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5-ENGAÑO

22 de Junio de 2019

KARA

El sonido del teléfono me despertó. Miré la hora. Las cuatro y media de la mañana. Lena dormía a mi lado, abrazándome. Cogí el móvil, contestando.

-Kara: ¿Sí...? ¿Qué quieres...? ¿Qué... Qué le pasa? Voy enseguida... - dije, colgando y apartando el brazo de Lena que me rodeaba.

-Lena: ¿Kara...? ¿Qué pasa? – preguntó, mirándome.

-Kara: Tengo que ir a casa. Eliza está enferma.

-Lena: ¿Qué...?

-Kara: Eliza está enferma. Tengo que irme, Lena.

-Lena: Espera. Voy contigo.

-Kara: No. No hace falta.

-Lena: No quiero que estés sola con ese hombre, Kara.

-Kara: Estaré con Eliza... Además, no quiero que pueda hacerte daño a ti.-dije, mientras me vestía.

-Lena: ¿A mí?

-Kara: Estaré una hora y luego iré a casa de Nia, te llamaré cuando llegue. ¿vale?

-Lena: Pero...

-Kara: Estaré más tranquila si no estás cerca de él, Lena. No me gustó nada cómo te miró el otro día y... No vengas – dije, acariciando su rostro. Terminé de ponerme la camiseta y salí pitando. Pedí un taxi y esperé. Cuando llegué a casa de Eliza y entré, todo estaba a oscuras. Subí corriendo las escaleras hacia el cuarto de Eliza y encendí la luz. No había nadie. - ¿Pero qué...?

-Maxwell: Hola Kara... - dijo, apareciendo detrás de mí.

-Kara: ¿Y Eliza?

-Maxwell: Tuvo que salir por un asunto de trabajo. No volverá hasta mañana. Pero ahora, tú y yo vamos a divertirnos un poco.

-Kara: ¿Qué...? ¡No! – grité empujándole y bajando rápidamente las escaleras, hacia la puerta de entrada.

Cuando llegué abajo vi a Mike, el hijo de Maxwell cerrando con llave y se volvió hacia mí.

-Mike: No vas a ninguna parte...

-Kara: ¿Qué...? –dije, sacando el teléfono para llamar a la policía. Maxwell apareció detrás de mí y me lo quitó, tirándolo contra la pared y haciéndolo pedazos.- ¡no te acerques!

-Maxwell: ¿A qué esperas, Mike? Coge lo que es tuyo.

-Kara: ¡No te acerques, no! – grité, cuando me agarró con fuerza. Empecé a patalear, intentando golpearle.

-Mike: Estate quieta, Kara...

-Kara: ¡Suéltame! – dije, mordiéndole.

-Mike: ¡¿Serás zorra?! – gritó, soltándome. Eché a correr, intentando buscar una forma de salir, pero Maxwell me puso la zancadilla, haciéndome caer.

-Maxwell: Será más fácil si colaboras. Tu futuro marido quiere probar la mercancía antes...

-Kara: Maxwell, por favor... ¡Soco..! – intenté gritar, pero Maxwell me tapó la boca y me golpeó, dejándome inconsciente.

Cuando desperté, estaba en mi cuarto, tenía las manos atadas al cabecero de la cama y un buen dolor de cabeza. Notaba algo escurriendo por ella, posiblemente sangre. De pronto sentí un profundo dolor. En ese momento, me di cuenta de que Mike estaba sobre mí, violándome, moviéndose con fuerza y embistiendo una y otra vez. Traté de gritar, pero no pude. Me habían tapado la boca.

-Mike: Por fin despiertas, cariño.... Mejor, será más divertido así.

-Kara: ¡Humppfff! – dije, revolviéndome.

-Maxwell: Tranquila, no seas impaciente. Acaba de empezar. Dale tiempo...

Empecé a llorar y a tirar de las cuerdas, intentando soltarme. Pero lo único que conseguía era hacerme daño. Sentí que Mike embestía con más fuerza y se derramaba en mi interior. Mierda, no estaba usando protección. No...

Mike salió de mi interior y sonrió.

-Mike: Ha sido perfecto, cariño...

-Maxwell: Otra vez.

-Mike: ¿Otra vez?

-Maxwell: Si la dejas embarazada, Eliza aceptará que te cases con ella sin demasiados problemas. Así que hay que asegurarse. Otra vez.

Les miré, horrorizada. Otra vez no, por favor. ¿Cómo que dejarme embarazada? No podía permitirlo. Intenté cerrar las piernas, pero Maxwell me golpeó, partiéndome el labio.

-Maxwell: Estate quietecita. Lo has estado haciendo muy bien hasta ahora. No me hagas dejarte inconsciente de nuevo. Quiero que lo disfrutes tanto como él...

Grité de nuevo cuando sentí a Mike entrar dentro de mí de nuevo. No hubo caricias, no hubo besos. Simplemente entró y empezó a embestir.

Intenté centrarme en recordar cómo había sido hacía tan sólo unas horas con Lena. Había sido tan diferente.... Quizás, así, no sentiría el dolor.

-Kara: ¡Huuuummmpppfff!! – me equivocaba. Sentí que algo se desgarraba dentro de mí. Un terrible dolor y luego, sangre. Empecé a llorar de nuevo, cada vez más asustada. Miré el reloj que había sobre la pared. Las seis de la mañana.

Cuando Mike volvió a correrse dentro de mí, por tercera vez, volví a mirar el reloj. Las siete. Me sentía agotada, dolorida. Sólo podía pensar en Lena. No la había llamado. Seguramente se había vuelto a dormir y no se imaginaba lo que ocurría. Pensaría que estaba en casa de Nia, durmiendo tranquilamente.

-Maxwell: Me toca... - dijo desabrochándose el pantalón.

¿Cómo que le toca? ¿Él también? ¡No! ¡No, por dios! Me revolví de nuevo y noté las cuerdas cortándome y quemándome las muñecas. Sentí a Maxwell entrar dentro de mí. Tampoco había usado protección. Empezó a embestir con fuerza. Le vi sonreír. Dijo algo, pero no le entendí. Mi vista empezó a nublarse y me desmayé.

LENA

Me desperté sobresaltada y miré el reloj. Las seis y media de la mañana. No había escuchado la llamada de Kara. Miré mi móvil. Nada, no había llamado. Busqué su número en la marcación rápida y esperé. No contestaba. ¿Acaso su madre estaba peor, o....? Me levanté, me lavé rápidamente y me vestí. Volví a llamarla. Nada, ni siquiera daba señal. Esto no me gustaba. Pensé llamar a Nia, pero recordé que no tenía su número. Cogí mi móvil, algo de dinero, las llaves del coche, las de casa y salí. Me subí en el coche y conduje hasta casa de Nia, llamando con insistencia al timbre. Miré el reloj. Las siete de la mañana.

-Nia: Lena... - dijo, mirándome.

-Lena: ¿Está aquí Kara? – pregunté, entrando - ¡KARA!

-Nia: No... ¿no estaba contigo? ¿Qué ha pasado, os habéis peleado?

-Lena: No...

-Winn: ¿Qué pasa? – dijo, saliendo en calzoncillos.

-Lena: No sé dónde está Kara. El desgraciado de Maxwell la llamó para decirle que Eliza estaba enferma y...

-Winn: Espera... ¿desgraciado? Te lo ha contado... Kara te ha contado lo que le hizo.

-Lena: Sí, después de que yo le hiciera el amor y ella me apartase aterrada. Yo no sabía...

-Winn: ¿Os habéis acostado? Mira Kara, qué lista...

-Nia: Winn, esto es serio. Lena, ¿qué le dijo Maxwell?

-Lena: No lo sé. Kara dijo que iría a verla durante una hora y que luego vendría aquí. Que me llamaría cuando llegara.

-Nia: ¿Y no te ha llamado?

-Lena: No. Y la he llamado varias veces de camino aquí y no me coge el teléfono. Ni siquiera da señal.

Vi que Nia iba a su cuarto y volvía con su teléfono

-Nia: No lo coge.... Winn, vístete. Llama a Alex y dile que vaya a casa de Eliza. Dame dos minutos que me vista, Lena.

-Lena: Daos prisa, por dios, tengo un mal presentimiento.

Cuando llegamos, eran casi las siete y media de la mañana. La casa de Eliza no estaba muy lejos de la de Nia. Apenas cinco minutos en coche. Intentamos abrir la puerta, pero estaba cerrada con llave. Winn empezó a darle patadas, sin mucho éxito. Empezamos a llamar al timbre para ver si así asustábamos a Maxwell.

De pronto, escuchamos el sonido de unos cristales rotos . Winn había roto una ventana con una piedra y estaba terminando de retirar los cristales.

-Winn: Por aquí. – dijo entrando y subiendo primero. Nia fue tras él y, cuando yo iba a entrar, Alex apareció.

-Alex: Lena, ¿Qué haces?

-Lena: Alex... Date prisa, creo que Kara está en peligro.

-Alex: ¿Kara? – dijo entrando detrás de mí. Winn y Nia nos ayudaron y los cuatro subimos rápidamente las escaleras. Al llegar al cuarto de Kara, nos quedamos helados con lo que estábamos viendo.

Kara estaba atada al cabecero de la cama, con las muñecas ensangrentadas, un corte en la cabeza, el labio partido... Estaba llena de golpes. Y lo peor de todo, estaba inconsciente. Maxwell estaba sobre ella, embistiéndola mientras se reía como un loco y un chico a su lado, les miraba tranquilamente, sentado en una silla.

-Lena: ¡Maldito cabrón, apártate de ella! – grité, intentando apartar a Maxwell de Kara. Pero era imposible.

-Alex: ¡Déjala! – dijo, golpeando a Maxwell con una lámpara.

Furioso, Maxwell se apartó de Kara y le dio un puñetazo a Alex. Winn se metió en medio, intentando protegerla.

-Winn: ¡Nia, llama a la policía. Y pide una ambulancia!

Nia sacó su móvil y marcó. Vi que el otro chico más joven, intentaba escapar.

-Lena: ¿Dónde te crees que vas? – dije furiosa, dándole un derechazo con toda mi alma, haciéndole caer hacia atrás, cuando se levantó, le di una patada en sus partes, haciendo que cayese de nuevo al suelo, retorciéndose. – Uno fuera de combate, falta otro...

Vi que Winn y Alex intentaban sujetar a Maxwell, pero ese desgraciado tenía demasiada fuerza. Buqué algo con lo que golpearle, pero no encontré nada. Miré hacia el escritorio y saqué el cajón, rompiéndolo sobre la cabeza de Maxwell, que se giró hacia mí, furioso y algo atontado. Como acto reflejo, le di otro derechazo, haciéndole caer, mientras Alex le golpeaba en sus partes y Winn le sujetaba de los brazos.

-Winn: Vale, ya está... Nia, la policía.

-Nia: Están de camino. También la ambulancia... - dijo llorando.

-Lena: Kara... - dije corriendo hacia la cama. Le desaté las muñecas y vi que Alex intentaba despertarla.

-Alex: Kara... Vamos, despierta... - dijo, llorando al ver el estado en el que estaba su hermana- Kara, por favor... - dijo, tomando su pulso.

-Lena: Alex...

-Alex: Está viva.... Kara, vamos.... Eh, despierta, por favor...

-Kara: Alex... -susurró, intentando abrir los ojos.

-Alex: Tranquila... Estamos contigo.

-Lena: Kara...

En ese momento, varios policías y médicos entraron en el cuarto. Los policías detuvieron a Maxwell y el otro chico, que resultó ser su hijo. Los médicos examinaban a Kara mientras Nia, Winn, Alex y yo mirábamos, aguantando las lágrimas. Kara despertaba y se desmayaba continuamente. Finalmente, la subieron a la camilla para llevarla al hospital. Mientras, los policías, nos habían ido preguntando qué había pasado.

Cuando nos íbamos, vimos a Eliza entrar en la casa, confusa.

-Eliza: ¡Kara! – gritó al verla - ¿Qué ha pasado?

-Alex: Tu marido y su hijo. – dijo, con rabia- La han violado y casi la matan a golpes.

-Eliza: ¿Qué...? Eso es imposible... Maxwell ... - dijo, al ver cómo le sacaban esposado, igual que a Mike.

-Maxwell: Eso no es cierto, cielo. Mike y Kara llevan un tiempo juntos. Se han acostado, pero tu hija se ha arrepentido y ha empezado a insultarle. Estaba descontrolada. Sólo intentábamos calmarla.

-Mike: Eliza... Yo quiero a Kara, de verdad, pero se ha vuelto loca.

-Alex: ¡¿Seréis mentirosos?! ¡Maldito par de hijos de...!

-Policía: Cálmese o usted también se vendrá a comisaría.

-Lena: Alex, vamos...

Alex se acercó a Eliza.

-Alex: ¿Le crees a él antes que a tus propias hijas? ¿Has visto a Kara, la has visto bien...? Apenas puede mantenerse consciente.

-Eliza: Maxwell no...

-Alex: Decide mamá. Vienes al hospital con Kara, o te vas con él.

-Eliza: Alex...

-Alex: Bien. No aparezcas por allí... - dijo saliendo. Alex subió con Kara en la ambulancia y Nia, Winn y yo les seguimos en el coche.

25 de Junio de 2019

KARA

Abrí los ojos y miré a mi alrededor. Me dolía todo el cuerpo. Pude distinguir a dos personas conmigo. Una estaba de pie mirando por la ventana. La otra, estaba sentada a mi lado en una postura algo extraña. Noté que la persona sentada a mi lado tenía mi mano cogida. La moví, intentando soltarme con cuidado. La persona se movió.

-Lena: Kara... - dijo -¡Alex, está despierta!

-Alex: Kara... - dijo acercándose.

Reconocí esas voces. Lena y Alex. Volví a mirar a mi alrededor, asustada, no sabía dónde estaba. Me revolví.

-Alex: Kara, tranquila, estás en el hospital. Estás a salvo, tranquila... - dijo cogiendo mi mano. Me solté rápidamente. Vi un gesto de dolor en la cara de mi hermana – Kara...

-Lena: Dijeron que eso podía pasar Alex, dale tiempo. Acaba de despertar, seguramente aún esté confusa. Kara... ¿Puedes oírnos? ¿Nos conoces?

Asentí, mirándolas.

-Alex: Vale... ¿Quieres un poco de agua?

Asentí de nuevo, tenía la garganta seca.

Alex me acercó un vaso con agua y una pajita. Puso la pajita sobre mis labios y bebí.

-Lena: Iré a buscar al médico.

-Alex: Avisa a los demás, por favor. Kara, mírame... Soy yo, Alex. No voy a hacerte daño, ¿vale? ¿Puedo tocarte...? Dame la mano... - dijo, cogiéndola de nuevo, con cuidado – Eso es... Tranquila.

-Kara: Alex... - dije llorando.

-Alex: Ya está... - dijo abrazándome y llorando también – Estás bien, ¿vale?

-Kara: No lo estoy...-dije. Mi voz era ronca y débil.

-Alex: Pero lo estarás, ya lo verás...

-Lena: Nosotras vamos a ayudarte... - dijo acercándose tras entrar de nuevo y cogiendo mi otra mano con cuidado. Intenté apartarla, pero Lena la sujetó algo más fuerte – No. No vamos a hacerte daño, Kara. No nos apartes...

El médico llegó poco después. Un hombre alto, moreno, con gafas..

-Médico: Hola Kara, soy Clark. Voy a ser tu médico. Tu psicólogo para ser exactos.

-Kara: No lo necesito...

-Alex: Kara...

-Clark: Tranquila, es normal... - dijo sonriendo – pronto se acostumbrará a hablar conmigo. La doctora Lewis vendrá a verte ahora y hacerte varias pruebas.

Aparté la mirada, mirando hacia la ventana.

-Alex: Oye, Kara...

-Clark: No pasa nada, vendré más tarde. – dijo saliendo.

-Alex: Claro... - dijo mirándome.

Una mujer rubia entró poco después.

-Doctora: Hola Kara, soy la doctora Diane Lewis. ¿Cómo estás? ¿Te duele algo? – preguntó, mirándome - ¿La cabeza...? -Acercó una luz a mis ojos, haciendo que apartase la vista rápidamente – Lo siento... Llevas tres días a base de sedantes... Quiero asegurarme de que todo está bien... ¿No quieres hablar conmigo? – dijo, tocando mi muñeca. Me aparté, como si quemase – Sólo quiero ver tu pulso... ¿No?

-Alex: Yo lo haré... Kara, dame la mano – dijo, cogiendo mi mano de nuevo con cuidado

-Diane: No es necesario. Tiene un medidor en el dedo. Sólo quería ver su reacción. – dijo. – Necesito quedarme sola con ella unos minutos.

-Kara: ¡NO!- Grité, agarrando con fuerza las manos de Alex y Lena. –Alex, por favor... Lena...

-Lena: Tranquila, Kara... - dijo acariciando mi pelo.

-Diane: Está bien... Pueden quedarse. Pero tienes que soltarlas Kara, tengo que examinarte.

-Lena: Vamos a estar aquí contigo, ¿vale? – dijo sonriéndome – Venga, suéltanos, cielo....

-Diane: Sólo serán diez minutos. Luego podrás volver a coger de la mano a tu novia.

-Kara: No es mi novia...

-Diane: Perdón... - dijo mirándome y luego a Lena- Pues es una pena, hacéis buena pareja.

Solté a Lena y a Alex, que se mantuvieron cerca mientras la doctora Lewis me examinaba. Iba apuntando cosas de vez en cuando en la carpeta que llevaba.

-Lena: ¿Todo bien?

-Diane: Eso parece... La hinchazón del ojo está bajando, el corte de la frente no ha provocado daños. Ahora viene lo difícil. Tengo que mirar su vagina – dijo – Si no colabora, tendré que sedarla. Y no me gustaría. Ahora que está despierta, no me gustaría tener que meterle más sedantes en el cuerpo.

La vi cerrar la puerta con el seguro y me tensé. ¿Qué iba a hacer?

-Kara: Alex... - dije asustada.

-Alex: Tranquila, Kara...

La doctora apartó la sábana que me cubría y levantó mi camisón. Cerré las piernas rápidamente, sintiendo dolor.

-Diane: No hagas eso, te harás daño. Tuvieron que darte puntos. Déjame ver, Kara.

-Kara: No...

-Diane: No te haré daño, te lo prometo. Apenas notarás que...

-Kara: ¡No!

-Alex: Kara, eh, vamos... Estamos contigo. No dejaremos que te haga daño, ¿vale?

Lena se medio sentó en la cama, pasando un brazo por detrás de mi cuello y dejando su mano sobre mi brazo, mientras con la otra acariciaba mi rostro.

-Lena: Mírame a mí... ¿Te fías de mí?

Asentí, mirando sus ojos.

-Kara: Sí...

-Lena: Entonces mírame a mí. Vamos, deja que la doctora te vea...

-Kara: No... - lloré.

-Lena: Por favor... Kara, hazlo por mí. Debí haberte acompañado, me siento muy culpable por no haberlo hecho.

-Kara: No es tu culpa...

-Lena: Me sentiré mejor si dejas que te vea para que confirme que estás bien.

-Kara: Está bien... -Dije, abriendo las piernas y cerrando los ojos. Sentí que Lena pegaba mi cara a su cuerpo y que Alex cogía mi mano. Otra vez.

-Diane: Bien, ya está... - dijo poco después.- Vamos a dejarte aquí unos cuantos días más para asegurarnos de que todo está bien. Si no hay ningún problema, dentro de tres o cuatro días podrás irte a casa.

-Alex: ¿Ya tienen los resultados de las pruebas?

-Diane: Sí. Por ahora, todos han sido negativos. Pero sería conveniente repetir algunas en un par de semanas. Sobre todo la de embarazo. Por si acaso.

-Alex: Bien...

-Diane: Vendré a verte en unas horas. Intenta descansar. – dijo saliendo.

-Kara: No quiero ir a casa...

-Alex: Irás a tu casa, con Nia.

-Kara: No. Allí podrá encontrarme.

-Lena: ¿Quién?

-Kara: Maxwell... o Mike. Saben dónde vive, pueden encontrarme... - dije, nerviosa.

-Alex: Puedes venir con Sam y conmigo si quieres. Por cierto, Sam vendrá a verte dentro de un rato... Winn y Nia también. Lena les ha avisado. ¿Quieres verlos?

-Kara: Sí... Pero no iré contigo y con Sam. No quiero molestar. Y allí también me encontrarán, Alex.

-Lena: Vendrás conmigo. – dijo, seria.

-Alex: ¿Qué?

-Lena: Vendrá conmigo. – dijo, mirándome – Maxwell no sabe dónde vivo, ¿cierto? No se lo has dicho. Allí no podrá encontrarte.

-Alex: Es una buena idea.

-Lena: Además, sigo sintiéndome culpable por no acompañarte. Lo menos que puedo hacer es intentar que al menos te sientas segura en algún sitio.

-Kara: Pero...

-Lena: No serás una molestia, ni una carga, ni nada parecido. Así que sácate esas cosas de la cabeza. Por cierto, mis padres te mandan recuerdos.

-Kara: Dales las gracias... - dije, mirando luego a Alex. - ¿Eliza...?

Alex se tensó.

-Alex: Prefirió creer a Maxwell y a Mike. Les soltarán en unas horas, a no ser que les denuncies, Kara.

-Kara: No. No quiero hacerlo.

-Alex: ¿Cómo que no...? ¡Podrían haberte matado!

-Kara: Pero no lo hicieron...

-Alex: ¡Kara, por dios!


-Lena: Alex, estamos en un hospital. Si sigues así te echarán.

-Alex: Tienes razón... - dijo, bajando la voz – Kara, por dios... Mira cómo estás por su culpa.

-Kara: No puedo...

-Alex: Por qué. Dame una razón, una sola. Que sea convincente. Y aceptaré tu decisión.

-Kara: No quiero que te haga lo mismo a ti...

-Alex: ¿A mí? ¿Te amenazó con eso, Kara, con hacerme lo mismo si lo contabas? Y no me mientas, Nia me lo ha contado todo. Nunca hubo ningún chico que te engañó con otra. Estabas así porque ese cerdo te... - dijo, apretando los puños.

-Kara: No sigas... - dije, sujetándola por la muñeca.

-Alex: No me harán nada, Kara.... – dijo mirándome, a punto de llorar. Cogió mi rostro entre sus manos con suavidad. Quise apartarme, pero ella me sujetó con firmeza, pero sin hacerme daño. – No te apartes, ¿me oyes? Mírame... No me harán daño.

-Lena: Alex tiene razón, Kara. Si no les denuncias se saldrán con la suya. Hay pruebas de sobra, por mucho que insistan en que... - dijo callándose tras una mirada de Alex.

-Kara: ¿En que qué? – pregunté.

-Alex: En nada...

-Kara: ¿En qué, Alex?

-Lena: Por lo visto, los dos han dicho que... Mike y tú llevabais un tiempo juntos. Que ese día os acostasteis y tú te arrepentiste y empezaste a gritarle como loca. Dicen que sólo trataban de calmarte.

-Kara: ¡Eso no es verdad!

-Alex: Lo sabemos. Y hay pruebas que lo demuestran. Pero ahora no pienses en eso. Sólo piensa en que tienes que denunciarles si quieres que sigan encerrados, Kara.

-Kara: Yo... – dije, mirándome. Por primera vez, desde que me había despertado, me miré. Tenía las muñecas vendadas, varios cables conectados por todo el cuerpo. Empezaba a sentir el dolor recorriéndome.

-Lena: Estaremos contigo si quieres. Winn y Nia también pueden estar si lo deseas. No estás sola, Kara.

-Kara: Está bien...

-Alex: ¿Sí, lo harás...?

-Kara: Sí...

-Alex: Bien. Llamaré al inspector que lleva el caso para avisarle. – dijo, saliendo de la habitación.

Me quedé a solas con Lena que me miraba en silencio. Aún no me había soltado desde que la doctora Lewis se había ido.

-Kara: No fue tu culpa... - dije.

-Lena: Debí insistir más en acompañarte.

-Kara: ¿Por qué haces esto?

-Lena: ¿Cómo?

-Kara: Hace muy poco que nos conocemos, ¿por qué eres tan buena conmigo?

-Lena: Porque te he cogido mucho cariño, Kara. Eres maravillosa. Eres divertida, dulce, cariñosa... Eres de esas personas que merecen la pena. No hay muchas así. Yo he tenido suerte de encontrarte. No pienso renunciar tan fácilmente a tu am... a tu amistad. Déjame estar a tu lado.

-Kara: Iré contigo...

-Lena: ¿Qué?

-Kara: A tu casa. Iré contigo.

-Lena: Bien... - dijo sonriéndome - ¿Por qué no intentas dormir un poco? Alex y yo seguiremos aquí cuando despiertes. Y con suerte, habrá más gente esperando para verte.

-Kara: Sí... - dije volviendo a acomodarme con ayuda de Lena y cerrando los ojos. La sentí besar mi frente y sentarse en el sillón que había junto a la cama.

Cuando volví a despertar, vi que además de Lena y Alex, Winn, Nia y Sam estaban en la habitación.

-Kara: Hola... - dije tratando de sonreírles.

-Winn: ¡Kara! – gritó, abrazándome.

-Kara: ¡Aparta! – grité, empujándole. Winn me miró, confuso.

-Alex: Kara... Tranquila, es Winn.

-Winn: ¿Qué pasa? ¿Hice algo malo?

-Alex: No. Sólo se ha asustado. Tranquilo, es normal.

-Nia: Es una reacción normal, Winn. No es por ti, ¿vale, cielo?

Winn me miraba, dolido.

-Kara: Lo siento, Winn...

-Winn: No pasa nada, lo entiendo...

-Lena: Dale un poco de tiempo.... Kara todavía lo está asimilando, Winn.

-Winn: Mejor espero fuera..

-Kara: ¡Winn! No, quédate... - dije, alargando mi mano hacia él, temblando. Era Winn, mi amigo, mi osito de peluche como me gustaba llamarle a veces para molestarle. – Por favor...

Winn alargó la mano hacia mí y, cuando nuestros dedos se rozaron, la aparté rápidamente, pero al ver su mirada volví a acercar mi mano a la suya y la sujeté, temblando aún.

-Winn: Esta es mi Kara... - dijo sonriéndome y soltándome – Pero no voy a tocarte si no estás preparada para eso. Aunque seguiré estando. No importa si debo quedarme a cinco metros de distancia, Kara. Seguiré aquí.

-Kara: Lo sé...

-Winn: Voy a comer algo, tengo hambre...

-Kara: Winn...

-Winn: En serio Kara, me muero de hambre. Creo que tengo un león o algo en el estómago porque esta manera de rugir no es normal... - dijo, señalando su estómago, justo cuando se escuchaba una especie de rugido. - ¿Ves? Tranquila, no es por ti. Lo entiendo, ¿vale?- Cogió mi mano y la besó rápidamente, sonriéndome y saliendo.

-Sam: Hola cuñada... - dijo.

-Kara: Hola... - dije mirando aún hacia la puerta. Me sentía mal por Winn. Sabía que él jamás me haría daño, pero su forma de abrazarme tan repentina, me recordó a Maxwell y me asusté. – Nia, ve con él, por favor. Dime si está bien...

-Nia: Lo está... Tranquila.

-Sam: Desde luego... Tú aquí, hecha un cromo y te preocupa si Winn está bien sólo porque te has asustado un poco. Eres demasiado buena... Deberías pedirle a tu hermana que te dé algunas clases de bordería. Es toda una maestra en el noble arte de dejarte planchado con una sola frase.

-Alex: ¡Oye!

-Sam: Oh, vamos, sabes que te quiero igualmente... - dijo besándola.

-Kara: Por favor, iros a un hotel...-dije, tratando de bromear.

-Alex: Tenemos nuestra casa. Y no vamos a irnos a ninguna parte, Kara, no mientras estés aquí.

-Sam: Exacto. Y por cierto, voy a encargarme personalmente de tu caso, Kara. Yo seré tu abogada. Deja que me ocupe de todo, ¿vale?

28 de junio de 2019

Eran casi las nueve de la noche y entraba en casa de Lena acompañada por ella, Alex y Sam.

Nia y Winn habían ido a casa de Nia a coger algo de ropa para poder llevármela a casa de Lena.

-Lena: ¿Estás bien, Kara? – preguntó.

Me sentía extraña, incómoda. En cuanto salimos del hospital choqué con un hombre y sentí un miedo terrible cuando me miró. Me pegué a Alex, asustada. Vine todo el camino en el coche abrazada a ella, en silencio.

-Kara: Sí... - susurré.

-Lena: Ven... Te diré dónde vas a dormir – dijo, cogiendo mi mano con suavidad. Di un salto con el contacto. Sabía que me querían, que no me harían daño, pero aún me asustaba que alguien me tocase. Lena me sonrió y la seguí hasta un cuarto con una cama, un armario y su propio baño. – Te quedarás aquí. El mío es el de al lado. Si necesitas algo, lo que sea, sólo tienes que llamarme, ¿vale?

Cuando volvimos al salón, Alex y Sam estaban mirando por la ventana.

-Alex: ¿Todo bien?

-Kara: Sí... - dije mirando el sofá.

-Lena: ¿Quieres sentarte? Kara, estás en tu casa. Vamos, siéntate.

Me senté, mirando al suelo, recordando.

************FLASHBACK************

Mientras Winn estaba en la cafetería, dos policías entraron en mi habitación y empezaron a preguntarme sobre lo ocurrido con Maxwell y Mike. Miré a Alex y a Lena, que asintieron, animándome a contarlo todo. Empecé a hablar con la mayor calma posible. Pero, según iba contando lo ocurrido, sentí que empezaba a llorar. Un llanto que no podía controlar.

Empezaba a ser consciente de lo atontada que me habían tenido los medicamentos y sedantes que me habían administrado y que ahora, al no recibirlos, mi cuerpo y mi mente volvían a sentir dolor. Un dolor terrible. Pero no sólo dolor. Asco, rabia, impotencia.

Winn volvió poco después y, al ver su cara al escucharme, fue cuando reparé en la de las demás. Alex, Lena, Nia.... Los cuatro lo vieron todo. Vieron lo que esos dos monstruos hicieron conmigo. Y no debió ser nada agradable.

Lo peor fue cuando empezaron a preguntarles a ellos y empezaron a contarles cosas que yo no recordaba. Cómo tuvieron que apartar a Maxwell de encima de mí, cómo tuvieron que reducirles. Alex tratando de despertarme...

En ese momento sentí tal rabia que enloquecí y empecé a revolverme, intentando arrancarme las vías de la medicación, tirando de las vendas de mis muñecas...

-Alex: ¡Kara, Kara, para! – gritó, sujetándome.

-Kara: ¡No, déjame, no quiero estar aquí!

-Lena: Kara, cálmate por favor, ¡Nia, avisa a un médico!

-Kara: ¡No! ¡Podrían haberos hecho daño, podrían...!

-Alex: Kara, estamos bien, tranquila.

-Sam: Kara, mírame...

Entre las tres intentaban sujetarme como podían. Los dos policías decidieron intervenir y consiguieron tumbarme de nuevo, aunque yo no dejaba de revolverme. Nia entró con la doctora Lewis, que rápidamente me inyectó algo en el brazo.

Lo siguiente que recuerdo fue despertarme sola en el cuarto, con el psicólogo que me había visitado horas antes. Intentó hablar conmigo. Pero yo no quería hablar con él. No quería hablar con nadie. Pero tuve que hacerlo, o no me dejarían irme a casa. Y yo quería irme de allí.

No hablábamos mucho. Yo me limitaba a decir sí, no, y poco más. Lo peor era tener que quedarme a solas con él. Sabía que Alex, Lena, Sam, Nia y Winn estaban al otro lado de la puerta, pero eso no me tranquilizaba. Para nada.

Cuando dijeron que podía irme a casa, sentí algo de alivio. Quizás, en otro sitio que no fuese un hospital, podría empezar a olvidar lo ocurrido.

********FIN FLASHBACK************

-Alex: Kara... Eh... - dijo cogiendo mis manos - ¿Tienes hambre, quieres que pidamos algo de cenar?

-Kara: No tengo hambre...

-Alex: Tienes que comer algo... Estos días en el hospital no te he obligado, porque esa comida era como comer plástico. Paro ahora esa excusa no te sirve, ¿me oyes?

-Sam: ¿Pedimos Pizza, cielo? – dijo, sonriéndome.

-Kara: Me da igual...

-Lena: ¿Quieres darte una ducha? Te sentará bien. Ven, te dejaré algo de ropa mientras Winn y Nia vienen con la tuya. Vamos. Alex, ¿me ayudas?

-Alex: Sí...

Fuimos al baño y me quedé de pie, mirándome en el espejo. Estaba horrible. Aún podía ver mi ojo hinchado, el pómulo, el labio partido...

-Lena: No, no mires...Eh... ¿Ducha o baño, qué prefieres? Kara....

-Alex: ¡Kara!

Di un salto, mirándolas.

-Kara: ¿Qué...?

-Lena: ¿Ducha o baño?

-Kara: Ducha...

-Lena: Vale... ¿La ayudas tú? Voy a buscar la ropa...

-Alex: Sí... Vale, vamos a quitarte esta ropa. – dijo mientras me quitaba la camiseta. Nia había llevado un pantalón y una camiseta para que pudiera vestirme y salir del hospital, ya que la que llevaba cuando todo ocurrió estaba hecha pedazos. – Vamos, entra... ¿Puedes sola o te ayudo?

-Kara: Sola...

-Alex: Bien. Te espero aquí...

Dejé que el agua me cayese encima y apoyé mi frente contra la pared. Luego me dejé caer y me quedé sentada, agarrándome las piernas con mis brazos. Estuve así varios minutos, hasta que sentí abrirse la puerta de la ducha detrás de mí.

-Alex: Ven aquí... - dijo abrazándome mientras yo lloraba de nuevo. Alex estaba vestida, y no parecía importarle en absoluto estar empapándose.

-Lena: Kara... - dijo cuando volvía con algo de ropa y nos vio – Es suficiente, vamos, vístete, antes de que cojas frío...

Entre ella y Alex me sacaron, me taparon con la toalla y me ayudaron a secarme. Lena le dio otra toalla a Alex para que se secase y me ayudaron a vestirme.

Cuando volvimos al salón, Winn y Nia ya estaban allí con una enorme maleta.

-Kara: Sólo serán unos días... - dije al verla.

-Lena: Los que hagan falta, no te preocupes por eso.

-Sam: Alex... ¿Qué ha pasado? – preguntó, al ver a Alex mojada. Alex se abrazó a ella, conteniendo las lágrimas. – He pedido Pizza. Tu favorita. Dos para ti sola... Y otras dos para nosotros.

-Kara: Gracias... - dije acurrucándome en el sofá.

-Nia: Te hemos traído tu ordenador y el libro que estabas leyendo – dijo, dejándolos frente a mí, en la mesa que había frente al sofá.

-Winn: Y esto... - dijo sacando un oso de peluche que había escondido a su espalda. – El pobre no hacía más que mirarme a través del escaparate y decirme "llévame con Kara..." – dijo, con voz de niño y dejándolo después entre mis brazos con cuidado.

Le sonreí y apreté al oso contra mí, suspirando.

-Lena: Iré poniendo la mesa.

-Alex: Te ayudo...

-Winn: ¿Dónde dejo la maleta?

-Lena: En cualquier sitio...

LENA

Mientras preparaba la mesa, ayudada por Alex, iba mirando a Kara de vez en cuando. Winn, Nia y Sam hablaban con ella, intentaban hacerla reír. Pero no tenían demasiado éxito.

-Alex: No soporto verla así.

-Lena: Lo sé... - dije, dejando los cubiertos sobre la encimera – Hablé con el hospital. El doctor Kent, el psicólogo que ha estado con ella estos días vendrá a casa para seguir la terapia aquí.

-Alex: ¿Aquí?

-Lena: Ya la viste cuando salió a la calle. Por ahora, lo mejor es que esté en un lugar en el que se sienta segura. Al menos la primera semana.

-Alex: Puede que tengas razón. Gracias por dejar que se quede contigo.

-Lena: De nada. Sam y tú podéis quedaros esta noche si queréis. Tengo otro cuarto de invitados al fondo del pasillo.

-Alex: ¿No te importa?

-Lena: No. – dije, cogiendo de nuevo los cubiertos – vamos...

Fuimos al salón con los demás y, mientras llegaban las pizzas, pusimos la televisión.

Kara apenas probó las pizzas. Sólo comió un pedazo, algo que hizo que el humor de Alex, Winn, Nia y Sam cambiara por completo. Al parecer, podía comerse dos de esas pizzas ella sola. Y después de verle comerse aquella hamburguesa, me lo creo.

-Winn: Nosotros nos vamos... - dijo, casi a medianoche – vendremos a verte mañana, Kara – dijo, besándola en la cabeza.

Kara asintió, aún abrazada al oso de peluche que Winn le había regalado.

Tras recoger, llevamos a Kara a su cuarto y Alex, Sam y yo nos fuimos a dormir.

Yo no conseguí dormirme, así que me entretuve leyendo, hasta que un fuerte grito me despertó. Me levanté corriendo y salí al pasillo, donde vi a Alex, de pie, junto a la puerta de su habitación.

-Kara: ¡NO!

-Lena: Kara... - dije entrando rápidamente en su cuarto. Alex y Sam entraron después. Kara se revolvía, llorando, dando patadas y puñetazos al aire- Kara, tranquila...

-Alex: Kara... - dijo sujetándola – Sam, ayúdame.

-Lena: Kara, para...

-Kara: ¡No, suéltame, déjame! ¡No, otra vez no!

Alex consiguió sujetar uno de los brazos de Kara y Sam el otro.

-Lena: Kara, despierta, mírame...– Dije cogiendo el rostro de Kara entre mis manos – Kara... Vamos, despierta, vamos...

-Kara: Lena... - susurró cuando abrió los ojos.

-Lena: Tranquila.... – dije abrazándola – Aquí no pueden hacerte daño.

-Alex: Kara... - dijo, abrazándola también, mientras Sam nos miraba sin saber muy bien que hacer.

-Sam: Iré a buscar un poco de agua...

Cuando Sam volvió, Alex estaba en la cama con Kara, abrazándola, mientras Kara lloraba con fuerza. Yo había intentado calmarla, pero no era capaz. Al parecer, Alex sabía mejor que yo cómo tranquilizar a su hermana. Agradecí haberles pedido que se quedasen esa noche.

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