Me gire hacia la dueña de la voz.

—¿Cómo sabes mi nombre?

—Reconocería a mi sobrina favorita en cualquier lado incluso aunque haya sido modificada genéticamente.

—¿Sobrina? —pregunto Kevin confundido retrocediendo unos pasos.

De repente sentí una increíble necesidad de encerrarlo en una habitación y dejarlo ahí.

—Deja a Kevin en paz el no hizo nada.

Tamara tenía una estatura mediana piel oscura y ojos grandes.

—Ven pasa a mi habitación.

Normalmente no confiaría en pacientes de psiquiátricos pero ella era diferente no parecía una paciente parecía una persona normal que estaba aquí por algún tipo de error. De injusticia.

Antes de entrar a la habitación mire a Kevin y entrecerré mis ojos, el frunció el ceño y yo sonreí, me causo una gran felicidad dejarlo afuera por un momento me sentí Lana.

—¿Qué haces aquí? —le pregunte.

—Creo que Kevin ya te lo dijo.

—No... me refiero a ¿Por qué sigues aquí? Pareces una persona sana mentalmente.

—Es porque lo estoy, pero finjo no estarlo para no enfrentarme al mundo exterior más específicamente a Savannah.

Me pareció un poco triste que no supiera que se quedaría aquí toda su vida o tal vez si sabía y era cierto lo que me estaba diciendo.

—La razón por la que estoy aquí en primer lugar —dijo amargamente —, me alegra que estés aquí aunque en realidad sé que no estás aquí pero supongo que es algo con lo que debo de conformarme.

—No entiendo a qué te refieres estoy aquí completamente —A excepción de mi mano derecha.

—Lana vino aquí hace un par de años y me conto un par de cositas no muy buenas básicamente se confesó con la peor persona que pudo haberlo hecho.

Las respuestas de Tamara eran vagas y poco útiles, no las podía comprender pero aun así espere hasta que se formó un silencio que no supe cómo llenar.

—Yo te mate ¿Sabias? —dijo de la nada, esa afirmación me tomo por sorpresa —, ¿O no lo recuerdas?

—¿Matarme? Estoy viva —respondí, sintiéndome extraña, sentía que esta conversación no me correspondía a mí.

Tamara asintió y a la vez bostezo.

—Por supuesto.

Un ruido muy fuerte hizo que mi piel se erizara y brinque al mismo tiempo, gire mi mirada hacia la puerta.

Savannah estaba ahí parada con los brazos cruzados y una mirada de aburrimiento infinito.

—Oh no, no dejare que invadas mi espacio otra vez —reclamo Tamara parándose de la silla en la que estaba para pararse en frente de Savannah.

Tamara era mucho más baja que ella, Savannah solo bajo la mirada con algo de desprecio.

—Fuera de mi camino —ordeno mirándola a los ojos.

—No —respondió Tamara.

Dos hombres con uniformes blancos aparecieron detrás de ella y la tomaron de los brazos.

—Yo siempre tendré la razón Savannah, siempre —afirmo Tamara antes de que se la llevaran del cuarto.

La pesada mirada de Savannah recayó en mí que me había quedado sin palabras para defenderme o defender a Tamara.

Savannah suspiro y saco una jeringa de su chaleco.

—Hagamos esto fácil ¿De acuerdo Katherine?

—¿Qué haces? —pregunte retrocediendo cada vez que ella avanzaba más.

—¿No es muy obvio? Planeo sedarte.

—Creo que tendrás que cambiar de planes —mi espalda toco el pizarrón.

—¿Crees?

Savannah estaba a tan solo centímetros de mí, por primera vez estaba experimentando el miedo intenso. Savannah sonrió, su sonrisa fue muy siniestra e incómoda sentí un piquete en mi cuello.

—Creo que no voy a cambiar de planes —susurro mientras yo me debilitaba y caía en sus brazos, quise luchar contra el impulso de cerrar mis ojos y dejar que me derrotara pero no pude hacerlo, termine cerrando los ojos. Termine derrotada. 

ºººººººººº

Estamos en la recta final... esto va a explotar en cualquier momento y tal vez literalmente.