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Capítulo 4

La alarma sonaba y María se levantó con los ánimos a tope, era la primera vez que iba a la escuela de Derry,al fin estaría con su hermano,con Lana y si el destino quería, también podría hacer otros amigos. Ella encendió su estéreo y estaba sonando Like A Virgin de Madonna, solo oírla bastó para ponerla aún más de buen humor, se dirigió al baño y se dispuso a hacer todas sus necesidades, luego salió del baño y se vistió con unos jeans de cintura alta remangados con una blusa roja sin hombros y unos tacones bajos negros.

- Like a virgin, hey, touched for the very first time...Like viiiiirgin- canturreaba María mientras avivaba sus rulos azabaches y se ponía su pañuelo rojo como diadema.

En eso su karaoke fue interrumpido por unos golpes en su puerta.

- María, ya vámonos - dijo Tomás del otro lado de la puerta.

- Va - dijo María apagando su estéreo, tomando sus libros y saliendo de su habitación encontrándose a su hermano recostado en el marco de la puerta, los dos bajaron las escaleras hasta la sala donde su padre los esperaba.

- Que tengan un buen día mijos- dijo Darío dándole la bendición a sus hijos, éstos salieron de casa para después subirse al auto y partir hacia la escuela de Derry.

En el camino los dos hermanos recogieron a Lana.

- De verdad sigo sin creermelo, no puedo asumir que tu padre al fin te dejara salir- dijo la asiática a su amiga.

- Ni yo me lo creía cuando me lo dijo anoche, creí que con lo que pasó de que salimos sin permiso me iba a encerrar cien años- dijo María riendo.

- Yo pensé lo mismo , pero no me hubiera importado, al fin y al cabo había cumplido lo que quería que era sacarte de ese lugar y verte sonreír de verdad al menos una vez- dijo Tomás haciendo que María lo mirara conmovida.

- Eres el mejor hermano que cualquiera chica quisiera tener.

- Si, y esa "cualquiera chica" sería yo , mis hermanos y yo nos odiamos y no me sorprendería que me pusieran veneno en la comida algún día- volvió a decir Lana causando las risas de los hermanos Salazar y ella los miró haciéndoles burla.

Los tres siguieron su camino hasta que minutos después llegaron a la escuela de Derry, Tomás aparcó justo al frente y bajaron del auto rumbo a la entrada, en lo poco que estaban caminando muchos de los estudiantes que estaban por ahí se quedaron viendo a los hermanos Salazar o mejor dicho, a María, en la escuela las chicas veían a Tomás como el chico más sexy incluso más que los Bowers Gang y ver a esa chica desconocida junto a su ídolo las tenía celosas y confundidas.

- ¿Ya viste? ¿Quién será esa chica?- murmuró una.

- Te apuesto lo que sea a que él solo sale con ella por lástima- murmuró otra.

- Pues claro, mírala, no es nada natural se ve de lejos que es una falsa- aquellos comentarios hacían que María abrazara sus libros incómoda, no porque le afectara en su autoestima, sino por lo ridículas que ellas sonaban al suponer que ella estaba relacionada con su hermano y porque nisiquiera la conocían y ya la estaban juzgando de manera equivocada.

Tomás lo notó y pasó uno de sus brazos por los hombros de ésta.

- Aveces quisiera tener una novia, pero luego recuerdo lo locas que éstas chicas están y se me pasa- dijo Tomás haciendo reír un poco a su hermana.

- Si y no les hagas caso, ellas dicen eso para ocultar el hecho de que el maquillaje no les hace efecto a sus caras de espárrago- le dijo Lana y ella sonrió completamente reanimada y sin ninguna pizca de incomodidad.

Al llegar a la entrada, los tres se separon no sin antes que María recibiera un beso en la frente de parte de su hermano como señal de buena suerte. María caminaba tranquilamente a la dirección hasta que sintió que alguien la empujó haciendo que el bolso que traía se cayera y todas sus cosas se esparcieran en el suelo, ella de inmediato se agachó para poder recoger todo, por suerte la campana había sonado y ya todos estaban en sus salones.

- Vaya que eres un animal- escuchó decir a una voz detrás de ella.

- ¡Te juro que no la ví!- dijo otra voz.

- Eso es mentira.

- ¡Beep beep Richie!- gritó otra vez esa voz y María notó a alguien frente a ella, por lo cual miró y era un chico tres años menor que ella, castaño, bajito y con pecas en la cara- Discúlpeme señorita, de verdad no la ví- volvió a decir.

- Tranquilo, no es nada- dijo María con una media sonrisa.

- Al menos déjeme ayudarle, no sería nada cortés si la dejo aquí- dijo el chico agachándose para ayudarla.

- Aw, eres tan lindo Eddie Espagueti- dijo el otro chico a quien María vió que era más alto, cabello negro y de anteojos enormes.

- Calla Richard- musitó el castaño mientras recogía hasta que se topó con el inhalador de María, lo tomó y la miró- ¿Usted es asmática también?- María lo miró.

- Si, desde que nací, ser asmático apesta ¿Verdad?- dijo y el castaño rió.

Ya habiendo terminado de haber recogido todo, los dos se levantaron.

- Otra vez le pido disculpas, no me fijé- dije el castaño sonrojado por la vergüenza.

- Si, disculpe a mi Eddie Espagueti, mi belleza lo cegó hasta el punto de no ver.

- ¡Beep beep Richie!- gritó avergonzado el chico para después suspirar harto de la actitud de su amigo, María al ver eso dejó escapar una risita.

- Pues ya te dije que no hay nada de qué disculparse, los accidentes ocurren- María revolvió el cabello del castaño.

- Si, pero a él le ocurren muy a menudo- el de lentes se ganó una mirada de enojo por parte del castaño.

- Él es Richie Tozier y yo soy Eddie Kaspbrak, un gusto- dijo educadamente el castaño.

- Soy María Salazar, un gusto conocerlos también- respondió con una sonrisa- Supongo que los veré de nuevo por los pasillos, debo ir a clase.

- Nosotros también nos debemos ir , nos vemos después señorita de hermosa sonrisa- dijo Richie con voz seductora y María rió para después irse.

Éstos dos chicos le habían alegrado la mañana.

•••

Los Bowers Gang estaban recostados en el auto de Belch mientras que esperaban a que la campana sonara.

- Diablos, éste moretón no se me quitará nunca- decía Víctor mientras se veía en el retrovisor del auto- ¡Todo es tu culpa Henry!- musitó.

- ¡¿Qué dijiste idiota?!- preguntó el mencionado molesto.

- Dijo que todo era tu culpa- dijo Patrick ésta vez.

- Ya sé lo que lo dijo animal, solo era una pregunta retórica- dijo Henry mirándolo con fastidio y Patrick no le dió importancia ,por lo que siguió dando caladas a su cigarrillo- Además la culpa no la tuve yo, la tuvo el imbécil de Salazar.

- ¿Y qué harás ahora?- preguntó Belch y Henry iba a responder pero de pronto el rugido del motor del auto de Tomás Salazar se hizo presente ganándose la atención de todos ,incluido ellos pero Patrick ni se inmutó.

- Mira lo que tenemos aquí, ese idiota tiene unas agallas muy grandes al venir aquí- dijo Henry entre dientes.

- Y no vino solo, mira- Belch hizo que Henry se fijara en la hermosa acompañante de Tomás , María.

- No es cierto , Patrick no querrás perderte ésto- el pelinegro sin muchas ganas volteó y al ver a María se sorprendió tanto que se ahogó con el humo de su cigarrillo.

En ese momento Patrick sintió algo raro en él, se quedó hipnotizado como cuando la vio ayer en la fiesta, fue cómo si en ese mínimo momento sólo existieran ella y él . El pelinegro no quitó su vista de María en ningún momento, la siguió con la mirada hasta que ella desapareció en la entrada de la escuela.

- ¡Hey Pat! ¡Despierta!- dijo Henry dándole una mini bofetada sacándolo de su trance- Ahora sí te animarás a hablarle ¿O tendré que tentarte otra vez?- Patrick no dijo nada , sólo terminó su cigarrillo, lo tiró y camino en dirección a la entrada junto con los demás.

Las primeras horas de clase habían sido normales para María, bueno, casi normales, cada vez que María se presentaba al frente de la clase , sus compañeros e incluido los profesores(as) se quedaban extrañados y atónitos , lo que no es difícil de decifrar el porqué de esas miradas ya que los Salazar eran conocidos por los actos ilícitos y negocios turbios de Salazar padre y porque María hasta hoy fue que se dió a conocer en Derry y la idea de que el más viejo de los Salazar tuviera una hija además de su ya muy conocido hijo, tenía a todos de cabeza.

En fin, era recreo y María estaba buscando algunas cosas en su casillero hasta que Tomás la vió y se le acercó para darle un susto.

- ¡Ajá!- gritó haciendo que María saltara del susto.

- ¡¿Qué chingados te pasa?! ¡Casi me da un infarto , cabrón!- le dijo María con una mano en su pecho.

- Ay no te rajes ¿Eh? , sólo quería darte un sustito nomas.

- Eres de lo peor , pero ya cambiando de tema ¿En dónde andabas? Te estuve buscando toda la mañana.

- Bueno, a mi me tocan clases diferentes, además estuve encerrado en la oficina del director y no fue hasta ahora que salí.

- ¿Y eso porqué?

- Bowers- dijo con molestia- Bueno, ¿Quieres comer algo?

- Claro, pero, ¿Crees que vendan chilaquiles aquí?- preguntó y Tomás rió- ¿De qué te ríes?

- Ay hermana, ésto es América, aquí no conocen los chilaquiles, ni los tamales, ni nada , lo único que vas a encontrar aquí es comida que deformará tu bella carita de ángel- dijo Tomás apretando las mejillas de su hermana.

- ¿Y entonces?

- No desesperes mi pequeña tragona, algo encontraremos- Tomás pasó uno de sus brazos por los hombros de María y juntos se dirigieron a la cafetería.

~Continuará~

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