Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XVI: Felices para Siempre

- ¡Nayeli! ¡Hija mía, estás aquí!- Mis padres me abrazaron mientras las lágrimas aún caían de sus ojos. Bueno, no puedo culparlos, en ese punto yo estaba hecha todo un desastre también.

- ¡Mamá, Papá!... Buahhhhh...- Había pasado mucho miedo cuando me separé del grupo; aun cuando la compañía de la chica rubia me ayudo a calmarme un poco, seguía, como ya dije, hecha un desastre. En medio del cálido abrazo de mis padres, no pude evitar estallar en sollozos.

- Gracias, niñita, por encontrar a nustra hija. Pero, ¿dónde están tus padres?- Papá fue el primero en por fin dirigirle una palabra a la chica que me había traído hasta aquí.

- No se preocupe por eso, señ-...

- Estamos aquí.- Una voz masculina se escuchó, viniendo desde detrás de la voz de la chica, Alexandra.

Me solté del abrazo y me volteé para descubrir que ahora detrás de la chica rubia habían parados dos adultos, un hombre y una mujer. El hombre tenía el cabello castaño, pero sus ojos eran verdes como los de Alexandra; los ojos de la mujer eran azules, pero su largo cabello liso era del mismo tono que el de la chica. Era obvio que estos eran los padres de Alexandra, y, si aun quedaba alguna duda, esta quedaba completamente fuera de lugar después de escuchar las siguientes palabras de la chica.

- Madre, Padre... Hola...- Los saludó mi salvadora mientras reía nerviosamente.- Esto...

El rostro de Alexandra en esos momentos tenía la misma expresión que he visto en otros niños cuando son descubiertos haciendo algo malo. Qué extraño, pensé que estarían más felices de encontrar a su hija pardida, colo los míos. Un solo vistazo al rostro de sus padres dejaba en claro que éstos estaban más bien furiosos.

— U-ustedes son...— Mientras yo estaba totalmente confundida,  Papá parecía inmensamente sorprendido. Nunca antes lo había visto reaccionar así tras conocer a otra persona.

— Señores, realmente sentimos mucho la mala experiencia que tuvieron el día de hoy en nuestro recinto.— La mujer se dirigió a mis padres de manera muy elocuente, y bajó la cabeza haciendo una reverencia. El hombre que la acompañaba hizo lo mismo; Alexandra saltó con la mirada entre sus padres y nosotros un par de veces, como preguntándose qué hacer, finalmente, inclinó su cabeza también, aunque menos que los adultos a su lado.— Asimismo, nos llena de alegría el saber que han encontrado a su hija sana y salva. Si hay algo que nuestra empresa pueda hacer por ustedes...

— No es necesario.— La interrumpió Mamá.— Vimos todo el esfuerzo que pusieron, y toda la movilización que realizaron, todo para encontrar a nuestra pequeña. No creemos que hayan sido negligentes en ningún sentido, y además nuestra pequeña fue encontrada rápidamente por uno de los suyos. Somos nosotros quienes deberíamos agradecerles.

— Sí... Nuestra hija hizo un gran trabajo.— La mamá de Alex elogió las acciones de su hija, mas no sonaba feliz; al igual que antes, era obvio que estaba molesta con ella— Tenemos que hablar con ella sobre un par de cosas, así que si nos disculpan...

— ¡Esperen!— Exclamé. Sentía que no podía dejar las cosas como estaban.— ¡Alexandra se separó de los demás solo para ayudarme! No era su intención hacerlo.— Mentí.

Mis padres siempre me han enseñado a no decir mentiras, además, Alexandra me había mentido a mí antes, cuando me dijo que ella también estaba perdida. ¿Por qué mentí entonces?, ¿No debería estar enojada con esta chica que me mintió?. Aun así, viendo los ojos de Alexandra tanto antes como después de mi mentirilla, siento que lo volvería a hacer de ser necesario.

Los padres de Alexandra no dijeron nada en respuesta. En su lugar, su madre me miró, miró a su hija, luego su marido, finalmente se volteó hacia mí y me dirigió una sonrisa.

— ¡Nayeli!— Mis padres exclamaron. ¿Acaso hice algo malo?

— Está bien.— Fue lo último que dijo la mujer rubia, antes de irse caminando con su esposo y su hija.

El camino de vuelta a casa ese día fue extraño, por decir lo menos. Mis padres no dejaban de hablar de los padres de mi salvadora; parece que se trataban de gente muy importante, ya que nunca había visto a mis padres tan inmersos en una conversación sobre otras personas. Yo, por mi parte, estaba mucho más interesada en la chica.

Recordaba sus ojos brillantes y amables, su cabello rubio perfectamente cuidado, su forma de hablar tan refinada, la forma en que me ayudó. ¡Ya veo!, lo entendí todo, esa chica era una princesa; una princesa que fue a rescatar a la damisela en apuros, a , por si no se había entendido. Tal como en los cuentos de hadas, es todo... todo tan romántico, me siento... muy inspirada en estos momentos, pensé.

Una vez llegamos a mi casa le pedí a mamá prestado su cuaderno de trabajo, o "el cuaderno en el que dibujas ropa", como lo conocía en esos entonces. En él, vertí toda la inspiración del encuentro que había tenido con aquella princesa aquel día y diseñé un vestido; tomé como base las rosas del jardín en el que nos encontramos.

— Nayeli, dijiste que era para Alexandra, ¿verdad?. Los colores de este vestido no resaltarían bien sus características, como su cabello rubio o sus ojos verdes, ¿no crees?— Comentó mi madre mientras veía lo que hacía.

— Pero, ella no puede ser la princesa de las rosas sin tener el cabello rosado.— Respondí, sí... no pregunten. Supongo que en algún punto mis fantasías infantiles tomaron el control.

En fin, una vez llegó la hora de comer, ya me había olvidado completamente de mi diseño en el cuaderno. Pero el recuerdo de mi encuentro con mi salvadora perduraría, llevándome a lo que sucedió a continuación.

•–•–•–•–•

El día siguiente, me escabullí silenciosamente fuera de casa. No fue difícil conseguirlo, ya que Papá estaba fuera de casa trabajando, y Mamá, si bien estaba en casa, también estaba absorta en su trabajo. Mi objetivo era claro: iba a visitar a Alexandra. ¿Cómo iba a hacerlo? Pues, no sabía dónde vivía, pero tenía una idea.

Una vez llegué a mi destino llamé a la puerta. Alguien salió a recibirme rápidamente, una mujer, mas no se trataba de la Mamá de Alexandra. La mujer parecía confundida al ver que una niña sola llamaba a la puerta.

— Quiero ver a Alexandra.— Demandé.

— ¿Quién eres, niñita?, ¿Qué haces aquí?— Mis demandas fueron respondidas únicamente con preguntas.

— Sé que Alexandra vive aquí, quiero verla.

— ...— La mujer guardó silencio, tal vez pretendía hacerlo hasta que respondiera sus preguntas. Me disponía a explicarle tanto la situación como mi deducción cuando...

— Hey, ¿todo bien?, ¿es una visita importante?— Una voz femenina familiar vino desde dentro de la casa. Rápidamente, la dueña de esa voz, la madre de Alexandra, salió también de la casa.

— Ha... ¿Qué haces tú aquí?, ¿Estás sola?— La mujer rubia también me recibió con sorpresa y más preguntas. Ella también le indicó a la primera mujer que regresara al interior de la casa, ésta última obedeció.

— Vine a ver a Alexandra.— Repetí.

— ¿Alex te dijo dónde encontrarla?— La mujer insistía en hacerme preguntas.

— No, es solo que el jardín de esta casa se parece al jardín de rosas, pensé que Alexandra debe de vivir aquí.— Expliqué.

— Humm...— La mujer sonrió levemente. ¿Le habrá gustado mi deducción?— Y dime, ¿por qué viniste a ver a mi hija?

— Porque quiero ser su amiga.— Respondí.

La mujer se mostró pensativa por unos instantes y finalmente volvió a hablar:— ¿Ah, sí? Ella estaría feliz de saber que viniste especialmente a verla.— Ella abrió la puerta y le habló a alguien en el interior.— Hey, trae a Alex.— Luego se volvió de nuevo hacia mí.— Ella ya viene, mientras tanto, ¿por qué no me dices por qué quieres tanto ser su amiga?

— Claro, para mí, Alexandra es la princesa que me salvó cuando estaba en apuros, como pasa en los cuentos. Ahora ella y yo deberíamos casarnos y ser felices para siempre, pero aún soy muy joven para casarme, así que por ahora, al menos podemos ser amigas.— Expliqué mi razonamiento.

La mujer en respuesta me sonrió, era la misma sonrisa que me dirigió ayer, críptica, nunca había visto a nadie más sonreir así, y no sabía cómo interpretarlo.— Ya veo.

— ¿Mamá?... ¡Ah, eres tú!— Alexandra claramente no esperaba encontrarse conmigo en la puerta de su casa.

— Alex, esta chica vino específicamente a verte. Pero se escapó para venir aquí, y tiene que volver a su casa, así que tú nos acompañaras mientras la llevo de vuelta, para que así haya podido hablar contigo, ¿ok?— La madre de la chica le explicó a su hija. Luego se dirigió a mí:— Tú estás bien con eso, ¿no?

— Sí.— Respondí, sintiendo que no tenía más opción.

Ese fue el día que Alex y yo nos volvimos oficialmente amigas. Por cierto, al final de todo, la madre de Alex me dejó en claro que no habría una segunda vez, y que les diría a todos en la casa que no me recibieran si me escapaba e iba para allá sola otra vez; por otra parte, también me dijo que era libre de visitar a Alex cuando quisiera mientras me portara bien. También me delató con Mamá, quien me dio un buen regaño por mis acciones de ese día.

_____________________________________________

Gracias por leer el Capítulo 16

¿Sabían que todos estos últimos capítulos de Nayeli, desde el capítulo 8, "Andrea", hasta este, iban a ser un solo capítulo? Luego me di cuenta de que me daba para hacer varios capítulos con todo el contenido que quería abarcar, y así tenía más capítulos para cubrir más semanas. Qué trucazo, ¿no?

En fin, bye~~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro