LUCES Y SOMBRAS
La luz la despierta. Luces de colores. Un ser luminoso está frente a ella. Apenas puede ver nada, la luz toma todo el espacio de sus pupilas. A su lado escucha una voz suave, que con sentido pesar habla, mientras su mano recibe un cálido apretón. Mira a su alrededor con la esperanza de ver al unicornio, pero solo ve luces en colores. Luego, el pavor la inunda y busca desesperadamente al inmundo ser que desde siempre le ha hecho compañía, pero tampoco lo ve; aunque lo siente en su interior, aferrado a las entrañas y a su mente. Ante su sobresalto, la mujer que a su lado habla, la abraza y consuela. ¡Qué agradable se siente! - "Por favor, no me sueltes", dice en sus pensamientos, y su piel llora de alegría ante el gesto de cariño. El ángel observa apacible. Parece que mientras más habla la mujer, más brilla el ángel. Poco a poco, es consciente de que no está en el armario, pero sigue confundida y no reconoce el lugar. Lentamente vuelven a activarse sus sentidos, y un sabor extraño se apodera de su boca. Mientras los olores del alcohol y la orina toman su olfato, varios lamentos la rodean y algún que otro grito lejano.
Hay movimiento, tal vez personas, se mueven de un lado al otro y regresan. La mujer sigue hablando. Ella siente cada palabra como un beso en su alma. Es tan dulce la voz, que su mente parece volar en las nubes. Por fin, cuando puede ver mejor, se percata de que varias siluetas la rodean, todas tienen sus manos sobre ella y se ven concentrados. Ella se da cuenta de que está acostada, intenta moverse y se siente atrapada e incapaz de soltarse. Se altera cada partícula de su ser. Entonces el demonio en ella se percata de la escena y se aferra en su interior, produciéndole un dolor insoportable. Ella grita, se retuerce, sus ojos se vuelven blancos y espuma sale por su boca, mientras todos los que la rodean hablan en coro. Tres ángeles más aparecen a su alrededor, añadiendo más luz al lugar. Se colocan alrededor de la chica. Su mente sigue recordando, entiende por fin las palabras. Ella no comprende por qué sabe lo que sabe, pero entiende que esas personas están orando. Claman a Dios por su alma. Ella quisiera poder adquirir más detalles de todo lo que pasa, pero el dolor en su interior se incrementa junto con la pasión de los que oran. El demonio se aferra a las paredes de su cuerpo y grita: "¡Déjenla! ¡Ella es mía!". El grito sale por su garganta y ella reconoce la voz del ser inmundo que habita en su interior. Para entonces, ya no es dueña de su cuerpo, el cual se retuerce y estira como serpiente amarrada buscando por dónde escapar. A lo lejos, ve como otros demonios observan intentando franquear la luz angelical que esparce sus tinieblas.
Mientras decenas de personas insanas gritan, amarrados en sus camas, y un ser azul sin rostro ni pelo, se acerca veloz hacia ellos. "¡Déjenla!", dice el ser de azul y sus ojos muestran enojo, mientras separa de ella a todos los que la rodean. Discuten entre ellos, pero al final otros seres azules se convierten en un cerco entre ella y los que oraban. Entonces esos seres sin rostro saltan sobre ella, hasta que ningún movimiento es posible. Siente como pinchan sus brazos, como un sabor extraño le inunda su boca y los ángeles lloran a su lado, mientras parece que su luz se desvanece dando paso a las tinieblas, y con ella, a los demonios que se acercan a apoyar a los seres sin rostro. Entonces el demonio en su interior canta canciones obscenas y escribe en su interior las palabras que le mostró a ella en el armario.
Ella siente como la luz se hace más intensa y regresa ante sus ojos el prado de flores, el lago, los árboles morados y a lo lejos pastan los unicornios. Entonces sonríe porque tenía muchas ganas de volver a verlos. Son hermosos y pareciera que todo a su alrededor les rinde pleitesía cuando caminan. En el lago florecen bellas flores amarillas y las mariposas cazan los peces en la superficie. Ella está sentada en la colina, pero no es prisionera de la tierra. Mira sus manos y sus pies, siente la brisa y por un momento por fin siente paz. Uno de los unicornios se acerca y ella puede acariciar sus plumas, tan suaves y al roce desprenden escamas de colores que al caer al suelo estallan en luces. Se aleja suavemente este hermoso animal, regresando al lago, donde al decidir comer de las flores que crecen en el agua, salta una sirena que lo atrapa y lo devora. De momento todo se vuelve rojo, crueles con sus grises cuerpos llenos de púas, se mueven hambrientas consumiendo al unicornio. Media docena de sirenas arrastran lago adentro el cuerpo muerto, mientras los otros unicornios gritan de angustia. Ella siente la tristeza de sus almas y la impotencia de no poder prestar socorro a su compañero, mientras el lago se llena de sangre brillante como oro, que contrasta con el rojo del ambiente y el gris de las sirenas. La chica llora desolada e impotente cuando el suelo se abre bajo ella, cayendo en un vacío oscuro que la engulle instantáneamente.
En su caída, ve a lo lejos y entre las tinieblas, un grupo de personas abriendo el vientre de una mujer, danzando en trance alrededor del fuego, cargando un bebé ensangrentado. Cae así sobre la sangre del suelo, en el armario maldito que la alberga y el demonio a su lado ríe a carcajadas, mientras la mira inerme ante él. El corazón se le parte en dos de miedo, mientras el inmundo la agarra por la pierna y tomando su cabeza le dice: "Llegó la hora, estás lista". "¿Lista para qué?", susurraron sus labios y el demonio respondió con otra carcajada".
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