Algo que no se puede reemplazar
Algunos días pasaron con Mary, era la segunda semana de clases y Javier seguía sin poder obtener información de esa misteriosa chica que era idéntica a la novia que tuvo durante verano.
Beto le había dicho:
-Ya mejor olvídala, solo te engañas a ti mismo pensando que es ella, además, ¿dices que ella te juro buscarte? Solo piénsalo amigo, si en verdad le importaras ya te hubiera encontrado.
Aunque Beto tenía en parte razón, por obvias razones Javier no quería, no debía ni estaba obligado a hacerle caso.
Tenía razón ya que efectivamente, Javier solo se hacía daño al tratar de convencerse de que la encontraría algún día. Pero por el otro, él estaba haciendo un enorme esfuerzo por encontrarla, pero su búsqueda implacable no llevaba a nada.
Si ella ponía el mismo esfuerzo e interés en buscar a Javier...pues los resultados debían, por mera lógica, ser los mismos.
Javier solo quería decirle que la amaba, que no quería dejarla ir nunca más, que estaría por siempre a su lado aunque viento y marea pelearan por separarlos otra vez.
Esos aretes que tenía guardados en su cajón eran para ella y solamente para ella, y de ser necesarios quedarían enterrados bajos sus demás cosas así pasaran años, décadas, incluso siglos...solamente cuando la encontrara de nuevo los sacaría de ahí.
Pero, por más fuerte que sea un hombre este se romperá tarde o temprano, ya Javier tenia pensamientos de que solamente se podrían encontrar en la otra vida...en el paraíso prometido por los dogmas, ¿esa seria a única manera que habría?
Por más que él se negara, Beto y Raúl insistían, y muchas veces lo llevaban con Mary, que algunas veces lo hacía olvidar un poco lo que estaba viviendo en aquellos momentos.
-¿Y qué hiciste en vacaciones? –Preguntó Mary con una inocente sonrisa.
Javier se quedó analizando un poco la pregunta...¿Qué había hecho en vacaciones?
-No lo recuerdo. –Dijo sin ganas.
-¿De verdad no te acuerdas?, ¿no saliste a ningún lado?
-Si...pero no recuerdo lo que estaba haciendo.
Poco a poco los recuerdos de esa experiencia se hacían polvo, polvo que eventualmente se llevaría el aire.
Lo irónico es que él creía, él juraba y firmaba que nunca olvidaría lo que había pasado. Pero eran ya tantos los malos sabores de boca que poco a poco hacían que se le olvidaran.
-¿O será que no te quieres acordar? –Teorizo Mary.
-Puede ser...pero en realidad no quiero saberlo.
Mary prefirió no seguir picando en el tema ya que podía hacer que Javier se molestara, así que lo dejo por la paz.
Cuando toco el timbre, cada uno se fue por su lado, aunque Mary se percató que Javier estaba algo molesto, pero también se notaba muy triste.
-No sé qué tenga, pero como que no quiere hablar de lo que le paso en vacaciones. –Dijo Mary a su grupo de amigas.
-Dicen que tuvo una novia en vacaciones, pero que no se acuerda de su nombre. –Explicó Ana.
-También dicen que su novia vive aquí en Morelia, y que lo deprime el hecho de que no la ha encontrado aún. –Agregó Noelia.
Fue ahí cuando Mary se dio cuenta, Javier tenía alguna amada ya...seguramente lo que paso esa noche no fue más que por la emoción del momento, pero Javier no sentía nada por ella.
Pero eso podía ser un poco obvio, nunca le había dicho que la quería, ni que la amaba ni nada por el estilo. Simplemente fueron compañeros de una noche, nada más que eso.
Sin embargo ella se sentía un poco triste por esto, prácticamente quería a un hombre que ya tenía una chica que ocupaba sus pensamientos.
Chica que no encontraba todavía, pero una que ya estaba con él de todos modos.
Y es que cuando Javier estaba solo, sentado en alguna banca de la escuela, él se imaginaba con ella, que estaban sentados juntos, con los dedos entrelazados...o que ella lo estaba abrazando mientras estaban sentados los dos juntos.
Cuando caminaba de regreso a casa, a veces podía sentir que la tenía al lado, trataba de tomar su mano pero no encontraba nada, ahí volteaba y se daba cuenta que no había nada...solo una nada existencial.
Mary no se creía capaz de enamorar a un hombre que estaba esperando encontrar a alguien un día...eso era un poco difícil ya que a veces olvidar es tan difícil.
Ella era bonita, y lo sabía muy bien...pero a veces los lazos que amarramos al pasado son más fuertes que los que amarramos al presente.
Nadie podía ser capaz de romper ese lazo que Javier había amarrado con toda su fuerza, incluso con la que ya no tenía, era como si esa chica se hubiera llevado consigo la mitad de su corazón.
Sentado, en su silla, Javier suspiraba, como si tratara de sacar algo con esa acción...¿pero podría lograrlo?
-Chingada madre Javier, me da pena verte así, hasta a mí me pones triste. –Regañó Beto.
-Entonces solamente no me veas. –Sentenció Javier, frustrado.
-¿Y cómo vas con Mary? –Preguntó Beto.
-Pues bien...se puede decir que ahí vamos.
-Pero no esté interesado en ella, ¿no es así?
-No es como que todo se solucione con un reemplazo...además si ella se entera me va a dar una golpiza, ¿no te parece obvio?
Javier solamente apoyo sus dos brazos en la paleta de la banca y ahí recostó su cabeza...como que tratando de refugiarse del mundo exterior.
-No seas así, ella no es un reemplazo...solo es tu nueva novia. No es nada del otro mundo.
-Yo todavía tengo novia, ¿o ya se te olvido?
Beto solo hizo una mueca de ya no saber qué hacer con su buen amigo, cada que trataba de ayudarlo, se lo impedía, era como tratar de hablar con una maldita pared...aunque Beto estaba seguro que una pared entendería más rápido que el mismo Javier.
-Entonces has lo que quieras. –Beto ya no sabía qué hacer, Raúl...a él también pronto se le acabaría la paciencia.
Había una canción que no se le quitaba de la cabeza a Javier ya que le recordaba a su miseria, estaba escuchando, con sus audífonos puestos...simplemente con ganas de llorar.
"Le quiero platicar que todo sale mal
Que yo la alcanzaría teniendo la oportunidad"
Ese era la parte que más recordaba, con amargura, pero lo hacía.
Cuando escucho el timbre, se secó los ojos, los cuales parecían que estaban ya por derramar lágrimas de cocodrilo, se quitó los audífonos y fingió que no pasaba nada.
Es que Javier se había vuelto experto en fingir que no pasaba nada, fingía que no tenía nada y que estaba perfectamente...pero en el fondo él también sabía que eso era una mentira para tratar de consolarse.
Ese mundo que el imaginaba donde solamente estaban él y ella...trataba de alcanzarlo con mucha desesperación, pero lamentablemente...no podía.
Estaba olvidando, olvidando las promesas.
Cuando llego la entre clase, Raúl se puso en un plan donde no le daría tregua a Javier, y es que eso podía ser lo mejor.
-¡A ver hijo de la chingada, ya a todos nos tienes hasta la madre con tu maldita melancolía!, ¿de verdad crees que ella estaría feliz de que estés así?, ¡¿de verdad?! Porque que yo creo que no.
Raúl tenía razón en sus palabras, fue ahí cuando Javier se rompió...ya no lo soporto más y se abrazó a Raúl, abrazándolo con mucha fuerza.
-¿Y ella estará triste de no verme?, ¿o estará feliz? –Preguntó.
-No lo sé...no es como que pueda responderte esa pregunta.
Algunos se compadecieron de Javier y también lo abrazaron. El cual lloraba al punto de parecer que sus ojos se quedarían secos.
-¿De verdad ella no quisiera verme así? –Se preguntó.
Si se lo ponía a pensar bien, era evidente que ella jamás lo quisiera ver así, ella haría lo que fuera con tal de verlo feliz.
-La carta...
El corazón de Javier se detuvo un segundo, se puso pálido y abrió los ojos cuyas pupilas estaban bien contraídas.
Era verdad, el guardaba en su cartera el único recuerdo que tenia de ella además del collar, el único recuerdo fue a carta que ella le escribió.
"Nunca quise lastimarte y si lo hice quiero pedirte perdón por ello" -Decía la carta
Era verdad, ella nunca lo quisiera ver tiste, pero Javier no había pensado en ello...sus recuerdos de las cosas que le decía se habían ido hace ya un tiempo...lo cual le rompía el corazón ya que juro nunca olvidarlo.
-Prométeme...prométeme, pedazo de imbécil...que ya no vas a lastimarte, ¡ella mismo te lo dijo! –Exclamo Raúl.
-Te lo prometo. -Lloró Javier, tratando de recobrar la compostura.
-Más te vale idiota...de lo contrario...de lo contrario te voy a madrear.
En sí...no se podía decir que Javier podría cumplir esa promesa con Raúl, era tanto el dolor que sentía y el amor que le tenía a esa chica...que no podía darse el lujo de cumplir con su palabra. Pero trataría de lograrlo.
No era algo que tuviera una pieza de repuesto, algo que se pudiera arreglar con herramientas, algo por lo cual se pedía una garantía sin más...ni tampoco era un asunto...tal vez sola era cosa de que el tiempo pasara e hiciera que Javier olvidara lo que sucedió.
Solamente el tiempo podía darle la razón, darle cuenta de que estaba mal sufrir de esa manera. podría buscarla...pero eso quizá no bastaría.
Los demás trataron de convencerlo de lo mismo, que les prometiera que ya no sufriría más por eso...¿pero sería capaz de cumplirlo?
Por qué podía hacer esa promesa en vano, claro que no sería lo mejor ni para ellos ni para él mismo, aun así no es como que tuviera muchas opciones.
Cuando llego el receso, Mary se enteró de lo que había pasado en la clase, así que aunque no tuviera una oportunidad con él, trataría de consolarlo como simples amigos.
Javier estaba hablando con Beto y Raúl, pero estaba decidida a no retroceder de ninguna manera.
-Oye Javier, ¿podemos hablar?
-Claro, ¿de qué quieres hablar? -Dijo Javier animadamente.
-¿Puede ser en privado? -Lo que platicaría con él se quedaría en secreto.
-Está bien...¡Ya oyeron a la señorita, así que adiós! -Beto y Raúl se marcharon, mientras que Beto le daba un golpe en el hombro a Javier. -Listo...creo que ya podemos hablar tranquilamente.
Javier solo hizo un espacio en la banca donde estaba platicando con sus amigos para que Mary se sentara a su lado.
-Bueno...lo que quiero hablar respecto a ti es...es acerca de la que llamas tu "novia".
-Si...¿ya sabes la historia o te la cuento?
Mary ya sabía la historia de pies a cabeza, así que no era necesario que se la contaran nuevamente.
-No. Solo dime que te pasa, ¿porque estas tan triste?
-Bueno. -Javier hablaba con la voz un poco quebrada. -No es fácil de explicar...es como si la vida te hubiera quitado lo más amado que tenías en la vida...creo que solamente es por eso.
Javier tenía razón en ese aspecto, aunque por poco tiempo, la chica del hotel se había convertido en quizá lo más valioso que existía en su vida.
-No puedo ni pensar que pasaría si me pasa eso.
En realidad, aunque no era algo importante, Javier se podía convertir en lo más valioso para Mary...pero esa opción se fue al desagüe cuando ella se enteró de lo que había pasado con Javier antes, así que si se podía imaginar que pasaría, pero trataba de consolar a Javier, no hacerlo sentir peor.
-Pues eso es lo que paso...básicamente está aquí en la escuela, pero cambio tanto que es como si fuera otra persona, ¿qué le paso?
Esa parte se la cuestionaban todos, ¿por qué tenía ese cambio de actitud tan extremo?
-Bueno Javier, si vine para platicar contigo es de eso mismo...¿has pensado en que puede no ser ella?
-Sí, lo he pensado...pero el problema está en que prácticamente son idénticas, si pudiera decir que tiene el mismo lunar en la mejilla lo haría...pero no hay algo así.
-¿Por qué no lo superas?
-No puedo...trate de hacerlo, trate de olvidarla pero no me es posible...la veo todos los días caminando por los pasillos de la escuela. A veces la veo de lejos cuando estoy aquí en el patio...es como tratar de olvidar que reprobaste una materia pero la tienes todos los días y a todas horas, ¿ahora me comprendes?
-Mira Javier. -Mary lo tomó de las manos. -Necesito que me hagas una promesa.
-Otra promesa no...ya rompí la que hice con ella, le jure que la buscaría...pero no lo hice.
-Eso no importa, solo quiero que me prometas que lo vas a superar, ¡tienes que superarlo Javier!
Dando un enorme suspiro, soportando el peso de las promesas que había hecho...Javier decidió aceptar.
-Está bien Mary...te prometo que tratare de olvidarlo.
-Eso espero Javier...no tiene sentido aferrarse a las cosas del pasado, solo mira a tu al rededor, hay personas que se preocupan por ti.
La ayuda de Mary tal vez bastaría para calmarlo un poco, pero algo era cierto: muchas personas estaban tratando de ayudar a Javier a superar sus problemas.
Los días continuaron normalmente, Javier se notaba un poco más feliz lo cual hacia que las personas que lo rodeaban se tranquilizaran por lo que pudiera pasarle.
Aun así nunca bajaban la guardia y estaban muy al pendiente de si a Javier le daba un ataque nervioso.
Para ayudarlo un poco, Beto y Raúl lo invitaron a casa de Raúl, donde verían sus películas favoritas de Javier con tal de que siempre estuviera bien.
-¿Te sientes mejor, amigo? -Preguntó Raúl.
-Claro que sí...me siento como nuevo. -En realidad, Javier estaba triste ya que se recordaba en el living del segundo piso del hotel...viendo Full Metal Jacket junto con la que aún no era su novia.
Pero no podía decir nada ya que seguramente alarmaría a sus amigos...solo se conformaría con ver Rescatando al Soldado Ryan...cosa que lo entristecía aún más...ya que a ella le gustaban las películas de guerra.
-Creo que es bastante cine por hoy...así está bien. -Javier se levantó del sillón donde estaba sentado. -Creo que iré a mi casa.
-Está bien. -apagaron la tele y de ahí fueron a la puerta de la casa de Raúl.
Bajaron las escaleras y se dirigieron a la cocina, donde estaba la madre de Raúl fumando mientras leía una revista.
La cocina era amplia, moderna, con las paredes blancas, piso de plástico imitando madera café obscuro, con algunas escalas de grises.
La pequeña mesa con dos sillas de un lado y con otras dos del otro. Algunos cuadros de imitación de la Mona y El Grito.
Las alacenas eran también de color blanco, mientras que la madre de Raúl despejaba la vista de la revista, vio a los tres jóvenes delante de ella, con aire de misterio y como conteniendo algo que decir.
-¿Pasa algo? -Preguntó ella un poco confundida.
-No es nada, mamá. Lo que pasa es que ya se van. -Dijo Raúl, tranquilizando a su madre.
-Ah, lo que pasa es que pensé...mejor olvidenlo, no es importante. -Beto y Javier se despidieron formalmente.
Al dejar atrás la cocina y antes de salir, estaba la sala de estar, donde el papá de Raúl estaba escuchando música tranquilamente.
Era jazz lo que escuchaba, un poco moderno pero aun así muy entretenido para una tarde/noche de domingo en donde no hay nada que hacer.
La "sala de estar" si se podía decir así, media no menos de dos metros cuadrados...algo muy pequeño en realidad. Solo había una mesa de color negro con cuadrado relleno de arena y un vidrio cubriéndolo.
Sobre la mesa estaban algunos libros del mismo Raúl, junto con algunas libretas.
En la pared, se encontraba un librero, que contenía los libros viejos de contabilidad que eran de la época de estudiante del padre de Raúl, carrera la cual nunca pudo acabar.
Aunque no tuviera un título universitario, el padre de Raúl era una persona muy inteligente, su amabilidad le había garantizado un puesto bueno en todo trabajo en el que pusiera los ojos...lamentablemente Raúl no había heredado esa característica de su padre.
-¿Ya se van los muchachos? -Dijo el padre de Raúl mientras se levantaba del sillón donde estaba sentado.
-Así es...ya es poco tarde para ellos.
-Su casa es muy linda señor, no me molestaría venir alguna otra vez. -Dijo Beto amablemente.
El que tardó en reaccionar fue Javier, estaba inmerso en sus pensamientos y en sus recuerdos de cuando veía películas con su novia del hotel...pero fue una pequeña sacudida que Beto le dio que es lo que hizo que se despertara.
-Me la pase muy bien señor, cuando tenga oportunidad invitare a Raúl a mi casa. -Dijo.
Eso simplemente era una mentira para quedar bien, Javier no tenía gusto por su casa ya que eran únicamente problemas en ella, "daría lo que fuera con tal de irme de una buena vez", Se decía a sí mismo.
-Que tengan buenas noches. -Sentenció el padre.
-Bueno, ¿y que les pareció? -Preguntó Raúl.
Los tres caminaban por la calle hacia la parada de autobuses...Beto tomaría uno que lo llevara al centro y Javier uno que lo llevara por la zona de centros comerciales.
-Pues estuvo bien, el final no me lo esperaba. -Contestó Beto aun emocionado de lo que había visto.
-Pues...estuvo interesante. -Fue a lo que se limitó a decir Javier.
Cuando llego a su casa, estaba perdido en sus pensamientos, Mary le había mandado varios mensajes para ver como seguía.
Era como si de la noche a la mañana todos fueran personas de un sanatorio mental y como si el fuera el único loco del lugar...algo que lo desesperaba mucho.
Él sentía enojo cuando sus padres lo trataban como a un niño, ya que, es básicamente imposible darle a entender a un padre que su hijo dejo de ser un niño..."¿qué les pasara a los padres que no lo entiende?, cuando tenga hijos...a partir de los 12 le diré que ya no es un niño". -Se prometía.
Pero, ¿quién sería la madre de esos hijos?, ya que antes de ser padre sería esposo, antes de ser esposo sería un novio y antes de ser novio seria amigo.
¿Esa chica seria alguien que conocía o desconocía aun? , ¿será Mary?, ¿Quién sería?
Esa pregunta le comía la mente...fue cuando decidió buscar donde no le convenía que dejó en paz ese asunto.
-¿Podemos platicar mañana en receso? -Decía el mensaje de Mary.
-Seguro, ya tuve suficiente con Raúl y Beto. -Fue la contestación que escribió.
Pero dejando el celular en su patética mesa de noche, que había tenido durante toda su vida. Decidió releer algo hacía mucho tiempo no leía.
Fue a su cartera y saco el papel doblado que estaba ahí adentro.
"Te aprecio mucho Javier, ni yo tengo idea de cuánto. Y respecto a lo que me dijiste hace unos días...creo que yo también lo estoy de ti"
Se desato en llanto una vez más, lo que más amaba en su miserable vida se le había escapado, ya ni siquiera tenía alguna razón para seguirla viviendo. Pero, según la famosa historia que le había contado ella, se decía que los que son atados siempre se encuentran tarde o temprano.
Pero aunque solo había pasado unos dos meses desde aquello, la verdad era que Javier ya no aguantaba más.
-Aún sigo rompiendo mis promesas. -Pensó.
Rompió la promesa que hizo con ella, la que hizo con Mary y con Raúl de que la iba a superar y de que iba a dejar de sufrir por ella, ¿qué más podría no cumplir?
-Solo me queda una cosa por hacer.
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Pobre Javier ya todo le sale mal alv, pues ya falta poco para terminar la historia así que prepárense para el final ya que a lo mejor no es como lo esperan.
Nos vemos luego
-Arturo
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