Capítulo 27
Después de aquella confrontación de terror, los chicos salieron de las alcantarillas totalmente demacrados y cansados, todos yéndose a sus respectivas casas para tratar de recuperarse física y mentalmente de todo lo ocurrido en el pozo. Después de una semana, cosas ocurrieron; Henry sorprendentemente había sobrevivido a la caída del pozo, pero al salir fue acusado de asesinar a su padre y a sus amigos Belch y Víctor, la policía luego fue a casa de Beverly por lo de su padre y al ver el historial mental del hombre y saber que todo fue en defensa propia, decidieron dejar aquello por alto, luego estaba lo de Tomás, a quien dieron de alta después de tres días de estar encerrado en el hospital y éste al salir no perdió el tiempo y metió su auto a un taller mecánico para que lo arreglaran y por último estaba el funeral de Georgie, a final Bill aceptó que su hermano estaba muerto y decidió dejar que sus padres le hicieran un funeral decente, en el cual todos los chicos y María asistieron.
- ¡María! ¡María!- gritó Tomás mientras entraba sin tocar a la habitación de la mencionada, la cual estaba recostada en la cama y al oír los gritos de su hermano se levantó quedando a la defensiva con su abanico en mano.
- ¡¿Qué?! ¡¿Te pasó algo?!- gritó María asustada y su hermano la miró confundido.
- No...estoy bien ,no te preocupes- dijo Tomás acercándose a María y sentándose en una esquina de la cama y ésta suspiro aliviada cerrando el abanico y volviendo a recostarse.
Desde aquel día en las cloacas a la azabache le había costado un poco superar aquellas cosas y también se había vuelto demasiado pero demasiado alerta con respecto a su hermano, aún sabiendo que Eso ya no estaba y que no había peligro alguno.
- Debes dejar de preocuparte tanto por mi, yo soy el que debería de estar como tú- dijo Tomás acariciando dulcemente cabeza de María y ésta le sonrió irónica.
- Ahora ya sé lo que sentiste esa vez que me quedé en el hospital- dijo María y Tomás rió ligeramente- Si no te pasa nada , entonces ¿Porqué entraste gritando?
- ¡Ah! Ya me acordé, es porque papá llamó- dijo y María se levantó rápidamente quedando sentada.
- ¿Neta? ¿Y qué te dijo?- preguntó María mientras sonreía, pero Tomás la miró a los ojos seriamente- ¿Qué?
- Él...papá dijo que todo está bien, que la policía ya no nos va estar chingando y que podemos estar en paz- dijo Tomás.
- Y...¿Que hay de malo?
- Que el problema es que...debemos cumplir una condición y esa condición es que debemos volver a México y comenzar una nueva vida allá- dijo Tomás y María quedó callada por unos momentos para luego reírse pensando que todo era broma.
- Es broma ¿No? Sólo lo dices para joderme ¿Verdad? ¡¿Verdad?!- dijo María mirando a los ojos de su hermano con la esperanza de que todo fuera mentira, pero no fue así ya que Tomás negó seriamente- ¡Me lleva! ¡Yo no quiero irme! ¡Esa pendejada no es justa!- dijo la azabache enojada levantándose de su cama para luego caminar de un lado otro por su habitación.
- Créeme que tampoco me quiero ir y bueno , la vida en sí no es justa, hay que aceptar que ésta chingadera va a pasar y disfrutar de lo que queda del verano- dijo Tomás melancólico.
- Y justo cuando creía que todo iría bien de ahora en adelante , vienen estos pendejos con sus mamadas- dijo María triste yéndose a sentar en la cama al lado de Tomás.
- A ver, que tampoco creo que nos mantengan allá por siempre ¿No? Además, podemos pasar un tiempo allí y luego podremos volver- dijo Tomás tratando de alegrar a su hermana, cosa que sirvió sólo un poco.
- ¿Y? ¿Cuando nos vamos?- preguntó María.
- Papá regresa en la primera semana de septiembre y lo más probable es que nos vayamos a mediados de ese mes- dijo Tomás y María asintió mientras colocaba su cabeza en el hombro de él y suspiraba pesadamente.
María se puso a pensar en todo lo que había vivido en estos dos años que pasaron ; la muerte de Lana, los encuentros desagradables con Eso ,cuando conoció a cada uno de los chicos y a...Patrick, ese chico que lograba confundirla y reconsiderar sus sentimientos por él cada vez que lo veía o le hablaba, si bien no tuvo todo el año pintado de rosa pero , aquellos momentos desagradables la ayudaron a madurar y a tener valentía de enfrentarse a lo que sea.
- Sé cómo te sientes, Marcus y Willie son importantes para mí y sé que tienes gente importante aquí como Bill con sus amigos y...Hockstetter- dijo Tomás tomando por sorpresa a María, quien levantó su cabeza y lo miró sorprendida.
- ¿Cómo...
- Algo que voy a extrañar de Derry es la gente tan chismosa que tiene, además de que el día que nos peleamos frente al hospital pues...te seguí y te ví con él yéndote a la cantera y ahí los ví juntos , lo que confirmó los chismes que me dijeron- dijo Tomás mirando a María con ironía.
- Y...¿No te molestó que estuviera con él? Porque te recuerdo que no eres del tipo calmado y siempre arreglas todo a chingadazos.
- Bueno, al principio que los vi, sí, pero después vi cómo sonreías y como él te miraba, esa mirada sólo la ví en papá cuando miraba a mamá- dijo Tomás mirando a María- Y bueno, si él te hace feliz...no me opondré, uno ama a quien ama y mi consejo de la semana es que le digas ésto lo más pronto posible- dijo Tomás con dificultad, María lo miró sonriente y entrecerrando los ojos.
- ¿Lo dices de a devis?- preguntó María.
- Sí - dijo Tomás con una sonrisa fingida provocando la risa de María- Es de a devis, aunque ni en un millón de años te hubiera imaginado enamorada de ese wey, pero debo confesar que si me hubieras dicho que te gustaba Henry...ahora mismo hubiera ido a buscarlo y le estaría partiendo su madre- volvió a decir Tomás acompañando a María en las risas.
•••
María esperó a que fuera un poco más tarde para luego salir e ir en busca de Patrick, Tomás tenía razón, ella debía contarle todo. Mientras caminaba ella sintió que la brisa fresca de la tarde la envolvía y respiró hondo, al fin podía sentir que caminaba con seguridad por las calles de Derry, pero de pronto su tranquila caminata se vió perturbada por unas manos cálidas que cubrieron abruptamente sus ojos, haciéndola parar de caminar.
- ¡¿Qué carajos?!- dijo María comenzando a alarmarse y luchando por quitarse aquellas manos de sus ojos.
- Hola, rosa salvaje - le susurraron en el oído y María dejó de luchar para luego suspirar con molestia.
- ¿Enserio Patrick?- pregunto ella retóricamente y seguido se escuchó una risita juguetona.
Finalmente Patrick retiró sus manos y María volteó a mirarlo con una ceja alzada, el pelinegro con una sonrisa de satisfacción atrajo a la azabache y la envolvió con sus delgados brazos abrazándola, apoyando su mentón en la cabeza de María , mientras que la última recargaba su cabeza en el pecho de él.
- ¿Cómo es que apareces siempre en el momento indicado?- preguntó María.
- ¿Porqué lo dices?
- Porque justamente te estaba buscando- dijo María separándose del pecho de éste y mirándolo a los ojos.
- Pues, yo también esperaba verte...fui a tu casa , pero no me atreví a tocar la puerta y me limité a esconderme en los arbustos, luego te vi salir y te seguí para darte un pequeño susto- dijo Patrick con una sonrisa apenada y María negó sonriendo pero luego cambió su sonrisa por una cara neutral recordando la razón por la que buscaba al pelinegro- ¿Qué pasa? ¿Dije algo malo?
- No, no es eso- dijo María rápidamente- Es que...quería hablarte de algo y lo mejor sería que fuéramos a otro lado para estar más cómodos.
- Bueno, podemos ir al parque- sugirió el pelinegro y María asintió de acuerdo.
La joven pareja caminó por las calles en dirección al parque, al llegar éstos se sentaron en una de las cuantas sillas que habían por allí y seguido de eso María procedió a contarle todo a Patrick, éste al principio se rió a carcajadas pensando que todo era una broma de mal gusto, al igual que María en un comienzo,pero luego sus risas fueron opacándose al ver la expresión de tristeza de la azabache.
- ¿Cuándo te vas?- preguntó Patrick para luego suspirar pesadamente, él no podía creer que ahora que al fin había conocido a alguien que se volvió importante para él , tuviera que irse de repente.
- A mediados de septiembre- dijo María con los brazos cruzados y con su vista al suelo.
- Vaya que me tomaste por sorpresa con esa noticia, la verdad nunca pensé que te llegarías a ir así como así- dijo Patrick tomando la mano de María y apretándola ligeramente.
- Yo tampoco, ya me acostumbré a estar aquí con mis amigos y...contigo- dijo María mirándolo a los ojos- Pero eso sí, antes de irme quiero pasar tiempo junto a ti.
Patrick sonrió de felicidad al oír aquellas palabras.
- Bueno, en ese caso, tengamos una cita mañana- dijo el pelinegro.
- Me parece bien ¿Qué tienes en mente?- preguntó María mientras recargaba su cabeza en el hombro de Patrick a la vez que entrelazaba su mano con la de él.
- La película de Pesadilla en Elm Street 5 está todavía en el cine ¿Quieres ir a verla conmigo? Bueno, eso si no eres asustadiza- sugirió Patrick con cierto tono pícaro.
María levantó su cabeza del hombro del pelinegro y lo miró con una ceja alzada mientras sonreía, seguido de eso ésta acercó sus labios a la mejilla de Patrick y le plantó un beso para luego separarse de él dejándole una marca de beso carmín como aquella vez.
- Ya veremos quién es el asustadizo- dijo ella mirándolo con sus ojos avellana para luego volver a recargar su cabeza en su hombro.
~Continuará~
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