T R E I N T A Y C I N C O
***
<<Él>>
Al fin los Dioses me mandan un milagro, magicamente apareciste a mi lado con una sonrisa, empezaba a preocuparme por ti, hasta tuve el atrevimiento de preguntarle a los dueños de la cafetería que ahora no es exactamente una cafeteria gracias a mi. ¿Donde estabas? ¿Por que no aparecías? Me parecia extraño recordar el sabor agrio de las galletas sin nada de azucar aunque no lo niego me hacian falta probarlas. Pero lo mas raro de todo no era el sabor sino que empece a extrañarte a ti como al asqueroso helado que me servias.
-Hola-mencionaste sacandome de mis pensamientos y tomando algunos de mis libros con una sonrisa dibujada en casi todo tu diminuto rostro
-Hola. ¿Donde estabas metida? Pregunte por ti a los dueños y algunos empleados pero estos no tenian respuesta ¿Estas bien? -dispare mis preguntas directamente y aunque esperaba ansioso tu respuesta note que el brillo de tus ojos se apago con mis palabras cosa que me angustia
-Claro, solo tuve que ausentarme. Ya sabes un pequeño viajecito a las afueras de la ciudad-respondiste, aunque en tus palabras no sonaban a sinceridad, lo deje a un lado ya que debi imaginar que tenias una vida social como todos los adolescentes de tu edad
-Bueno, si tu lo dices-no era quien para deducir si me engañabas o no, asi que fue lo unico que pronuncie para seguir caminando a mi instituto.
Después de unos minutos de caminata relajada con una brisa que refrescaba nuestros cuerpos llegamos y no solo llegamos tambien fuimos interrumpidos por un fuerte y agudo grito que conocia muy bien
-¡¡¡PAULA!!! ¡¡¡REGRESASTE!!! -un momento. Detenganse ahi. Paren la rotacion de la tierra ¿estuviste aqui? ¿Cuando te fuiste? ¿Porque era el unico que no sabia? ¿Vivia en imbecilandia o que?
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