Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6 Sonriente y sus flores

Nos llevaron sin opción de negarnos a un día de picnic. Las que quisieron montaron a caballo, otras simplemente se quedaron a tomar sol acostadas. Margot y yo apostamos a cual de todas pegaría primero el grito en el cielo quejándose para volver de nuevo a la mansión, la que es maestra de escuela guiaba la excursión cómo si fuéramos sus alumnos.

—¿Para qué crees que nos hicieron salir tan lejos? —le pregunto a mi rara amiga.

—Pues quizás para cavar nuestras tumbas y traer chicas nuevas porqué en el baile se dieron cuenta que somos un montón de mequetrefes.

—¿Siempre tienes pensamientos tan oscuros?

—Esperar lo peor hace que me sorprenda con lo mejor.

—¿Y funciona?

—El 70% de las veces pasa lo peor.

La primera en quejarse y exigir volver es Ashley, gano yo y Margot tendrá que hacer la próxima tarea que me toqué a mi, con mi grupo.

Llegamos a la mansión, algunas van a bañarse y otras al comedor, yo subo a mi habitación, tengo olor a establo por haber andando cabalgando. Al entrar veo un enorme ramo de flores rojas y amarillas sobre mi cama, me acerco y las huelo, no tienen tarjeta aunque la única que enviaría algo de ambas es sonriente. Saco las flores artificiales de una florero, le coloco agua y le meto este enorme ramo de flores. Tocan la puerta, abro y un antifaz dorado con la rubia parada aparecen frente a mi, con su particular sello, su sonrisa.

—Buenas tardes Alexandria ¿Te gustó nuestro regalo?

—Sí, gracias.

Sigo parada frente a la puerta y no hago ademán de correrme, a estás alturas cada una me ha dejado en claro sus intenciones, aunque no por eso confío y me fio totalmente de ellas.

—¿Me invitaras a pasar?

—Iba a bañarme huelo espantoso —da un paso adelante— por favor no te acerques que...

Se acerca sin importarle mi peste y me besa en la mejilla por unos segundos. Se separa pero aún queda muy cerca de mí, acaricia mi mejilla y yo clavo mi mirada en sus ojos hipnóticos.

—Te espero en la biblioteca, esta vez la visita será breve solo tenemos unas horas, por favor no tardes.

—¿Vino roja también?

—Ella sonríe— Ella no pudo venir hoy, vendrá la próxima. Por favor no tardes Alexandria.

Me baño rápido, para salir a su encuentro, al llegar la veo sentada con una partida de ajedrez para empezar y sanguchitos para que comamos, con una jarra de jugo natural y hielo. Ella me ve entrar y se acerca a abrazarme con su gran sonrisa, aún no me acostumbro a las muestras de afecto, pero siento que ella es de las que necesita estar siempre cerca de las personas.

—Estoy muy feliz de verte, apenas me avisaron que podríamos venir. Llegué lo más rápido que pude. Me debes una revancha ¿Te parece si me la cobro ahora mientras conversamos un poco?

—Está bien.

—Ella me sirve jugo y un plato con sanguchitos— Disculpa yo no soy una maestra en el arte de la cocina, esa es roja. Preparé algo que no pudiera quemar, ni hacer desabrido ¿Cómo te sientes aquí? ¿Te tratan bien? —miro haciendo un paneo del lugar— no te preocupes por ellos, habla sin miedo, quiero saber que te están cuidando bien.

—Eso lo puedes ver. Después de todo que no veamos las cámaras no significan que no estén.

—Sí, lo veo. Pero ninguna cámara me puede decir cómo te sientes y si estás bien aquí.

—Estoy bien —mejor de lo que estaba viviendo en mi auto. Ella mira mi mano y yo la aparto— ¿Puedo hacerte una pregunta? —asiente— ¿Qué es lo que ambas me ven? ¿Qué es lo que les gusta de mí? Porque no entiendo.

—¿Es tan difícil de procesar que alguien se fije en ti? —suspira y hace una mueca con la boca— yo hablaré por mí y de lo que yo veo. Veo a una persona sensible, inteligente, culta, protectora y empática. Sobre todo desinteresada, porque cada vez que has prestado ayuda, jamás has sacado ventaja o te has cobrado los favores, no cómo hacen las demás. Eres una persona transparente y tampoco te importa mucho caerles bien, lo cual me encanta. Te mantienes auténtica a tus gustos e ideales y no sabes lo difícil que es a veces encontrar a una persona así.

—¿Todo eso ves en mí, por las cámaras? Y dices que no transmiten nada —río.

—Todo eso veo en tu forma de ser. Por cierto —mueve un alfil— jaque.

—Oh! Bueno supongo que es jaque para ti también ¿Empatamos?

—Puedo matarte en el próximo movimiento, pero lo dejaremos en empate, si me tomas la mano y vamos a caminar por el jardín un rato. Me quedan exactamente —mira su reloj— 37 minutos.

—Bien.

Me levanto y le extiendo la mano, que toma para acercarse y besarme en la mejilla, a pesar del que el contacto físico no es lo mío, con ella no me cuesta compartir mi espacio personal, ojalá pudiera decir lo mismo con roja. Roja y su necesidad aparente de control, me ponen los pelos de punta, quizás es demasiado pronto para afirmar algo así, pero ella tienes esa vibes.

—¿La has visto?

Pregunto mientras caminamos de las manos y algunos enmascarados nos miran, así cómo parte de mis compañeras ¿Qué tiene de raro que dos mujeres estén de la mano? Estúpido morbo social que les hace mirarnos y ponerme incómoda.

—No, solo nos vemos cuándo te vemos.

—¿Hace cuánto que se conocen?

—Un par de años. Seguro que debe estar feliz de saber que preguntas por ella. Le hacía mucha ilusión conocerte.

—Es demasiado intensa.

—Lo sé, pero no necesariamente es algo malo. Verás cuándo roja ama, cuida a los suyos de una manera devota y leal. Si le das la oportunidad, podrás verlo.

—Río— Dudo que ella me quiera amar o llegue a amarme lo único que le importa al parecer es tener sexo conmigo, me lo dejó muy claro —frunzo el ceño— con su cajita de regalo.

—No es la más metódica o sutil para decir que le gustas, pero le gustas. Dale la oportunidad y te sorprenderás —su reloj suena—. Debo irme —se para frente a mí, acomodando un mechón de cabello tras mi oreja— me encantó verte Alexandria y espero con ansias una próxima vez. Por cierto tengo pensado una partida de ajedrez diferente en nuestro próximo encuentro.

Me besa en la mejilla cuándo llegamos frente a las camionetas que esperan para llevárselos. Se acerca y me besa la frente aprovechando que es un poco más alta que yo, bueno de las tres es la más alta, con roja medimos lo mismo. Ella me abraza fuerte y yo le devuelvo el abrazo por un momento, antes de que sea la última en subir, puedo sentir su perfume en mi ropa, es lindo que se me haya impregnado, huele rico y me recuerda a ella.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro