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Capítulo 5

Los hermanos Salazar entraron a la cafetería y los primeros en darse cuenta de su presencia fueron los Bowers Gang, Henry, Belch y Víctor miraban con desprecio a Tomás mientras que éste sólo les lanzaba una mirada de desinterés.

- Éste imbécil ¿Quién se cree que es?- dijo Henry fastidiado.

Mientras que Henry seguía quejándose de Tomás junto con los otros, Patrick se fijaba en María, la siguió con la mirada hasta que ella llegó a una mesa con tres chicos en ella.

- María, te presento a los idiotas que me acompañan en éste tortuoso lugar- dijo Tomás presentándole su hermana a los únicos que él consideraba sus verdaderos amigos.

- Muy gracioso taquitos al pastor- le dijo uno de ellos, éste era de tez negra, tenía el cabello trenzado y era un poco más alto que los demás.

- Calma , pacifista- bromeó Tomás.

- Y aquí vamos- dijo otro de cabello castaño rizado y ojos café que rodaba los ojos acostumbrado a las escenas de sus amigos.

- No te amargues , tú sólo disfruta del espectáculo- dijo otro que tenía sólo una cresta verde en su cabeza y daba la impresión de que le faltaba un tornillo.

- Cállense, intento presentarle nuevos amigos a mi hermana y ustedes sólo quedan como imbéciles- dijo Tomás mientras que María sólo sonreía divertida, él suspiró y siguió- Bien, ellos son Willie- señaló al chico moreno- Marcus- señaló al castaño- Y Billy- señaló al de cresta verde.

- Encantado de conocerla , bella dama- dijo Willie tomando de la mano a María y besándola, ella sonrió a tal caballerosidad.

- Un gusto , señorita- dijo Marcus con una sonrisa amplia.

- ¿Que tal?- dijo por último Billy chocando los puños con María.

- Es un gusto conocerlos a ustedes también- dijo María sonriendo, ella se sentó junto a su hermano y poco después apareció Lana.

- Chica ,te he estado buscando por media escuela- dijo la asiática.

- Lo siento, cuando salí de clases quise ir a buscarte pero Tomás apareció y me secuestró- dijo la azabache y su hermano la miró ofendido.

- ¡Ja! Adoro a ésta chica- dijo Billy riendo mientras la miraba.

- Si , pero que no te agrade demasiado ¿Eh?- agregó Tomás.

- No te cae el ser sobreprotector, Tom- dijo Lana- Y tú vienes conmigo, al fin te dejaron salir de casa y eso significa más tiempo de calidad con tu mejor amiga- Lana tomó de la mano a María y se llevó fuera de la cafetería no sin antes dejar que ella se despidiera de Tomás y sus nuevos amigos.

- ¿Y bien? ¿Qué hacemos?- dijo María mientras las dos caminaban por los pasillos.

- Bueno, quisiera decir que algo divertido pero en éste vejestorio no hay nada más que sufrimiento y agonía- dijo Lana con disgusto.

- ¿Estás segura? No creo que sea así ,tal vez encontremos algo interesante.

- Si quieres algo interesante, el club de disección de ranas está abierto- bromeó Lana y María rodó los ojos.

- ¿Sabes qué? Mejor voy al baño.

- Bien pero no te atrevas a hacer del dos allá o dejarás el baño impregnado- dijo Lana y María le mostró el dedo de en medio antes de dirigirse al baño.

María entró al baño pero allí dentro se encontró con una chica pelirroja unos dos años menor que ella que lloraba con la cabeza gacha frente a uno de los lavabos.

- Odio mi vida, odio ésta escuela...¿Acaso no puedo ser feliz al menos una vez en mi vida?- se decía ella misma.

María estaba expectante a todo y no pudo evitar socorrer a la chica.

- Oye chica ¿Necesitas ayuda?- preguntó y la pelirroja alzó la vista y miró a María através del espejo, rápidamente se secó las lágrimas y trató de verse normal.

- No gracias, estoy bien- María la miró entrecerrando los ojos.

- Chica, conozco esa expresión que llevas en el rostro y sé que nada está bien- la pelirroja miraba a todos lados nerviosa.

- ¿Cómo l-lo sabes?

- Porque uno, es obvio que finges y dos, yo también la usé muchas veces y créeme que tratar de doblegar la realidad no te servirá de nada-la pelirroja miró a María directamente con sus ojos azules para luego respirar hondo y hablar.

- ¿Eres nueva verdad?

- Si ¿Porqué?

- No deberías hablar conmigo, te conviene alejarte de mí si no quieres que te tachen de algo que no eres- la pelirroja dejó de mirar a María para después ponerse su mochila.

- Adivino ¿Rumores?- la ojiazul asintió- Eso es estúpido, alejarte de las personas sólo porque dicen cosas de ti, no deberías hacerles caso.

- ¡Es fácil decirlo pero es muy díficil hacerlo!- gritó la pelirroja algo alterada, se quedó mirando el suelo por unos segundos hasta que nuevamente habló- Sólo ...no te me acerques nunca, no quiero perjudicar a nadie- la pelirroja sin dejar que María respondiera pasó rápidamente a lado de ella saliendo del baño, María la siguió.

- ¡Niña, espera!- gritó María saliendo del baño también con intenciones de alcanzar a la joven pelirroja pero ya fuera de éste, lq misma se le había perdido de vista de la por lo que se quedó en medio pasillo.

- María ¿Qué sucede?- preguntó Lana acercándose.

- ¿No viste a dónde fue una niña pelirroja?- preguntó María y Lana comprendió.

- Ah, ¿Hablas de Beverly Marsh? , Salió corriendo de la escuela, parecía algo alterada ¿Le hiciste algo?

- ¿Qué? No, sólo hablamos y me dijo que no me le acercara y que habían rumores sobre ella- Lana miró a María seria- ¿Son tan graves esos rumores?

- Sí- respondió Lana- Digamos que el idiota más grande de todo Derry se metió con ella y como ella no le correspondió, pues, él se encargó de que todos en el pueblo se enteraran de lo que ella en realidad era- Lana hizo señas de comillas enfatizandose en lo último- Dijo que ella se le había insinuado a él y a muchos otros chicos y que además le había robado los novios de algunas chicas sólo para tener sexo con ellos- María abrió sus ojos atónita a todo lo que estaba escuchando- En pocas palabras ese idiota inventó que Beverly Marsh era una zorra destruyendo su dignidad y como la gente del pueblo son igual de idiotas que él, se creyeron todo.

María arrugó su nariz y frunció su ceño enfurecida, no podía creer que alguien fuera capaz de dañar la reputación de otro alguien sólo por venganza de un rechazo.

-¿Quién fue el idiota que la dañó?- preguntó la azabache con cierto enojo en su voz, Lana miró a su amiga a los ojos y le respondió.

- Henry Bowers, amiga- otra razón para odiar al tal Henry- ¿Pero sabes qué? No te amargues por eso, lo de esa pobre niña es lamentable pero hay que agradecer que no nos pasó a nosotras, ¿Te imaginas la vergüenza y la desgracia que sería caminar por las calles , que te señalen o que hablen de ti a tus espaldas? Vaya horror.

- Si, tienes razón- María no podía quitarse aquella mirada apagada y sin vida de su mente, toda una vida destruida por un simple rumor era algo horrible- Mejor vámonos, ya casi acaba el receso- dicho eso las dos regresaron a la cafetería para volver a encontrarse con Tomás.

~Continuará~

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