3. Pequeña Amiga
Luz:
A los diecinueve años había ido a una boda que me había invitado mi ligue de la semana, el no tenía a nadie con quien ir y yo ni siquiera recordaba su nombre pero había aceptado, en el momento que puse un pie dentro quedé embelesada con todo, era de un estilo de época, sofisticado, elegante dónde una orquesta tocaba el ritmo de alguna canción actual, había una gran pista de baile y la novia llevaba un vestido muy pomposo sacado del siglo XVIII que le quedaba precioso.
Había una mesa de roble con manteles entre blanco y rosa pastel lleno de todo tipo de bocadillos dulces, con candelabros con tres velas, también había una mesa llena de copas de lo que parecía oro que en algún punto llenaron de vino, había una capilla decorada con flores y enredaderas donde se llevó a cabo la ceremonía, las mesas donde los invitados comían eran del mismo estilo de roble, decorada con manteles dorados y rosa pastel, en el centro habían candelabros y a su alrededor había todo tipo de flores aglomeradas, las vajillas eran antiguas y los tenedores tenían tallados especiales.
Habían floreros por todos lados, las flores eran naturales y su aroma me embriaga de manera exquisita; me sentí como en un libro de Shakespeare esperando que Romeo viniera a jurarme amor eterno, no estuve mucho tiempo más que nada porque no conocía a nadie y mi pareja se encontraba coqueteando con alguien más, lo cual no me importaba, comí un poco y me perdí en el ensueño de toda amante del romanticismo, luego me fui de la fiesta sin poder olvidarme de la experiencia.
Definitivamente me enamore de esa boda, tanto que empecé a investigar sobre ello, tomar cursos, incluso empecé a investigar cumpleaños, quince años, despedidas de solteras, babys shower, aniversarios, de todo lo que se pudiera celebrar y organizar; dos años y medio después la mamá de Luke me habia ayudado a entrar en esta compañía a la cual era asociada con el hotel.
Al principio se había visto renuentes de contratar a una inexperta que no tenía siquiera título universitario y apenas se había graduado del colegio, pero me dieron la oportunidad y comencé como asistente de Julia, la jefa de la sede en el hotel, seis meses fueron suficientes para demostrar que era muy buena en lo que hacía y poco a poco fueron dándome proyecto, al cumplir un año ya me encargaba de quince años, aniversarios y despedidas de solteras.
Por eso no me encontraba nerviosa cuando avisaron que estaban teniendo problemas con el equipo de sonido, Ian, el joven técnico se encontraba revisándolo en lo que yo caminaba entre las mesas revisando que todo estuviera en orden, también habían unos cuantos camareros ayudandome con la tarea, después de todo eran casi novecientos invitados y demasiadas mesas.
Le tenía confianza al chico que aunque parecía joven sabía lo que hacía, no era la primera vez que venía a revisar el equipo electrónico. Serena se encontraba a su lado escuchando instrucciones por si algo pasaba con los vídeos y las fotos que se iban a proyectar en una pantalla al final mientras toda la fiesta se llevaba a cabo.
Me acerque a ellos cuando termine de inspeccionar que todo estuviera en orden con las decoraciones de las mesas, Ian sonrió al verme llegar y situarme al lado de Serena que tenía las manos sobre la mesa escuchando atentamente lo que le explicaba.
—¿Que tal todo?— pregunté llamado su atención
—Esta todo listo— sonrió—. Solo eran unos cuantos cables flojos, nada grave.
—Es bueno escuchar eso.
—Si— intervino Serena—. Y de cualquier modo me explico como arreglar ciertos problemas que podían presentarse, sino tenemos al dj para pedirle ayuda.
—Gracias— le dije a Ian e inclinó levemente su cabeza.
—De nada, señora— ironizo antes de guiñarme un ojo y comenzar a recoger sus cosas.
—¿Señora?— alce una ceja, no me gustaba ese término.
—Es por respeto— sonrió de medio lado viéndome fijamente, estábamos a la misma estaura—. No porque parezca una.
Se alejo sin esperar una respuesta, me mordí el labio queriendo soltar lo que pensaba de ello y no me dió la oportunidad, habíamos mantenido este leve coqueteo entre nosotros desde hace un tiempo, aunque no había pasado nada y no quería que pasará, pero era refrescante. Serena a mi lado soltó una risita.
—Es encantador, me agrada.
—A mi también — me voltee y continuamos con lo que hacíamos.
***
La fiesta aún no habia comenzado y yo me encontraba dando órdenes a todo mundo, Serena se encontraba tomando fotos de los accesorios y algunos de los invitados y a su lado alguien más se estaba preparando para grabar todo lo que iba a suceder, revise lo papeles con el protocolo que tenía en mis manos, repase la lista del orden en que saldrán las damas y chambelanes. La mayoría de los invitados ya estaban presentes, habían unos ochocientos y la música estaba a tope en los que llegaba la hora en que iniciaría el cumpleaños.
Observé a Clary al final de la fila con un pomposo vestido de color rojo vino con detalles dorados, el cabello llevaba en un precioso moño elegante con dos mechones sueltos por el contorno de su rostro, su maquillaje era algo suave y natural, sus ojos estaban sombreados de color piel con un poco de dorado y un fino delineado negro, sus mejillas llevaban un poco de rubor y sus labios estaban pintados de rosa pálido; sobre su cabeza llevaba una corona pequeña de plata, combinado con aretes en forma de flor de loto del mismo material.
Se miraba preciosa.
Quise acercarme para felicitarle pero estaba acompañada de su hermano que vestía un traje negro y una corbata del mismo color de su vestido, un hombre de cabello algo largo que lo llevaba recogido y se podía ver qué la parte baja la tenía rapada, solo podía verle la espalda cubierta con una camisa de tela negra, no llevaba saco y su pantalón era de tela y se ajustaba a sus piernas, en sus brazos cargaba a una niña de no más de cinco años que utilizada un vestido similar al de Clary.
Estaban conversando muy animadamente, Clary brincaba como niña pequeña y apretaba el brazo de Broock con mucha emoción, la niña al ver su emoción movía sus brazos y abrazaba al hombre con ellos. Sabiendo que no podía acercarme porque interrumpiria la conversación decidí dar otra vuelta por todo el lugar para cerciorarme una vez más de que todo estaba bien.
Cuando regrese al lugar donde estaban desde las niñas de las flores hasta la cumpleañera, para llevar a cabo el protocolo, Clary estaba sola con Broock, el otro hombre había desaparecido y la niña que estaba en sus brazos se miraba algo nerviosa y llorosa, estaba sola parada en una esquina sonrojada y buscando a alguien, me dió tanta lastima y ternura verla así que no pude evitar acercarme, su cabello estaba peinado en una bonita trenza, en sus manos llevaba un muñeca, hacía puchero y era tan adorable.
Me pregunte dónde estaba el hombre que la acompañaba antes o su madre.
—Hola, preciosa— le sonreí, sus ojos dorados me observaron mientras contenía las lágrimas y sus labios aún eran un puchero— estás muy linda hoy, me gusta tu vestido.
Ella se observo a sí misma y luego volvió su atención a mí aún sin perder el pucherito. Me acuclille para poder quedar un poco a su altura.
—Si pudiera te lo robaría —hice un puchero yo también y eso la tenía un poco sorprendida— pero no me queda, creo que no es de mi talla— sonreí —¿Crees que me puedes conseguir uno así de lindo para mí algún día?
—No— respondió limpiando sus ojitos.
—¿No?—observe mi reloj, faltaba poco para que comenzará—.¿Por qué no?
—Porque mami lo hizo para mí—se sonrojo un poco, se notaba un leve seseo cuando hablaba.
—Tu mami hizo un vestido muy lindo— le peñizque un poco la nariz y eso la hizo sonreír — ¿Cómo te llamas?
—No puedo hablar con extraños— nego con recelo.
—Claro, eres muy inteligente— sonreí luego ví la muñeca en sus manos—. Yo me llamo Luz.
Le extendí una mano para que pudiera estrecharla, ella me miro confundida pero aún así su manita estrecho la mía.
—Princesa— respondió soltando mi mano.
—¿Ese es tu nombre?
—No— se sonrojo—. Tu. Eres una princesa.
—No lo soy, pero me gusta como suena eso.
—Nia— sonrió mostrandome un hoyuelo en su mejilla izquierda —. Me llamo Nia.
—Que bonito nombre, Nia. ¿Estás asustada?
—Papi no esta— su labio volvió a temblar y mire alrededor, no había nadie allí que fuera su padre.
—¿Por qué no estás con Clary?
—Se olvidó de mí.
—¿Que tal si hacemos un trato?— le dije, para que no llorara— Yo me quedo aquí contigo hasta que salgas y tu prometes no llorar, ¿Trato?
—¿No te irás?
—No, me quedaré aquí hasta que salgas y puedas ver a tu papi— la alenté.
El sonido de alguien hablando a través del audicular que llevaba me notifico que ya era momento de empezar.
—Esta bien, trato— me mostró su meñique y entrelace el mío con el suyo haciendo una promesa.
Me puse de pie con las piernas adormecidas, Nia no tardó en pegarse a mi lado y tomar mi mano sonriendo, comencé a ordenarlos a todos en el orden en el cual saldrían hasta llegar a Clary, que miro con ojos muy abiertos a Nia luego a mi y le guiñe un ojo para que estuviera tranquila.
Pronto escuchamos que los nombres de uno en uno iban siendo llamados y presentados de una forma única, Nia fue la quinta en ser llamada, así que chocamos los cinco y la alenté para que no se pusiera llorosa y ví a una mujer llamarla, supuse que era su madre, así que deje de preocuparme, una de las amigas de Clary se desarreglo su peinado justo cuando faltaban dos personas para que ella pasara así que me encontré a mi misma arreglando de una manera algo rápida, otro de sus chambelanes estaba nervioso que se deshizo su corbata y me toco arreglarla.
Cuando Clary estuvo a mi lado pude felicitarle y decirle lo hermosa que estaba, ella me dijo que yo era la mejor no cuñada que tenía, eso me hizo reír.
Todo salio bien y luego estaban haciendo la coronación, la puesta de la zapatilla por parte del padre quien dice unas hermosas palabras, todo mientras era fotografiado y grabado, asistió mucha gente famosa y muchas familias que desconozco, luego, la madrina le coloco el anillo de quince años que se nota es de oro rosado, no termino de ver el espectáculo porque tengo que encargarme de más cosas.
Me traslade a la cocina a ver qué todo ya estaba en orden, luego me movilice hacia el audio y viendo el vídeo que se reproduce en un pantalla, observé la lista de música a ver si era la correcta porque no queríamos errores, y parecía trompo caminando de aquí para allá, luego estaba viendo un bonito baile moderno dónde la quinceañera y sus chambelanes lo daban todo. Luego todo el protocolo termino después de tres horas y la gente se dispuso a cenar.
Ya podía relajarme, la gente iba a cenar y luego podían continuar la fiesta o irse a sus casas, mi parte ya estaba hecha, así que entre de nuevo a la cocina y me dispuse a robar un dulce y buscar a mi nueva amiga para dárselo, la observé a lo lejos riendo en las piernas de una mujer, Clary me interceptó a medio camino.
—Hola, no cuñada— entrelazó su brazo con el mío.
—Hola cumpleañera.
—¿A dónde vas?— camino en la misma dirección que yo.
—A ver una nueva amiga— la respondí luego ví a la mesa donde sus amigos comían y reían — ¿No deberías estar con ellos?
—Si, pero te vi a lo lejos y la curiosidad me gano.
—La curiosidad mato al gato.
—Ah, pero el gato murió sabiendo— me reí.
—Tienes razón, así que vamos en esa dirección — señale a la mujer que ya estaba a unos poco paso.
—¿Eres amiga de Noah?— pregunto extrañada.
—No se quien es Noah, pero no, mi amiga es Nia.
—Oh, ven te presentaré — jalo mi brazo con el suyo y terminamos de llegar a la mesa.
—¡Hola, familia!— chilló entusiasmada—. Les quiero presentar a alguien, está es Lutza Williams, la mejor decorada que existe.
Voltee los ojos pero sin poder contener la sonrisa.
—No soy la mejor, pero soy muy buena— sonreí — un gusto conocerlos.
No pude reconocer ni la mitad de la gente que estaba en la mesa, todos se presentaron pero ningún nombre se quedó grabado en mi mente y solo asentí cordialmente, Nia me sonrió y agito su mano.
—Hola, princesa— me saludo.
—Hola, pequeña amiga— le respondi—. Traje algo para tí.
—Tienes una amiga, Nia— beso su mejilla la mujer que la sostenía en sus piernas—no le has dicho a mami que tienes amigas nuevas.
—Es que hicimos una promesa—ella se llevo una manito a su boca para tapar una sonrisa traviesa— y ahora somos amigas.
—¿Puedo yo saber de esa promesa?—su madre le hizo cosquillas y ella soltando una pequeña carcajada.
—¡Mami, basta yo te diré la promesa!—suelta mas carcajadas y su madre también esta riendo.
—Esta bien, ya me detengo— la niña se giro y le pidió con un ademan para que se acerque y le diga en el oído como si fuera un secreto—oh, así que eres la salvadora de mi pequeña.
—Así es— sonreí de costado—. Le traje un dulce, espero que no te moleste...
Me quede esperando un momento su nombre porque a pesar de que apenas se había presentado yo lo había olvidado. Me fijé en ella era muy bonita, con cabello color miel, la piel blanca contrastaba con un vestido negro que llevaba, era de corset en la parte de arriba y suelto de la cintura para abajo con una abertura en su pierna izquierda.
—Soy Noah—me extendió su mano y yo la tomo recibiendo un apretón.
—Pueden llamarme Luz, un gusto— le muestro el pequeño postre que tenia en mi mano izquierda—. Si no te molesta traje esto para mi nueva amiga.
—No, claro que no, tómalo cariño.
—Gracias, amiga—me sonrío y automáticamente le devolví la sonrisa, era una niña hermosa que derrite corazones con su sonrisa, al menos con el mío lo hizo.
—De nada, pequeña amiga, no te olvides de mi—le guiño un ojo—. Fue un gusto conocerlos.
—¿Ya te vas?— pregunto Clary algo decepcionada.
—Todavia tengo cosas que hacer, nos vemos luego— le di un beso en la mejilla y volví a despedirme del resto.
Voltee y casi en el instante golpee el cuerpo de alguien mas, lo cuál me hizo desestabilizarme por un momento en el cual pensé que iba a caer de culo al suelo, pero ese alguien lo evito tomándome por la cintura pegándome a su cuerpo.
Parpadee para recomponerme, con quién había chocado era más alto que yo por los que tuve que alzar la vista y al hacerlo me encontré con unos ojos dorados que pude detallar de muy cerca porque su rostro estaba a centímetros del mío, su aliento golpeó mi mejilla, una sonrisa de disculpa se dibujo en su rostro marcando hoyuelos en sus mejías y mis piernas se me aflojaron por tal imagen, su holor exquisito me embriagó, olía a loción cara y un poco a alcohol, al principio me costó reconocerlo luego recordé las fotos en la computadora de Serena, ahora no solo tenía la mitad de su rostro tenía una visión completa de el.
Definitivamente era muy apuesto, más que en las pocas fotos que había visto, su cabello era largo y amarrado en una coleta con unos cuantos mechones libres, sus cejas eran pobladas, su nariz era recta y tenía allí en el centro un lunar, sus labios eran de un tono rosa pálido los cual humedeció al ver mi vista fija en ellos, aparte rápidamente mis ojos y quise poner una barrera entre ambos.
Así que carraspeando me deshice de su agarre.
—Lo siento — me disculpé y me dispuse a irme pero el grito de Nia me hizo voltear a verla.
—¡Papiiiiiiii!— ella vino corriendo hacia el que la atrapó y la alzó en el aire en lo que ella reía.
Los ví un momento confundida, luego lo reconocí, era el hombre que había estado más temprano con Broock y Clary, al que solo pude verle la espalda. El era el papá por el que Nia casi estaba llorando, luego dirigí mi vista hacia Noah que estaba sonriendo, ella era su esposa, cerré los ojos sintiéndome una mala persona por ver más tiempo del debido a un hombre casado.
—Hola, mi chispita— hablo el y no ayudo nada en hacerme sentir bien porque su voz me pareció la más grave y sensual que había escuchado en mi vida.
Emprendi nuevamente mi huida pero Nia lo evito. De nuevo.
—¡Mira, papi, tengo una nueva amiga!— tomó sus mejillas obligándolo a verla mientras ella apoyaba su frente en la de el—. Y me trajo pastel.
—¿Puedes enseñarle a papi tu nueva amiga?
Ella asintió y aun con las manitas en sus mejillas gira el rostro de su papá hacia mi. Dos pares de ojos dorados me observan y llegué a la conclusión de que esa niña la hizo solo su papá porque no veo ni un solo rasgo de su mamá.
***
Algo así me imagino el vestido de Noah, la mamá de Nia.
Este es el corte que describo para que tengan una idea.
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