía bien.

Incluso, Mary se unió a él, ambos bailaron Rock and Roll de manera alegre y animada, se podía decir que sus pesadumbres y sus tristezas se sacudían como polvo al bailar.

Pero la alegría se acabó cuando un sujeto bastante borracho, trato de darle un golpe a Javier por que le piso un pie accidentalmente.

Por suerte, el tipo estaba muy, pero muy borracho, por lo cual de un solo empujón lo tiro al suelo.

La gente grito alegre y reanudaron la danza, estaban bailando Molinos de viento muy animadamente, y todo gracias a Javier.

Al irse de la fiesta, Javier estaba bastante tomado, aunque podía caminar lo hacía de manera inconsciente.

Raúl ni siquiera noto cuando se había ido...o con quien se había ido.

Solo despertó a la mañana siguiente con una sed endiablada,

-Vaya nochecita. –Pensó.

Había llegado sabe Dios cómo, pero había llegado a "La soledad", cuando eso quedaba algo lejos de donde había pasado la fiesta.

Mientras se vestía, buscaba alguna puerta, algún lugar por donde irse...mientras veía a la Mary acostada en la cama.

Dejo una nota que decía que se tenía que ir o de lo contrario sus padres lo matarían. Salió por la puerta como si fuera su casa y se fue.

Caminando, se dio cuenta que las calles se le hacían conocidas, estaba cerca del barrio de un amigo, y es que de hecho, cerca de ahí estaba su secundaria así que tomar el camino a casa no fue difícil.

No es necesario decir que cuando llego a casa, sus padres lo esperaban furioso, pero él no le tomo la más mínima importancia ya que no estaba de humor para ellos.

Raúl marco a su celular para saber si estaba vivo después de la noche que sucedió.

-¿Qué paso?, ¿Por qué de la nada te fuiste? –Preguntó Raúl.

-¿La verdad?...creo que solamente tenía ganas de conocer bien a Mary.

-Serás cabrón, nunca pensé que fueras tan a lo bestia.

Javier soltó una pequeña risa.

-Que desmadre hice ayer, neñ, pues al fin y al cabo fui a conocer mujeres.

Ninguno de los dos podía negarlo, se la pasaron bien aunque se separaron durante la fiesta.

-¿Y qué paso?, ¿si vas a salir con Mary?

-Pues creo que al final si, de hecho tengo su número en mi celular...¿no va en la escuela?

-Exacto, va en la escuela y te la puedes ligar todavía.

-Bueno...si lo pones así, ¡creo que está bien!

Ya el lunes en la escuela, Javier busco a Mary, una chica que podía hacerlo olvidar.

-Veo que los rumores eran ciertos. –Dijo Beto al mirar a Javier. -¿Si estuviste con alguna chica?

-Pues ya ves que sí, anduve con una chava que me presento Raúl.

-Pues está bien, anda preguntando por ti una tal Mary, yo creo que debe ser ella.

-Está bien, ya en clase te cuento como estuvo el desmadre.

-No hace falta, ya me lo contaron todo.

Beto se fue riendo a carcajadas, mientras Javier se ponía a Buscar a la dichosa Mary.

Ella era castaña, muy blanca y con algunas pecas, un poco menos alta que Javier y de figura delgada con una cintura bien marcada.

Sin duda, Javier en ese momento pensó que se había sacado la lotería.

-Hola. –Dijo ella tímidamente cuando la encontró.

-¿Cómo estás? –Javier saludo de beso.

-Ya eres celebridad aquí en la escuela, nadie se cree que alguien como tú se pueda poner así.

-No me acuerdo...creo que solamente me quería divertir un rato.

-¿Era por mí? –Preguntó Mary traviesamente.

-Sí, seguramente me divertí contigo anoche...aunque si te soy sincero no recuerdo muchas cosas

Javier miraba a Mary muy hermosa, casi tan hermosa como ella...pero no podía simplemente reemplazarla así como así.

-¿Te parece si platicamos en receso? –Preguntó Javier.

-Claro, sirve que te recuerdo todas las cosas que hiciste anoche.

Javier soltó una risa de lo más natura, al fin y al cabo la chica tenía razón.

Iban en salones diferentes por mala suerte para ambos, pero no importaba siempre y cuando pudieran verse en receso para platicar de lo que fuera.

¿Ese sería el final de su hilo rojo, o el trayecto apenas estaba comenzando?

-¿Qué paso?, maldito desgraciado. –Saludo Raúl mientras chocaba la mano con Javier. -Te divertiste anoche, ¿verdad?

-Pues claro...oye, de verdad gracias por invitarme, creo que me hacía falta.

-Para eso somos los amigos, ya luego con Beto nos podemos tomar unas cervezas en su casa.

-Claro...de hecho, voy a platicar con Mary en el receso, ¿Cómo la vez?

-¡Esta con madre!, la verdad es que Mary es linda, y ya ves que tiene buen cuerpo y todo, creo que saliste bien después de todo.

-Si...de hecho es justo lo que estoy pensando...creo que con ella me saque la lotería.

En cierta parte Javier tenía razón, Mary tenía varios pretendientes, pero ninguno de ellos llamaba su atención, prefería a Javier no solo por su físico, sino también porque era un chico brillante y que hablaba de muchos temas que a ella también le gustaban.

Estaban las películas, que Mary prefería de amor pero conocía varias que Javier le platicaba, como lo eran algunas películas modernas, como algunos dramas de acción o simplemente dramas sin más.

También platicaron de música, ¿Qué música les gustaba más?

El contesto lo mismo cuando su compañera se lo pregunto en el hotel...Rock alemán y Mago de Oz.

Pero los gustos de la chica eran un poco curiosos, era ese tipo de música oriental, K-pop, según Javier era música japonesa pero ya ni por el nombre.

Ella estaba loca por esa música, Quizá y era buen género...pero no se pondría a escucharlo solo para sacar una plática.

Hablaron de algunos temas más, por ejemplo: ¿Cuál era su zona favorita de Morelia?, ¿Qué bachillerato iban a escoger? Y ese tipo de cosas.

El receso se pasó como segundos, ambos se la pasaron muy bien, pero en especial Mary.

Javier sentía algo que hacia un tiempo había olvidado, ¿era enamoramiento o amor verdadero? Sin duda algo difícil de decir.

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Olvide subir capítulo ayer ya que estoy de vacaciones y olvido en que día vivo xd
Ya aquí la historia se pone más interesante.

Nos vemos el viernes

-Arturo

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