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4. Destino.

Absalón:

Broock se colgó de mis hombros con un brazo lo cual resultó un poco incómodo porque yo era más alto que el y que la mayoría del grupo, Rocky e Isaack estaban entretenidos peleando por quien sabe que estupidez, voltee los ojos aburrido de ellos y a lo lejos pude divisar a Clary caminando con alguna invitada.

—Clary quiere conseguirme novia— dijo Broock al observar lo mismo que yo—. Está muy empecinada en eso últimamente.

—¿No has hablado con ella aún?— quito mi atención de ella para ver a mi amigo.

—No, lo que lo hace un idiota— comenta Isaack.

—No le digas así — le da una colleja Rocky—. Es su hermana y es su vida, el decide cuando decirle.

—Entre más tiempo pase ella notará que algo no cuadra— Isaack se enconge de hombros—. No es presión, simplemente ella es muy inteligente y puede deducirlo sola, lo cual no es algo bueno.

—Isaack tiene razón — concuerdo —. Ella es muy inteligente. Aún la prensa no ha tenido fotos tuyas con chicos y gracias a eso el país entero aún no lo sabe, pero puede ser cuestión de tiempo, esperemos que no, pero Clary puede enterarse de la forma equivocada.

—Lo sé — se frustró —. Solo no quiero que su opinión sobre mi cambié.

—No lo hará, ella te ama — lo reconforte.

—¡Mis nenes!— Se acerco René, nuestro representante —. ¡Cómo los amo!

Y no es que se llamara René era solo una forma de abreviar su apellido, su nombre real es Callum Renuard, y ese sobrenombre venía desde sus años en el colegio era difícil que se deshiciera de el.

Se acerco a cada uno plantandonos un beso en la mejilla separando a Broock de mi lado y eso nos tenia riendo, su traje azul marino había perdido el saco, las mangas de sus camisa las llevaba hasta los codos mostrando los tatuajes que había en sus brazos y tenía desabotonados unos cuantos botones de su cuello, el cabello era otro desastre, era temprano para que ya estuviera borracho pero merecía divertirse porque siempre estaba trabajando, cuidandonos.

—Creo que ya lo perdimos — susurro Rocky.

—¡Vamos a bailar, no sean amargados!

—¿Deberíamos decirle que normalmente él es el amargado?—comento Isaack.

—Claro que no— Rocky saco su teléfono y comenzó a grabarlo—. Déjalo ser, mañana se arrepentirá y yo estaré allí para recordarselo.

René comenzó a bailar entre medio del montón de gente que estaba en la pista de baile, Rocky lo siguió y lo alentaba mientras lo grababa, la mamá de Isaack se acercó a el y lo llevo a su mesa no sin antes saludarnos, por lo tanto Broock y yo decidimos acercarnos a Clary. El lugar era amplio por lo que albergar casi a mil personas no hacía difícil caminar entre las mesas, un par de personas nos saludaron, les devolvimos el gesto sin detenernos porque si no nunca llegaríamos a nuestro destino.

No conocía ni la mitad de los invitados y dudaba que Clary, Broock o sus padres los conocieran, pero las afirmaciones de asistencia habían sido muchas más de las esperadas, y al ser su hermanita Broock quiso celebrarlo a lo grande tal y como ella lo quería.

Vi a Clary acompañada de la misma mujer que la había visto rato antes, Noah participa en la conversación, y mi pequeña chispita se miraba muy emocionada con su presencia, lo que me llevo a preguntarme quien era.

—¿Ya te vas?— escuche preguntar a Clary cuando estuvimos demasiado cerca.

—Todavia tengo cosas que hacer, nos vemos luego— le dijo la voz suave de la chica, le dió un beso y se despidió de los demás.

Que estuviéramos tan cerca jugo en su contra porque cuando volteó choco contra mi pecho lo que la hizo tambalearse y casi caer, lo cual evite tomándola de la cintura, tal vez con demasiada fuerza porque se pegó a mi pecho, para que pudiera recobrar el equilibrio, un jadeo salió de forma involuntaria de ella en lo que alzó la vista y nuestros ojos se encontraron.

Sus pupilas se dilataron en el momento que hicimos contacto visual, abrió mucho los ojos asustada, eran azules con motitas grises, detallo mis rostro sin disimulos y sus ojos pararon un segundo de más en mi labios que le daban una sonrisa de disculpa, su rostro estaba a centímetros del mío, podía sentir el bombardeo de su corazón en mi pecho que se sentía cálido con su tacto a pesar de que la ropa nos separaba, ella carraspeó poniendo distancia entre nosotros.

Eso me hizo volver a la realidad donde Clary nos miraba con la boca abierta y sonrojada, Broock estaba conteniendo una sonrisa, Y Noah con la cabeza ladeada, volví mi vista a la chica que no me miraba, se disculpo y hizo el intento de irse pero mi Chispita llamo la atención de todos, incluso la de ella.

—¡Papiiiiiiii!— Nia vino corriendo hacia mi y la alcé en el aire haciéndola reír.

—Hola, mi chispita — le di un beso en la mejilla, en lo que los demás aún no superaban el suceso anterior.

Vi de nuevo a la chica hacer el intento de huir pero Nia volvió a hablar tomando mis mejillas para que centra mi atención en ella, apoyando su frente con la mía.

—¡Mira papi, tengo una nueva amiga! Y me trajo pastel.

—¿Puedes enseñarle a papi tu nueva amiga?— pregunté muy interesado en la repuesta.

Ella asintió y aun con las manitas en mis mejillas volteo mi rostro hacia la chica que había intentado huir dos veces. Mis ojos viajaron a ella y pude detallarla mejor, era alta un metro ochenta tal vez porque llevaba tacones, su cuerpo era muy delgado, tanto que se marcaban su clavícula, llevaba un vestido blanco de mangas cortas que le llegaba por abajo de sus rodillas y la hacía ver mucho mas pálida de lo que era, su cabello negro hacia un contraste perfecto con su piel y lo llevaba amarrado en una coleta alta dejando libres dos mechones por el contorno de su cara.

Sus mejillas estaban sonrojadas y chipeadas de pecas que iban desde sus mejillas hasta su cuello, sus ojos viajaron de mi a Nia, luego a otro lugar y volvieron a centrarse en mí. Clary soltó un quejido por lo bajo lo que nos hizo voltear a verla. Se acerco a su hermano y le dió una palmada en la espalda.

—Acabas de perder tu oportunidad — se quejo, luego fue hacia la chica hasta pararse frente a ella—. Ya no serás mi cuñada, ni siquiera serás mi no cuñada.

—Clary, deja de decir tonterías — la regañó su hermano.

—Es que no eres competencia para el — me señalo y todos los ojos pararon en mi, incluso los de ella —. Es que míralo, es perfecto.

— Clary, te dije que no estaba interesada en tu hermano, ni en nadie— se rió la chica y puede que ese simple gesto me dejara embelesado —. Puedo seguir siendo tu no cuñada, nadie ha perdido nada y no puedes dar por hechas las cosas.

—Pero...— hizo un puchero, lo que hizo sonreír a la chica, guardo uno de los mechones de Clary tras la oreja.

—Puedes seguir llamándome no cuñada, y podemos ser amigas, ahora tengo que irme, disfruta de tu cumpleaños.

Se volteo para irse esa vez definitivamente y no pude evitar impedirlo.

—¡Espera! — ella se detuvo, su cuerpo se tenso pero aún así volteo —. Soy Absalón Marchetti, ¿Cómo te llamas?

Se mordió el labio inferior haciendo que mi vista fuera dar allí involuntariamente, luego regrese a sus ojos, vio de mi a Clary, Broock, Noah y regreso la vista a mí.

—Me llamo Lutza Williams — luego sin agregar nada más se fué.

—Es una princesa, papi — dijo Nia aún en mis brazos.

—Lo es — concorde en apenas un susurro que solo ella pudo escuchar.

—Eso fue hermos — comento Clary abanicandose el rostro —. ¿Todos vieron lo mismo que yo?

—Que a Abs le gusto — llegó Noah a mi lado—. Eso fue obvio aquí y en china.

Deje de prestarles atención a sus disparates, baje a Nia que se fue con Clary a la pista de baile luego de que todos dejaron de despotricar sobre mi y la chica, Lutza. Se me hacía conocido su nombre y no sabia de dónde, todo ella se me hacía conocida, estaba seguro de que la había visto en algún lado por eso quise saber su nombre, simplemente no recordaba dónde. Tenía buena memoria y solo era cuestión de tiempo para que recordara de dónde la conocía.

Disfrute de la fiesta bebiendo y bailando con Noah y Nia, luego de la medianoche Noah me dijo que era momento de irse porque mi Chispita se había quedado dormida, las acompañe hasta la salida donde Mila, su novia, la estaba esperando, era una agradable chica de unos veinticuatro años, de piel morena, cabello lacio pintado de azul, era muy chaparrita de un metro cincuenta si no calculaba mal, me saludo a lo lejos y le respondí, luego di un beso en la frente de Nia, me despedí de Noah y entre nuevamente a fiesta.

Noah y yo nos habíamos separado dos años antes, nada había funcionado entre nosotros, nos habíamos conocido en una fiesta a los veinte años y esa misma noche la pasamos juntos, iba ser algo de una noche, no la volvería a ver, pero seguí encontrandola en los pasillos de la universidad y era innegable la atracción que crecía entre nosotros, era una relación meramente fisica hasta que poco a poco fuimos formando una amistad, un lazo, una relación, nos gustabamos mas alla del sexo asi que siendo jóvenes y apresurados nos casamos.

Para ese momento yo ya estaba en la banda, la fama era reciente y estaba constantemente en giras, ella venia algunas veces conmigo y otras tantas no podía por sus estudios, su trabajo y fue peor cuando nos enteramos que estaba embarazada, todo fue en picada desde allí, peleabamos constantemente, me reclamaba cosas, yo nunca daba respuestas claras, pero seguíamos juntos, hasta que cuando nació Nia no pude estar.

Llegué dos días después a la ciudad, teníamos nuestro apartamento pero decidió que iba a pasar los próximos tres meses en casa de su madre, acepte porque yo apenas podía estar presenté, me dolía ese abismo que se construía entre nosotros, pero mi carrera estaba despegando, le di mucha importancia hasta que un dia cuando apenas había pasado dos meses me llamo su mamá, Noah habia intentado suicidarse y Nia no había comido en dos días por lo que estaba desnutrida, ella había salido de viaje y había confiado en que su hija iba a estar bien.

Fue un alivio que ambas sobrevivieran, pero Noah fue diagnosticada con depresión post parto, me sentí el peor hombre del mundo, no había podido estar allí con ella, me hice cargo de Nia junto a su madre mientras ella recibía ayuda, recuerdo sus gritos cuando le dije que Nia se venía conmigo, me grito y me dijo que me odiaba, que deseaba nunca haberme conocido, que le destroce la vida, y era cierto, yo había sido un error en su vida.

Su madre había visto cambios significativos en ella, no comía, dormía, lloraba cuando la bebé lloraba, gritaba constantemente para que se callará, le molestaba todo, su madre pensó que era solo una etapa que se le iba a pasar, fue un grave error. El hecho de que yo no habia podido estar allí me carcomía la cabeza, me negaba a volver a ser el error en la vida de alguien más, que hubiera otra Noah en mi vida, destruir a alguien de la misma forma en que yo lo habia hecho con ella era imperdonable y aún después de cuatro años no me podía perdonar a mi mismo.

Por eso evitaba tener pareja o involucrarme con alguien sentimentalmente, me enrollaba con chicas por una sola noche y dejaba en claro que no quería nada con nadie, lo hacía principalmente para no lastimar a nadie más. Que mi mente se llenará de esos recuerdos me asqueaba por lo que intercepte a un mesero y tome una copa bebiendo el liquido de un solo trago.

No fue suficiente.

No me llevaba mal con Noah y sabía que ella no me culpaba, pero mi propia culpa me carcomía constantemente y ella no tenía por qué saberlo, actuaba con normalidad a su alrededor pero... Maldita sea, necesitaba distraerme, así que fui bebiendo, bailando, terminé con la lengua de una chica hasta la garganta.

No sabía quien era pero tampoco me interesaba, la tome de la barbilla y devolví el beso con fuerza, ella soltó un gemido, libere su boca para dejar un rastro de besos tras su oreja y en su quijada en lo que baje la mano hasta apretar su cuello, tenia sus piernas enroscadas en mi cintura y hacia fricción entre nuestros sexo, gemia y jadeaba, y a mi el mundo comenzó a darme vueltas. Deje de besarla y la vi borrosa, ella siguió bajando con sus besos ajenos al estado en que yo me encontraba.

El mareo aumento y con eso vinieron la arcadas, por lo que la solté alejándome de ella, escuché sus reclamos y creo que balbucee una disculpa en lo que buscaba un baño, el suelo se movía demasiado y me caí tres veces antes de que alguien me llamara, no identifique la voz pero se arrodilló frente a mí tomando mi rostro entre sus manos, no sabia quien era, solo podia reconocer el olor floral de su perfume.

Me llamo varias veces y no pude responderle cuando me invadió otra ola de arcadas, aunque no vomité nada, viendo mi incapacidad por articular palabras y poder dar más de dos pasos bien me tomo de un brazo se lo colgó al hombro, con mucho esfuerzo me llevo a un baño donde mojo mi rostro y el espejo me dió más mareo, esa vez las arcadas sí venían con vómito por lo que corrí a un retrete descargando hasta la bilis.

— Buscare ayuda, no te muevas — escuché su voz, era una chica comprendí, quise decirle que no podía ni dar dos paso sin caerme de culo.

Salió haciendo resonar sus pasos luego el silencio lleno el lugar, recosté la cabeza en la pared, me senté con las piernas flexionadas y los brazos sobre ellas. Me quedé dormido hasta que dos golpes en la mejilla me despertaron, el mundo ya no daba vueltas y podía ver a la persona frente a mí.

Era Broock quien estaba frente a mí y atrás de el estaba Isaack, ¿Donde estaba la persona que me ayudó? Porque sabía que era una chica y definitivamente a los que tenía enfrente tenían el cromosoma Y.

—Hola, grandote — me sonrió —. Hiciste el ridículo frente a una chica linda, e Isaack te tomo una foto mientras estabas inconsciente.

—Lo cuál va al grupo y nada más no la público porque arruinaría mi imagen — dijo el aludido.

—¿Qué demonios paso? — no estaba seguro si articulaba correctamente pero aún así ellos me entendieron.

—Hiciste el ridículo, te lo acaba de decir —  volteo los ojos Isaack.

Su personalidad agria no combinaba con su cara adorable de rasgos coreanos y chico bueno con el peinado de librito.

—Vale, ya entendí, hice el ridículo y estoy hasta el culo — hice el intento de levantarme pero mis piernas aún fallaban—. ¿Dónde está mi salvadora?

—Se fue — Broock ayudo a ponerme de pie e Isaack se puso a mi otro lado cuando no pudo el solo.

—Espero no volver a verla — dije con resignación —. Aunque ni siquiera la recuerdo.

—Claro, hiciste el ridículo, es obvio — comento con sarcasmo Isaack.

—Te gusta recalcar lo obvio, ¿No? — caminamos hacia la salida, el salón ya estaba casi vacío lo que me hizo preguntarme qué hora sería.

—Me gusta recordarte tus estupideces — se rió.

—¿Y Rocky? — pregunté comenzando a perder de nuevo la conciencia.

—Cuidando a René con Ray — escuché la voz de Broock distorsionada antes de que la oscuridad me absorbiera.

****

Guarde mi libreta en mi mochila que se encontraba tirada desprolijamente sobre el pasto, luego recosté mi cabeza sobre ella; acostado viendo las inmensas ramas de aquel árbol que daba vida y el viento arrullaba mi rostro, mientras la música sonaba a todo volumen en mis oídos, los parpados me empezaron a pesar, y justo estaba por rendirme a esa fuerza intangible que me arrebataba las energías cuando pude sentir la ligera sombra de alguien, abrí los ojos buscando algo, me quite los audífonos reconociendo al instante los sonido de unos sollozos.

Estruje el entrecejo, confundido busque al causante de los sonidos y lo encontré al otro lado del almendro, pero no era un el era un ella, su cuerpo temblaba por los espasmos que sus sollozos producían, su cabello negro le caía como dos cortinas a sus costados mientras abraza sus piernas contra su pecho, me acerque lentamente, con temor a que se asustara.

Oye— susurre—¿Estás bien?

Ella siguió llorando como si no me hubiera escuchado, me acerque otro poco mas y pique con mi dedo índice su hombro, ella dio un respingo y sus ojos lagrimosos y rojos dieron con los míos, parpadeo varias veces para poder ver entre las lagrimas, eran azules y en ese momento parecían el color de una turbia tormenta.

****

Me senté con la respiración agitada y empapado de sudor, el mareo no tardó y con él el maldito dolor de cabeza, me queje de la luz que entraba por la ventana y el estómago me dió un vuelco, tuve que correr al baño para vomitar la bilis de nuevo.

Tambaleandome salí del baño y allí estaba Isaack en la cama acostado con sus brazos tras su cabeza y con una media sonrisa burlona, llevaba unos shorts jeans hasta las rodillas y una camisa holgada negra, me lance a su lado mostrando mi dedo medio para que no fastidiara.

—Buenos días, bella durmiente.

—Cierra la boca — me quejé.

—Espero que estes sufriendo, yo lo hice anoche por tu culpa.

—Jodete.

— Me gusta joder no que me jodan.

Le lance una almohada, soltó una carcajada, me dió una aspirina y luego se fue. Me volví a dormir reviviendo ese sueño donde miraba a la chica llorando, cuando volví a despertar la comprensión llegó a mi, era la misma, era la misma chica de la noche anterior, la que me había presentado Broock, eran los mismos ojos, era el mismo cabello, incluso las pecas regadas por sus mejillas eran las mismas.

Ella era la chica del árbol.

¿Acaso era esto el maldito destinó? O ¿una maldita broma?

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