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<<Ella>>
Estuve esperando toda la tarde a que llegaras a la cafetería, inventé una excusa para no asistir al orfanato como hacía después del trabajo pensando que estabas retrasado con alguna materia en la universidad, pero mis ideas fueron erróneas, estaba más que claro que hoy no vendrías, lo comprobé a tan solo 5 minutos para cerrar el local y tu ni rastro diste de tu existencia. Me deprimí, tan solo ayer volví a recordar todos aquellos golpes, gritos y encierros, tan solo esperaba verte llegar como siempre y comer el helado que justo ahora consideraba como mi mejor amigo en el mundo. Si te acordarás de mí, probablemente hubieras hecho un escándalo como cuando teníamos 10 años que gritaste encima de la mesa del comedor que el único mejor amigo que yo podía tener serías tú y nadie más. Te colocaste un letrero con brillantina anunciando que eras mi mejor amigo y eras de mi propiedad, así pasaron 3 semanas hasta que te hice entrar en razón, te habías vuelto histérico porque mi vecino me había regalado un peluche. Pero no sabías quién era para recordar. Los dueños cerraron la cafetería y yo no quería pisar mi casa con las bestias en ella. Suplique, rogué e imploré a mis jefes hospedaje en su humilde morada, después de varios llamados insistiendo accedieron, provocando que volviera a respirar más calmado, aunque si algo sabía bien era que entre más huía las cosas empeoraban a mi alrededor, al regresar de nuevo a mi casa sería mucho peor que la vez anterior. Te extrañe, extrañe verte llegar con tu cara inexpresiva, verte cerrar los ojos y tapar tu nariz al comer el helado, extrañe ver esa mueca chistosa que hacías con la boca cuando algo te desagradaba, extrañe tu forma de caminar y saludar. Te extrañe a ti y por primera vez en mi llegada a la ciudad no pude conciliar el sueño pensando estúpidamente en ti.