46- EPÍLOGO
Bueno, pues el último capítulo, más largo de lo normal. Espero que os guste, y muchos comentarios jajajaa. Portaros bien.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
KARA
13 AÑOS DESPUÉS
Los años pasaron rápidamente. Las empresas nos iban bien, seguían dándonos buenas ganancias que nos permitían seguir el ritmo de donar una parte, repartir otra entre nuestros hijos y usar el resto para vivir y disfrutar con familia y amigos.
Mike había salido de la cárcel dos años antes de lo esperado por buen comportamiento. Pero no era el mismo que entró allí. Se había sacado la carrera de derecho y ahora se dedicaba a ayudar a chicas que habían pasado por lo mismo que Maxwell me hizo a mí. A veces, hasta lo hacía gratis si la familia no podía pagarle.
Era un fin de semana cualquiera en casa y, como siempre, era una verdadera locura.
-Lena: ¿Qué hacen estas bragas debajo del sofá?
-Sarah: Oh, ¿así que ahí estaban? Gracias mamá, llevaba días buscándolas, son mis favoritas. – dijo besando a Lena en la mejilla.
-Lena: ¿Qué te he dicho de hacer esas cosas en el sofá, Sarah?
-Sarah: No lo hicimos en el sofá. Fue en la mesa. Las bragas acabarían ahí abajo por casualidad.
-Lena: ¡Sarah!
-Sarah: Es broma mami... Se me caerían cuando bajé la ropa para lavar y posiblemente Streaky las haya metido ahí. Ya sabes cómo le gusta a ese gato esconder cosas.
-Collin: ¿Y siempre son tus bragas? Qué casualidad... - dijo entrando en el salón.- Mamá, ¿Podéis quedaros un par de horas con Connor? Tengo que estudiar para un examen y hoy está un poco rebelde.
-Kara: Claro, dámelo – dije, cogiendo a mi nieto en brazos.
Connor tenía poco más de un año. Su madre decidió que no quería quedarse con él, cuando supo la condición de Lena y Kieran. Le dijo a Collin que, de haber sabido que había gente tan rara en su familia, jamás habría salido con él. Y no pensaba quedarse con un niño que podría, en un futuro, darle una nieta igual de rara que su abuela y su tía.
Así que Collin decidió quedarse con su hijo y cuidar de él, aunque nosotras le ayudábamos, por supuesto. Pero era él quien se encargó de cambiarle los pañales cada noche, o de darle el biberón, o el que le bañaba...
Collin estaba estudiando dirección de empresas y contabilidad, pues siempre dijo que quería ayudarnos con las empresas de alguna manera. Era época de exámenes y Lena y yo decidimos que nos ocuparíamos de nuestro nieto todo el tiempo que estuviéramos en casa para que Collin pudiera estudiar.
-Sarah: Yo no tengo la culpa de que al gato le guste mi ropa.
-Collin: ¿Y esos arañazos de tu espalda, también ha sido el gato?
-Sarah: No, eso ha sido Kate. Le va el sexo salvaje...
-Kara: ¡Sarah!
-Sarah: Como si vosotras nunca lo hubierais hecho en el sofá. O en la mesa. O en la ducha. ¿y aquella vez que os pillamos en el garaje, dentro del coche? ¿O la vez que estabais en la caseta de las herramientas que hay al lado de la piscina? ¿O cuando...?
-Kara: ¡Vale, sí, ya lo pillo!
-Sarah: No volverá a pasar. La próxima vez me aseguraré de que sea en mi cuarto.
-Kara: Más te vale...
-Sarah: Tengo que ir a recoger el libro que encargué, vuelvo enseguida, ¿vale?
-Lena: No tardes, acuérdate que hoy hay comida familiar.
-Sarah: Genial... ¿Puedo decirle a Kate que venga?
-Lena: No sé si...
-Kara: Venga, amor. Parece que esta vez va en serio. Ya lleva con ella ¿Cuánto, dos meses? Es la que más le ha durado hasta ahora.
-Sarah: En realidad son cinco meses y sí, esta vez va en serio. Ya me he cansado de los líos de una noche.
-Collin: Dirás de los líos de un polvo. Porque ni siquiera pasaban aquí la noche entera. En cuanto acababais, le pedías que se vistiera y se fuera. ¿Qué? Tu habitación está pegada a la mía, puedo escucharte hasta cuando te masturbas en el baño tú sola.
-Lena: ¡Collin!
-Collin: ¡No, en serio, si no fuera porque esos dinosaurios que estudia se extinguieron hace miles de años, juraría que tiene uno escondido en su cuarto cada noche!
-Sarah: No te metas con mis dinosaurios...
-Collin: ¿O qué?
-Marley: O es capaz de meterte la garra de Tiranosaurio que tiene colgada en la pared por el cu... - dijo, entrando en ese momento.
-Lena: No se te ocurra terminar esa frase, Marley. Connor está delante.
-Marley: Tiene un año, no se entera de lo que decimos – dijo acercándose a mí y haciendo carantoñas a Connor - ¿Verdad, osito? Además – dijo mirando a Lena – Iba a decir cuello...
-Lena: Sí, claro...
Sarah estudiaba paleontología. Según Lena, mis bromas haciéndome pasar por un Tiranosaurio y mi afición por los dinosaurios en general, hizo que Sarah, con diez años dijera que quería volverse una arqueóloga famosa y desenterrar dinosaurios para que su madre y yo, con alguna de nuestras empresas, algún día pudiéramos llegar a revivir a los dinosaurios con ADN atrapado en algún mosquito prehistórico y crear un parque jurásico en mitad de National City.
Su pasión por los dinosaurios continuó creciendo con los años, y su idea de estudiarlos y crear un museo dedicado a ellos en National City, junto con un parque temático, también. Al menos, ya no quería dinosaurios reales. A los quince años, entendió que eso era imposible y sólo pasaba en las películas.
-Sarah: Tengo que irme, o me cerrarán la librería. Ahora vengo.
-Kara: Son las diez y media de la mañana y la librería cierra a las dos.
-Sarah: Vale... He quedado antes con Kate.
-Kara: Eso ya me cuadra más. Anda, vete.
-Lena: ¡Ten cuidado, cielo!
-Sarah: Sí, mami... - dijo besándola de nuevo en la mejilla. Luego me besó a mí, cogió el casco de su moto y salió.
-Lena: En serio, no sé cómo aceptaste comprarle esa cosa, Kara.
-Kara: Fuiste tú quien le dijo que si sacaba más de tres sobresalientes en el curso, se la compraríamos.
-Lena: Porque pensé que se centraría más en las chicas, como había hecho durante el instituto.
-Kara: Amor, tiene veinte años. Ya sabe cuidarse sola.
-Collin: Yo me subo a estudiar. Llamadme cuando llegue todo el mundo, ¿vale?
Collin subió y yo me senté con Connor en el sofá. Empezó a llorar poco después.
-Marley: ¿Puedo? – dijo, cogiéndole – Le gusta que le canten... - dijo, empezando a cantarle.
Lena se acercó y se sentó a mi lado mientras las dos mirábamos a Marley, sonriendo. A Lena le gustaba escucharla cantar. Pero decía que le gustaba más cuando yo cantaba con ella.
Marley había decidido estudiar medicina y quería especializarse en cirugía. En sus ratos libres estudiaba música. Le gustaba tocar la guitarra y el piano. Unos años después de destrozar su primera guitarra, nos pidió otra y un piano.
Cuando estaba estresada por los exámenes o alguna otra cosa, Marley solía encerrarse en su cuarto con su guitarra o se pasaba horas tocando el piano en el salón. Decía que eso la relajaba y la ayudaba. Se volvió costumbre escuchar a Marley dar pequeños conciertos para la familia en los cumpleaños, las navidades, o cualquier fiesta que se celebrase en la casa. Nos habíamos acostumbrado tanto a ello, que ya se nos hacía raro si algún día no escuchábamos a Marley tocando en casa.
-Lena: Parece que se ha dormido... - susurró.
-Marley: Sí... - dijo dejándole en la cuna que teníamos en el salón.
Miré a Lena, que seguía mirando a nuestra hija.
-Kara: Amor...- dije.
-Lena: ¿Sí...?
-Kara: ¿Piensas quedarte con las bragas de Sarah en la mano todo el día?
-Lena: ¿Qué...? – dijo, mirando sus manos – Oh, joder. Las llevaré a lavar.
-Kara: Sí, mejor...
-Marley: Yo iré a sacar al perro. ¡Vamos Krypto! – dijo cogiendo la correa y saliendo con él.
En realidad, era Krypto segundo. Nuestro perro había muerto hacía un par de años. Los niños quedaron tan hechos polvo, que decidimos adoptar otro y ponerle el mismo nombre.
En ese momento, Katie, Kieran y Cameron bajaron las escaleras, acercándose.
-Cameron: ¡Buenos días!
-Kara: No grites, Connor acaba de dormirse.
-Cameron: Ah, vale...
-Lena: ¿Dónde vais? – dijo, volviendo al salón.
-Katie: La revista de astronomía que compra Kieran sale hoy, voy a acompañarla a comprarla, no tardaremos.
-Cameron: Y yo voy con ellas y un rato con los chicos a...
-Lena: No, tú no sales. Estás castigado.
-Cameron: Pero... Mami...
-Lena: No, Cameron. Es la tercera vez que te expulsan del instituto por atacar a un compañero.
-Cameron: ¡Se estaba metiendo con Kieran! ¡La estaba insultando y, tirándole las cosas al suelo!
-Lena: Eso no te da derecho a coger una papelera y golpearle en la cabeza con ella.
-Cameron: A lo mejor debería haberle reventado ciertas partes de una patada.- Me miró – Mamá...
-Kara: Lo siento. Si tu madre dice que estás castigado, yo no pienso discutirlo.
-Cameron: ¡No es justo!
-Kara: No haces más que meterte en líos... Ya te han expulsado tres veces. Una más, y no te dejarán volver. ¿Es lo que quieres?
-Kieran: Él sólo intentaba... Defenderme – dijo agachando la cabeza. Ha sido por mi culpa... Otra vez.
-Lena: Cielo, no es culpa tuya... - dijo acercándose.
-Kieran: Sí. Porque... Yo no... Yo soy incapaz de decirles nada cuando me molestan o...
-Katie: Algunos merecen que les arranquen la lengua.
-Kara: Katie...
-Katie: No... ¡Si hubierais visto llorar a Kieran, entenderíais por qué Cameron hizo eso! Ese chico molesta a Kieran cada día. A cada minuto. Se lo hemos dicho al director y le da igual, como el chico está en el equipo de fútbol, parece que es intocable.
-Kieran: Katie...
-Katie: No, Kieran. Tienen que saberlo.
-Kieran: No.
-Cameron: ¡Sí, si tienen que saberlo! ¡¿Queréis saber por qué le golpeé con esa papelera?! ¡Ese cabrón...!
-Lena: ¡Cameron!
-Cameron: No merece que le llame de otra manera. Ese... - dijo, conteniéndose mucho para no repetir la palabra – ¡empujó a Kieran al baño de los chicos y la acorraló contra la pared para meterle la mano por dentro del pantalón y tocar su...! ¡Iba a hacerle daño a MI hermana! Dio la casualidad de que yo estaba allí. Kieran estaba esperándome fuera, pero él no lo sabía. Si aún sigue pareciéndoos grave lo que yo hice...
Miré a Lena. Las dos nos habíamos quedado paralizadas y confundidas.
-Kara: ¿Eso es cierto, Kieran?
Ella no dijo nada.
-Lena: Kieran, cielo...
-Kieran: Sí...
En ese momento, Connor empezó a llorar.
-Kara: Ya me ocupo yo... - dije acercándome y cogiéndole, tratando de calmarle. Miré a Lena y a nuestros hijos, que seguían de pie, en silencio – El lunes iremos a hablar con el director. Esto no puede seguir así.
-Lena: Estoy de acuerdo.
-Cameron: Entonces... ¿sigo castigado?
Lena me miró y se acercó.
-Lena: Esperad aquí. Kara, cariño, ven... - dijo llevándome al otro lado de la habitación - ¿Qué hacemos? – dijo en voz baja
-Kara: Protegía a su hermana – susurré.
-Lena: No es motivo para usar la violencia así.
-Kara: Lena, amor... No quiero justificarle, pero... ¿recuerdas lo que tú le hiciste a Maxwell?
-Lena: Es distinto, Kara, él te...
-Kara: Y ese chico podría haber hecho lo mismo con Kieran. Cameron sólo lo evitó, la protegió. Como tú hiciste conmigo. No podemos castigarle por eso cuando nosotras hemos hecho cosas peores. Pero sabes que te apoyaré en lo que decidas, y no te quitaré autoridad delante de ellos. Si crees que debe seguir castigado...
-Lena: No, no lo creo... - dijo acariciando mi mejilla.
-Kara: Entonces, díselo. Tú le castigaste. Eres tú quien debe levantarle el castigo.
-Lena: Bien. Vamos...
Nos acercamos de nuevo a ellos. Connor había vuelto a dormirse, así que le dejé de nuevo en su cuna.
-Cameron: ¿Pasa algo?
-Lena: No me gusta que hagas esas cosas, Cameron. No quiero que te metas en líos. Pero... Supongo que estaba justificado, así que... Por esta vez, voy a quitarte el castigo.
-Cameron: Gracias mami... - dijo abrazándola.
-Lena: Pero la próxima vez... La opción de la patada en ciertas partes o un puñetazo en la boca, me parece mejor. Podrías haberle hecho mucho daño con esa papelera. ¿Lo entiendes?
-Cameron: Sí. Lo siento...
-Lena: Vamos, acompañad a Kieran y volved a casa. Tenéis que prepararos para la comida.
Los miré mientras se alejaban.
Cameron estaba en el equipo de natación. Le gustaba nadar, podía pasarse horas en el agua. Solía meterse en líos a menudo, pero casi siempre era por defender a alguna de sus hermanas, sobre todo a Kieran. Cameron no soportaba que atacasen a sus hermanas, y por eso ya había sido expulsado tres veces. Pero en el fondo podía entenderle. Yo haría lo mismo en su lugar si alguien estuviese atacando a Lena constantemente por ser como es, por tener algo que no debería tener, pero que la hace tan especial y maravillosa. Al menos, para mí. Quería estudiar derecho,
Kieran no tenía amigos. Sólo tenía a sus hermanos y hermanas. Desde la guardería se habían metido con ella por su condición, y por mucho que intentamos hacerle ver que era totalmente normal y que no debía hacer caso a lo que los demás dijeran, ella no era capaz de salir del agujero en el que estaba. Por eso, normalmente no dejábamos que saliera sola si no era acompañada por alguna de sus hermanas o sus hermanos. Kieran pasaba el día leyendo o dibujando, no hacía nada más. Así mostraba muchas veces sus sentimientos. Sólo se comportaba un poco más como una chica de dieciséis años con Lena, conmigo o con sus hermanos y hermanas. No dejaba que nadie más supiera lo que pensaba o lo que sentía. Y Lena y yo ya no sabíamos cómo ayudarla. Kieran quería estudiar astronomía. Nos había pedido un telescopio hacía años y podía pasarse horas mirando las estrellas con él, sobre todo los días que no había clase al día siguiente.
Katie quería estudiar historia. Le encantaba, sobre todo la antigua. Todo eso de Grecia, Roma, los dioses, los vikingos... Decía que acabaría trabajando en un museo, o dando clases.
Al parecer, mi trabajo o el de Lena eran demasiado aburridos, ya que ninguno de los seis quiso estudiar lo mismo que yo o Lena.
-Kara: ¿Te quedas con Connor? Voy a preparar la comida.
-Lena: ¿No quieres que te ayude?
-Kara: No, está todo controlado.
-Lena: De acuerdo – dijo besándome.
Fui a la cocina y empecé a preparar la comida.
Collin bajó algunos minutos después, abriendo la nevera y sacando una bebida.
-Collin: Estoy muerto de sed.
-Kara: ¿Por qué no te tomas un descanso hoy de estudiar y pasas el día con tu hijo? Estoy segura de que ya te lo sabes de memoria, como siempre.
-Collin: ¿Sabes qué? Tienes razón. Pasaré el día con él.
-Kara: Está con tu madre en el jardín.
-Collin: Bien... - dijo besándome en la mejilla y saliendo. Sonó el timbre de la puerta y Collin gritó - ¡El tío Mike ha llegado!
-Mike: ¡Hola!
-Collin: ¡No, tío, espera, espera!
-Mike: He traído vino. ¿Lo meto en la nevera? – preguntó detrás de mí. En ese momento di un brinco y me corté con el cuchillo.
-Kara: Mierda...
-Mike: Joder... Kara... Lo siento. Creía que Lena estaba también aquí, no sabía que estabas sola, de verdad. ¡Lena! – dijo dejando el vino sobre la mesa y acercándose.
-Kara: No te acerques. Sal... - dije, tapándome la herida con un trapo.
-Mike: Pero... Estás sangrando.
-Collin: Mamá... – dijo entrando en la cocina. Se acercó a Mike y le sacó casi de un empujón – Te dije que esperaras. Sal de aquí. Ahora. ¡Sabes que aún es incapaz de quedarse a solas contigo!
-Mike: Creía que tu otra madre estaba con ella.
-Collin: Pues ya ves que no. Ve a buscarla... Está en el jardín- dijo acercándose a mí y cogiendo mi mano, mientras Mike salía – déjame ver... Es un buen corte – dijo, metiendo mi mano bajo el agua. – Estás temblando...
-Kara: No es nada...
-Lena: ¡Kara! – dijo acercándose – Cielo, ¿estás bien? Joder, menudo corte.
-Collin: Va a necesitar puntos.
-Kara: No voy a ir al hospital. No hoy. Llevamos semanas planeando esta comida. Y no la vamos a cancelar.
-Lena: Pero...
-Kara: Llama a Marley y dile que venga. Ella podrá coserlo.
-Lena: Collin, cariño, ve con Connor y llama a tu hermana. – dijo, tapando mi mano con un trapo limpio.
-Kara: Y dile a tu tío que no se preocupe, no ha sido culpa suya.
-Collin: ¿Seguro que estás bien?
-Kara: Sí, tranquilo.
Me senté en una silla y Lena se sentó a mi lado, acariciando mi pelo.
-Lena: ¿Qué ha pasado?
-Kara: Mike sólo quería saber si metía el vino en la nevera. Yo me asusté y... - dije mirándola – No lo entiendo. Le he perdonado. Mike ha cambiado, es mejor persona de lo que era. Y yo... Sigo sin poder quedarme a solas con él en una habitación. No lo entiendo.
-Lena: No es fácil olvidar lo que te hizo, Kara...
-Kara: Lo sé, pero...
-Lena: Puede que necesites más tiempo para superarlo, o que nunca lo superes, no lo sé. Pero ahora nos tienes a todos contigo para ayudarte y al menos sabes que Mike no quiere hacerte daño.
-Kara: Collin le odia.
-Lena: Bueno, yo también le sigo odiando un poquito... - dijo riéndose – Y también odiaría a alguien que le hizo esas barbaridades a mi madre. Quédate sentada, terminaré la comida.
-Kara: Gracias...
Marley llegó apenas diez minutos después.
-Marley: ¡Mamá, ¿qué ha pasado? Déjame ver... - dijo cogiendo mi mano y retirando el trapo – Vale, no es grave. Puedo coserlo y vendarlo. Aunque a lo mejor la tía Alex podría hacerlo mejor que yo y....
-Kara: Marley, cielo, eh... - dije poniendo mi mano sana en su mejilla – Tranquila... Estoy bien. Y confío en que tú sabrás coserlo de maravilla. Anda, ve a buscar lo que necesites.
-Marley: Vale, no te muevas de aquí... - dijo saliendo y volviendo poco después. Cuando estuvo lista, puso la aguja sobre mi mano y me miró, nerviosa – No quiero hacerte daño...
-Kara: No me lo harás. No pienses que soy tu madre, piensa que soy... Otra persona.
-Marley: ¿Quién?
-Kara: No sé... ¿El delfín de los palitos de pescado?
-Marley: Eso no es una persona. Estudio medicina, mamá, no veterinaria....
-Kara: Vale, pues... ¿El payaso de los bollitos de leche?
-Marley: El payaso de los bollitos. Vale... - dijo suspirando y empezando a coser. De pronto, empezó a susurrar en voz baja – Lo siento, lo siento...
-Lena: Marley, cielo, tranquila... - dijo poniéndose tras ella – Sólo es un corte. Y has dicho que no es grave.
-Marley: No es lo mismo tener que hacerle esto a un desconocido que tener que hacérselo a una de tus madres... - dijo, concentrándose de nuevo. Cuando terminó, vendó la mano con cuidado – No la mojes. Pero que la tía Alex le eche un vistazo cuando llegue.
-Kara: Gracias, cielo... - dije abrazándola.
LENA
Me quedé mirando a Kara mientras Marley la curaba. A pesar de todo el tiempo que había pasado, Kara seguía sin poder quedarse a solas con Mike. Y eso me mataba. Porque Kara aún sufría por lo que le había pasado. Aunque ahora siempre estaba alegre, y disfrutaba de nuestros hijos, de su trabajo... Mike no solía visitarnos. Él sabía que aunque le había perdonado, su presencia incomodaba a Kara. A quien más visitaba era a Eliza y a Alex. Después de todo, Alex y él compartían sangre por parte de padre, y Eliza siempre fue como una madre para él. Kara, básicamente, toleraba la presencia de Mike en algunas reuniones familiares, sólo por ellas.
Cuando Collin, Marley y Sarah cumplieron los dieciocho, decidimos contarles lo que había pasado con Mike. Siempre preguntaban, porque la incomodidad de Kara cuando él estaba cerca, no les pasaba desapercibida. Y menos aún sus reacciones si Mike sin querer la rozaba un poco. El único contacto que Kara toleraba de Mike eran los dos besos de saludo y de despedida y aun así, solía remolonear para tratar de evitar dárselos. Eso hizo que Collin se volviera muy protector con Kara cuando Mike estaba en casa. Un día, Mike se sentó en el único sitio libre que quedaba, al lado de Kara. Collin había ido a buscar una silla más a uno de los cuartos. Al volver y ver a Mike junto a Kara, se acercó rápidamente y le hizo levantarse, diciéndole que el único hombre que se sentaría al lado de su madre, sería él. O Cameron. Puso la silla lo más alejada de Kara que pudo y le hizo sentarse allí, en la otra punta de la mesa.
Mike había cambiado, era mucho mejor persona de lo que era, de eso no había duda. Desde que Maxwell desapareció de la vida de la familia de Kara, todo fue mejor para Mike, Eliza... Pero yo siempre estaba preocupada por Kara, nunca quería separarme de ella más de diez segundos cuando Mike venía a casa.
Katie, Kieran y Cameron aún no sabían nada. Queríamos esperar a que también cumplieran los dieciocho para decírselo, así que les pedimos a los demás que no les contasen nada.
-Lena: Kara, cielo, aún es pronto y estás algo pálida. ¿Por qué no te tumbas un rato? Yo termino la comida. Marley y Collin me ayudarán.
-Kara: Pero...
-Marley: Mami tiene razón, te irá bien descansar No queremos que te marees... Vamos, te acompaño a vuestro cuarto.
-Kara: ¿Y Krypto?
-Marley: En el jardín. Venga, vamos...
-Kara: Está bien.
-Lena: Iré a buscarte cuando empiecen a llegar los demás – dije besándola.
-Kara: Gracias, amor...
Marley acompañó a Kara y yo continué con la comida, tras limpiar la sangre de Kara de la mesa y tirar la comida que se había manchado con ella.
Marley bajó algo después.
-Marley: Se ha dormido... - dijo, mientras la puerta se abría y se cerraba.
-Sarah: ¡Ya he vuelto!
-Lena: Bien. Llama a tu hermano, por favor. Y ya que Sarah está aquí, que venga también.
-Marley: ¿Pasa algo?
-Lena: Sólo... Quiero hablar con vosotros.
-Marley: Está bien.
Marley salió y volvió con Sarah y Collin poco después. Collin traía a Connor en brazos.
-Lena: ¿Puedes dejar a Connor en el salón, cielo?
-Collin: ¿Con él? Ni loco.
Suspiré, mirando a Sarah.
-Lena: ¿No habías quedado con Kate?
-Sarah: Está enferma.
-Marley: ¿Qué le pasa?
-Sarah: Ayer fue a cenar con sus padres para celebrar no sé qué aniversario y la cena debió sentarle mal. Dice que lleva vomitando todo el día.
-Collin: Oh, no... Mami, vais a ser abuelas de nuevo. Sarah ha dejado embarazada a Kate.
-Sarah: Sí, por arte de magia... Ya me dirás cómo, genio.
-Lena: Vale... Sentaros. – dije, apartando la comida para que no se quemase. – Collin, deberías aflojar un poco tu actitud con tu tío.
-Collin: ¿Por qué? Ese... Tipo destrozó la vida de mamá. ¡Mamá aún le tiene miedo! ¿Por qué le dejáis venir?
-Marley: No grites, despertarás a mamá, idiota.
-Collin: Perdón. Pero quiero que ese imbécil se entere de que no le quiero cerca de nuestra madre.
-Lena: Collin... Sarah, Marley... Sé que os cuesta entender que después de lo que hizo, el invitemos a casa. Vuestra madre le ha perdonado, pero es muy difícil olvidar lo que le hizo, lo sé. Eso es algo que nunca olvidará. Pero ella acepta que Mike esté aquí, sobre todo, por vuestra abuela Eliza. Y por la tía Alex. Pero más por la abuela. Sabéis que le vemos muy poco, que viene a casa una vez cada dos meses. Y nunca se queda más de una hora. Pero si ella es capaz de tolerar su presencia y ser educada con él, estoy convencida de que vosotros podréis hacer lo mismo. No es tan difícil.
-Sarah: ¿Tú le has perdonado?
-Lena: Todos cometemos errores, Sarah. El padre de Mike era... Bueno... Mejor no nombrar al demonio. Siempre estaré del lado de vuestra madre. Siempre. Apoyándola, abrazándola y queriéndola. Y tolero la presencia de Mike porque ella me lo pidió. Ahora yo os lo pido a vosotros. Por favor.
-Marley: No me gusta cómo es mamá cuando él está aquí.
-Lena: ¿Cómo es?
-Marley: Se la nota incómoda, nerviosa. Y su sonrisa siempre es forzada. Y siempre le pasa algo. La otra vez, se tiró la jarra de agua encima, hoy se ha cortado. Sin hablar del día que no atravesó la puerta del jardín de milagro porque quiso evitar rozarse con él y no vio que la puerta estaba cerrada.
-Lena: Por eso quiero que os tranquilicéis. Si vuestra madre nota que estáis tensos y a la defensiva, ella se pondrá más nerviosa. Sólo.... Fingir que no pasa nada durante unas horas y ya está.
Sarah y Marley miraron a Collin.
-Collin: Está bien. Lo intentaremos. Por mamá.
-Lena: Bien... - dije besándoles a los tres en la frente – Ahora ir a cambiaros. Los demás no tardarán en llegar y yo tengo que acabar la comida.
-Sarah: ¿Te ayudo?
-Lena: No hace falta.
-Sarah: Vale. Entonces iré a ver si mamá sigue durmiendo.
-Lena: No la despiertes...
-Sarah: No lo haré.
Seguí preparando la comida cuando media hora después sonó la puerta. Fui a abrir y me encontré a mis hermanos. A los dos.
-Lex: Hola Lena... - dijo abrazándome.
-Lena: Has venido...
-Lex: Claro que sí. Querías que estuviera y estoy.
-Lena: No contaba contigo.
-Brandon: No quería que te dijéramos nada, y me ha hecho ir a recogerle al aeropuerto a las cuatro de la mañana.
-Lex: Pobrecito... Seguro que le he estropeado la noche con su chica. Ah no, espera, que no tienes...
-Brandon: Muy gracioso. ¿Y tú mujer, dónde la has dejado?
-Lex: Se ha quedado en Londres, con los niños. La pequeña Lena estaba enferma.
-Lena: ¿Qué le pasa?
-Lex: Nada, un poco de fiebre y dolor de oídos. No es nada grave. De haberlo sido, yo tampoco habría venido.
-Lena: Vamos, pasad.
Miré entrar a mis hermanos. Lex se había ido a vivir a Londres y se había casado hace cinco años. Él y su esposa tenían dos niños. Michael, de cuatro años y Lena, de dos.
Lex se había cansado de nuestro padre y decidió empezar su vida de cero en otro lugar. Kara le ofreció abrir una nueva sucursal de una de las empresas en Londres y dirigirla y Lex aceptó encantado.
En cuanto a Brandon, ahora tenía 23 años y estaba terminando de estudiar medicina. A Lex le gustaba molestarle con el tema de las chicas porque Brandon era un poco tímido a la hora de pedirle salir a alguna y se centraba más en sus estudios. Según él, no quería decepcionar a Lillian y Helena por todo lo que habían hecho por él y decía que acabar la carrera sin repetir un solo año era la mejor forma de demostrarles que sí valoraba lo que le habían dado en todos estos años. Una casa, una familia, una oportunidad de ser alguien...
-Brandon: He traído una tarta de tres chocolates para Kara. Sé que la presencia de Mike suele dejarla un poco abatida y que la tarta la anima. – dijo enseñándome la caja y la bolsa que llevaba.
-Lena: ¿Sólo para Kara?
-Brandon: Bueno, te diría que podéis compartirla, pero dudo mucho que Kara te deje ni siquiera olerla, así que...
-Lena: En eso tienes razón. ¿Y qué hay en la bolsa?
-Brandon: Tu vino favorito. Tres botellas.
-Lena: ¿Tres?
-Brandon: Estaba de oferta.
-Lena: Mete una en el congelador, que se vaya enfriando. Las otras a la nevera.
-Brandon: ¿Piensas beberte hoy las tres?
-Lena: Puede...
-Brandon: Creo que me he quedado corto. Por cierto, ¿dónde está mi cuñada favorita?
-Lena: Que yo sepa, sólo tienes una... Y está descansando un poco. Se cortó haciendo la comida y no estaba muy bien.
-Lex: Esperaremos en el salón.
-Lena: Bien, los chicos bajarán enseguida y Mike creo que estaba en el jardín.
-Lex: Bien.
Poco después, Cameron, Katie y Kieran llegaron.
-Katie: ¡Ya hemos vuelto!
-Lena: Habéis tardado, ¿Dónde os habéis...? - dije, saliendo a recibirles – Cameron... ¿Qué te ha pasado en el ojo?
-Cameron: Me... ¿choqué con una farola?
-Lena: Cameron... - dije cruzándome de brazos.
-Cameron: Nos encontramos con el chico que metió a Kieran en el baño. Intenté pasar de él, lo juro. Pero luego os llamó a ti y a Kieran engendros.
-Lena: Cameron...
-Cameron: ¡¿Qué?! ¡Esta vez me pegó él primero, yo sólo me defendí!
-Katie: Es verdad, mami. Esta vez Cameron no hizo nada. Sólo le dijo que os llamaba así porque tenía envidia de que vuestros... Bueno, ya sabes... seguramente serían más grandes que el suyo. Entonces el otro chico le dio un puñetazo a Cameron.
-Lena: ¿Es que no podemos tener ni un solo día tranquilo? Saludar a vuestros tíos y luego ir a cambiaros – miré a Cameron – Y tú ponte un poco de hielo en ese ojo. Kieran, cielo, ¿Puedes ir a despertar a mamá?
-Kieran: Sí...
KARA
-Kieran: Mamá... - Escuché.
-Kara: ¿Kieran...? – pregunté, abriendo los ojos - ¿Pasa algo, cielo?
-Kieran: Mami me pidió que te despertara. Los tíos están abajo.
-Kara: Oh, bien... - dije sentándome en la cama.
-Kieran: ¿Qué te ha pasado? – señaló mi mano.
-Kara: Nada, Me he cortado haciendo la comida. – Dije mirándola – Kieran, cariño, ¿va todo bien?
-Kieran: No... - dijo abrazándome y empezando a llorar.
-Kara: ¿Qué te pasa? – Pregunté, abrazándola con fuerza - ¿Por qué lloras, cielo?
-Kieran: ¿Por qué soy así?
-Kara: ¿Así... cómo?
-Kieran: Un engendro...
-Kara: ¿Un qué? ¿Quién te ha dicho eso?
-Kieran: Eso no importa...
-Kara: Eh, mírame... - dije sujetando su rostro entre mis manos – Tú no eres un engendro.
-Kieran: Sí lo soy. No soy como las otras chicas.
-Kara: Pues claro que no. Eres como tu madre, cielo. Eres diferente y eso te hace especial.
-Kieran: Todo el mundo se mete conmigo.
-Kara: Porque son unos gilipollas... - dije. Kieran medio sonrió. – Vale, no le digas a tu madre que he dicho eso delante de ti, ¿eh?
-Kieran: ¿Entonces no soy un bicho raro?
-Kara: Claro que no... - dije, haciendo que se sentara a mi lado y abrazándola de nuevo.
-Kieran: No quiero volver al instituto...
-Kara: Escucha, el Lunes tu madre y yo hablaremos con el director y...
-Kieran: No, mamá, por favor, no me hagáis volver allí. – dijo, llorando de nuevo – Por favor... Por favor, mamá...
-Kara: Hablaré con tu madre y veremos si podemos cambiarte a otro. Pero estamos a una semana de que termine el curso, ¿No puedes aguantar un poco más?
-Kieran: No puedo aguantar más. Ya he aguantado demasiado...
-Kara: Está bien.... Vale... - dije suspirando – Hablaré de esto con tu madre después, ¿vale?
-Kieran: Sí... Mamá... - dijo mirándome.
-Kara: ¿Sí, cariño?
-Kieran: ¿Crees que alguna vez alguien me querrá como quieres tú a mami?
-Kara: Claro que sí...
-Kieran: ¿Una chica?
-Kara: O un chico...
-Kieran: Yo quiero una chica. Así, como tú.
-Kara: ¿Cómo yo?
-Kieran: Buena. Y cariñosa.
-Kara: Pues la encontrarás. Ahora ve a lavarte la cara y a prepararte para la comida. Venga. – dije levantándome. Kieran hizo lo mismo y caminó hacia la puerta, deteniéndose y mirándome. De pronto corrió hacia mí y me abrazó de nuevo.
-Kieran: Gracias mamá. Eres la mejor, te quiero.
-Kara: Y yo a ti, bichito. Anda, ve.
Cuando Kieran salió, me quedé un rato mirando la puerta. No me gustaba verla sufrir así. Tenía miedo de que algún día hiciera alguna estupidez. Fui a lavarme un poco y me puse ropa limpia. Después bajé y entré en la cocina, abrazando a Lena por detrás y besándola en el cuello.
-Kara: No sé si lo que huele tan bien es la comida, o eres tú.
-Lena: ¿Vas a morderme para comprobarlo?
-Kara: No me des ideas...
-Lena: Mis hermanos están en el salón.
-Kara: Ahora iré a saludarlos. Antes quiero que hablemos de Kieran.
-Lena: ¿Qué pasa?
-Kara: Me preocupa.
-Lena: Eso no es nada nuevo, cielo.
-Kara: No Lena, esta vez me preocupa de verdad – dije, suspirando y contándole lo que había pasado en la habitación.
-Lena: Entonces tendremos que buscarle un nuevo instituto.
-Kara: ¿Y crees que esa sea la solución?
-Lena: Será un sitio nuevo, donde nadie sabrá de su condición y...
-Kara: ¿Y cuando lo sepan? ¿Vuelta a empezar, Lena? Se meterán con ella, la insultarán. ¿Por qué no hablas tú con ella? Pasaste por cosas parecidas en el instituto, tú me lo contaste. Habla con ella, cuéntale cómo lo sobrellevaste tú. No sé... Si quiere cambiar de instituto después de eso, bien, miraremos un buen sitio para ella. Pero creo que la única que puede ayudarla de verdad con esto eres tú.
-Lena: ¿Y por qué ha acudido a ti?
-Kara: No lo sé. A lo mejor tiene miedo de hacerte sentir mal o algo. Lena, amor, por favor...
-Lena: Está bien – dijo besándome – Hablaré con ella cuando se vayan todos, ¿vale? ¿Qué tal tu mano, te duele?
-Kara: Sí. Pero me duele más ver sufrir a nuestra hija.
-Lena: Oye, eh... No quiero verte triste hoy, ¿vale? Y por cierto, no me has dicho qué celebramos. No es el cumpleaños de nadie de la familia, ni nuestro aniversario, ni...
-Kara: Ya lo sabrás.
-Lena: ¿No estarás pensando adoptar otro perro? ¿U otro gato? Ya hablamos de eso.
-Kara: No. Con Krypto y Streaky tenemos suficiente. Pero estaba pensando que podríamos comprar un caballo.
-Lena: ¿Un caballo?
-Kara: Es broma, amor....- dije riéndome- Voy a saludar a tus hermanos...
La gente fue llegando poco a poco. Las siguientes fueron Lillian y Helena. Iba a cerrar la puerta cuando alguien la sujetó.
-Eliza: ¿Así recibes a tu madre?
-Kara: Lo siento, no te había visto... - dije - ¿Seguro que vosotras tres no os montáis un trío o algo así? Porque me parece rarísimo que siempre lleguéis juntas.
-Eliza: No hemos llegado juntas.
-Kara: Con diez segundos de diferencia. Lo que tardas en agacharte a coger algo del suelo o cerrar la puerta del coche mientras ellas vienen hacia aquí.
-Eliza: No digas tonterías... ¿Dónde están mis nietos?
-Kara: Enseguida bajan.- dice cerrando.
Nia y Winn fueron los siguientes. Y las últimas, fueron Sam, Alex, Beth y Samuel.
-Beth: Hola tía...
-Kara: Por fin. Si tardáis un poco más, os habríais quedado sin comida.
-Alex: Díselo a tu sobrino. Se ha quedado colgado del tejado. No se ha abierto la cabeza de milagro.
-Kara: ¿Qué ha pasado?
-Sam: Quería quitar un nido de abejas. Una le picó y él tiró la escalera de una patada y se quedó colgando.
-Alex: Ese es el tipo de cosas que ha aprendido de su querida tía Kara....
-Kara: Eso no es cierto, yo no les enseño esas cosas. Samuel, la próxima vez, átate una cuerda o algo.
-Alex: ¡Kara!
-Kara: O mejor, llama a los bomberos. O a... ¿un... apicultor? – pregunté, mirando a Alex.
-Alex: No tienes remedio – dijo mientras cerraba la puerta. - ¿qué te ha pasado en la mano?
-Kara: Me corté haciendo la comida.
-Marley: Se lo cosí, pero me gustaría que tú le echaras un vistazo, tía. Estaba nerviosa y...
-Kara: ¿Los demás han bajado ya?
-Marley: Sí, están todos en el salón.
-Alex: Veamos esa mano.
-Sam: ¿Dónde dejo esto? – preguntó, enseñándome una enorme bolsa.
-Kara: ¿Qué es?
-Sam: Regalos.
-Kara: ¿Regalos?
-Sam: Pregúntale a tu hermana.
-Alex: Dijiste que esta comida era una celebración. Pero no dijiste de qué. Descarto los cumpleaños o aniversarios, porque Sam ya se encarga de marcarlos todos en colores bien chillones en el calendario. Amarillo para cumpleaños, verde para aniversarios, azul para graduaciones, naranja para...
-Kara: Vale, lo pillo. Pero no he dicho qué celebramos.
-Lena: No me lo has dicho ni a mí – dijo acercándose a saludar.
-Alex: Por eso he traído cosas variadas. Algo servirá. Vamos al baño, te miraré eso. – dijo mientras me acompañaba - ¿Va todo bien? Te noto... No sé. Rara.
-Kara: Bueno, Mike está aquí, me he cortado, Kieran tiene un mal día... Supongo que todo eso me está pasando factura. Au... - dije mientras quitaba la venda.
-Alex: Lo siento... - dijo revisando la herida cuando acabó. - ¿Fue muy profundo?
-Kara: No llegó al hueso. Lo cual tratándose de mí, ya es todo un milagro – bromeé.
-Alex: Marley ha hecho un buen trabajo. Tendrás que limpiarla bien cada día. Que ella te ayude. ¿Tienes una venda limpia?
-Kara: En ese armario.
-Alex: Bien... - dijo cogiéndola y empezando a vendarme la mano de nuevo – Procura no mojar la herida durante un tiempo, ¿vale? ¿Puedes mover bien toda la mano?
-Kara: Sí.
-Alex: Entonces no hay problema...
-Kara: Gracias.
-Alex: Oye, Kara, sé cuánto te cuesta que Mike esté aquí, pero mamá...
-Kara: Lo sé, Eliza le quiere muchísimo, a pesar de todo. Por eso le dije que viniera. Y por ti.
-Alex: ¿Por mí? Oye, él puede ser mi medio hermano de sangre. Pero ¿sabes una cosa? A ti te elegí yo, a él no. Tú siempre vas a ser la primera para mí. Y cuando mamá falte... Bueno, si no quieres volver a invitar a Mike nunca más, no me opondré a eso. ¿vale?
-Kara: Sí... - dije abrazándola.
-Alex: Volvamos, o nos dejarán sin comida.
-Kara: Sí, mejor.
Cuando volvimos, ya todos estaban sentándose en la mesa y Lena llegaba con la primera bandeja de comida.
-Sam: Deja que te ayude – dijo acercándose – Lena, esto huele de maravilla. ¿Lo has hecho tú?
-Lena: Sí, Kara no ha podido terminarlo. Aunque fue ella quien lo empezó, así que el mérito no es sólo mío.
-Sam: Pues huele de maravilla y tiene una pinta muy buena. Al menos, parece comestible.
-Kara: ¡Eh!
-Katie: Tía, no digas eso. Mamá cocina muy bien. Aunque a veces haga algún que otro desastre. Pero sin desastres, no sería mamá.
Me senté y miré a todo el mundo. Mi madre, Eliza, no había vuelto a casarse. Dijo que prefería disfrutar de su familia sin estar atada a ningún hombre que volviera a engañarla. Aunque Alex y yo la hicimos ir a varias citas, pero ninguna pareció convencerle. Que si él era demasiado serio, que si se esforzaba demasiado en ser gracioso, que si otro era alto, que si otro era demasiado bajo... Siempre había alguna pega. Después de catorce intentos, Alex y yo nos rendimos. Eliza ahora estaba enferma, su corazón no estaba bien. Por eso quise que Mike estuviera hoy en la comida, ya que no sabíamos cuál sería la última que podríamos tener todos juntos. Eliza podría durar aún otros diez años, o sólo diez días. Así que no quería disgustarla. Aunque al parecer Mike se encargaba de que no le faltase de nada y de ir a verla, al menos tres veces por semana.
Lillian y Helena seguían igual de felices y enamoradas que el primer día. Y eso era algo que a Lena le hacía feliz. Me gustaba ver cómo miraba a sus madres y luego me miraba a mí y susurraba en mi oído: "quiero que estemos así a su edad". La verdad, yo también quería eso.
Miré a Lena, que estaba terminando de servir, mientras Sam volvía con otra bandeja de la cocina. Vi cómo Sam se pegaba a Lena para empezar a servir su bandeja, haciendo que sus traseros se rozasen. Lena terminó con su bandeja y fue a dejarla. Sam se movió, haciendo que sus cuerpos se rozasen de nuevo. Cuando Lena volvió con la otra bandeja, Sam iba hacia la cocina y le susurró algo a Lena, que hizo que se riera. Antes de sentarse, Lena fue a servir la comida de Krypto y Streaky, dándonos a todos una impresionante vista de su trasero.
-Sam: Ahora entiendo por qué a Kara le gusta verte con ropa ajustada.
-Lena: Ajustada no, dos tallas menos sería la palabra correcta - dijo riéndose.
-Sam: Si Alex se vistiera así, yo no la dejaría salir de casa.
-Kara: Bueno, ya está bien. Si queréis podéis usar la habitación de invitados.
-Sam: ¿Cómo?
-Lena: ¿Kara...? Cariño, ¿qué dices?
-Kara: Que si tantas ganas tiene de verte el culo, puedes enseñárselo arriba. Y de paso os lo podéis frotar sin ropa, que será más cómodo.
-Alex: Kara... Marley, ¿le has dado alguna pastilla para el dolor? Porque creo que le ha sentado mal.
-Marley: No...
-Kara: Estoy perfectamente... Pero tú parece que estás ciega, porque tu mujer no deja de tontear con la mía.
-Alex: ¿Cómo?
-Kara: Se me ha quitado el hambre... - dije levantándome, molesta. Fui a la cocina y me apoyé frente al fregadero. Después, me llevé las manos a la cara y empecé a llorar, con los codos sobre la encimera.
-Lena: ¿Kara...? Cielo, ¿estás bien?
-Kara: Déjame, Lena.
-Lena: No. Eh, ¿qué te pasa?
-Kara: ¿Que qué me pasa? ¡¿Cómo te sentirías tú si yo me pusiera a tontear de ese modo con Alex?!
-Lena: Pues la verdad... Sería muy raro. Alex es tu hermana.
-Kara: Bueno, pues con Sam...
-Sam: ¿Kara...? Eh, oye... - dijo acercándose.
-Kara: No te acerques...
-Sam: Eh, Kara, sólo era una broma... Aposté con Alex veinte pavos a que te creerías que estaba tonteando con Lena. Lena sólo se unió a la broma.
-Kara: Entonces... vosotras.. no...
-Lena: ¡No! ¡Kara, cielo, ¿cómo puedes pensar eso?!
-Kara: Lo siento, hoy estoy teniendo un día horrible.
-Lena: Toma, bebe un poco de vino.
-Kara: No... Me duele la mano. Me he tomado algo para el dolor. Mejor no beber nada de alcohol.
-Lena: Está bien.
-Sam: Kara, lo siento. Normalmente aceptas bien las bromas. Además, no es la primera vez que hacemos algo así.
-Kara: Lo sé, es que...
-Lena: Debimos cancelar la comida.
-Kara: No. Nada de cancelaciones. Volvamos con los demás... - dije caminando hacia el salón. - ¿Qué apostó Alex?
-Sam: Que no te lo creerías.
-Eliza: ¿Va todo bien, cielo?
-Kara: Sí, es que... Alex, le debes veinte pavos a Sam.
-Alex: ¡Oh, vamos! ¡¿Has desconfiado de Lena, en serio?! ¡Mierda, y no he traído regalos para celebrar un divorcio!
-Kara: ¿Podemos terminar de comer, por favor?
-Lena: Cielo...
-Kara: Lo siento.
-Lena: No pasa nada... - dijo cogiendo mi mano sana.
-Winn: No puedo creerme que hayas dudado de Lena, Kara. Pero si no te ha dado nunca motivos para...
-Nia: Winn, déjalo, cielo.
-Winn: Claro, perdón.
Cuando todos terminamos de comer, miré a Sarah.
-Kara: Cielo, ¿Puedes traer las cosas que hay guardadas en la nevera del sótano?
-Lena: ¿Por qué hay cosas guardadas ahí?
-Kara: No seas impaciente.
-Sarah: Claro... - dijo levantándose.
-Kara: Marley, ¿puedes ayudarla?
-Marley: Sí...
-Kara: Mientras, yo iré haciendo sitio – dije levantándome y empezando a recoger los platos.
-Alex: No. Ya me encargo yo, no cojas nada con esa mano.
-Kara: Gracias... Lena, amor, ¿puedes traer platos de postre, cucharas, un cuchillo y copas?
-Lena: Claro.
-Cameron: Yo te ayudo...
Sarah y Marley subieron poco después.
-Kara: Deja la caja en el centro. Pero no la abras aún.
-Sarah: Bien.
-Marley: ¿Champán? Lo que estamos celebrando debe ser algo muy grande.
Después de que Lena y Cameron volvieran con los platos y las copas y las repartieran, esperé a que se sentaran y me puse de pie, abriendo el champán y llenando las copas de todos.
-Kara: Escuchadme, por favor- dije, mirando a todo el mundo – Sé que os estáis preguntando qué celebramos hoy... No es el cumpleaños de nadie. No es el aniversario de nada, ni de nadie... No parece haber un motivo especial, ¿verdad? Bueno, pues hay un motivo. Uno muy especial. Lena. Hoy, hace veintiún años que Lena entró en mi vida y me la salvó. Hace veintiún años que un ángel de ojos verdes apareció ante mí para enseñarme lo que es la felicidad y el amor. Puede que tú lo hayas olvidado – dije mirando a Lena – Pero yo nunca olvidaré la primera vez que te acercaste a mí y te metiste de golpe y para siempre en mi cabeza y en mi corazón. Y ya nunca pude sacarte. Y no quiero sacarte. Yo... Kieran, ¿Puedes traer la caja que hay bajo el sofá? – Dije. Kieran se levantó y se acercó poco después con una pequeña caja. La abrí y saqué un colgante en forma de corazón, con una frase grabada. "21 años juntas. Pero yo pasaría 21 vidas completas a tu lado. Kara." – Como dice el colgante, una vida contigo no será suficiente para mí.
-Lena: Kara... - dijo mirándome, mientras le ponía el colgante. Ella lo acarició.
-Kara: Han pasado muchas cosas maravillosas en todos estos años. Nuestros hijos son las mejores. Pero que tú te fijaras en mí, fue el mayor milagro de todos y no sé cómo pude tener tanta suerte.
-Lena: Kara, cariño... - dijo levantándose- Yo sí que tuve suerte de que me aceptaras. Tú te mereces lo mejor, tú sí eres un verdadero ángel. Sólo te faltan las alas y volar... - dijo riéndose.
-Winn: Creo que voy a llorar...
-Lex: Blando... - dijo secándose una lágrima con la servilleta.
-Helena: Kara, eso ha sido precioso...
-Lillian: Entonces brindemos por Kara y Lena... - dijo levantando su copa.
-Kara: Un segundo. Hay... algo más. Lena, amor, ¿puedes abrir la caja que hay en el centro de la mesa?
-Lena: Claro... - dijo cogiéndola para acercarla a ella y abriéndola. Cuando lo hizo, se quedó mirando la tarta que había dentro, con la boca abierta. Luego me miró a mí - ¿Esto es... Es en serio?
-Katie: ¿Qué es mami?
-Cameron: Algo guarro, porque no quiere enseñarlo...
-Marley: ¡Cam!
-Kara: Si, amor, es cierto.
-Lena: Pero...
-Alex: Lena, ¿puedes enseñarnos de una vez qué hay en esa caja?
-Sam: Una tarta.
-Alex: Si, sé que es una tarta. Pero como no sea lo que estoy imaginando, del tamaño de un caballo, no entiendo la cara de alucine que tiene Lena ahora mismo.
-Lena: Es... - dijo sacando la tarta de la caja. Era una tarta con forma de bebé, con un zapatito rosa y otro azul y debajo tenía un letrero de chocolate que decía "estoy deseando conocerte, mami"- Me parece que Kara intenta decirme que está embarazada.
-Alex: ¡No jodas, ¿es eso?! Tampoco compré un regalo para algo así.
-Kara: Sí, es eso... - dije.
-Winn: Y eso explica el arranque de celos de Kara de esta noche....
-Lena: Pero... ¿De cuánto?
-Kara: Casi tres meses.
-Lena: Pero no... No lo entiendo, no te he visto vomitar ni...
-Kara: Por suerte, esta vez los síntomas no han sido tan fuertes. Si he tenido algún pequeño mareo, o...
-Lena: ¿El día que dijiste que te sentó mal el pudin del restaurante y pasaste la mañana siguiente vomitando?
-Kara: Sí, entonces ya lo sabía – dije, acercándome a un cajón y sacando un sobre que le di a Lena. Ella lo abrió y sacó una ecografía. – Lo bueno es que solo es uno esta vez. Te estás haciendo vieja, amor, has perdido puntería...
-Lena: Idiota... - dijo llorando y abrazándome. Luego se agachó y besó mi vientre, aún plano – Yo también tengo ganas de conocerte, cosita.
-Cameron: ¡Genial, ya no voy a ser el pequeño de la familia!
Nuestros hijos fueron los primeros en acercarse a nosotras y felicitarnos, abrazándonos. Luego, los demás, hicieron lo mismo.
-Kara: Ahora sí... - dije cogiendo mi copa – Celebrémoslo.
-Lena: Tú agua – dijo quitándome la opa y dándome el vaso de agua.
-Kara: ¿Qué haría sin ti? – bromeé – aparte de emborrachar a nuestro futuro hijo o hija, aquí dentro.
-Lena: Posiblemente, estarías muerta. Te habría ahogado con el hueso de una mandarina o algo así.
-Kara: Sí, es muy probable.
-Lena: Te quiero.
-Kara: Te quiero – dije besándola. Luego, brindamos y todos bebieron de sus copas, felices.
LENA
Cuando todos se marcharon, recogimos entre todos la mesa. No podía dejar de mirar a Kara. Ahora entendía por qué últimamente estaba tan rara. Y su arranque de celos con Sam.
-Marley: Espera, mamá, ya friego yo.
-Kara: Gracias, cielo. Lena, amor... - dijo acercándose.
-Lena: ¿Sí?
-Kara: Habla con Kieran, por favor.
-Lena: ¿Ahora?
-Kara: Sí...
-Lena: está bien. –dije sonriéndola y acariciando su vientre- Aún no me lo creo. ¿Cómo...?
-Kara: ¿Recuerdas la noche que volvimos de aquella gala benéfica en la que las dos habíamos bebido demasiado?
-Lena: Oh, dios...
-Kara: Ahora ve.
-Lena: Kieran, cielo, ven... - dije subiendo las escaleras. Kieran me siguió hasta su cuarto.
-Kieran: ¿Qué?
-Lena: Tu madre me ha contado lo que habéis hablado.
-Kieran: No quiero volver a clase.
-Lena: Queda una semana.
-Kieran: No quiero. Mami, por favor, no me obliguéis a ir... - dijo, empezando a llorar.
-Lena: Ven... - dije abrazándola. Esperé a que se calmara un poco y nos sentamos - ¿Sabes? Al principio, a mí me pasaba como a ti, se metían mucho conmigo.
-Kieran: Entonces me entiendes...
-Lena: Claro que te entiendo. Buscaremos un nuevo instituto si es lo que quieres, uno donde puedas empezar de cero. Pero cariño, tienes que empezar a defenderte y mandar a la mierda a todo el que se meta contigo.
-Kieran: ¿Cameron y Katie vendrían al nuevo instituto?
-Lena: No sé si ellos querrían cambiar.
-Kieran: Entonces prefiero estudiar en casa.
-Lena: No. Escucha, la gente se meterá contigo siempre, Kieran. Porque tienes un pene, porque eres demasiado lista, porque eres demasiado guapa... Da igual, siempre encontrarán un motivo por el que hacerte sentir mal. Pero lo mejor que puedes hacer es ignorarlos. Cuando vean que no te afecta lo que te dicen, dejarán de molestarte. E incluso puede que empieces a hacer amigos. Tienes que aprender a protegerte, cielo. Tus hermanos y nosotras no vamos a poder estar siempre contigo. Y todos lo pasamos mal de verte sufrir así.
-Kieran: Yo no sé defenderme.
-Lena: Haremos una cosa. Has terminado tus exámenes, has aprobado todo. Queda una semana... No vayas. El lunes iremos a hablar con el director y le diremos que no volverás. Pero a cambio, quiero que hagas una cosa.
-Kieran: ¿Qué?
-Lena: Mamá ahora necesita estar tranquila, no preocuparse por nadie que no sean ella y el bebé. Así que buscaré a alguien que pueda ayudarte con esto y enseñarte a defenderte. Le diremos a tu madre que vas a clase. Luego, durante el verano, seguirás con esa especie de... llamémosle terapia. Tus hermanos, tus hermanas y nosotras, vamos a apoyarte y te ayudaremos.
-Kieran: Pero mamá...
-Lena: Le diremos a mamá lo que vas a hacer, pero le diremos que empiezas más tarde. Justo tras acabar las clases. ¿De acuerdo? Si te ve en casa, se preocupará.
-Kieran: Vale.
El día siguiente, los chicos decidieron irse todos juntos al parque de atracciones y dejarnos a Kara y a mí a solas para celebrar la noticia del nuevo bebé. Aunque Kara estaba tan cansada, que lo único que hizo fue dormir durante gran parte del día. Y yo, pasé todo ese tiempo abrazándola y mirándola, feliz.
El lunes, fuimos con Kieran a ver al director. Kara iba enfadándose por momentos, porque el tipo no parecía tener muchas intenciones de tomar medidas.
-Kara: Es usted un maldito hijo de... - dijo.
-Lena: Kara, cariño, tranquila... - dije cogiendo su mano – Si usted no va a tomar medidas, entonces sacaremos a nuestros hijos de este instituto. A todos. Y por supuesto, le contaremos a todo el mundo que usted permite que algunos de sus alumnos intenten abusar sexualmente de otros, sin recibir ningún tipo de castigo por ello. Veremos cuánto tardan los demás padres en llevar a sus hijos e hijas a otro centro con un director que no tenga el cerebro de una hormiga aplastada y piense más en sus alumnos y menos en sí mismo.– Me levanté – Kieran, Kara, nos vamos.
Sin darle tiempo al director a responder, salimos y empezamos a caminar hacia la salida. De pronto, Kieran se agarró fuerte a mi mano, mientras un chico se acercaba. Era el cambio de clases y todos estaban en los pasillos.
-Chico: Eh, engendro... ¿Cuál de ellas es la que es igual que tú, eh, rarita?
-Kara: ¿Perdona?
-Chico: ¿Usted? Es una pena, es guapa...
-Kara: Escucha... Zanahorio.
-Chico: Me llamo...
-Kara: Me importa tres narices cómo te llames. Yo voy a llamarte zanahorio, porque tu pelo me recuerda a una zanahoria. O a lo mejor te llamo calabaza, porque tu cabeza es enorme... ¿De verdad cabes por la puerta?
-Lena: Kara...
-Kara: No, Lena. Esto se acaba aquí y ahora. –dijo, mirando al chico – Bien, zanahorio. Kieran será todo lo rarita que tú quieras. Pero, por lo que tengo entendido, la tiene más grande que tú. Y, por lo que tengo entendido, también intentaste tocársela. Así que dime... ¿Es que te gustan las pollas? Porque si no, no me lo explico.
-Kieran: Mamá...
-Chico: Yo no... - dijo, mientras sus compañeros empezaban a reírse de él y a insultarle. Luego me miró a mí – Si ella no es el engendro, entonces lo es usted... - dijo, intentando quedar por encima.
En ese momento, Kieran se movió y le dio una fuerte patada en sus partes, haciendo que el chico cayera al suelo, retorciéndose de dolor.
-Kieran: No te metas con mis madres, pedazo de mierda seca.
-Lena: ¡Kieran!
-Kieran: ¿Qué?
-Lena: ¿Por qué...?
-Kieran: Le dijisteis a Cameron que la opción de la patada en sus partes era más aceptable que estamparle una papelera de hierro en la cabeza. Pues eso le enseñará.
El director se acercó en ese momento, furioso.
-Director: ¡Kieran Luthor! – dijo mirándome - ¡¿Es que no piensan controlar a su hija?!
-Lena: No – dije, cruzándome de brazos. – Mi hija sólo se estaba defendiendo. No veo nada malo en su comportamiento.
-Director: Le acaba de pegar una patada a ese chico en sus partes.
-Kara: No es un chico. Es un pedazo de mierda seca de color zanahoria.
-Lena: Kara... - susurré. Luego miré de nuevo al director. – Usted es quien manda aquí. ¿qué hará al respecto?
-Director: Su hija queda expulsada.
-Lena: No. Mi hija no va a ser expulsada por protegerse de un violador en potencia. Pero lo que sí le aseguro es que mi hija no va a volver a poner un pie en este lugar desde hoy mismo, y además, pienso mandarle una inspección y poner una queja contra usted. O mejor una denuncia, por proteger a matones y violadores. ¿Qué le parece? Ahora sí, Kara, Kieran, vámonos, antes de que yo también le pegue una patada en sus partes a este... ¿este qué? Kara, cielo, tu que tienes tanta imaginación.
-Kara: Pues a ver... Es bajito, feo y calvo... Puedes llamarle ¿proyecto de Gollum a medio formar?
-Lena: Pues eso... a este proyecto de Gollum a medio formar. – dije, saliendo rápidamente, seguida de Kara y Kieran.
Varios meses después, las cosas iban mejor que nunca. Kieran cambió de instituto. Cameron y Katie no quisieron dejar a su hermana sola, así que decidieron cambiarse con ella. Allí nadie se metía con Kieran. Y menos cuando supieron lo que le había hecho al otro chico. Kieran había ganado confianza en sí misma y había hecho un par de amigas.
Y también nació el nuevo miembro de la familia. Kara tuvo un embarazo bastante tranquilo, en comparación a los anteriores. Nos dijeron que iba a ser otro niño, pero después de la sorpresa que nos dio Kieran, decidimos no fiarnos demasiado. Y menos mal. Porque fue otra preciosa niña con la misma condición que su hermana y que yo.
Todos en la familia estaban encantados con la pequeña Alexandra, o Lexie, como Kara nos pidió que la llamáramos. Pero Kieran se convirtió en su mayor protectora, diciendo que ella se encargaría de cuidarla y de enseñarla a defenderse cuando creciera, asegurándose de que nadie haría de su vida un infierno como le pasó a ella durante dieciséis años.
Después del parto, Kara estaba agotada, así que cuando todos se fueron, después de visitarnos tras el primer día en casa, mientras Kara dejaba a Lexie en su cuna, me acerqué por detrás y la abracé.
-Lena: Gracias, cariño...
-Kara: ¿Por qué?
-Lena: Por esta familia. Por ti. Por todo... - dije besando su cuello.
-Kara: Vaya, si vas a agradecérmelo así... Creo que aún podemos tener alguno más. – dijo girándose hacia mí.
-Lena: ¿Siete no son suficientes?
-Kara: No si son tuyos.
-Lena: ¿Y de quién iban a ser si no?
-Kara: De nadie más, por supuesto.
-Lena: Bien. Justo lo que esperaba oír... - dije besándola – Te quiero...
-Kara: Yo no... Yo te quiero mil veces más.
-Lena: Eso es imposible....
FIN
Pues hasta aquí. Espero que os haya gustado. Me hubiera gustado buscar fotos de los hijos ya mayores, pero es tarde y quería dejaros subido el capítulo al menos, así que lo dejo a la imaginación de cada uno /a.
Espero que os haya gustado la historia en general, y por ahora nos seguimos viendo en "NO JUZGUES LO QUE NO VES" Y pronto, quizás dentro de un mes o así, empezaré a subir otra historia nueva, a la vez que la de no juzgues.
Un saludo y gracias por leer. DANVERS_SISTERS.
Y gracias a mi "mujercita" @Tazumin1 por ayudarme cuando estaba atascada y en algunas partes de la historia.
Y a nuestra "hija" @amosupercorp, que aunque sus respuestas cuando le pedía ayuda si estaba atascada o dudaba casi siempre eran "no sé", siempre está ahí animando y apoyando. y a mi otra "hija"
@FranchizRdz (lo siento, por alguna razón, wattpad no quería incluirte, pero juro que te puse desde el principio.
Y sé que tenía otras 2 "hijas" más, pero como nunca aparecen, ya ni sus nombres recuerdo. Jajajaja
Por cierto, buscamos "hija" nueva ¿alguien se apunta? desde luego, no se va a aburrir.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro