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<<Ella>>
Yo siempre tenía que meter la pata, siempre arruinando las cosas. Era un don que el destino me había regalado. Ahora se supone que debía utilizar las neuronas fritas de mi cerebro para ingeniármelas en inventar una excusa creíble para que no te dieras cuenta de que te había estado espiando desde mi llegada a la ciudad y que te conocía desde pequeña solo que por razones ilógicas no me recordabas. Parecería una maniática desquiciada que solo está obsesionada con el chico que detesta el helado.

-Eres cliente frecuente de la cafetería. Por eso sé tú nombre. Ahora si me disculpas debo irme, mis padres me esperan en casa-mentí, más mentiras saliendo del mismo saco. Aún no entendía ¿Por qué no te acordabas de mí? 8 años no se pudieron ir al olvido así como así. Aunque viéndole el lado positivo. Si no te acordabas de mí menuda existencia en tu pasado era mucho mejor, si lo hubieses hecho estuviera alejada de ti, y aún no quería dejarte. Me solté de tu agarre y camine en dirección contraria lo más rápido que pude, dirigiéndome al lugar que más odiaba en el mundo.