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4 Ganadoras por poco

Para abrir el tubo necesitábamos una llave que está en el último obstáculo de desafío de actividad física, o eso nos dijo el tipo raro de la tele, así que cargamos nuestro tótem a todos lados cómo si fuera nuestro bebé.

Solo los equipos que llegaron con el objeto pasaron a la siguiente ronda, y solo somos 4 equipos. El de Bernabé entró sobre los últimos minutos con el objeto de la última pista en la mano.

Ahora toca actividad física y sin ninguna sorpresa somos las menos aptas y nuestro dueto ahora va a sufrir las consecuencias de ser menos, pero mi compañera sigue negada a sumar más gente a nuestro equipo, ya que solo serían un lastre y de hundirnos, nos hundiremos solas a bordo de nuestro pequeño bote.

Pista de obstáculos, escalar una pared de madera con cuerda, esquivar obstáculos y lo último carrera torneo de tenis, cómo solo somos dos no podremos cambiar con nadie. Por cierto la el tótem tenía adentro otras 4 llaves, de las cuales elegimos una y abrimos un casillero, con unas raquetas de tenis de calidad intermedia y con un conjunto minúsculo para ambas, nos miramos negando con la cabeza y lo dejamos de vuelta en el lugar.

—Quiero que sepas que te odio con todo mi ser, me duele todo y más —digo casi sin poder respirar.

—Yo también estoy agotada Alex, pero nos queda este set para ganar si o si, estamos empatadas así que si pasamos esta etapa estaremos más cerca de la final.

Los puntos se mantienen igualados y lo que nos da la victoria por un pelo es que la pelota pica adentro, casi que con lo justo a la orilla. Caigo arrodillada agotada sobre el polvo de ladrillo, mi compañera me ayuda a pararme y festejamos cómo si hubiéramos ganado el Grand Slam.

Nos dieron dos días para descansar yo siento que han sido pocos, me la pasé acostada y solo me levanté a comer, cagar y bañarme diciendo au, a cada paso que daba. Ese día al llegar a la cocina vivimos una situación en la que Margot intentó detenerme.

—Perdimos porque Manyula, no pudo atinar ni un buen golpe —la líder de su equipo despotricaba contra Bernabé, quien avergonzada no levanta la mirada— ¡¿Dónde aprendiste a jugar así de mal?!

—La miro seria— No es tu problema, no te metas —me dijo mi compañera, pero yo hice caso omiso y ella blanqueo los ojos— cómo quieras, luego no digas que no te avisé.

—Oye imbécil, deja a Bernabé en paz y no le digas Manyula, es ofensivo —la estúpida se marchó y la dejó en paz— ¿Estás bien?

—Puedo defenderme sola, no te metas —punto para Margot.

—Te lo dije —me dijo dándome una flor.

—Cállate —la tomé.

Seguimos adelante con los demás retos y para mi sorpresa Margot sabe mucho más de lo que aparenta de cultura general. Las demás nos ven con odio, ¿cómo puede ser que 4 personas no puedan ser suficientes contra dos raritas?

Plasticidad, el último reto, ni siquiera sé a lo que se puede referir con plasticidad y pronto lo íbamos a descubrir. Una del equipo va a ser quién juegue, y en sus manos quedará la victoria definitiva, cómo finalistas.

Una de las puertas nos espera abierta y adentro una gran alfombra del juego que tiene los círculos de colores en el suelo marcado, definitivamente lo hará Margot.

—Todo tuyo —digo y ella se truena los dedos y el cuello.

Llevamos más de una hora viendo cómo ninguna de las dos cede o se cae, que mi compañera sea buena y competitiva, no quiere decir que el otro equipo no lo sea. Pero Margot puede hacer esto por horas, es incansable y quiere la victoria, no tanto por el premio, sino porque le interesa caerle peor a las demás.

—Bueno vamos a ver cuales son nuestras nuevas habitaciones —dice jugando con las llaves en sus manos— ¿Cual quieres?

—Cualquiera.

—Lo decidiremos de manera adulta y con criterio. De tin, Marin, de do, pingüe, cuca la macara, títere fue, yo no fui, fue él. O cómo sea que diga, toma —me da mi llave— disfruta tu estadía con nosotros, por favor —pone voz de locutora— abroche su cinturón, y sea bienvenido al puticlub vip —me mira— a poco no somos cómo unas prostitutas, dime que tú tampoco has pensando que es raro lo de la cama grande.

—Te veo en la cena Magui.

Me meto a mi habitación y cuando entro me quedo maravillada. Con el lugar, tiene el tamaño de un departamento y eso solo la habitación, el baño es también demasiado grande y cómo prometieron la tina tiene hidromasaje, me saco rápidamente la ropa pero antes de quedar desnuda paro, aún no sé dónde o cuántas cámaras hay y me da escalofríos que clase de gente puede estar mirando, así que en ropa interior me sumerjo en el agua tomando mi cabello.

—Veo que tu habitación también es exageradamente grande —dice Margot parada en el marco de la puerta.

—¿Privacidad te suena de algo? ¿Qué haces aquí? ¿cómo entraste?

—Dejaste la puerta sin llave, genio. Ya me terminé de bañar, la pulsera se iluminó y me pidieron venir a buscarte ya que no bajabas —saco el brazo sumergido con la pulsera y veo que brilla—. Nos esperan en el comedor, parece que es algo importante.

Salgo de la tina y me coloco la bata, cambiándome rápidamente, con ella aún en la habitación, por encima de la ropa interior mojada me coloco la seca dejando la otra tirada en el suelo del baño y me pongo la otra ropa.

Llegamos al comedor dónde nos esperaban y los comentarios no demoran en llegar en forma de murmullos.

—Bienvenidas ganadoras, Alexandria y Margot ¿Que tal sus nuevas habitaciones?

—Bien.

—Perfecto, ahora al anuncio que les tengo. En 4 días llegarán nuestros invitados para conocerlas, les pido que sean amables, ellos esperan ansiosos el día de su encuentro. Ese día tendrán todas un vestido negro y zapatos en sus habitaciones, con maquillaje por supuesto, a las 7pm en punto tienen que estar en la sala que va a habilitarse desde las 6:30pm, no pueden llegar tarde. Disfruten estos días y éxitos chicas. Por cierto para las ganadoras hay unos premios extras dejados por nuestros invitados dada su gran performance, ya están en sus habitaciones.

Ambas nos miramos y la transmisión terminó, las demás quieren saber cual es el premió extra, pero supongo que se tendrán que aguantar la intriga.

Nos separamos al llegar arriba. Al entrar a mi habitación veo arriba de la cama una caja roja y una dorada que compiten en tamaño la una con la otra, al abrir la caja dorada primero veo un pijama del mismo color que la caja, un antifaz, pantuflas y un perfume delicioso, abajo de todo un libro sin dedicatoria, ni mensaje, nada. La caja roja en cambio, tiene un conjunto de ropa interior de encaje negro, un látigo y maquillaje costoso en su interior con un perfume, mucho más dulce e invasivo que el de la caja dorada, pero delicioso. El contenido de la caja roja confirma que somos lo que creí hace tiempo, prostitutas VIP. Quién envío la primera caja quiere dormir conmigo y quien envío la segunda, quiere coger conmigo, reacia a ser lo que claramente deberé hacer dejo la caja roja en un rincón cerrada, pero guardo el perfume en mi mesita de luz, mientras me pruebo el pijama de la caja dorada y comienzo a leer el libro que venía dentro.

—¿Qué, te tocó?

—Debo recordar echarle llave a la puerta—digo ofuscada, por su invasión de mi espacio personal— ¿Dos cajas? Y enormes... Yo solo recibí una, con un collar, una pulsera y un perfume.

—Mira la caja roja —ella la abre sus ojos grandes al ver el contenido.

—Bueno el mensaje es claro.

—La caja dorada es mucho más sutil y quiere dormir conmigo, me mandó un pijama y un libro, antes de querer cogerme al menos. Esto confirma lo que he pensado siempre —claramente ambas sabemos de que hablo, pero las reglas dicen nada de compartir teorías— iré al cuarto blanco, necesito que me respondan algunas preguntas.

Salgo con mi nuevo pijama puesto y pantuflas, seguro también se sienten ambos perfumes que probé, porque las que tengo cerca voltean a verme cuando paso. Llego abro la puerta y entro, uno de los paneles parece abierto ¿Quizás no esperaban que alguien fuera?

—Acércate Alexandria tenemos poco tiempo —una voz sale de adentro y camino despacito asomándome, veo una mujer con un antifaz dorado que me sonríe— ¿Te gustó el pijama que te mandé?

—Sss sí ¿Gracias?

—No tengas miedo ven —estira su mano, pero no la tomo— no te haré nada —me acerco un poco más y me acaricia el brazo— me estoy arriesgando mi membresía al venir aquí, pero quería conocerte primero, quería verte en persona antes que nadie —<<ósea que es cierto lo de las cámaras incógnitas>>— nos veremos en un par de días Alex. Estoy muy feliz de conocerte al fin.

—Ojalá pudiera decir lo mismo.

—Ella sonríe— Debo irme, por favor no le digas a nadie que nos hemos visto, yo no debería estar acá, tampoco puedes compartirlo con tu amiga —se acerca un paso— nos vemos Alex —rápidamente se acerca y besa mi mejilla pero se demora en despegarse y yo solo me quedo congelada.

Me aparto dando un par de pasos atrás, la abertura en la pared se cierra, y ella desaparece, yo salgo un poco todavía en shock. Llego a mi habitación y la caja roja está abierta con las cosas arriba de mi cama. Otra vez Margot.

—¿Acaso no te gustó lo que te mandé? —diviso la figura de una mujer pelirroja con antifaz rojo parada en la puerta del baño— lo escogí personalmente para ti, y créeme con mi agenda, tomarme el trabajo de hacer eso, es mucho.

—¿Quién eres y qué haces aquí?

—Quien seré es lo que debe preocuparte. Te pusiste ese soso pijama dorado y despreciaste mi regalo —la mujer se acerca rápidamente y a punto de gritar me tapa la boca con la mano— eres aún más hermosa personalmente Alexandria. Quitaré la mano, no grites, solo quiero hablar no tengo mucho tiempo.

—¿Qué quieres?

—Al fin la pregunta correcta —su sonrisa es menos cálida que la de la mujer de recién, hasta tiene un toque de seducción— soy quién conocerás en 4 días, quise verte antes para asegurarme de hacerte saber, que no tienes que prestarle atención a nadie más en esa fiesta. Solo a mí —mira mis labios muy de cerca.

—No me digas. Me mandas un regalo con un mensaje claro, te metes a mi cuarto y me exiges que haga lo que me pides en 4 días. Creo que aún no me conoces, pero me vas a conocer. Ahora te sugiero que te vayas por dónde viniste sino quieres que comience a gritar.

Lejos de parecer intimidante mi desafío la hace sonreír, levanta las manos en señal de rendición, da un paso atrás, pero luego otros tres hacía adelante e intenta robarme un beso, pero la esquivo.

—Que escurridiza eres.

Sale al pasillo y desaparece de mi vista ¿Qué les pasa a esas dos? Roja y sonriente, están locas. 

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