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8. Stalkeando.

Luz:

No me enorgullecía de stalkear a una persona, pero no era cualquier persona, era un famoso, y además era el famoso que me había invitado a salir y que no conocía. Eso justificaba mis acciones. ¿Por qué acepte salir con el? Estaba en mis cinco segundos de estúpida, más bien siempre actuaba el papel de estúpida.

¿Me arrepentía? Claro que sí, constantemente me arrepentía de mis decisiones apresuradas, le había dado luz verde para tener mi número como mejor le pareciera menos de mi propia mano, la había coqueteado de una forma para nada sutil y le había dado un consejo fuera de lugar, definitivamente me sentía avergonzada de mi actitud, quería convertirme en una avestruz y hundir la cabeza en la tierra y no volver a sacarla.

¿Que estaba pensando en ese momento? La verdad ni siquiera estaba pensando, solo quería alejarme de el y en ese incomodo encuentro, aunque su caballerosidad, su compañía, su voz, su cercanía y su fragancia me habían nublado la razón, sus sonrisas me habían embelesado y enterarme que estaba soltero me dió rienda suelta a aceptar su propuesta de cena. Esperaba que no consiguiera mi número porque sino tendría una cita pendiente.

Deslice el dedo por la pantalla del celular, yo no utilizaba redes sociales, lo más que usaba era el de los mensajes, por lo que mi unico sitio de información era Wikipedia, salían también los links a su página de Instagram y el resto del grupo. No me importo lo demás y comencé a leer lo poco que había sobre su información personal.

" Absalón Marchetti ( Florencia, Italia; 28 de Agosto de 1996) conocido simplemente por su nombre artistico Abs, es un cantautor italiano-britanico perteneciente a la banda de pop británica llamada Four Tóxic desde el año 2018 bajo la compañía Star hit company."

Información Personal.

Nombre de Nacimiento: Absalón Ismael Marchetti.

Nacimiento: 28 de Agosto de 1996. (26 años). Florencia, Italia.

Residencia: Londres.

Nacionalidad: Italiana, británica.

Familia.

Padres: Aurora Shelby.

Características físicas.

Altura: 1,92 m

Información profesional.

Ocupación: cantante - compositor - productor - modelo - empresario.

Años activo: 2018 - presente"

Seguí deslizando y leyendo todos sus logros en su carrera artística, había hecho colaboraciones con muchos cantantes famosos, tenía un disco en solitario, había colaborado con Bastian Lacerount en la canción para una serie, tenía varios premios, era modelo y embajador de dos marcas de ropas y de los perfumes de Armany. También hacia comerciales para Fiat Chrysler Automóviles, ahora llamados Stellanis, en la marca de autos Jeep.

Tenía muchos más logros que apenas pude comprender, sí alli me salía que el era Batman yo le creía, es que hacia de todo, hasta tenía su propia cadena de restaurantes junto con su mamá. Este hombre estaba podrido en dinero, tenía demasiadas marcas patrocinadoras y la banda en general era muy cotizada, pero por separado eran aún mucho más cotizados, sus compañeros no se quedaban atrás.

Me sorprendió no encontrar información sobre su ex-esposa o sobre su hija, al parecer le gustaba mantener su vida privada muy privada, no se le involucraba en rumores y era uno de los pocos hombres de la industria que era llamado caballero por sus impecables modales. El era demasiado perfecto de la forma en la que lo pintaban, internet estaba lleno de idealizaciones hacia una persona, yo sabía que era como todos, cometía errores, incluso sí esos no fueran su culpa.

Me salí de Wikipedia y me fui a las imágenes, había muchas fotos suyas pero la mayoría eran publicadas por las marcas a las que modelaba, tenía muchas en ropa interior y trajes caros, su cuerpo estaba bien trabajado, tenía sus músculos definidos y su abdomen marcado, su piel lisa, libre de tatuajes, mordí mi labio mientras más bajaba, mi vista no se despegaba de su cuerpo y eran apenas unas fotos, en persona me imaginaba era mejor. Sacudí la cabeza tratando de alejar pensamientos impuros.

No había ni una sola imagen dónde revelará siquiera un pedazo de su vida personal y eso estaba bien, muchas veces al exponer a tus seres queridos das el poder a personas que no conoces para que los lastimen. Entendía su renuencia a mostrarle al mundo algo que en definitiva no les incumbe, la personas son destructivas y al ser una persona muy idealizada las consecuencias pueden ser monstruosas.

El recuerdo de la conversación que escuché, por accidente, en el restaurante con la chica Indy, o como sea que se llamara porque no recordaba su nombre, vino a mi mente. Todos tienen cola que le pisen y si eso salía a la luz el quedaría como el malo, porque muchas mujeres saben protagonizar el papel perfecto de víctima aunque sea todo lo contrario.

Solté un suspiro y decidí terminar mi stalkeo con él, así que fui al nombre de su mamá.

" Aurora Shelby (Boston, 03 de Noviembre de 1973) es una cocinera y empresaria. En febrero de 2007 recibió tres estrellas Michelin por su trabajo en la Maison Pic, restaurante familiar de tradición centenaria sito en Valence, departamento de Drôme, entre Lyon y Aviñón."

No sabía lo que eran las estrellas Michelin pero al investigarlo quedé con la boca abierta, prácticamente eran premios a los mejores chef, había tres categorías y al tener las tres significaba que la cocina era de otro planeta, seguí leyendo la información embelesada con su madre.

"Aurora Shelby tiene varios premios y es Miembro de la Orden del Imperio Británico. Aurora Shelby dirige su restaurante Shelby Card en Londres junto con su hijo Absalón Marchetti, fue elegida mejor cocinera del mundo en la gala de los Premios Mundiales 50 Mejores Restaurantes celebrada en Bilbao, España en junio de 2018.

Se encargó de preparar el banquete de invitados a la boda del príncipe Harry y Meghan Markle. Es jueza habitual en el programa de cocina The Final desert y participo en MasterChef Australia.

Aurora Shelby es la primera mujer cocinera en dirigir un restaurante con tres estrellas Michelin en el Reino Unido."

Solté el teléfono sintiéndome intimidada por una mujer a la que nunca había visto pero que tenía todo mi respeto, tenía demasiado logros era digna madre de su hijo, su cocina estába fuera de mi nivel que apenas cocinaba agua y aún así lograba que se me quemará.

Tome el teléfono de nuevo para observa la hora, me di cuenta que ya eran las cinco menos cuarto, me había entretenido de más, se suponía que solo me tomaría unos minutos para descansar del trabajo y me había pasado una hora en ello. El estómago me rugió y recordé que el único alimento que había ingerido fue la comida del restaurante del día anterior, aunque apenas había comido dos bocados sin que el estómago se me revolviera, mis emociones controlaban mi apetito.

Cómo sabía que no iba dormir estando a dos horas de que sonara mi alarma me levanté y fui a la cocina, aún era muy temprano para cruzarme con Sean, así que hice una taza de chocolate y dejé una para él en el refrigerador, de camino a mi habitación el sonido de llamada de mi teléfono me hizo caminar más rápido pero no llegué a tiempo, cuando tome el teléfono solo se reflejaba la llamada perdida y su remitente.

2 llamadas perdidas.
Mike.

Me senté en el cortejador de la ventana y me cubrí las piernas con una cobija de lana, marque su número devolviendo las llamadas, mientras sonaba me tomé el tiempo de ver el cielo con las tonalidades púrpuras y como ya las estrellas se habían esfumado, las unicos acompañantes del cielo eran las luces de una ciudad dormida, recosté mi cabeza en el vidrio cuando escuché su voz a través del teléfono.

-¿Hola?-se escuchó su voz arrastrada al otro lado.

Estába borracho.

-Hola- respondí a cambio

Se hizo un silencio incómodo por unos segundos tanto que pensé que la llamada se había cortado, me despegue para comprobar pero allí seguían corriendo los segundos.

-¿Hola? ¿Mike? ¿Sigues allí?- mi voz sonó nerviosa.

-¿Luz? ¿Eres tú?- pude verlo sonreír de manera torpe a pesar de no estar frente a el.

-Lo soy, ¿Pasa algo?- el cielo iba tomando más tonalidades claras, ahora se mezclaba el color lila con el púrpura y el azul.

-No, no, no, bueno si- se rió.

-¿Dónde estás?- me preocupe.

-En el suelo- se rió de nuevo-. Un extraño dice que Luke va a venir, no te preocupes.

-¿Qué es lo que quieres?

-Perdon- el tono alegre de su voz se apagó por completo.

-¿Puedes dejar de hacer eso cada vez que te emborrachas?- comenté fastidiada-. Igual lo olvidarás y me culparas de todo.

-Se que no es tu culpa, ni la de ella, solo creo que no se que hacer con el enojo que guardo hacia mi mismo.

-No soy tu psicóloga, Mike, para que llames cada vez que necesites terapia.

-Lo sé - soltó una risa amarga-. Solo que no puedo llamarla a ella.

-Tampoco tengo complejo de paloma mensajera- eso lo hizo reír, dibuje círculos en el vidrio empañado por el frío de afuera-. Así que basta, deja de llamarme y vete a casa, espera a Luke y no confíes en el extraño.

-Aunque dices todo eso, aún sigues contestando mis llamadas.

-Espero que sea una dónde me digan que entraste en coma etílico.

- Eso es muy cruel, pero me lo merezco, voy a cortar Luke viene hacia aquí.

- Como sea- corte antes de que tuviera la oportunidad de decir algo más.

Cerré los ojos frustrada, cargar mis propios problemas me hundía constantemente pero cargar con los de los demás me ahogaba, quería desaparecer de la faz de la tierra por unos segundos para conseguir tranquilidad.

Absalon:

¿Estaba mal querer llamarla a esa hora? Era las cinco de la mañana, me había quedado toda la noche despierto escribiendo, mis pies colgaban sobre el abismo entre mi balcón y el resto del edificio, había dejado mi guitarra en una esquina, la libreta abierta con un lápiz en el centro estaba a mi lado y una botella de vino estaba en mis manos, el cielo mostraba el inicio de un nuevo día mientras yo estaba terminando conmigo mismo.

Era una costumbre después de tener una pesadilla. Las tenía desde hace años y cada vez se volvían más creativas, lo bueno es que me hacían trabajar y olvidarme, aunque al final siempre terminaba durmiendo en las tardes cuando el cansancio me sobrepasaba, no era sano pero era un buen método para conciliar el sueño.

Lleve el pico de la botella a mis labios y di un buen trago, no sabía cuál de todas mis botellas de colección era, tampoco me importaba con tal que me embriagara. El teléfono se sentía pesado en mi bolsillo donde ya tenía guardado su número gracias a Broock. Clary hubiera estado saltando en un pie si se enteraba que su ship, como ella misma lo había llamado, iban a tener una cita.

Aunque a ella le gustaba emparejar a todos con todos, no importaba el género, muchas veces confesó que era fan del ship que el fandom tenía sobre Isaack y yo, e incluso en alguna ocasión me dió permiso para casarme con su hermano y no sabia que el era gay de verdad.

Saque el teléfono y me le quedé viendo mientras tomaba el último trago de la botella de vino ¿Ese era alcohol suficiente para tener el valor de llamarla? No, no debía hacerlo de esa manera, debía estar en mis cinco sentidos para responder correctamente, así que en su lugar marque el número de Lana y lo puse en altavoz.

-¿Podrías conseguirte otra mejor amiga?- se quejo.

-No, ahora te jodes- me burle, ella soltó un suspiro.

-¿Ahora qué pasa?- soltó un bostezo.

-Creo que encontré el amor de mi vida- me baje del balcon solamente para ir a buscar otra botella de vino.

-Solo la has visto tres veces, no te ilusiones.

-Demasiado tarde, ya lo estoy- solté una risita y tome la primera botella que ví.

-Ni siquiera la conoces- destape la botella que causó un gran estruendo-. ¿Qué fue eso?

Agradecía que Nia estuviera con Noah esa semana porque sino no hubiera respirado cerca del alcohol.

-Un corcho, ¿Qué sabes de ella?- le pregunté.

-Pues no mucho, fuimos amigas por un tiempo gracias a su exnovio, luego a los dieciséis desapareció y su exnovio también, no supe nada más de ella hasta que tú mismo me informaste que la volviste a ver.

-Me siento estafado- habia regresado al balcón y balanceaba las piernas sobre el vacio-. Se supone que eres una agente encubierta de la CIA y no sabes quién es una simple chica, devuelveme mi dinero.

-Se quien es, pero espero que ella te lo diga, no puedo ser yo quien revele sus secretos.

-¿Cuáles secretos? ¿De qué no me estoy enterando?

-¿No recuerdas nada de hace siete años?

-Solo que la busque como loco por dos semanas y luego me di por vencido- era lo único que recordaba, su recuerdo era borroso y el color de sus ojos cambiaban.

-Yo te di su nombre, Abs, te dije quien era su padre, pero no me creíste porque no había información de ella.

Algo hace click en mi cabeza y el recuerdo de haber estado bajo en el almendro hablando con una chica de cabello azul que me daba datos sobre Lutza me viene a la cabeza.

-Lutza-dije su apellido, el verdadero no con el que se había presentado, quedé por completo anonadado-. Hija de un famoso político empresario.

-Bingo, amigo mío, allí tienes su primera mentira- la decepción llegó a mi la escuchar su oración.

Había mentido en su apellido ¿Por qué? Quería averiguarlo pero sin incomodar o alejarla en el proceso.

-¿Por qué haría tal cosa?- no había probado la botella de vino así que me la empine dando un largo trago.

-No lo sé, tiene que preguntarle a ella- ella soltó un suspiro.

-Comprendo, cambio y fuera- corte la llamada luego de que se despidiera.

Me avergonzaba un poco admitir que la había buscado por redes y no la había encontrado, luego supuse que no usaba redes sociales o utilizaba un seudónimo, me di por vencido a la quinta vez donde la busque, definitivamente allí no la iba a encontrar. A diferencia de ella buscarme a mi era facil, se suponía era un estrella famosa a nivel mundial junto con el resto de la banda.

No sentía una pisca de modestia al admitir que si lo era y más, tenía mucho dinero a mi nombre con el la mayor parte no sabía que hacer, cierto porcentaje lo donaba a obras de caridad y orfanatos de niños afectados por los asesinatos de bandas delictivas en Italia, Collum había dicho que eso elevaba mi estatus como estrella abnegada. Pero también tenía una colección de autos y motos en mi garaje que no eran nada baratos, Nia era una niña mimada a la que nunca le decía que no, mi casa era de cuatro plantas, con cocina, sola de cine, sala de juegos para Nia, spa, piscina, mi habitación, la habitación de Nia, la habitación de mamá.

Tenía tres teléfonos solo porque me gustaban de colores diferentes, mi ropa siempre era de marca, la mayoría eran regalos por las marcas a las que patrocinaba, me gustaban los relojes y los anillos. Humildad era una palabra que definitivamente nunca había estado en mi vocabulario, principalmente porque siempre había retenido la comodidad que el dinero ofrecía.

Aún así me gustaba de vez en cuando vestirme como un vago y visitar los pueblos pobres de la ciudad, esos dónde el olor mierda y drogas era fuerte, dónde la gente solo miraba hacia un lado cuando agredían a un persona. Por eso a las seis de la mañana me vesti con la ropa más vieja, desgastada, manchada que tenía, era un sudadera manchada de comida, unos jeans flojos rotos y unos zapatos despegados.

Trate de salir lo más sigilosamente de casa pero al llegar a la sala mamá estaba allí, me dió una mirada llena de dolor antes de asentir y levantarse, iba vestida con un camisón y una bata de satín color azul, su cabello marron lloviznando de canas lo llevaba en un moño desprolijo, estaba descalza.

-¿Irás de nuevo allí?- llegó hasta mi y acaricio mi barba incipiente.

-Tuve una noche complicada madre- doy un beso en su frente.

-No puedes exponerte de esta manera cada vez que las cosas se compliquen, caro- sus ojos color miel, los mismo que me heredó, estaban cristalizados el dolor reflejados con mi silueta.

-Solo será un momento, regresaré temprano - le dí un beso en la frente y sali sin mirar hacia atrás porque sabía que la vería llorando.

****

Era la hora de afrontar la tan esperada llamada, di vueltas al teléfono en mi mano mientras su número bajo su nombre figuraba en la pantalla, a mi lado Broock y Rocky se encontraban hablando sobre la nueva canción que estaba escribiendo juntos aunque no les prestaba atención en lo más mínimo, mientras de fondo se escuchaba la batería siendo tocada por Isaack.

Estábamos en un receso luego de una larga tarde ensayos, sentia incomdoda en la garganta luego de cantar toda la tarde, René se había mandado a comprar una te para mí y café para el resto. Solté un suspiro y me levanté del sillón, los demás no prestaron atención, salí hacia el pasillo y tomando un suspiro marque su número.

Su teléfono sonó tres veces antes de rechazar la llamada. Solte un bufido y volví a llamarla, está vez dejo que sonara por más tiempo pero respondió, su voz vibró a través de mi oreja, un sonría se expandió por mi rostro.

-Hola, habla Lutza Williams, ¿Quien desea comunicarse conmigo?- su voz sonó monótona, apagada, sería mi trabajo robarle una sonrisa.

-Señorita Williams, siempre es un gusto escucharla, déjeme presentarme como el ladrón de sonrisas.

-¿Qué?- se encontraba confundida- ¿Señor Marchetti, es usted?

-El mismo- recargue mi espalda a la pared-. Paso a recordarle que me debe una cita.

- Tenía la leve esperanza de que se confundiera de numero- eso me hizo reír.

-Señorita Williams, sí yo no hubiera obtenido su número hubiera ido en persona a buscarla a su trabajo.

-Eso podría considerarse como acoso.

-Por usted sería un criminal señorita Williams - ella soltó una risa lo que me hizo sonreír.

Primera risa.

- Fue dotado con labia suficiente para ser cantante.

-¿Ha hablado con algún otro cantante anteriormente?

-¿Broock, cuenta?

-Absolutamente no- negué divertido-. Entonces no sabe que nuestra labia especial está reservada para una persona especial.

-Esa frase suena a coqueteo barato, con todo su permiso, señor Marchetti - me estaba cansando de que se me comparara con un señor desde que la conocí, estaba apenas en mis dulces veintiséis.

-Absalon, dígame Absalón - le concedi-. Y tiene todo mi permiso para decirme cómo usted guste, además mi labia y coqueteos barato son exclusivos solo para usted.

-¡Oh, que afortunada soy!- soltó llena de sarcasmo.

-El afortunado soy yo al permitirme escuchar su melódica voz.

-¡Oh, por Dios!- se rió, está vez una risa de verdad, no se escuchaba tensa ni controlada, yo reí con ella por el simple hecho de escucharla-. es muy bueno en esto, no puedo seguirle el juego.

Segunda risa.

-¿Cuál es su comida favorita?- pregunté en una indirecta muy directa hacia la cita.

-La Italiana- soltó sin pensarlo.

-Entonces yo puedo ser su cena.

-Nada me gustaría más - me quede helado cuando siguió mi broma porque no esperaba que me respondiera, ella se rió ante mi mutismo-. Yo puedo jugar a este juego perfectamente, Absalon- cerré mis ojos extasiado al escuchar mi nombre salir de sus labios-. Puedes pasar mañana por mi a las ocho, te mandaré mi ubicación, no demores.

Tercera risa.

Luego de eso colgó la llamada dejándome con la palabra en la boca, ella había llevado el control de la conversación en todo momento yo solo fui un títere más en su juego. Solté una risa y tape mi rostro que por alguna razón se había sonrojado. ¿Mentiras? ¿Que era eso? No lo recordaba. Esperaba ansioso la cena.

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