Capítulo 20
Recapitulemos, después toda aquella locura ocurrida en la casa de Neibolt Street, María terminó desmayada en brazos de Beverly y ésta junto con Mike, Stan, Ben y Richie la levantaron y la llevaron como pudieron al hospital de Derry ,allí la azabache fue atendida y cuando los doctores preguntaron sobre las marcas de garras en el abdomen, los chicos mintieron diciendo que fueron atacados por una jauría de zorros y sí, no fue una excusa creíble pero al final los doctores creyeron todo y prefirieron no preguntar más al respecto. Luego de que los chicos se fueran del hospital ellos en el camino se encontraron con Tomás quien les preguntó sobre el paradero de su hermana y éstos le dijeron que estaba en el hospital , Tomás al oir aquello fue inmediatamente al hospital para saber sobre el estado de su hermana.
María quedó internada durante dos días y en esos días fueron a visitarla solo Tomás, Beverly y Patrick, éste último esperaba a que no hubiera ninguno de ellos en el área para entonces solo ir y ver a María a través del cristal, pero volviendo a la realidad, María iba en el asiento del copiloto del auto de Tomás, a la azabache la habían dado de alta hoy e iba devuelta a casa.
- Sólo fue un día, un pinche día sin papá y casi te mueres- decía Tomás regañando a María- Dios, si papá se entera de ésto nos va a llevar la chingada.
- Bájale de huevos ,no se enterará- dijo María rodando sus ojos.
- ¿Cómo pinches madres puedes estar tan tranquila? No sabes el susto que me diste, pendeja.
- A ver, ya estoy hasta la madre de tus sermones, suficiente tengo con el que me diste en el hospital- Tomás la miró serio para luego seguir conduciendo hasta llegar a casa.
Al llegar los dos bajaron del auto en silencio dirigiéndose a la casa y adentrándose en ella.
- Papá me dejó a cargo de la casa y de ti, por lo tanto ahora digo que te vayas a tu pinche cuarto- dijo Tomás y María lo fulminó con la mirada.
- ¿Que carajos? ¡No puedes tratarme como una pinche escuincla!- dijo María indignada.
- ¡Que vayas a tu puto cuarto dije!- gritó Tomás enojado.
María enojada le dió una última mirada y le mostró el dedo corazón a Tomás para luego subir a su habitación, María no lo sabía pero la razón por la cual Tomás estaba así era porque el mismo día que ella se internó en el hospital, fue el mismo día en que encontraron el cadáver de Billy en la orilla del riachuelo, Tomás presenció cómo sacaban el cuerpo del riachuelo y vió con terror las dos únicas e inusuales heridas que tenía; a Billy le habían arrancado la mandíbula inferior y le faltaba parte de su cuello justo en donde deberían estar la yugular y el esternocleidomastoideo, como si se lo hubieran comido y aquello sumado a la noticia de que su hermana estaba hospitalizada pues, lo puso muchísimo peor y tuvo mucho miedo de fuera a sucederle lo mismo que a Billy.
- Pinche culero- María estaba frustrada y caminaba de un lado a otro en su habitación- Ni que estuviera tan grave- se dijo mientras se paraba frente a su espejo y alzaba su camiseta ,quitó un poco de las vendas que cubrían su abdomen y vió cómo las marcas de garras en éste estaban cosidas y rojizas en proceso de curación- Híjole... ese mentado doctor tenía razón, no podré salir en un mes de esta puta casa.
María suspiró pesadamente , se dejó caer boca arriba en la cama y cerró sus ojos dejando que sus pensamientos divagaran, primero pensó en Beverly; la pobre debía estar tan sola y en peligro con ese maldito pervertido que se hacia llamar padre, luego en los otros; Beverly le había contado que el grupo se había separado y no se volvieron a ver en esos días en que estuvo hospitalizada, al parecer cada uno seguiría sus vidas como quisieran y eso le aterraba ya que podía que Eso aprovechara aquello y por último pensó en Patrick; no lo había visto en días y sinceramente ella comenzó a preocuparse por él ¿Y si Eso volvía a acecharlo? , María abrió sus ojos espantada y se puso una de sus manos en la frente sobándosela.
- Dios quiera y estén bien, porfavor.
Aquel día María no pudo estar tranquila en ningún momento del día y es más nisiquiera pudo dormir bien , no tuvo pesadillas ni nada por el estilo pero aún así no pudo consiliar el sueño.
•••
Los días pasaron , cada una más aburrida y lúgubre que la otra, María aveces luchaba por escaparse de su casa sin ser descubierta pero Tomás siempre estaba un paso adelante de ella y la detenía, ella podía sentir como poco a poco su vida volvía a ser como antes; encerrada sin poder salir a algún lugar o ver a sus amigos que ahora sí tenía, el mes de Julio pasó como alma que llevaba el diablo y las heridas de María milagrosamente mostraron mejora por lo que Tomás decidió llevarla al hospital para que le cortaran las costuras.
- Lo único que te aconsejo señorita es no más juegos rudos, tal vez la herida se haya cerrado pero puede que se vuelva a abrir si no se guarda el reposo debido- explicó el doctor mientras llenaba el expediente de María.
- Créame doctor, no hará nada rudo desde ahora y yo me encargaré de eso- dijo Tomás viendo acusatoriamente a María quien solo rodó sus ojos fastidiada.
- Como sea, gracias doctor y larga vida para usted y su familia-dijo María y el doctor le sonrió agradecido.
Los hermanos Salazar salieron del hospital, Tomás comenzó a caminar hacia su auto y María en dirección a la calle, Tomás giró su cabeza para ver si su hermana lo seguía pero al verla irse por otro lado se extrañó y fue hasta ella tomándole el brazo.
- ¿A dónde?- preguntó Tomás burlón.
- Disfrutaré lo que queda del verano ¿No puedo o qué?- respondió ella.
- No, no puedes ,te recuerdo que estás bajo mi cuidado y nos vamos para la casa.
- Pero como das lata ¿Que no era que me encerrarías hasta que me curara? Pues ya me curé.
- Soy tu hermano mayor y si te digo que nos vamos para la casa , no vamos- dijo Tomás enojado- Así que órale- dijo empezando a arrastrar a María hacia el auto pero ésta se zafó del agarre mirándolo con enfado- María ,solo trato de protegerte.
- Pues no necesito protección y no volveré a estar encerrada en casa, así que ahí te ves- le dijo María para luego irse corriendo de ahí ignorando sus llamados.
María corrió por unos segundos y se detuvo una vez que el hospital desapareciera de su vista panorámica, la azabache se recargo unos minutos en un árbol que estaba por ahí y pasó sus manos por sus rizos azabaches mientra bajaba su vista al suelo, sintió un leve arrepentimiento por haber tratado así a su hermano, ella ya se había enterado de la muerte de Billy y sí, ella sabía lo mucho que dolía perder a un amigo y también que eso le había afectado a Tomás pero ella no iba a quedarse encerrada nunca más, además, no dejaría que Eso la molestara, pues ella estaría alerta.
- Miren, pero si es la señorita Salazar- se oyó decir a alguien, María levantó rápidamente su mirada y vió que se trataba de Henry que se acercaba junto a Víctor y Belch- ¿Qué haces ahí tan sola preciosa?
- ¿Qué quieres Bowers?- preguntó María rodando sus ojos, Henry era la última persona que ella deseaba ver en esos momentos.
Henry miró de arriba a abajo a María por un par de segundos, la miró a los ojos y mordió su labio inferior mientras sonreía de forma pícara,cosa que incomodó a la azabache y mucho.
- ¿Sabes? Patrick ha estado evitándonos desde hace un tiempo, no sabíamos porque o por quién- dijo haciendo énfasis en lo último mientras la miraba- Hasta que los vimos muy cerca aquel día en el patio de tu casa.
María suspiró pesadamente y lo miró con una ceja alzada.
- ¿A qué punto quieres llegar?- Henry borró de repente su sonrisa y la cambió por una expresión de enojo.
- ¡Al punto de que tú debiste ser mía desde el principio y no de él!- gritó el rubio con enojo y María lo miró extrañada para luego reírse.
- A ver, en primera , yo no soy propiedad de nadie y en segunda, nunca me fijaría en ti y no sé que te hizo pensar que tenías oportunidad cuando lo único que has hecho es fastidiarme a mí y a mi familia, pareciera que tuvieras la cabeza sólo para ese ridículo corte de cabello que llevas- dijo María y Henry la miró con ira.
De pronto sin que María se lo esperara, Henry le ordenó a Víctor y a Belch que la sujetaran, la azabache les repartió unos golpes y patadas a los dos atacantes pero ellos resultaron más fuertes que ella y lograron su cometido, Henry se acercó lentamente hacia María hasta quedar cara a cara.
- ¡¿Qué demonios crees que haces imbécil?!- preguntó María entre asustada y enojada.
- Si no serás mía por las buenas- decía el rubio mientras metía una mano dentro de la camiseta de María acariciando su abdomen- Lo serás por las malas- terminó diciendo con una sonrisa inquietante.
- ¡No me toques hijo de puta!-gritaba María removiéndose intentando alejarse de las asquerosas manos de Henry- ¡Hablo enserio Bowers! ¡Lo lamentarás despué- la mano de Herny había impactado en la mejilla de María impidiendo que terminara su oración, éste la tomó del mentón haciendo que lo viera a los ojos y sólo se pudo ver reflejado el odio y enojo en los ojos avellana de la azabache.
- Cállate María, no lo hagas más difícil- dijo Henry cínicamente.
- Chinga tu madre , pendejo de mierda- le susurró María con recelo y seguido le escupió en los zapatos.
Henry sólo rió sin tomarle importancia a aquel comportamiento y se dispuso a acercar lentamente sus labios a los de María pero antes de que éstos pudieran siquiera rozarlos, la voz de alguien más se hizo presente.
- Ni siquiera lo pienses , Henry- el mencionado molesto volteó al reconocer aquella voz y no solo él, María también lo había hecho y al ver de quien se trataba cambió su expresión de enojo y temor a una de alivio.
- Patrick...- susurró María negando con la cabeza mientras sonreía.
~Continuará~
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