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Capitulo 6.

Desperté en mi cama con la incómoda almohada debajo de mi cabeza y la sabana cubriéndome hasta el cuello, ¿En serio todo había sido un sueño? Un sueño que podría calificar como pesadilla.

¿Quién trabaja en el laboratorio 15? Fue la primera pregunta que llego a mi mente, tal vez me estaba volviendo loca.

Savannah no podía ser, había algo que me impedía creer que ella trabaja en el laboratorio 15.

Después de estabilizar mis ideas y darme cuenta de que posiblemente si me estaba volviendo loca me encontraba en la sala viendo una fotografía que estaba escondida detrás de un cuadro de Lana en su quinta fiesta de cumpleaños.

Eran Savannah y Lana, se estaban abrazando.

Lana tenía una toga creo que se estaba graduando de la preparatoria ¿Por qué esto no está colgado? ¿Por qué está escondido?

Lana tenía un diploma en las manos, la luz de la cámara lo opacaba pero podía alcanzar a distinguir que decía la palabra "Ingeniería Química"

¿Ingeniería Química? Eso era imposible Lana tenía 21 años apenas hace 3 años que había entrado a la universidad la carrera de ingeniería química duraba 4 o 5 años todavía le faltaba más de un año para graduarse.

¿Por qué yo no estuve ahí?

En la foto parecía que estaban en una fiesta.

Quizás era una fiesta de una de sus amigas de grados más adelantados y solo le presto el diploma para que pudiera tomarse una foto.

Lana hacia eso todo el tiempo usaba las cosas de los demás para tomarse fotos.

Me sorprendía que ayer no lo hubiera hecho mucho.

Pero ¿Qué hacía Savannah ahí?

Volví a fijarme en la foto, de pronto la teoría que tenía se destruyó.

El diploma tenía su nombre.

Algo no estaba bien aquí pero no sabía que era.

¿Por qué esta foto se veía tan vieja?

Al revisar mejor la foto me di cuenta de que Lana se veía más joven y con mucho menos maquillaje y con Savannah no había mucha diferencia sin embargo se veía diferente.

¿Por qué yo no estaba ahí?

Voltee la foto había algo escrito, era una fecha.

15 agosto 2015.

La fecha debe de estar mal.

Algo me hacía pensar que la fecha estaba mal no sentía que ese año fuera este.

O yo estoy mal.

¿En qué año estamos?

Corrí hacia la nevera. Ahí había un calendario o eso recordaba.

Corrí tan rápido que me tropecé con la alfombra.

Me debí de haber raspado la rodilla pero no salió sangre ni siquiera me dolió fue solo la sensación.

Toque el pedazo de piel que se había levantado. Nada.

Estaba completamente frio como si no tuviese vida. Nada.

Simplemente nada.

Al levantar ese pedazo de piel lo que vi abajo fue lo mismo, piel como si no tuviese sangre, me reí ante la idea de no tener sangre no fue una risa chistosa fue solo un sonido una sensación que aún seguía ahí.

Me levante sin ninguna dificultad mire levemente mi rodilla que no dolía, camine hacia la nevera ya no tenía la misma adrenalina que antes pero aun así quería saber el año en el que estaba, el calendario era pequeño y estaba pegado con una imán de sandía, lo tome, los números y letras eran diminutas pero alcance a ver el año.

2022.

No. Imposible.

Yo nací en el año 1995 si fuera 2022 debería de tener 27 años pero apenas tengo 19 acabo de salir de preparatoria este debe de ser el año 2014.

Esto debe de estar mal. ¡Esto va a estar mal! Lo sabía tenía una corazonada de que todo esto era mentira ¿Qué más podría ser?

—No... yo tengo 19 no 27 —me dije a mi misma tratando de mantener la calma, estaba temblando.

Yo en verdad tenía 19 mi rostro correspondía al de una chica de 19 años, mi cuerpo, mi mente mi actitud todo correspondía al de una chica de 19 años.

Pero tampoco me sentía como una chica de 19 años ni como una mujer de 27 años. El calendario debería de tener algún tipo de error.

—Sí, eso es —pensé en voz alta.

—¿Eso es qué?

Brinque del terror que sentí al escuchar a alguien detrás de mí.

Me voltee. Era mi padre.

—El año —aclare —, el año de este calendario está mal.

Lo señale y se lo mostré, el no miro el calendario solo me miro a mi se notaba ansioso yo tenía los ojos muy abiertos tenía mucho miedo.

—El calendario... —dije con un hilo de voz.

El suspiro cansado y se apoyó en la barra de la cocina.

—Sabía que esto iba a pasar pero no creí que fuera tan pronto.

—No lo entiendo.

—Lana y Savannah son muy descuidadas y tu madre... —soltó una risa sin gracia —, ella en verdad cree que estas aquí de nuevo al igual que tu abuela pero tu abuelo y yo somos los únicos que estamos conscientes de la monstruosidad que hicieron esas dos.

El calendario se me soltó de las manos y cayó al suelo ondulándose de un lado a otro.

—Con la muerte no se juega, tampoco con la vida y con la ciencia.

—Yo debería de tener 27 —dije aterrada por su reacción.

—Si deberías pero no los tienes.

—No entiendo nada.

—Yo tampoco podría explicártelo.

El suspiro, tomo una servilleta y una pluma y escribió algo.

—Ve a esta dirección —me entrego la servilleta doblada —, lo que hagas después es tu decisión.

—Lana...

—Ellas no están en casa salieron a la consulta de Sabrina en la mañana.

—¿Qué tiene mi mamá?

—Depresión y problemas respiratorios. —volvió a soltar una risa sin gracia —, es gracioso... si, si lo es, básicamente no puede quedarse mucho tiempo en casa o sin hacer nada por parte de su depresión pero por parte de sus problemas respiratorios es mejor que se quede en casa y no haga mucho esfuerzo, eso no es vivir, a veces pienso que lo mejor sería que tu estuvieras aquí en lugar de Lana.

Lo dijo con un resentimiento tan grande que sentí que me culpaba a mí.

No le dije nada, pase a su lado. Quería sentir algo alguna emoción, sentimiento o pensamiento pero nada pasó en mí.

A pasos apresurados salí de la casa casi tropezaba con las escaleras de la entrada.

Camine por la calle mirando las casas, mi respiración era un desastre me sentía tan sola ahí tan confundida, todas las casas eran iguales, el mismo diseño, el mismo color, el mismo jardín a excepción de una. Una de ellas que estaba a tres casas de la mía, esa era de un color lila con un jardín lleno de rosas era extraño encontrar algo diferente era casi aterrador.

Lo extraño era aterrador y yo me sentía aterrada en esos momentos.

De esa casa salió una chica se notaba apurada traía un vestido negro que le llegaba arriba de las rodillas en una de sus manos traía un pequeño bolso del mismo color que su vestido y sus labios estaban pintados de rojo un rojo muy fuerte tal vez un poco exagerado, su cabello lacio y castaño estaba suelto pero era muy corto le llegaba debajo de la oreja donde colgaban unos aretes dorados tenía unos tacones negros altos muy altos al momento de bajar el segundo escalón de la entrada sus pies se cruzaron y se cayó, puso sus manos para no caer al suelo completamente y su bolsa salió volando a un metro de donde yo estaba.

Me acerque a la bolsa y la tome, era muy ligera parecía que solo era de adorno pero podía sentir que tenía algo adentro, me acerque a la mujer que estaba de rodillas mirándose las manos.

—Toma se te cayó —le dije extendiéndole el bolso.

Más bien había volado pero no iba a decirle eso.

Ella alzo la vista, tenía unos ojos muy claros casi parecían verdes unos ojos que nunca olvidaría si los hubiera visto antes y eso fue exactamente lo que me paso.

—Gracias.

Se levantó y tomo el bolso, sus manos le temblaban.

—¿De dónde saliste? —pregunto con el ceño fruncido inmediatamente pensé en Lana.

—No sé cómo responderte eso.

Ella frunció aún más el ceño parecía no saber que decir abrió su bolso y saco una cosa alargada que nunca había visto en mi vida presiono un botón y lo que parecía ser la pantalla se encendió había una hora ahí: 9:14.

La pantalla se volvió a apagar, estaba muy sorprendida no sabía que era eso y ella lo trataba con tanta confianza.

—¿Qué es eso? —me atreví a preguntar.

Ella levanto la mirada yo tenía la vista fija en esa cosa.

—Ah... —lo miro y le dio vuelta —, es un teléfono ¿No tienes uno? Los jóvenes como tu son adictos a él.

Eso no era un teléfono, los teléfonos que yo conocía tenían muchos botones y una pantalla más pequeña nunca he tenido uno.

—¿Los jóvenes como yo?

Ella sonrió gentilmente pero a la vez parecía nerviosa.

—Lo siento no sé porque deduzco que todos los jóvenes deben de ser así solo porque mis sobrinos lo son —soltó una risa entre labios y después me miró fijamente a los ojos.

—¿Eres familia de Katherine Loisilva?

—¿Eso es una clase de pregunta capciosa?

Ella pareció pensar mucho su respuesta.

—Mmmm no es solo que te pareces mucho a ella.

—Es porque soy ella —dije sin más.

La cara de la chica se palideció su sonrisa fue desapareciendo poco a poco.

—No... ¿Por qué dices eso?

—Porque es la verdad —aclare confundida.

Ella negó con la cabeza y miro el suelo.

—No eso no es posible tú no puedes ser ella.

No supe que decirle quizás ella era la que estaba confundida yo era Katherine Loisilva.

—No entiendo que está pasando pero creo que mejor me voy. —dije me estaba empezando a sentir muy incómoda.

—Sí, si... mejor vete.

Asintió repentinamente, a pesar de que yo quería irme también quería aclarar quién era.

—Oye soy Katherine Loisilva y no sé porque crees que no lo soy pero...

—¡Es que no lo eres! —Me interrumpió —, yo jugaba con ella todas las tardes cuando era niña.

¿Qué? Eso no pudo haber pasado ella no correspondía a mi edad.

—Creo que estas confundida.

—No, no lo estoy por favor vete.

Estaba empezando a sentirme nerviosa salí de nuevo a la calle pero me gire de nuevo ella aún seguía ahí estaba cruzada de brazos mirando el suelo.

—¡Yo soy Katherine Loisilva! —insistí de nuevo, tenía que aclararlo no podía irme sin aclararlo.

Ella pego un salto del susto y me miro por unos instantes no dijo nada la mire por última vez para después darme la vuelta y emprender un camino hacia un lugar que no conocía. Pensé que iba a responderme algo pero no, no volví a escuchar ninguna palabra de su parte.




ººººººººººººººººº

Cada vez nos acercamos más a la recta final...

Gracias por leer en serio aprecio mucho sus comentarios. 

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