
T R E I N T A Y S E I S
***
<<Ella>>
Lo que me faltaba, se supone que me hice un cambio de look al quitarme lo pelirrojo para luego pasar al castaño y terminar con una cabellera azulada era para que nadie se le ocurriera la idea de recordar a la pequeña niña hija de un alcalde cuya hermana murió a sus 9 años que mágicamente por obra y gracia desapareció de la ciudad después del 12 de septiembre. Pero al parecer, era muy evidente que era yo de todas maneras. Al girarme para dar con quien me había llamado, observe a aquella de tez morena, su cabello afro y sus lindas gafas de pasta color morado. Sin darme cuenta las lágrimas recayeron en mis mejillas al igual que lo hacían en el rostro de aquella chica. No lo creía, no me era posible que después de 8 años ella aún recordara que éramos compañeras de juegos con muñecas, que ambas recibimos nuestro primer beso del chico que nos gustaba, que juntas recorrimos el centro comercial pérdidas sin rumbo. Ella corrió a abrazarme, pero se fijó que tenía en mis manos los libros del chico. Lo miro y se los entrego. Amplíe más mi sonrisa envolviéndome en sus brazos, había pasado mucho tiempo en que mi cuerpo recibía un abrazo sincero, un abrazo que llenara el vacío que tenía, un abrazo que inspiraba amor, ternura y recuerdos. La vista se me nubló de tantas lágrimas que de mis ojos salían rebeldes. Recordé que aún seguías ahí, observando con tu existencia la escena que para ti era confusa y para mi era reconfortante. Termine el abrazo tomando a la chica por los hombros.
- ¿Cuándo volviste? ¿Por qué te fuiste sin decirme nada? Pensé que jamás volvería a verte de nuevo- hablo temblorosa y emocionada Ivanna limpiando mis lágrimas y yo ayudando a secar las suyas.
-Lo siento Ivi, voy tarde. Adiós Yael-me despedí, si fui cruel, en desperdiciar el recuento con la morena, pero no podía dejar que ella te comentara sobre mi y quién era o había sido hace 8 años. Si no recordabas era lo mejor. Tuve que mentirle a personas que amaba solo para salvar la reputación de mis padres. Estaba cansada, lo repetía mil veces. Estaba harta de mentir y ocultarme. Pero lo hacía por ti y por mi, porque comencé a amarte desde que teníamos 10 años y aún lo sigo haciendo.
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