Me ardían los ojos.

Lo primero que vi al abrirlos fueron mis pies atados a una mesa metálica y mis manos o mejor dicho mi mano izquierda... mi mano derecha no estaba eso no me alarmo en lo absoluto incluso me dio risa, parecía un rompecabezas, en vez de una mano tenía una venda enrollada en donde inicia la mano.

Alguien se acercó a mí, no quise ver su rostro tampoco me sentía obligada a hacerlo.

—Kate.

Era su voz.

—Lana —susurre con los ojos casi cerrados, me sentía muy débil.

—El efecto de la anestesia aún no ha terminado pero ya pasara.

Intente ver su rostro quería comprobar que si era ella que estaba a salvo junto a ella pero lo único que pude notar es que no tenía lentes. Ella no era Lana, Lana nunca podría sobrevivir sin sus lentes.

—¿Y tus lentes? —pregunte.

—Me anime a usar de contacto —dijo dándome una corta sonrisa.

—¿Cuándo?

—Hace ocho años —respondió, esa alegría ya no estaba.

Lana tomó dos mechones de su cabello y los corto después se alejó y los remojo en un líquido rojo que estaba dentro de un recipiente de vidrio.

—No entiendo que está pasando —confesé, sentía demasiado cansancio como para reaccionar a lo que evidentemente podría ser un peligro —, ¿Cómo sabían que estaba en el psiquiátrico?

—Siempre sabré donde estas —dijo y luego se giró para mirarme —, ¿Tienes idea de todo lo que pudiste haber arruinado?

Negué con la cabeza lentamente.

—Está bien te daré tiempo para que lo pienses.

Tomo unas carpetas y camino a través del salón metálico para atravesar una puerta de metal que se veía muy pesada.

—Sabes... —Se detuvo en la puerta —, esto no depende de mí.

—¿De qué hablas?

—Esto nunca dependió de mí —continuo hablando —, de hecho nunca nada ha dependido de mí —, escuche como tomaba una larga respiración para después voltearse —, por eso es algo tonto que diga que esto lo hice yo, que yo soy parte de esto... mucho más que Savannah.

No le dije nada, solo la observe. Lana apretó sus puños en frente de su cara.

—Es tonto porque esto nunca va ser mi culpa siempre todos creerán que es culpa de Tamara y Nick... ellos ni siquiera tuvieron nada que ver y todos los culpan del experimento.

—Nick y Tamara me mataron —solté, sentía la necesidad de consolarla.

—Claro que no pero de todas formas no importa... a nadie le importa de hecho —Lana sonrió y se encogió de hombros para después volverse a girar a la puerta —, cuando te fuiste a todos les gustaron mis chistes.

Después de eso solo se fue, lo único que escuchaba eran sus tacones golpear contra el suelo. Tal vez estaba soñando, no veía las cosas con claridad y mi mente no podía relacionar nada.

Unas horas después o tal vez minutos volví a escuchar unos pasos pero ahora eran más fuertes y rápidos la persona que viniera tenía mucha prisa.

Visualice la figura de una chica o tal vez era un chico, no podía saberlo ya no podía distinguir esas cosas, la figura borrosa se acercó a mi e inyecto algo en el suero que estaba conectado a la mano izquierda, ni siquiera sabía que tenía un suero.

Tenía unos lentes y un bata de laboratorio por un momento creí que era Lana, la Lana que yo conocía con lentes pero no era así, aquella chica tenía el cabello pintado de amarillo y además estaba masticando chicle, me moví un poco para mirarle la cara.

—Ah hola —Hablo de repente, su voz era desconocida pero me resultaba agradable —me llamo Miranda.

Dijo antes de que pudiera preguntar.

—Y estas en el laboratorio 15 —dijo, bajo la mirada, me sonrió y se dio la vuelta.

¿Por qué todos sonreían?

Mi primera impresión de inmediato fue sorpresa y a la vez temor.

—Tu cara —dijo.

—¿Qué?

—Es linda.

Fruncí el ceño.

—Y tu cabello también ¿Es real?

—Si —No pude evitar verla raro.

—Por supuesto que sí a Lana no le gusta lo falso por eso es que debería de cambiar su personalidad ¿No lo crees?

Mire a mi lado, lo primero que vi fue el lugar donde estaba mi mano derecha.

—No te preocupes por eso —dijo Miranda —, yo lo arreglo luego.

Alce mi vista para encontrar a Miranda revisando unos papeles y luego volví a bajarla para ver mi mano y grite. La anestesia ya había pasado ahora quedaba la verdad.

—¡Oh no, no puede ser! —grite tan fuerte que no dudaría que Lana lo hubiera escuchado.

Miranda se giró y me miro con el ceño fruncido.

—¡Mi mano! ¿¡Dónde está mi mano!?

—Tranquila ya te dije que luego lo arreglo —dijo Miranda haciendo un gesto con la mano restándole importancia.

—¡Estás loca! ¡No puedes arreglar esto!

—Claro que sí, tengo el mismo potencial que Lana.

Intente moverme pero esos cinturones no me lo permitían.

—Oye 46 —dijo Miranda acercándose a mí de nuevo —, esto es porque ya se te paso el efecto de la anestesia o porque Lana te reinicio el sistema.

—¿Qué?

Mi respiración estaba atorada en mi garganta sentía que no podía respirar.

—Nadie le ha reiniciado el sistema aun —hablo una voz que conocía muy bien y que como siempre hizo que mi piel se erizara.

—Savannah —murmure.

—Creí que la habían traído para reiniciarle el sistema y también para arreglarle la mano —dijo Miranda con las manos en su pequeña cintura —pero como quieras de todas formas no va a escapar de aquí.

—¿Quiénes son ustedes? —pregunte.

Miranda y Savannah compartieron una mirada y luego se echaron a reír.

—Las mismas personas que te dijimos que éramos —dijo Savannah.

—Bueno a excepción de Lana ella mintió en su edad y en un par de cosas más.

—Pero sigue siendo tu hermana —agrego Savannah.

—Pero a medias —termino Miranda.

—Te dije que esto sería divertido —menciono Savannah y Miranda asintió —, aunque sigo un poco decepcionada de mi misma por haberle dado tanta inteligencia.

—Y Lana —agrego Miranda, Savannah ni siquiera la miro.

—Lo sé pero eso no importa mucho ahora.

—¿Qué quieren de mí? ¿Por qué estoy atada? —pregunte.

—Bueno... como cualquier historia dramática o misteriosa es momento de que te contemos todo —dijo Savannah y se sentó en una silla.

—Uy si como la película de Scream en la revelan a los dos asesinos y ellos cuentan su historia de cómo terminaron ahí antes de asesinar a todos... aunque al final nunca lo hacen.

—Sí, los malos casi nunca ganan en las películas al menos que el protagonista sea el malo —respondió Savannah —, pero bueno como sea prepárate Katherine te voy a contar la historia de tu vida.

—Literalmente...

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Sujétense bien porque están a punto de saber la historia de Kate...