
Capitulo 5.
La cama era suave, sus cobijas también pero la almohada era completamente incomoda, deforme y dura.
Me removí varias veces en la cama esa almohada era un peligro no dormir bien podía afectar nuestro cerebro con el paso del tiempo era algo que aquel experimento dirigido por Lana me había enseñado.
Lana.
Lana.
Lana.
Su nombre volaba por mi mente como una mariposa que yo intentaba atrapar con una red sin éxito alguno.
¿Por qué tenías que ser tan rara? A veces sentía que tenía una doble personalidad ¿Por qué no puedes hablar sin rodeos y siempre poner suspenso a todo? ¿Por qué esos señores eran como el hielo y el fuego? una era cálida y el otro frio. ¿Por qué Savannah tenía que ser tan incomprendida? La única personalidad que había podido encontrar en ella era una muy burlona, un chiste ante las personas inteligentes. Y papá... bueno el definitivamente no tenía personalidad igual mamá es como si fuese la primera vez que los veo a todos menos a Lana.
Cerré los ojos, esa almohada no me dejaba dormir parecía que tenía algo adentro, levante de mi cabeza tomando de mala gana la almohada y quitándole la funda sol para darme cuenta que había una clase de aparato en ella, no tenía ni la menor idea de que era eso, parecía un plato pero demasiado grueso y liso pero a pesar de todo no le di importancia, no me causaba ninguna inquietud era como si ya estuviese familiarizada con esa cosa, la tire al suelo escuchando un ruido seco y hundí mi cabeza en el suave colchón había una gran diferencia sentí que mi cuerpo se empezaba a relajar después de toda la tensión del día y mi mente al igual que mis recuerdos se empezaban a nublar.
Dulces sueños Katherine.
Mi respiración se atoro y mis ojos se abrieron tanto hasta el punto de dolerme.
Yo conocía esa voz.
Era la voz más dulce que había escuchado en mi vida, era cariñosa y suave.
¿Quién era ella?
Una imagen muy borrosa se cruzó por mi mente, era una mujer de piel oscura y ojos grandes pero no tanto como los de Lana algo que siempre me había marcado de pequeña era que mis compañeros de clase a menudo me decían que Lana no era mi hermana ya que ella tenía la piel más clara que yo no importaba cuanto les dijera que ella se parecía a mi papá y yo a mi mamá ellos seguían haciendo esos comentarios que con el paso del tiempo se volvieron una rutina muy difícil de llevar. Abrí los ojos aún más al darme cuenta que había recordado algo de mi infancia pero de nuevo la inquietud llego a mí recordando la voz de la mujer, fue como si la hubiese tenido a un lado de mi susurrándome al oído.
En los ojos de esa mujer había algo: tristeza.
Una tristeza que no recordaba haber sentido nunca, se notaban cansados, apagados y muertos. Como los míos.
Me cubrí la cara con la sabana sintiendo incomodidad por la sensación de que estaba usada por alguien que no era yo. Muy usada.
Tome los dos extremos de la sabana y cerré mis puños, todo mi cuerpo se pegó a la sabana no era muy grande era delgada quizás demasiado, inhale con fuerza la sabana se pegó por completo a mi cara estaba inhalando su olor su olor de años de uso.
Ya no era suave ahora era rasposa, tenía un olor extraño como a dulces. Ya no me gustaba esa sabana.
Lévate los brazos y tire de la sabana hacia abajo quedando perfectamente doblada casi a la mitad en medio de mi cama, tome un extremo con delicadeza y después la avente abajo junto a mi almohada, entrelace mis brazo y mire el techo blanco, liso, aburrido.
Algo se cayó.
Algo se ha caído en otra habitación ¿Una lámpara? ¿Un vaso de vidrio?
Un horroroso grito destruye el silencio por unos segundos, después es de nuevo el silencio.
Solo silencio.
Nadie sale a ver qué está pasando.
Decidí ser yo la que salía, no sé porque, quizás era una valentía que apenas estaba creciendo en mí. Algo nuevo.
En el pasillo no hay nadie esta oscuro las luces de abajo siguen prendidas pero dudo que haya alguien abajo.
Me detengo un momento en el comienzo de las escaleras y me pongo a pensar de donde vino el ruido ¿Del piso de arriba o del piso de abajo? Supongo que después de todo no importa mamá debió haber derramado té caliente en su bata de dormir, se quemó tiro su taza y luego grito.
¿Por qué esa historia no me convencía?
—Porque no es real.
Me gire rápidamente solo para encontrarme con la sombra encorvada de Lana.
—¿Qué dijiste?
—Nada es real.
Mire a los lados como si hubiera alguien que pudiera explicarme que estaba diciendo.
—No entiendo.
—Por supuesto que no, no llegas a esos límites.
Me sentí ofendida. Lana cerró la puerta del fondo, ella había estado ahí.
—Creo que mejor me voy a dormir.
—Si —musito con la mirada perdida en el suelo. Parecía un zombi.
Pase a su lado sin darme cuenta de que estaba temblando.
—Kate.
Me detuve en la entrada del cuarto y me gire para verla.
—Perdón por despertarte, a veces soy sonámbula.
Lana seguía viendo las escaleras por las que hace unos segundos estaba a punto de bajar.
Un escalofrió recorrió mi cuerpo, abrace mis hombros.
—¿Se te ha vuelto a entumir la mano?
—No.
—Bien, eso es bueno.
—Lo sé, buenas noches.
—Dulces sueños Katherine.
Fruncí el ceño, me gire hacia ella con un poco de temor.
—¿Qué dijiste?
—Oh perdón... Kate se me había olvidado que odias que te diga Katherine.
Lana quitó la mirada de las escaleras y me miro.
—Dulces sueños Kate.
Kate, Katherine, Katy da igual cómo me dijera sonaba muy perturbador en su boca.
Cuando volví a concéntrame Lana ya no estaba se había ido a su habitación y había cerrado la puerta con un silencio impresionante. Al final tuve que volver a mi cama rosa.
¿Y si estaba en una clase matrix? Eso explicaría porque nada se siente real.
Cuando era niña recuerdo haber entrado en un lugar parecido, las paredes grises de metal me hacían creer que estaba en una nave espacial el piso era tan brilloso que podía ver mi reflejo creo que tenía unos 8 años quizás menos ¿Qué estaba haciendo ahí? Alguien abrió la puerta, es una mujer, tiene un cabello muy liso atado en una coleta, tiene lentes y una bata de laboratorio, se está acercando a mí, camina lento muy lento, espera... no puedo mover mis brazos ni mis piernas estoy atada a una camilla, ella se acerca aún más, es muy alta y yo muy pequeña sobretodo porque estoy acostada, apenas puedo ver su cara la luz que está en el techo es muy fuerte, ella se agacha, su cara aun me resulta muy borrosa no sé si es por el efecto de la luz o porque no la recuerdo, su cara se hace más visible, veo unos ojos cafés que no me demuestran ni la más mínima emoción, sus ojos se hacen más pequeños es porque está sonriendo.
¿Quién es?
Yo la conozco,
Estoy segura de que la conozco pero no puedo recordarla.
¿Podría ser la tía Tamara?
¡No! Su mirada no era así yo lo sabía.
Se acerca aún más, se relame los labios planea hablar.
—Bienvenida al laboratorio 15 Katherine.
—¡No! —grito.
Ella se aleja, al fin puedo ver su rostro.
Es Savannah.
Me despierto de golpe sosteniendo mi pecho con fuerza ¿Qué fue eso? Savannah me había aterrado tanto que ahora se metía en mis pesadillas.
Aun no amanecía seguro todos estaban durmiendo por lo que salí de mi habitación mirando el largo pasillo y verificando que no había nadie ni siquiera se escuchaba un pequeño ruido. Me abrace a mí misma en la oscuridad caminando con cautela a la habitación del fondo, abrí la puerta y esta rechino evitando que mi brazo quisiese moverse para abrirla más, pero ya estaba en la entrada ¿Qué podría pasar? Abrí la puerta por completo encontrándome con un desorden, libros tirados por todas partes al igual que papeles y envolturas de comida, parece que esta es la guarida de Lana; No entiendo que es lo que hace exactamente aquí, la habitación no tiene personalidad no puedo descifrar nada más que un desorden, me adentro entre la basura de mi hermana encontrándome con unas libretas, tomo una de ellas y la abro en la primera página.
Querido Diario cada día compruebo más mi teoría.
Mamá dijo que si Kate no se sentía bien para mañana la llevaría al doctor y no me llevaría a la feria de ciencias a pesar de que se lo he pedido con un mes de anticipación.
Kate está bien solo debe de tener un resfriado pero mamá siempre pone primero a Kate. Ella dice que yo nunca podré ser científica y que mejor no siga los pasos del tío Nick y de Savannah, no entiendo porque no quiere que sea como ellos, ellos son geniales.
Odio que mamá no crea en mi, algún día le demostrare que puedo hacer mucho más de lo que ella se imagina sin importar lo que tenga que hacer, juro que lo hare.
Así mis padres estarán orgullosos de mí, todos estarán orgullos de mí porque para eso nací para llenar de orgullo a los demás.
Escucho unos pasos que hacen que mi corazón se acelere, aviento el libro pero antes de que pueda voltear alguien golpea mi nuca y caigo inconsciente al suelo.
ººººººººº
No puedo asegurar la seguridad de Kate.
Gracias por leer.
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