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<<Él>>
Había que admitir que era todo un sabeloto, un genio de la NASA si prefieren llamarme asi. Era impresionante las ideas que se me venian a la cabeza sin necesidad de fritarme las neuronas en mis horas con el club del insomio, todo por mirar el vacio del techo y pensar en ti. Tome asiento en la misma mesa al lado de la ventana, esa que ahora contenia pequeñas letras y frases motivacionales que hacian más agradable la vista hacia el pequeño parque. Fuiste por tu delantal de trabajo y regresaste con un helado que contenia puntitos negros en su interior que eran visibles. Tomaste asiento en frente y sonreiste formando esos hojuelos que hasta hoy recuerdo de manera angelical

-Me encanta estar a tu lado-opine colocando la cucharita dentro del postre que olia a dulce

Demasiado dulce para mi gusto

-Me encantas que te comas el helado-eso fue una idirecta para que empezara a probarlo. Pero inevitablemente no pude contener la risa, evitabas mis piropos aunque tu cara delataba que te habia afectado dejando a la vista un lindo y perfecto sonrojo en tus mejillas.

-Me encanta verte de rojo-al decir eso te sobresaltaste y tocaste tus mejillas con rapidez. Volví a reír haciendo que tu imitaras mi acción que hace mucho no usaba. Podía jurar que en ese momento en el cual las sonrisas no solo provenían de ti solo quedaba el helado, tu y yo. Siempre el helado por el medio, pero de no ser por el no continuaría recordandote como hoy lo hago.