-¿Quién eres? Déjame dormir -voltea nuevamente.

-Margot soy Alexandria, soy Alex tu amiga.

-No sé quién eres.

-¿Qué te han hecho? -miro sus pupilas y luego su cuerpo e intento buscar rastros de algun tipo de abuso. Pero el único abuso que encuentro es el de la drogas-Magui ven conmigo.

-¡Oye no me toques! No te conozco rarita, mantente lejos.

-Seguiré viniendo -me paro y me subo al auto con ellas de nuevo- ¿Qué posibilidades hay de que me quede aquí? No voy a dejarla en ese estado.

-No podemos quedarnos contigo, tenemos...

-No necesito niñera, déjenme al guardia y listo. Hagan lo que tengan que hacer -se miran y se quedan calladas- perdón, es solo que... no voy a dejarla así aquí.

-Vendremos a verte seguido, no te acerques a ella y no vengas sola. Sino te subiré en el primer avión a Inglaterra -dice la rubia.

-Tengo un hotel a medía hora de aquí, ya llamo para que les preparen la habitación -acota la pelirroja- la condición es que siempre nos mantengas al tanto y jamás te separes del guardia. No querrás vernos enojadas Alexandria.

Dejamos a roja en el aeropuerto y Úrsula vuelve momentáneamente conmigo al hotel, pasamos el día y por fin puedo tenerla cerca otra vez y ahora con más calma. Se mete a bañar y luego me meto yo, salgo y ella está terminando de secarse el pelo, abre las piernas y me hace seña de que me siente al medio, lo hago y me desenreda el pelo, para secarlo luego con el secador. Deja el secador a un lado cuando termina me corre el cabello del cuello y lo besa abrazándome.

-Te deberían llevar presa por andar robándome el sueño, no tienes una idea de cuánto te he extrañado.

-Yo también te he extrañado muchísimo -giro para besarla-. Es raro estar con una sin que esté la otra, siempre me siento incompleta.

-Lo sé y de verdad nadie desea tanto cómo yo, bueno quizás tú, que las tres estemos juntas, pero no se puede.

-Por ahora.

-Se muerde el labio inferior- No pararas hasta conseguirlo ¿Verdad? -asiento con la cabeza dándole besitos cortos por todo el rostro- si lo logras, me caso con ustedes de inmediato -rio- hablo en serio Alex, si las tres podemos estar juntas, no dudaré en hacerlas mis esposas. Aunque sea de manera simbólica la poligamia a nivel legal no está avalada en muchos países.

-¿Acaso no me vas a preguntar al menos si quiero casarme?

-Tranquila mí amor, te lo propondré cuándo sea el momento -ríe-. Estás muy ansiosa por ser mi esposa.

-Que boba, sabés de lo que hablo.

-Lo sé ¿Qué piensas hacer con Margot?

-Por lo pronto intentar que ella recuerde algo ¿No sabés porqué no recuerda? Digo eras miembro de esta ¿Organización, empresa, agencia? ¿Cómo fuiste a dar con algo así?

-La verdad que no, no lo sé. Y es cómo un tinder de ricos, solo que de alguna manera te aseguras de conocer bien a la persona antes y luego haces contacto. Y no me arrepiento de haber entrado ahí, te conocí, estás conmigo ahora, de alguna manera me unes a Nova y es lo que importa.

Cenamos y nos acostamos, Úrsula está demasiado cansada por el viaje algo que no ha dicho, pero se le nota en la cara. Caí en la cuenta en que conozco mucho más de ellas que ellas de mí ¿Me seguirán queriendo cuando sepan que en realidad soy una sin techo? Me da un poco de vergüenza que sepan cómo vivía, que a veces me pasaba días sin comer, que muchas veces trabajé lavando platos y limpiando restaurantes, que me daba un baño superficial en baños públicos, y que lavaba mí ropa a mano para no gastar en lavandería, cada moneda contaba. Cuándo vi dónde vivía Nova, me sentí pequeña y una intrusa en una casa en la que yo jamás podría pagar, menos aún podría haber soñado alguna vez que dormiría junto a la dueña de esa casa en su cama, entre sus brazos y que a ella le gustaría mi olor, el mismo que por años había espantado a quienes tenía cerca, aunque para ser justas, es la primera vez en mucho tiempo que estoy bien limpia, bien alimentada y bien dormida.

Me giré despacio para no despertarla y me quedé viéndola dormír, tomé su cabello rubio entre mis dedos, delinee su rostro. A veces me parece que esto es un sueño aún, cuando me despierto asustada, hasta que veo que ella o alguna de ellas está a mi lado y eso me calma.

-Te amo -digo en un susurro- las amo a las dos -<<¿Hay algún tiempo para decirle a alguien te amo por primera vez? No lo sé, pero es lo que siento>>- las dos me dan un lugar seguro y no es por sus cosas materiales, ustedes son mi lugar seguro, se han convertido en mi hogar -me acercó y la abrazo apoyando mi rostro en su pecho y escucho sus latidos desbocados.

-Tambien te amo chica oscura, ambas lo hacemos -ella habla y yo me quedo tiesa- estoy segura que Nova también lo hace. Te has convertido en una de nuestras persona más importantes y también en nuestro hogar, un hogar al que siempre queremos volver con rapidez.

-No sabía que estabas despierta.

-Me alegra haberlo estado -se aparta un poco y en la oscuridad de la habitación, me besa y me abraza fuerte.

Dormimos finalmente, y cómo esta vez no estamos en la mansión ni en su casa, ella no ha tenido la oportunidad de prepararme el desayuno o al menos eso pensé, trajo dos vasos de café descartables y una bolsa de papel con unos croissants, se disculpó por no ser el desayuno gourmet que hace Nova. Si supiera que antes ni siquiera desayunaba, esto es perfecto, todo con ellas es mejor.

Partimos de nuevo a ver a Margot, ella se quedó en el auto mirando con Atención todo, compramos comida para llevarle y ropa. Llegamos al edificio abandonado con toda esa gente durmiendo en la calle. Ella estaba durmiendo sobre el mismo colchón viejo y sucio en el piso tapada con bolsas como la dejé ayer. También le compré una manta y ropa interior nueva.

-Magui -ella volteo a verme desorientada.

-¿Qué haces aquí? No deberías estar aquí Alex, ellas te eligieron -el alivio me inundó al fin, ella me reconoce- este no es un lugar para ti.

-Magui ven conmigo, por favor.

-¿Ellas te dejaron ir? Averiguaré dónde viven y les pateare el trasero -esta es la Magui que conozco. Se sienta intentando taparse- por favor no me veas y mantente lejos debo oler horrible.

La abrazo fuerte, ella se queda paralizada un momento y luego me abraza de nuevo, y llora sobre mí hombro. Las lágrimas salen mojando mi ropa que no importa. La ayudo a pararse le doy la ropa que compré para ella y una botella de agua. La ayudo a caminar parece estar entumecida.

-Ven conmigo, por favor ven conmigo, no te dejaré aquí -ella me mira- estoy con sonriente nos espera en el auto -mira el BMW estacionado.

-Con ese auto supongo que sonriente caga billetes de cien dólares.

-Es dueña de la empresa que fábrica ese auto.

-No me jodas y ¿roja entonces es una princesa o algo así, porque con el carácter que tiene o es una sicaria?

-Lo hablamos después ¿quierés?

-Alex huelo asqueroso, mejor ven por mí cuando no estés con ella...

Úrsula baja del auto y camina rápidamente hacia nosotras. Abraza a Margot mucho más bajita que ella, mi amiga me mira por encima de su hombro extrañada. Las muestras de afecto no son lo nuestro, pero es lo de sonriente, así que se deja abrazar y listo.

-Me alegra mucho saber que estás bien. Vamos, así puedes comer y descansar mejor -omitío lo de bañarse y yo internamente se lo agradezco-. Alex estaba muy preocupada y nosotras también, menos mal que estás bien -pasa un brazo por encima de su hombro y toma mi mano mientras vamos camino al auto.

Margot se sienta a mi lado atrás, mientras que la rubia toma asiento adelante para darnos un momento a solas, supo sin que se lo dijera que ella se sentiría más cómoda conmigo. El único que no soportó el olor de Margot fue el chofer y guardia que abrió un poco la ventana, ella me miró avergonzada y abrió también un poco su ventana, tratando de taparse con la ropa lo más posible. Úrsula ni siquiera se inmutó, pero si miró mal al conductor a su lado.

Llegamos al hotel y ella pasó el viaje que tenía pendiente para quedarse con nosotras. Fuimos a comprar ropa que sonriente quiso pagar y comimos afuera.

En la noche nos fuimos a dormir, nosotras a nuestra habitación y Margot a la suya, con mi evidente alivio ella me abraza y me da una dosis de besos y caricias que ella sabe darme.

-¿Ya estás más tranquila? -asentí- ¿Qué piensas hacer con ella? ¿Viene con nosotras a casa? Es bienvenida.

-Mañana hablaré con ella a ver qué quiere hacer y le diré que es bienvenida en tu casa.

-En casa, nuestra casa. Será la misma casa en Inglaterra, en la que vivirás ahora conmigo, bueno conmigo y en Suiza con Nova. Lo que quieras hacer te apoyaré.