15 Otra mansión sin cámaras
Al día siguiente no hay una Margot, la habitación está impoluta cómo si nadie hubiese estado ahí. No hay rastro de ella por ningún lado, solo quedó la caja que uso para guardar el cabello, al abrirla aún lo veo adentro, así que lo tomo y se lo doy a Úrsula para que lo guarde hasta que la encuentre de nuevo.
Las propuestas se cierran esa noche, sonriente se fue antes ya qué tenía que solucionar el tema por el cual había tomado un vuelo y dejó un trato a medio cerrar.
—Te vienes conmigo mi amor —entra Nova y me besa— al fin podremos salir de aquí. Toma —me da una bolsa— lo compré para que tuvieras algo para ponerte al salir de aquí, no sé cuál es tu estilo o que te gusta, así que compré algo que yo uso para estar cómoda.
En la bolsa hay un jean rasgado, una remera de algodón estampada y una campera de jean a juego, luego me da una caja con unas converse blancas y una gorra negra. Todo me queda muy bien y por tanto beige, no usaré ese color en lo que me queda de vida.
—Es perfecto, me encanta.
—Genial. Ahora podemos ir directo a casa o podemos tomarnos unas vacaciones ¿Conoces paris? ¿o prefieres un clima tropical con playas como Bora Bora?
—No te molestes, pero me encantaría darme una ducha cómo corresponde sin ropa, y poder dormir sin tener el sensación de que 50 cámaras y no sé cuánta gente me observay.
—Entonces a casa.
Es curioso cómo dice a casa, cómo si nos perteneciera a ambas y no dice a mi casa, siendo que es de ella.
Llegamos al lugar, una casa tan al estilo Nova, es una casa moderna por fuera conserva el color cemento y las plantas parecen segmentadas en bloques con un montón de naturaleza verde saliendo de cada hueco disponible, es cómo si la naturaleza se hubiera metido a través de la casa y dejado huella. Tal y cómo es Nova, una fuerza que arrasa y se mete por todos lados, incluso entre el cemento.
Entramos y lo más grande y equipado es sin duda alguna la cocina, todo lo demás es sobrio y sin exagerar, no hay muebles de más, ni adornos, solo lo justo y necesario. Un enorme árbol está en medio de la casa y sale por el techo abierto.
—¿Te gusta mi choza?
—Esto es muchas cosas, menos una choza.
—Bueno Úrsula para molestarme decia que lo era —se da cuenta del comentario y cambia de tema—. Este árbol estaba cuando compré el terreno, los arquitectos querían sacarlo y a mi me pareció que era un daño, yo no tenía derecho a sacar algo que estaba desde antes que yo llegara ¿No te parece?
—Es hermoso, pero ¿No hace frío en invierno? ¿Y que hay de la lluvia?
—Tiene un techo de vidrio que encaja perfecto con el árbol y queda cerrado, se cierra automáticamente cuándo llueve o hace frío, tiene un termostato incluid y un sensor.
—Oh, que novedoso.
—¿Quieres comer algo? El cuarto está aquí arriba —se voltea en las escaleras para verme— bueno mi cuarto, si es que todavía quieres dormír conmigo, sino tengo un cuarto de invitados y...
—Quiero dormir contigo —hace una sonrisa traviesa— digo, dormir de dormír, no de, osea si quiero pero es demasiado pronto y...
—Se acerca y me besa— Dije que te daría tu tiempo y espacio y lo haré. No te pongas nerviosa, solo te molesto. Ven vamos a ver la habitación, que te aclaro no es una cueva.
La habitación es igual o más impresionante, hay en una pared un estantería vacía, y alguno de los libros que tenía pendientes de leer en la mansión y no pude traer, ni leerme. La cama enorme y redonda bien tendida, con sabanas blancas y flores rosas bordadas, el acolchado suave al igual que los almohadones que tomo entre mis manos sentándome, y huelo el perfume de Nova, pero lo más impresionante es la cascada en la pared que se abre el vidrio transparente y dejan ver el patio interno de la habitación.
—Me gusta el ruido de la naturaleza y la cascada, pero si te molesta cuando nos acostemos puedo cortar el agua.
—Está bien, es que es impresionante. Todo lo que pueden hacer y comprar los ricos.
—Tú también eres rica, tienes 10 millones en tu cuenta —me giro rápidamente y abro los ojos— cada invitado que se interesara en ti debía hacer el depósito, cómo ambas nos interesamos y llegamos a un acuerdo, al que tú también accediste, bueno, el premio fue doble.
—Casi había olvidado que era una prostituta.
—Bueno en el realidad no lo eres —se sienta a mi lado colocando mi cabello atrás de mi oreja— las prostitutas tienen sexo con sus clientes —lo dice seria y ante mi cara comienza a reír— solo te molesto amor, puede que en un momento haya pensando que lo eras, quizás cuándo te mandé el primer regalo. Pero desde hace tiempo que no pienso eso.
—¿Y que piensas entonces?
—Que eres la persona que ha llegado para darle tregua a mi alma herida —sonríe apenas—. Contigo cerca he logrado descansar y dormir bien por horas, tu presencia me da paz y felicidad. Alexandria, me encanta tenerte aquí —toma mis manos— mi casa es tu casa, el tiempo que desees, no solo por un año, quédate todo lo que quieras y si quieres una vida —sonrie— por mi mejor.
La besé, la besé cómo no la había besado antes y por primera vez con calma desde que salimos de la mansión y sin sentir las cámaras en mi nuca grabando mi intimidad, la bese sin apuro y con total calma. Me gusta esta versión de ella, me gusta cómo me hace sentir cuando estoy con ella, pero aún así nos falta algo, que más bien es un alguien y es Úrsula, aunque sé que para que ellas vuelvan a estar juntas, para que las tres podamos ser, va a tener que pasar un milagro o voy a tener que ablandar a Nova.
Pasar la primera noche con ella fue mágico, despertar sin apuro para verla dormir plácidamente, para ver su respiración subir y bajar, mientras sus párpados siguen cerrados, besar su mano languida por estar relajada, sentir su calor cerca de mi. No puede evitar preguntarme cómo había sido todo antes de que yo llegara a su vida ¿cómo había sido todo con Úrsula? ¿Cuantas noches habían compartido en esta cama? ¿cuántas discusiones habían escuchado esas paredes? ¿cuántas noches sin ella que durmiera habían visto sus almohadas? Si había habido algo de la rubia aquí, había sido borrado, bueno dos años es mucho, pero Nova parece haberse propuesto borrar cada rastro de Úrsula en su vida, hasta ahora que llegué yo y tienen que compartirme.
—¿Qué me ves? —abre un ojo y voltea el rostro— me sentía observada y resulta que estoy durmiendo con mi acosadora.
—Si te volteas no puedo besarte —voltea de nuevo el rostro.
—No me lave aún los dientes, no me beses.
—No puedo no besarte —la beso— al menos con la boca cerrada.
—¿En que piensas?
—En quién, extraño a Úrsula —ella exhala pesado— ¿Cuándo voy a verla?
—No sé pero podrías llamarle, me tiene loca preguntando por ti por mensaje. Toma —abre el cajón y saca un teléfono nuevo— te lo regalo, me los dan todo el tiempo y tengo un montón que no necesito, es más si no te gusta ese elige otro de este cajón, el que más te guste —se levanta y se estira—. Me iré a bañar —me mira— no vayas a estar fisgoneando o no respondo.
Río y ella se va a bañar, por curiosidad abro el cajón y veo todos los teléfonos nuevos en caja. Ella me acaba de regalar un iPhone que ni siquiera ha salido a la venta aún, que se supone es un prototipo. Desde el baño me grita la clave de su teléfono, y me meto a buscar el número de la rubia para pasármelo, entonces le llamo si perder el tiempo y cuándo le digo quién soy, su voz adquiere el familiar tono de calidez.
—¿Entonces cuándo la verás?
—Llega en dos días de viaje y... —le llega un mensaje al teléfono y mientras se seca el pelo lo abre.
—Listo ya le dije que puede venir, pero no se quedará en la casa.
—Amor —sonríe— ¿Puedo pedirte algo? —asiente mientras se acerca para besarme— ¿Podrían encontrar a Margot? Desde que dejó la mansión no tengo un buen presentimiento.
—Claro, hablaré con Úrsula y te traeremos a tu amiga. Hay algo que... la gente de la agencia nos dió toda tu ropa, con Úrsula nos dividimos la mitad cada una, porque no sabíamos que hacer, el resto de las cosas las tiene ella. Alexandria lo que nos dieron cabía en 4 bolsas grandes negras y una Notebook viejita ¿No tienes más pertenencias?
—Avergonzada dije— Me gustaba andar ligera, no soy cómo ustedes que lo tienen todo.
—No lo teníamos todo, nos faltabas tú —me besa— bueno si quieres tu ropa está en el otro cuarto en el clóset, aunque podríamos ir a comprar más. Y Alex, no me trago lo que me dijiste, pero cuándo quieras contarnos te escucharemos, con Úrsula acordamos no averiguar nada de ti, por respeto a tu privacidad.
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