6-EMOCIONES
10 de Julio de 2019
LENA
Habían pasado dos semanas desde que Kara se vino a casa conmigo. La primera semana había sido muy dura para ella, y para todos. Alex solía quedarse por las noches, ya que Kara tenía fuertes pesadillas. Además, la cosa empeoró cuando Kara escuchó a Alex contarme que Eliza seguía creyendo a Maxwell y Mike, a pesar de las pruebas que había contra ellos y que seguían en la cárcel. Ese día, Kara lo pasó entero llorando. El doctor Kent vino cada dos días a casa para ver a Kara, sin conseguir sacarle ni una palabra.
Me dolía verla tan hundida, destrozada. Me puse a recordar el día que decidí por fin acercarme a ella y hablarle. El día que su pesadilla empezó. Aun así, ella intentó seguir con su vida, mostrarse fuerte. Me hizo ver que, si conseguía hacerla reaccionar, Kara podría salir de todo esto. Sólo necesitaba encontrar de nuevo esa fuerza que tenía dentro de ella.
Durante esos días, Sam, se había encargado de preparar el caso de Kara, presentando los informes médicos y policiales. Maxwell y su hijo estaban en prisión, pero el juicio aún tardaría algo en celebrarse. Además, Sam dijo que Kara no estaba preparada aún mentalmente para enfrentarse a algo así. El doctor Kent apoyó esas declaraciones con un informe médico, que Sam también aportó.
La segunda semana, entre todos intentábamos animarla. Intentamos hacerla salir, pero era imposible. Kara prefería quedarse en casa. Así que los planes prácticamente eran sentarnos con ella a ver una película a la que Kara nunca prestaba atención. Siempre parecía estar en otro lugar.
En cuanto a tocarla... Seguía rehuyendo a la gente, excepto a Alex o a mí. Eso sí, cuando intentábamos ayudarla a bañarse y notaba nuestras manos cerca de sus pechos o su vagina, Kara empezaba a temblar y teníamos que parar.
Aunque, a veces, Kara tenía pequeños momentos de interacción con nosotras, o se ponía a dibujar, a leer... Poco a poco, esos momentos iban siendo cada vez más.
Ese día, Kara y yo estábamos solas. Mis padres, se habían encariñado con Kara y venían a visitarla. Se habían ido hacía unos minutos.
-Lena: ¿Te apetece hacer algo? ¿Quieres tomar el sol en la piscina, nadar un rato? – dije, agachada frente a ella. Kara estaba tumbada en el sofá, viendo dibujos animados - ¿No...? ¿Hacemos una tarta? Alex dice que te encanta el dulce... ¿Tampoco? –Acaricié su pelo – Kara, no puedes seguir así, cielo...
En ese momento, el timbre sonó y fui a abrir.
-Winn: ¡Lo tengo! – dijo entrando en casa, cargado con un montón de bolsas y cajas de lo que parecían ser juegos de mesa. Nia venía detrás de él con bebidas y cosas para picotear.
-Lena: ¿Qué es todo esto?
-Winn: ¡Una tarde de juegos! Kara nunca ha podido resistirse a ellas, le encantan... Alex y Sam vienen de camino. ¡Eh, Kara, mira, tus favoritos! ¿Tú y yo juntos, eh? Vamos a enseñar a Alex, Sam, Nia y Lena como se gana. ¿Qué te parece? Kara y Winn...
-Lena: No parece que funcione... -dije mirándola.
-Winn: Pues claro que sí... Sujeta – dijo, cargándome con las cajas y las bolsas. Cogió uno de los juegos y se acercó a Kara – Mira, el pictionary. Podemos jugar con las reglas que inventamos hace dos años, ¿te acuerdas? Lo hacía más divertido.
Dejé todos los juegos sobre la mesa, mientras Winn seguía hablando con Kara y Nia dejaba lo demás en la cocina.
-Nia: Winn, déjala, es inútil.
-Winn: No, no lo es... - dijo, poniéndose serio – No pienso parar hasta que la vea moverse, sonreír... ¡Algo! Esto no es Kara, es... Una cáscara vacía. No sé vosotras, pero yo no voy a rendirme. Kara va a jugar, quiera o no. Así que... - dijo cogiéndola de la mano y tirando de ella – Vas a levantarte de este maldito sofá, te vas a duchar, te vas a cambiar de ropa y vamos a jugar, ¿me has oído? Si no lo haces te juro que...
-Nia: Winn, la estás asustando.
-Winn: Déjame terminar, Nia... Si no lo haces, Kara, te juro que empezaré a hacerte cosquillas y no pararé hasta que te reviente el estómago de la risa, ¿Eh? – dijo, haciéndole cosquillas. Kara se apartó, pero Winn insistió, aunque con cuidado. Kara volvió a retirarse, pero esta vez, juraría haber visto un intento de sonrisa en sus labios.
-Lena: Sigue, Winn...
-Winn: Por supuesto... - dijo, volviendo a hacer cosquillas a Kara. Me fijé en que Winn siempre mostraba sus manos, abiertas y vacías a Kara, para que ella viera que no tenía intención de hacerla daño.
-Kara: Para, vale... - dijo medio riéndose. – Winn...
-Winn: ¿Vas a levantarte?
-Kara: Sí...
-Winn: ¿Y a ducharte? Puede que Lena no haya querido decirte nada, porque no te conoce desde hace tanto y no habrá querido molestarte, pero apestas a aburrimiento. Así que quítate ese horrible olor a "soy una aburrida", ponte algo de ropa cómoda y vamos a prepararnos mientras Alex y Sam llegan. ¿Con cuál quieres empezar? ¿Ahorcado?
-Kara: Sí, vale... - dijo levantándose.
-Lena: ¿Puedes sola?
-Kara: Sí... - dijo con una pequeña sonrisa y caminando hacia el baño.
-Lena: ¿Cómo lo has hecho?
-Winn: Te lo he dicho... Kara no puede resistirse a una tarde de juegos. Siempre que está agobiada, o depre, aunque sea al dominó, tiene que jugar a algo. Le ayuda a despejarse, a sentirse libre.
-Lena: La conoces bien...
-Winn: Algo así. Nia y yo podemos contarte cosas de ellas si quieres...
Tuve que llamar un par de veces al baño para asegurarme de que Kara estaba bien. Al parecer, decidió darse un baño relajante en vez de una ducha. Cuando salió, Alex y Sam ya habían llegado y nos estábamos riendo mientras Alex nos contaba algunas anécdotas de cuando Kara era más pequeña.
-Kara: ¿Por qué os reís tanto? – preguntó, sentándose entre Alex y yo. Alex pasó su brazo por detrás del cuello de Kara, abrazándola y yo cogí su mano.
-Winn: Oh, Alex nos estaba contando el día que casi dejaste calvo al perro de tus vecinos porque le cortaste el pelo con la máquina de afeitar de Jeremiah...
-Kara: Bueno. Tenían muchas ovejas, las estaban esquilando. Juro que ese perro parecía una oveja en miniatura y yo sólo quería ayudarles. Me pareció divertido.
-Alex: Kara, el pobre animal no dejaba de ladrar, ¡¿Cómo narices pudiste seguir confundiéndolo con una oveja?!
-Kara: ¡Tenía cinco años, ¿vale?! Creí que íbamos a jugar, pero si vais a seguir riéndoos de mí, mejor me voy a mi cuarto. – dijo, intentando levantarse.
-Alex: Eh, no, ni se te ocurra. No hagas eso, Kara, por favor.
-Nia: No nos reímos de ti, Kara. Nos reímos contigo, de tus ocurrencias.
-Kara: Lo siento... - dijo- Es que... Cuando era pequeña, los demás siempre se metían conmigo y se reían de mí por ser adoptada y por... - dijo, tocando su pecho por encima de la ropa.
-Winn: Eran idiotas, tú ni caso. ¿Hacemos los equipos? ¿Tú y yo, Kara?
-Kara: ¿Puedo ir con Lena?
-Winn: Claro... Entonces, tú y Lena, Sam y Alex y Nia y yo.
-Alex: Genial...
Estuvimos jugando durante horas. Al ahorcado, a las películas, al trivial, al pictionary... Me gustó ver a Kara riéndose, aunque sólo fuese durante algunos segundos.
-Winn: Va siendo hora de marcharse... - dijo sobre las dos de la mañana - ¿Repetimos la semana que viene?
-Kara: Sí, sería genial... Bueno, si a Lena no le importa, es su casa...
-Lena: Podemos repetirlo cuando queráis. Hacía mucho que no me lo pasaba tan bien...
-Nia: Entonces repetiremos... ¿Te acercamos a casa, Sam?
-Sam: Claro...
-Kara: Alex, vete con Sam.
-Alex: ¿No quieres que me quede?
-Kara: Sabes que me encanta que estés conmigo, Alex. Pero también debes estar con Sam.
-Sam: Kara, sabes que no me importa que Alex se quede.
-Kara: Lo sé. Pero vosotras tenéis una vida juntas, y ya os he tenido demasiadas noches separadas. No os preocupéis, estaré bien. Tengo a Lena...
-Alex: ¿Estás segura?
-Kara: Tengo que empezar a afrontarlo, Alex. Si no, nunca lo haré. Además, no siempre vas a poder estar conmigo, así que tengo que aprender a enfrentarme sola a mis miedos...
-Alex: Está bien.
-Lena: Te avisaré si ocurre algo... - dije, sonriéndola. Miré a Kara y me alegré del cambio que esa tarde de juegos había provocado en ella. No era mucho, pero estaba bien para empezar.
-Alex: Vale, te llamaré por la mañana – dijo, besando a Kara en la mejilla- Te quiero.
-Kara: Y yo a ti...
Cuando Kara se quedó dormida, me quedé un buen rato observándola desde la puerta. Seguía inquieta, asustada. Se despertó un par de veces, gritando. Aunque ya no eran esos gritos horribles y desgarradores del principio.
11 de Julio de 2019
Cerca de las siete de la mañana, la sentí entrar en mi cuarto.
-Kara: Lena...
-Lena: Ven aquí... - dije haciéndole un hueco en la cama. Ella se metió y me abrazó, quedándose dormida poco después. La dejé dormir hasta tarde. Al parecer, le costaba menos dormir tranquila cuando era de día. Mientras preparaba la comida, llamaron a la puerta y fui a abrir.
-Lena: Lex... - dije abrazándole.
-Lex: Hola...
-Lena: ¿Cuándo has vuelto?
-Lex: Hace unos días... –dijo entrando- Así que esta es tu casa... Muy luminosa y muy... tú.
-Lena: Gracias... ¿quieres tomar algo, un Whisky?
-Lex: Me conoces bien... - dijo sonriéndome y sentándose en el sofá tras dejar una carpeta sobre la mesa - ¿Qué tal te va todo? Papá y mamá me contaron lo de tu amiga. ¿Sigue viviendo contigo?
-Lena: Sí. Aquí se siente segura.
-Lex: Es gracioso... Te vas de casa para tener tu espacio, y acabas compartiendo piso con una chica a la que apenas conoces.
-Lena: La conozco poco, pero lo suficiente como para saber que Kara es una chica maravillosa.. – dije, tendiéndole su bebida.
-Lex: Eso suena a enamoramiento... ¿te gusta esa chica? Espera, ¿Kara? ¿De qué me...? No... ¿es ella? ¿La chica a la que ibas a ver a la cafetería del edificio de periodismo, poniendo a Lois como excusa?
-Lena: La misma.
-Lex: Tú no pierdes el tiempo, ¿eh? Y dime, ¿Ya sabe tu... secretito?
-Lena: Sí, lo sabe.
-Lex: ¡Lo sabe! Vas un poco rápido, ¿no, hermanita? ¿Y cómo lo supo, se lo contaste o...? – dijo, mirándome- No... Espera, ¿en serio, te acostaste con ella? ¿cuándo?
-Lena: Eso no es asunto tuyo... - dije, cambiando de tema. Kara podría escucharnos y no quería que se sintiera mal - ¿A qué debo tu visita?
-Lex: ¿Qué te hace pensar que he venido por algo y no sólo a ver tu nueva casa?
-Lena: Esos papeles que has dejado sobre la mesa, por ejemplo. Ahí pone mi nombre.
-Lex: Está bien, me has pillado... - dijo poniéndose serio – Creo que esto te interesará, Lena. Pero deberías sentarte...
Me senté frente a él, curiosa.
-Lena: ¿Qué pasa?
-Lex: El otro día, cuando llegué, escuché a papá hablando con alguien por teléfono, una mujer, creo.
-Lena: ¿Negocios?
-Lex: No lo creo. Hablaban de ti. Tu nombre salió varias veces en la conversación.
-Lena: ¿De mí?
-Lex: Lena, creo que hablaba con tu madre.
-Lena: ¿Mi madre?
-Lex: Tu madre biológica.
-Lena: Pero no es posible, ella está...
-Lex: Viva.
-Lena: ¿Qué...? Pero... No es posible, Papá siempre me dijo que ella había muerto en un accidente. Que... ¿Estás seguro?
-Lex: Creo que ella quería verte. Escuché a papá decirle que hablaría contigo ese mismo día y la llamaría de nuevo para decirle qué habías decidido. Pero conozco a nuestro padre, y sé que no ha dicho nada, ¿verdad?
-Lena: No... - dije confusa.
-Lex: Cuando papá salió para ir a su oficina, entré en su despacho y me puse a buscar. Encontré esto... - dijo, dándome la carpeta – Es un documento, firmado por tu madre, en el que renuncia a ti diciendo que no puede hacerse cargo y cediéndole tu custodia a papá. Al parecer, también le hizo firmar otro documento en el que ella se comprometía a no buscarte ni a decirte quién era. –dijo, mientras yo iba mirando los papeles que había dentro.
-Lena: Según esto, la mujer con la que me crié hasta los cuatro años, no era mi madre. Era alguien que papá contrató para cuidar de mí. Mi madre renunció a mí nada más nacer.
-Lex: No he encontrado mucho sobre ella. Sólo su nombre, que es abogada, y que vive en Irlanda, aunque no conseguí averiguar el lugar exacto. Ahí tienes una lista con todas las mujeres que encontré con ese nombre y apellido en Irlanda. No he mandado a nadie a investigar, porque pensé que merecías saberlo y decidir tú misma si quieres encontrarla o no.
-Lena: Entonces ella... - dije, levantándome y caminando por la habitación, llorando.
-Kara: ¿Lena? – preguntó acercándose. Ni siquiera la había oído entrar - ¿Pasa algo, estás bien...?
-Lena: Kara...
-Kara: ¿Qué te pasa, por qué llo...? – dijo callándose de golpe al ver a Lex. - ¿Te ha hecho algo?
-Lena: Tranquila. – dije, acariciando su brazo - Él es mi hermano, Lex. Lex, ella es Kara.
-Lex: Un placer... – dijo levantándose y acercándose. Kara retrocedió – Lo siento, no quería asustarte.
-Lena: No te hará daño. Puedes confiar en él, Kara. ¿Has dormido bien?
-Kara: Sí... - susurró, mientras la llevaba al sofá y nos sentábamos - ¿Por qué lloras?
-Lena: Es... una larga historia, luego te lo cuento.- miré de nuevo a mi hermano – Gracias Lex, veré qué hago con esto y tranquilo, no le diré nada a papá.
-Lex: Bien... Tengo que irme– dijo acercándose y besándome en la mejilla – Adiós, Kara... Cuidado con la comida de Lena, podría envenenarte... Es malísima cocinando según qué cosas. Nunca comas pollo. Suele dejarlo crudo.
-Lena: ¿Tú no te ibas?
-Lex: Ya me voy... - miró a Kara, sonriéndola – Y tiene muy mal genio...
-Lena: ¡Lárgate ya! – dije, tirándole un cojín.
-Lex: ¿Lo ves...? – dijo marchándose.
-Kara: ¿Qué ha pasado? – preguntó, sin dejar de mirarme, seria.
Le conté lo ocurrido. Kara me miraba, en silencio, cogiendo mi mano. Medio sonreí al ver su expresión. Ella estaba hecha polvo, pero intentaba animarme a mí.
-Lena: ... Toda mi vida ha sido una mentira...
-Kara: ¿Qué vas a hacer?
-Lena: No lo sé...
-Kara: Búscala.
-Lena: ¿Qué?
-Kara: Búscala. Es tu madre. Debió tener alguna razón para hacer lo que hizo. Búscala y pídele que te dé una explicación.
-Lena: No sé si...
-Kara: Si yo me enterase ahora de que mi madre sigue viva... Movería cielo y tierra por encontrarla, Lena. Querría saber por qué hizo lo que hizo, por qué permitió que su hija pensara que estaba muerta durante tantos años.
-Lena: No sé si estoy preparada para esto.
-Kara: Iré contigo.
-Lena: ¿Qué?
-Kara: Digo que iré contigo, te acompañaré. Tú me estás ayudando mucho, Lena. Ahora yo quiero ayudarte a ti. Además, puede que... pasar un tiempo lejos de aquí me ayude.
-Lena: Kara...
-Kara: Bueno, suponiendo que quieras que te acompañe, claro. Tengo algo de dinero ahorrado y...
-Lena: Eso no será un problema.
-Kara: Ya, bueno... A lo mejor sólo puedo acompañarte durante una o dos semanas, pero si te sirve, pues...
-Lena: Me irá bien tener una amiga a mi lado... - dije sonriéndola. – Bueno, tenemos un viaje que preparar...
KARA
20 de julio de 2019
Llevábamos algo más de una semana preparando el viaje a Irlanda. Nos íbamos dentro de dos días. Empezaríamos la búsqueda por Dublín. Ya teníamos los billetes y las maletas casi preparadas.
Lena estaba nerviosa. Llevaba nerviosa desde que su hermano le contó lo de su madre. Había decidido no decirles a Lionel y a Lillian que sabía lo de su madre hasta que no diese con ella. Quería estar cien por cien segura de que su madre seguía viva antes de enfrentarse a su familia.
Por mi parte, entre las sesiones con el doctor Kent y ayudar a Lena a preparar su viaje, lo cierto era que me ayudaba a estar distraída y no pensar en todo por lo que estaba pasando. Además, la compañía y las bromas de Alex, Winn, Sam y Nia estaban siendo de gran ayuda.
-Kara: No encuentro el pasaporte...
-Lena: Está guardado con el mío.
-Kara: ¿Seguro? ¿dónde?
-Lena: En ese cajón de ahí... ¿Qué pasa, no te fías? – preguntó riéndose mientras yo iba corriendo a mirarlo. – Pareces tú más nerviosa que yo.
-Kara: No voy a mentirte, Lena. Pero la idea de alejarme de este lugar por un tiempo, me parece la mejor decisión de toda mi vida. Estoy deseando dejar todo esto atrás y...
-Lena: ¿No echarás de menos a tu hermana y a tus amigos?
-Kara: Muchísimo. Va a ser muy difícil. Pero sé que este viaje me vendrá bien. Necesito hacer esto.
-Lena: Tómatelo con calma, ¿vale? – dijo acercándose y cogiendo mis manos, acariciándolas con sus pulgares. Me gustaba que hiciera eso, era muy relajante.- Sé que quieres estar bien. Pero esto lleva su tiempo. No quieras correr tanto. Nosotros vamos a seguir a tu lado y da igual que tardes dos meses o dos años más. Pero tienes que hacerlo por ti, Kara, no por nosotros. Sabemos que no te gusta que te veamos mal, que intentas aparentar que estar mejor. Pero no lo hagas. Llora si quieres, llorar; Grita si quieres gritar; Golpea algo si es lo que necesitas. Pero no te guardes nada, no por nosotros. Vamos a entenderte Kara, no te vamos a regañar, ni te vamos a juzgar.
-Kara: Pero estoy mejor, de verdad...
-Lena: ¿Crees que soy idiota? ¿Acaso crees que no te oigo llorar por las noches, o cuando estás en la ducha? No, el agua no es suficiente para no escucharte. ¿Crees que no veo tus ojeras algunas mañanas?
-Kara: Me escuchas... - dije mirándola. Pensaba que si lloraba en la ducha, Lena no se daría cuenta, y siempre tendría la excusa del champú en los ojos. Al parecer, taparme la cara con la almohada por las noches tampoco servía de nada.
-Lena: Y me quedo junto a la puerta por si me necesitas. Toda la noche. Muchas veces quiero entrar en el cuarto, o en el baño y abrazarte. Pero no lo hago porque no quiero que te sientas controlada o presionada.
-Kara: No me siento así... Aquí me siento segura, Lena.
-Lena: Yo también creo que este viaje te hará bien, Kara. No has salido de casa desde que... Bueno, en semanas. No has pisado la calle. Y te entiendo. Tienes miedo a que salgan de la cárcel y cruzarte con alguno de ellos.
-Kara: Sí...
-Lena: No volverán a tocarte... - dijo, poniendo su mano sobre mi mejilla. – No mientras yo pueda impedirlo.
Iba a decir algo más, cuando sonó el timbre y Lena fue a abrir.
-Alex: Hola.
-Lena: Alex... ¿Ocurre algo? – dijo, dejándola pasar.
-Kara: ¿Alex? ¿Qué pasa, por qué tienes esa cara? Por favor, dime que no te has peleado con Sam. Necesito saber que al menos las cosas entre vosotras van bien.
-Alex: Tranquila, Sam y yo estamos perfectamente.
-Kara: ¿Entonces? ¿Por qué estás tan... enfadada?
-Alex: ¿Que por qué? Esta mañana fui a casa para hablar con mamá. Quería saber por qué no te ha llamado para preocuparse por ti durante estas semanas. Mamá siempre te ha querido muchísimo, y me parece increíble que no se haya puesto en contacto contigo ni una sola vez desde...
-Kara: ¿Desde que su marido me violó? Puedes decirlo, va siendo hora de que lo afronte.
-Alex: Sí, bueno... El caso es que... Entré en casa y me dijo cosas horribles.
-Kara: ¿Qué decía?
-Alex: Bueno, resumiendo... Maxwell le ha puesto en nuestra contra. Estaba diciendo que nunca le hemos soportado y que todo esto era una mentira nuestra para destruir su matrimonio. Que tú habías estado tonteando con Mike hasta hacer que se enamorase de ti y que te acostaste con él para inventarte la excusa de que te había violado. Y que yo te estaba ayudando con tu plan.
-Kara: ¡¿Qué?! Pero eso es mentira. ¿Mike? No, qué asco, ese chico es insoportable. Yo no le habría tocado ni con un palo.
-Alex: Lo sé, pero Maxwell le debe estar metiendo ideas raras en la cabeza a mamá. Incluso, al parecer, le dijo que Mike quería casarse contigo y tú le dijiste que no porque no estaba a tu altura. Que tú merecías alguien mejor, alguien con dinero y...
-Kara: ¡¿Y Eliza se creyó todo eso?! – dije, sentándome – Esto es...
-Lena: Ese hombre no le está haciendo ningún bien a vuestra familia.
-Alex: No. Pero pienso hacer todo lo posible por hacer entrar a mi madre en razón. Maxwell se la tiene jurada a Kara, así que no haré nada hasta que os hayáis marchado.
-Kara: Ten mucho cuidado, Alex, no quiero que te haga daño...
-Alex: No me lo hará, tranquila.
-Kara: Eliza me ha cuidado y me ha tratado como una hija durante quince años, no entiendo cómo ahora es tan... -dije, empezando a llorar.
Lena se sentó a mi lado y me abrazó, tratando de tranquilizarme.
-Alex: Yo tampoco lo entiendo. Siempre ha sido mucho más protectora contigo que conmigo. Que aceptase tan pronto que te fueras a vivir con Nia, me resultó extraño. Pero que crea a Maxwell antes que a nosotras... No sé. – dijo, agachándose frente a mí y cogiendo mis manos – Averiguaré qué pasa... -se levantó de nuevo – El que te vayas ahora de viaje, puede ser de gran ayuda. Si sale, Maxwell no podrá hacerte nada si no sabe dónde estás. – Miró a Lena – Más te vale cuidar bien de ella, ¿me oyes?
-Kara: Alex, puedes confiar en Lena. Estas semanas con ella han sido de mucha ayuda. Ella... Siempre está ahí cuando la necesito, no me ha dejado sola ni un minuto. Si ha tenido que salir, siempre se ha asegurado de que había alguien conmigo. Winn, Nia, Sam... Todos me estáis ayudando mucho, pero Lena y tú ahora mismo sois mi mayor apoyo. Sois las únicas en las que confío al cien por cien.
-Lena: ¿En serio? – dijo, con una gran sonrisa.
-Kara: Sí.
-Alex: Bien...
22 de Julio de 2019
LENA
Estábamos en el aeropuerto. Kara se despedía de Winn, Nia, Alex y Sam. Yo le había dicho a mi familia que iba a pasar una temporada fuera, con Kara, para ver si eso la ayudaba.
Miraba a Kara, abrazando a sus amigos y a su hermana. Cada día estaba más enamorada de ella. Esa sonrisa, esos ojos azules, esa fuerza que sacaba hasta de debajo de las piedras... Pero no quería decirle nada, no quería asustarla. Y con todo lo que estaba pasando ahora, quizás no fuese el mejor momento.
La noche que pasamos juntas se quedó grabada en mi mente y en mi piel. Y sus labios... Sólo recordar sus labios sobre los míos hacía que mi miembro se pusiera en pie de guerra. Tenía que hacer un gran esfuerzo cada vez que estaba junto a ella para que no notase cómo me excitaba. Más de una vez, mientras veíamos una película en el sofá, tuve que cubrirme con un cojín cuando Kara sin querer rozaba mi mano para coger palomitas. O cuando se movía para acomodarse un poco y me rozaba en la entrepierna.
Kara era capaz de hacer que mi corazón latiese a mil por hora con una simple mirada, o una rápida sonrisa, y de que se parase de golpe cuando la escuchaba llorar. Y digo escuchaba, porque solía hacerlo a escondidas. En la ducha, aprovechando el sonido del agua cayendo. O en su cama, tapándose la cara con la almohada. Pero no era suficiente. En cualquiera de esas situaciones, me quedaba siempre junto a la puerta, escuchando. Deseando entrar, abrazarla y decirle que todo iba a estar bien. Que yo cuidaría de ella durante toda mi vida si me dejara. Que yo me encargaría de que nada ni nadie volviera a hacerle daño nunca más.
-Alex: Cuida de ella, Lena... - dijo, sacándome de mis pensamientos y devolviéndome a la realidad –No dejes que se hunda, por favor...
-Lena: No te preocupes. Me encargaré de que esté lo mejor posible y que esté feliz.
-Alex: Cualquier cosa, me llamas. Iré donde sea si Kara me necesita. O si necesitas ayuda con ella.
-Lena: Te mantendré informada a diario, no te preocupes.
-Alex: Gracias...
Kara se acercó a nosotras.
-Kara: Espero que no me estéis poniendo verde...
-Alex: Sólo un poquito... - dijo riéndose. Kara la abrazó con fuerza, casi llorando.
-Kara: Ten cuidado con Maxwell. Y cuida de Eliza, ¿Vale? Estoy segura de que algo no está bien...
-Alex: Lo haré...
-Kara: Voy a echarte de menos...
-Alex: Llámame, por favor...
-Kara: Sí...
Winn, Nia y Sam se acercaron a abrazarla y Kara me hizo un gesto para que me uniese al abrazo, algo que me gustó.
-Lena: Tenemos que irnos... - dije cuando escuché el aviso para nuestro vuelo poco después
-Kara: Sí... - dijo secándose las lágrimas.
Poco después, ya estábamos en el avión, listas para despegar. Kara miraba por la ventanilla, distraída.
-Lena: ¿Estás bien?
-Kara: Sí... Creo que sí.
-Lena: ¿Segura?
-Kara: Nunca he subido a un avión.
-Lena: ¿Te da miedo volar?
-Kara: No lo sé...
-Lena: Quizás sería mejor que durmieras un poco. Son casi once horas de vuelo.
-Kara: ¿Tanto?
-Lena: Sí. – dije riéndome.
-Kara: Ahora no tengo sueño...
-Lena: Está bien...
Cuando el avión despegó, miré a Kara. Estaba tensa, agarrada con fuerza al asiento. Cogí su mano y la sonreí y ella pareció relajarse un poco, mirando después por la ventanilla. Empecé a hablar con ella para distraerla. Hablamos de nuestros estudios, qué nos gustaría hacer en el futuro, dónde nos gustaría trabajar...
Tres horas después, Kara se había quedado dormida, con la cabeza apoyada en mi hombro. Pedí una almohada para que estuviera más cómoda y tumbé un poco su asiento, tras asegurarme de que no había nadie detrás. La tapé con una manta que también había pedido y la dejé descansar, mientras yo sacaba un libro y me ponía a leer.
Un par de horas después, Kara se despertó sobresaltada, agarrándose a mí con fuerza.
-Lena: Tranquila, sólo son una pequeñas turbulencias. Pasarán enseguida.
-Kara: Lo siento, me asusté...
-Lena: No te preocupes.
-Kara: ¿Cuánto falta?
-Lena: Bastante. – dije sonriéndola.
-Kara: ¿Qué lees? – preguntó, mirando el libro que tenía en la mano - ¿Curiosidades de Irlanda?
-Lena: Bueno, no todo va a ser buscar. Ya que estamos allí, podemos hacer un poco de turismo, ¿no te parece?
-Kara: Sí... Es buena idea.
-Lena: ¿Qué pasa? – pregunté al ver su cara.
-Kara: bueno, no creo que pueda quedarme más de dos semanas, Lena. No tengo ahorrado tanto como para pasar meses aquí.
-Lena: No te preocupes por eso...
-Kara: ¿Por qué...? – preguntó mirándome – No. No vas a pagarme este viaje.
-Lena: ¿Por qué no? Tómalo como una muestra de agradecimiento por acompañarme.
-Kara: ¡Será mucho dinero!
-Lena: ¿Y qué? Eso no es problema, Kara.
-Kara: No... Además, en cuanto vuelva a National City recogeré mis cosas y volveré a casa de Nia. Ya he abusado demasiado de ti y...
-Lena: No hace falta que hagas nada de eso, Kara. Me gusta tenerte en casa, al menos no me siento tan sola.
-Kara: ¿En serio? Pero si lo único que he hecho ha sido ser una carga y una molestia para ti.
-Lena: Vuelve a decir eso y te tiro del avión. Sin paracaídas...
-Kara: ¿No serás capaz?
-Lena: Ponme a prueba...
-Kara: Al menos deja que te invite a comer mañana...
-Lena: Está bien, si eso te hace sentir mejor, acepto tu invitación a comer.
-Kara: Gracias... - dijo sonriéndome.
-Lena: Kara, ya puedes soltarme.
-Kara: ¿Qué?
-Lena: Ya puedes soltarme la mano. Las turbulencias acabaron hace un rato, y necesito ir al baño...
-Kara: Perdón... - dijo retirándola rápidamente.
-Lena: Cuando vuelva puedes volver a cogerla si eso te ayuda...
-Kara: Yo... - dijo sonrojándose. Me levanté y fui al baño. Al volver, vi a Kara pidiendo algo de beber – Tengo mucha sed...
-Lena: Imagino...
Cuando trajeron lo que Kara había pedido, estuvimos hablando un rato más hasta que volvió a quedarse dormida.
Habían pasado casi cinco semanas desde que Maxwell y su hijo la habían violado. Por mucho que Kara quisiera disimularlo, yo sabía que no estaba bien. Notaba sus temblores de vez en cuando si alguien la rozaba sin querer, hacía un movimiento brusco cerca de ella o intentaba tocarla. Sus ojos seguían tristes y las pesadillas seguían apareciendo por las noches, aunque con menos frecuencia.
Acaricié su rostro con cuidado de no despertarla y la observé dormir durante el resto del viaje.
Cuando llegamos a la habitación del hotel, cerca de la medianoche, hora Irlandesa, Kara dejó la mochila que llevaba y miró a su alrededor.
-Kara: Esto es enorme, parece una casa más que una habitación. Mira, tiene su salón, baño y... - dijo, mientras lo recorría – Espera... Lena, sólo hay una cama.
-Lena: ¿Qué...? - pregunté mientras daba una pequeña propina al chico que nos subió las maletas.
-Chico: Gracias, que disfruten su luna de miel...
-Kara: ¿Nuestra qué...? – preguntó mientras yo cerraba la puerta.
-Lena: Al parecer, esta es la suite nupcial. Era la única que quedaba libre. Hay no sé qué convención o algo así y los hoteles están a rebosar. El chico debió pensar que estamos casadas o algo de eso.
-Kara: Ah... Bueno, ya que pagas tú, la cama es tuya. Yo dormiré en ese sofá, parece cómodo.
-Lena: No digas tonterías. Esa cama parece lo bastante grande para las dos.
-Kara: Pero...
-Lena: ¿Qué? Oye, te recuerdo que me he quedado dormida contigo más de una noche, abrazándote. Esto no es tan diferente.
-Kara: Pero estamos en... Pensarán que...
-Lena: Que piensen lo que quieran.
-Kara: Está bien – dijo suspirando – Pero antes me daré una ducha si no te importa.
-Lena: Claro... ¿Quieres comer algo?
-Kara: Vale... - dijo entrando en el baño.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro