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Llegada

La familia de Javier estaba en el auto en dirección a la montaña, en donde pasarían de vacaciones en un hotel en la falda de esta.

-¿Todavía falta mucho? -Preguntó el hermano mayor de Javier.

-No mucho, solo como 20 minutos. -Contestó el padre de los jóvenes.

Javier estaba escuchando música mientras veía el paisaje, se imaginaba como sería una batalla futurista en él. Era un gran aficionado de las historias que ocurrían en una galaxia muy, muy lejana.

Pero esta vez el viajaría muy, muy lejos sin necesidad de dar un solo paso fuera del hotel donde estaría hospedado.

Cuando finalmente llegaron, Javier arrogo la maleta a la cama y se recostó también.

-Que viaje tan pesado...hacia demasiado calor. -Pensó.

.Oye Javier, date prisa para el recorrido de las cercanías del hotel. -Le dijo su hermano mientras le arrogaba una almohada a la cabeza.

-Ya voy. -Refunfuño Javier mientras se levantaba de la cama. -No puedo creer que ya tan rápido comience todo.

Pasarían algunas semanas en aquella montaña, así que trataría de disfrutarlo lo más que pudiera.

Así que solo se puso una chamarra ya que en la montaña haría un frio que hasta le calaría los huesos.

El recorrido inicial fue demasiado aburrido para él, lo único que salvaba la experiencia fueron las grandes vistas que tenía la montaña, en una de ellas había un arroyo.

Y como Javier tenía la mala costumbre de ir de curioso, se separó del grupo.

Tomo una rama que le serviría para hacer senderismo, apoyándose entre las rocas que estaban en el suelo.

El bosque que rodeaba la montaña era muy basto, estaba repleto de pequeños arbustos y grandes árboles.

Además usaría esa rama para asustar a cualquier animalillo que estuviera por ahí.

Cuando camino lo suficiente llego a una de las vistas de la montaña. Era un enorme valle en donde había árboles y un pequeño rio.

De la nada, un sentimiento de alegría invadió a Javier, era tanto que le dieron ganas de reír.

Y mientras reía grito con toda su fuerza: "¡Soy el rey del mundo!"

-No, ya estoy demasiado grande para decir esas estupideces. -Se burló de sí mismo mientras reía una vez más.

Tomo una pequeña piedra y la arrogo lo más lejos que pudo, cayendo esta al rio que estaba en medio del valle.

Después de esa aventura regreso con el grupo. Su familia no se había dado cuenta de su ausencia.

Ellos finalmente estaban regresando al hotel, seguramente Javier se escaparía durante la noche para recorrer la montaña por su cuenta. Era bástate aventurero.

Cuando llegaron al hotel ya eran las 6 de la tarde.

El hotel era uno gigantesco, del tamaño de una gran mansión.

Solamente la entrada y el living del mismo eran del tamaño de una casa pequeña.

Había mesas y sillas para que la gente se sentara, por lo menos había un total de 150 habitaciones en todo el enorme complejo.

El salón del bar era por lo menos de unos 10 metros ancho y unos 4 de largo. Había mesas de billar, sillas, algunas masetas con palmas y sobre todo gran cantidad de licores y variedad de cocteles que valían no más de 30 pesos.

Pero ese solo era el primer piso, en el segundo y tercero ya eran nada más que habitaciones.

El gran comedor era como un restaurante, había una gran barra de comida y varias mesas en donde se ponían los platillos a escoger.

Como era la hora del té había una mesa repleta de pastelillos, además de lógicamente el café y el té que se servían.

Mientras Javier tomaba un pastelillo, una mano se extendió para tomar el mismo que él.

Javier volteo a ver y se dio cuenta que era una chica muy linda.

-Perdón, tomare otro. -Dijo la chica.

-No, no. Toma este...yo en realidad no tengo mucha hambre. -Se excusó Javier.

-Bueno, gracias. -La chica tomo el pastelillo y finalmente se fue.

-Joder...que linda es. -Pensó Javier mientras tomaba otro pastelillo y una taza de café.

Pero rápidamente Javier olvido eso y solo se concentró en ir a su cama a descansar un poco sus pies los cuales estaban por matarlo.

-Finalmente un poco de paz. -Pensó mientras se recostaba en la cama.

Rápidamente saco su celular y comenzó a ver que clave de internet era la correcta.

Así que una vez se conectó, comenzó a ver algunos videos hasta que le entro sueño.

Como estaba tan cómodo decidió no salir del hotel, además este seguramente estaría cerrado o algo así.

Así que decidió caer en las garras de Morfeo para despertarse a las 10 de la mañana.

Como su familia aun dormía, el dejo una nota que decía: "Voy a caminar, ya regreso."

Así que poniéndose sus botas de escalada que había comprado, además de un chaleco y una playera de manga larga de color azul con rayas negras y líneas blancas fue a caminar por la montaña.

Decidió que iría al valle que el día de ayer vio, así que ni corto ni perezoso fue hasta allá.

El camino era muy escabroso, le tomo poco más de 20 minutos llegar hasta ese punto.

Y luego la fresca mañana no le ayudaba en mucho ya que no se había tapado demasiado.

Pero ya estaba de camino al rio, no era uno de corriente muy agitada así que quizá trataría de atrapar algunos peces con las manos.

Sin duda, eso era lo mejor que se le ocurría en aquel momento.

Cuando llego al rio vio que el agua era cristalina y deba ver las piedras que estaban en el agua.

Así que tomo una entre sus manos y la arrogo tan lejos como pudo, pero vio algo que le llamo la atención cuando cayó la piedra.

-¿Esas son burbujas? -Pensó Javier mientras seguía las burbujas.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, vio que una chica se estaba bañando.

Pero dejándose llevar un poco, decidió espiarla ya que la curiosidad pudo ganarle.

Mientras la chica se bañaba, Javier estaba detrás de un árbol viendo como lo hacía.

Se cuestionaba si era correcto, pero al poco tiempo le dio igual si estaba bien o mal, seguramente alguna chica lo espiaría si él estuviera en esa situación.

Ella era blanca y con el cabello color avellana, de cuerpo esbelto y curvilínea, no media más de 1.65.

Cuando la chica salió del rio, Javier pensó que era un buen momento para irse.

Pero algo se lo impediría, un águila en pleno vuelo bajo del aire para atacarlo.

El águila mordía el brazo de Javier ya que el trataba de cubrirse la cara.

Sus gritos llamaron la atención de la chica, la cual de inmediato se tapó al ver a Javier tratando de escapar del águila.

Tomando la rama del suelo, comenzó a ahuyentar al águila que lo había delatado.

Ambos se vieron mutuamente, hasta que Javier reacciono.

-¡N-no es lo que parece, yo estaba caminando por aquí y luego esa cosa me atacó! -Se excusó Javier muy apenado.

La chica no respondía nada, eso puso más nervioso a Javier.

-Bu-bueno, te dejo tranquila, hasta luego. -Javier se despidió de mano y luego comenzó a caminar rápidamente para cortar esa incomoda escena.

-¡Maldita, águila, ahora esa chica debe de pensar que soy un mirón!

Estaba tan enojado que no pensaba en nada que no fuera el águila y la chica, de solo pensarlo se sonrojaba.

Cuando la chica termino de vestirse, fue hasta el árbol donde Javier la estaba mirando.

Increíblemente, ahí estaba su reloj, el cual se le había caído cuando el águila lo ataco.

-Tengo que devolvérselo...que mala suerte tuvo. -Dijo ella.

Caminando entre las praderas cercanas a la montaña, finalmente llego al hotel en donde desayunaría.

-¿Te gusto la caminata? -Preguntó su madre.

-He bueno...más o menos. -Respondió Javier.

-¿Por qué más o menos? -Interrumpió su hermano.

-En realidad no es por nada en especial, solamente hacía mucho frio, de ahí en fuera estuvo bien.

Lógicamente, omitiría todos los detalles que había pasado durante la caminata.

-Esa chica...¿también estará hospedada en el hotel?, no lo creo, de lo contrario no se hubiera bañando en el rio.

Cuando fue por algo más para servirse en la barra del buffet, miro que la misma chica que había observado en el rio estaba entrando en el hotel.

Tenía el cabello húmedo y con una toalla en los hombros.

Inmediatamente, Javier se volteó para que no lo viera, y de reojo, miraba si ya se había ido. Pero la chica estaba como que buscando a alguien.

-¿Qué tanto está buscando?, que ya se vaya maldición. -Pensaba.

-Oye, ¿Qué tanto haces? -Preguntó su hermano.

-¡Luis! -Exclamó Javier asustado. -Que susto me diste.

-Date prisa, papá y mamá ya están por acabar, y cuando eso pase iremos al rio.

-¿A-al rio?

-Sí, así que apúrate antes de que se enojen.

Luis se sirvió un poco de fruta en su plato y finalmente se fue dejando solo a Javier.

Él miro nuevamente para saber si la chica ya se había ido, y efectivamente, ya no estaba.

Así que dando un suspiro, Javier se sirvió lo que pudo y se fue a sentar.

Cuando terminó, fue a su cuarto que estaba en el segundo piso. No estaba seguro si tomar el ascensor o subir las escaleras.

Cuando vio que el ascensor estaba repleto, mejor tomo las escaleras, y mientras el subía, la chica que vio en el rio estaba bajando las escaleras muy deprisa.

Cuando pasaron a un lado, la chica se dio cuenta de a quien tenía al lado.

-Oye, disculpa... -Cuando volteó a ver, no había nadie, así que decidido seguir bajando.

Javier estaba tras la puerta de su cuarto con la respiración agitada, había corrido para evitar hacer contacto con la chica.

-Estas vacaciones no serán tan fáciles como creí. -Pensó amargamente.

Cuando trató de ver la hora, se dio cuenta que el reloj no estaba.

-¿He?, maldición no puede ser...el águila se llevó mi reloj, ¡diablos! -Exclamó Javier enojado.

El viaje al rio le recordó aquella experiencia, y para rematar, su familia decidió sentarse a descansar en el mismo árbol donde él estaba mirando a la chica bañarse.

-¿No es un lindo lugar para ver el rio? -Preguntó su madre.

-Y que lo digas, hay una buena vista desde aquí. -Respondió Luis.

-¿Tu qué opinas Javier?

-Si ma...es una linda vista. -Respondió él fingiendo alegría.

Nuevamente, Javier se puso sus audífonos mientras caminaban de regreso al hotel, estaba un poco molesto por la coincidencia del árbol.

-Creo que no debí haberme quedado viendo, ¿Por qué carajos lo hice ahora que lo pienso? -Pensó Javier mientras pateaba una piedra.

La chica por su lado, estaba desayunando apenas, estaban por cerrar el comedor del hotel así que tenía que darse prisa.

Cuando terminó, se encamino a su habitación, pero vio la espalda de alguien familiar.

Ella recordó cuando vio que Javier salía caminando a toda prisa cuando se disculpó.

Pensó y en si interrogar que hacía en el rio y detrás de un árbol, pero mejor no le dio mayor importancia.

Daba fe en lo que Javier le había dicho que solo estaba pasando por ahí.

Su familia saldría a escalar las montañas así que solo irían a cambiarse para salir de nuevo.

Javier estaba pensado en lo que incomodo que sería tener que encarar a la misteriosa chica, apenas se estaba preguntando si ella estaría enojada con él.

Pero mejor dejó ese asunto para despejar su mente y disfrutar de las vacaciones. Cuando fuera momento de afrontar las consecuencias lo haría.

Pero si podía aplazar ese momento sería mejor para él.

A pesar de lo increíble que sonaba, el andar en las montañas fue bastante aburrido para él, estaba nervioso de que la chica estuviera él la misma excursión que ella.

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Hula. para los que no me conozcan me llamo Arturo Reyes, el futuro Nobel de literatura, ¡No duden eso!

esta historia esta basada en Kimi No Nawa, pero desde ya les aviso que no hay cosas como "viajes en el tiempo" ni cambios de cuerpo. Solo es una historia que trata del hilo rojo del destino. se que hay miles de cientos de estas historias, pero esta es diferente, ¿por que lo digo? por que la escribió una persona que esta harta de lo monótono y de lo genérico, esta escrita por alguien que le gusta romper las reglas.

subiré capítulos los viernes y martes ya que algunos capítulos están muy cortos

espero me acompañes hasta el final de la historia, nos vemos el martes.

-Arturo.

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