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4-SINCERIDAD


LENA

-Winn: Hola, bella durmiente.

-Kara: ¿Dónde estamos? – preguntó cuando abrió los ojos.

-Nia: En casa.

-Kara: ¿En casa...? ¡No, en casa no! – gritó.

-Nia: Kara... En mi casa.

-Kara: Tu casa... Vale.

Winn dejó a Kara sobre el sofá con cuidado.

-Lena: ¿Estás bien? – pregunté, mirándola. Parecía nerviosa.

-Kara: Sí...

-Winn: Menos mal que Lena iba menos borracha que nosotros y pudo darle las señas al taxista...

-Lena: No. Iba igual que vosotros, pero después de ver el golpe que se ha dado Kara, se me ha pasado todo del susto.

-Nia: Pues menos mal...

-Alex: Kara... mírame... - dijo agachándose delante de ella y mirándola –Al menos no te golpeaste la cabeza. Deberías irte a dormir.

-Kara: Quédate... Alex, por favor...

-Alex: Tranquila, no te ha pasado nada... - dijo abrazándola.

Las miré, y en ese momento sentí envidia de la hermana de Kara, de cómo la abrazaba y cómo Kara se pegaba a ella.

-Nia: Alex se quedará. Y Lena y Winn... Vamos a quedarnos todos, ¿vale? Venga, te llevo a tu cama.

-Kara: Mi cama...


-Nia: Ahora vives aquí, ¿recuerdas?

-Alex: Prepararé café.

-Lena: Te ayudo... – dije, acompañando a Nia y a Kara hasta el cuarto y ayudando a Kara a tumbarse. Nia le quitó los zapatos mientras yo la ayudaba a quitarse la camiseta, viendo la cicatriz que tenía en su pecho.

-Nia: No le gusta que se la miren... - dijo.

-Lena: ¿Y su pijama?

-Nia: Ahí...

Lo cogí y miré a Kara. Todos habíamos bebido, pero Kara fue la que más. Algo le pasaba, estaba segura. Y no creo que sólo fuera por ese supuesto novio que la engañaba. Había algo más. Podía verlo en sus ojos. Esos ojos azules que tanto me gustaban y que, desde hace días, por más que Kara intentara mostrar lo contrario, estaban tristes. Me acerqué de nuevo a la cama y le puse la camiseta del pijama, intentando no mirar la cicatriz de Kara, mientras Nia terminaba de quitarle el pantalón.

-Nia: Iré a ver cómo va Alex con el café.

-Lena: Vale... - dije mientras terminaba de vestir a Kara y me sentaba a su lado, apartándole el pelo del rostro - ¿Cómo estás?

-Kara: Tengo sueño...

-Lena: Entonces duerme. Mañana seguramente tendrás un dolor de cabeza horrible.

-Kara: Es posible...

-Lena: Te dejo dormir... - dije levantándome.

-Kara: No, espera... ¿puedes quedarte? Por favor...

-Lena: ¿Ocurre algo?

-Kara: No quiero dormir sola...

-Lena: ¿Por qué?

-Kara: Me da miedo...

-Lena: ¿Miedo?

-Nia: Traigo café, bien cargado.

-Lena: Gracias... - dije cogiendo una taza –Kara...

-Nia: Se ha dormido otra vez.

La miré y sí, estaba completamente dormida, cogiendo mi mano con fuerza.

-Lena: Dile a su hermana que venga. Supongo que querrá quedarse con ella. – dije.

-Nia: Winn dormirá conmigo. Puedes quedarte el sofá. Se convierte en cama. No es un hotel cinco estrellas, pero al menos se puede dormir a gusto en él.

-Lena: Gracias... - dije intentando que Kara me soltase.

-Alex: Estás perdida, no va a soltarte – dijo desde la puerta.

-Lena: ¿Qué?

-Alex: Cuando Kara se queda dormida cogiéndote la mano, no hay forma de soltarse. Lo siento, te va a tocar dormir con ella toda la noche.

-Lena: Pero... Tú eres su hermana. Querrás estar con ella.

-Alex: Sé que contigo estará bien. Yo me quedaré en el sofá.

-Nia: ¿Quieres comer algo?

-Lena: No, gracias...

-Alex: Pasaré después a ver cómo sigue.

-Lena: Sí, claro... - dije mirándolas salir. Me quedé mirando a Kara, en silencio. En ese momento parecía tranquila. Estuve observándola durante dos horas, hasta que cambió de postura y soltó mi mano. Me levanté para ir a decirle a Alex que viniera con ella si quería. Tenía la mano sobre el picaporte de la puerta cuando miré de nuevo a Kara y la vi revolverse, como si estuviese teniendo una pesadilla. Me acerqué a la cama y me tumbé a su lado, abrazándola.

-Lena: Tranquila... - Susurré en su oído – Estoy aquí...

Me quedé dormida poco después.

16 de Junio de 2019

Cuando intenté levantarme esa mañana, era imposible. Kara estaba a mi lado, con su cabeza sobre mi pecho y rodeándome con sus brazos, con una de sus piernas sobre las mías, demasiado cerca de mi miembro, abrazada a mí como un Koala. Yo tenía un brazo por detrás de su cabeza. Intenté moverlo, pero lo tenía dormido. Debíamos llevar así horas.

-Lena: Kara... - susurré.

-Kara: Hum... - fue su única respuesta.

-Lena: Kara, necesito ir al baño...

-Kara: hum...

-Lena: Kara...

Nada, no se movía. Ni un milímetro.

En ese momento la puerta se abrió y Alex nos miró.

-Alex: Debe sentirse cómoda contigo para abrazarte así.

-Lena: Necesito ir al baño, Alex. Y no puedo moverme.

-Alex: Espera, te ayudo... - dijo acercándose y susurrando algo al oído de Kara, lo que hizo que se moviera y yo quedase liberada – Listo, eres libre.

-Lena: Gracias... - dije corriendo al baño. Me hacía pis y no podría aguantar mucho más. Cuando volví, vi a Alex sentada en la cama, acariciando el rostro de Kara. Alex parecía preocupada.

-Alex: ¿Le conoces?

-Lena: ¿A quién?

-Alex: Al imbécil que la tiene así.

-Lena: No... ¿Por qué?

-Alex: Porque voy a arrancarle la cabeza. No veía a Kara así desde que...

-Lena: ¿Desde cuándo? – pregunté curiosa.

-Alex: Desde que mi familia la adoptó. Kara tardó mucho en volver a sonreír y ser feliz de nuevo. No quiero que vuelva a sufrir.

-Lena: Alex... ¿Puedo... preguntar una cosa?

-Alex: Claro.

-Lena: Anoche, cuando la ayudé a cambiarse, vi que Kara tenía una... enorme cicatriz en...

-Alex: No le digas que la has visto.

-Lena: ¿Por qué?

Alex se levantó y me llevó a la otra punta de la habitación, alejadas de Kara. Habló en voz baja.

-Alex: Se la hizo en el accidente en el que murieron sus padres. A Kara le avergüenza, porque los demás niños se metían con ella y se reían cuando veían la cicatriz. –Alex la miró, suspirando – Pero creo que, lo que de verdad le pasa es que le recuerda a aquél día y que, de alguna forma, le hace sentirse culpable. Por favor Lena, no le digas que la has visto.

-Lena: Claro... - dije mirándola – No diré nada, no te preocupes.

-Alex: Gracias.

-Lena: Otra cosa... ¿qué le has dicho para que me soltase?

-Alex: Secretos de hermana. Sólo la persona digna de mi hermana y de compartir su vida con ella, lo sabrá. Más que nada, porque lo necesitará si quiere poder levantarse cada mañana.

-Lena: Claro... - dije mirando el reloj – Debería irme. Tengo que llevar mis cosas a mi nuevo apartamento y...

-Alex: ¿Necesitas ayuda?

-Lena: No. Quédate con Kara, ella te necesita ahora. Aunque intente fingir que está bien, no lo está.

-Alex: También lo has notado.

-Lena: Te diré una cosa, Alex. Tu hermana y yo nos conocemos desde hace menos de un mes. Pero llevo muchísimo tiempo fijándome en ella. Sus ojos me llamaron la atención desde el primer momento en el que la vi. Ahora no son iguales. Tiene la mirada apagada, triste, le falta luz... Puede que tu hermana sonría y diga que todo está bien. Y que la gente a su alrededor la crea. Pero basta mirar sus ojos para ver que no es así.

-Alex: ¿Te gusta mi hermana, Lena? – preguntó, cruzándose de brazos.

-Lena: Yo... - dije, quedándome en blanco.

-Alex: Ya respondo yo por ti. Sí, te gusta. Y mucho. Kara no es una persona que haga amistades con facilidad, le cuesta relacionarse con extraños. Es muy sociable, sí, pero no se abre ante cualquiera. No deja que los demás la conozcan realmente si ella no quiere. Contigo parece cómoda, eso es bueno. Muy bueno. Te ha introducido en su reducidísimo círculo de amigos. Kara puede conocer a mucha gente, llevarse bien con todo el mundo. Pero sus únicos amigos, aparte de mí, son Nia y Winn. Que te haya dejado entrar así en su vida... No sé qué has hecho, o qué has dicho, pero si Kara confía en ti, yo también lo hago. ¿Te gusta mi hermana? Ve a por ella, inténtalo.

-Lena: Pero a ella...

-Alex: ¿Le gustan los chicos? No lo tengo tan claro, la verdad. Sólo te pido una cosa. No le hagas daño. Ya ves cómo se pone, y no soporto verla así. Si vas a romperle el corazón, o no tienes claro lo que sientes por ella, vete. Ahora. Márchate y no vuelvas a acercarte a menos de veinte metros de mi hermana. Pero si estás dispuesta a hacerla feliz, adelante. Mi madre no pondrá ninguna pega. A mí también me gustan las mujeres, tengo novia desde hace dos años y mi madre la adora. Maxwell... Bueno, la verdad es que me importa bien poco lo que opine. Él sólo era un amigo de mi padre. No me gusta que mi madre se haya casado con él, pero... No puedo hacer nada. Pero tienes mi apoyo ante nuestra familia.

-Lena: Gracias... - dije mirándola. Alex parecía muy protectora con Kara y estoy convencida de que sería capaz de arrancarme la cabeza con un palillo si yo hiciera llorar a su hermana. Sólo llorar.- Yo... Sí, Kara me gusta desde hace mucho, pero nunca me he atrevido a decírselo. Cuando me atreví a acercarme a ella y hablarle, fue porque había discutido con Winn y Nia y la vi tan sola y tan triste... Que me partió el corazón. Desde entonces, sólo deseo pasar el mayor tiempo posible con ella y, por las noches, sólo quiero que las horas pasen rápidamente para volver a verla al día siguiente. Pero... Tengo miedo de que si le digo lo que siento por ella, se asuste y se aleje. Dejaré que las cosas sigan el ritmo que deban seguir y surjan cuando deban surgir. Y, si alguna vez le hago daño a Kara, ten por seguro, que no habrá sido intencionadamente, Alex.

-Alex: Te creo...

-Lena: En cuanto a ese imbécil... Si te enteras de quién es, me avisas. Y vamos juntas a patearle el culo.

-Alex: Lo mismo digo. Despiértala y vamos a desayunar. – dijo mirándome. – Y recuerda...

-Lena: No he visto nada...

-Alex: Bien... - dijo sonriéndome y saliendo.

-Lena: Kara... - dije moviéndola con cuidado –Vamos, despierta...

-Kara: Lena... - dijo abriendo los ojos y mirando a su alrededor, asustada - ¿Dónde...?

-Lena: En casa de Nia, tranquila... - dije sonriéndola.- Anoche te pasaste un poco con las cervezas...

-Kara: Oh dios, dime que no te vomité encima.

-Lena: No, no lo hiciste. Pero te caíste del escenario en el Karaoke y tuvimos que traerte a casa.

-Kara: ¿Qué...? Oh dios, qué vergüenza... - dijo, cubriéndose la cara con las manos. De pronto me miró - ¿Te has quedado a dormir aquí?

-Lena: Todos nos hemos quedado.

-Kara: ¿Todos...?

-Lena: Winn, Alex y yo.

-Kara: Oh dios.... ¿Por qué?

-Lena: Porque no queríamos dejarte sola.

-Kara: Tengo el pijama – dijo mirándose - ¿Quién me ha puesto el pijama?

-Lena: Fue Alex. – dije. No quería que se sintiera incómoda.

-Kara: Oh, bien... Voy a.... – dijo levantándose y tambaleándose un poco – Wow...

-Lena: Eh... - dije sujetándola - ¿Estás bien?

-Kara: Creo que sí. Necesito ir al baño...

-Lena: Claro, vamos... - dije ayudándola. Kara entró y yo la esperé fuera.-¡¿Seguro que estás bien?!

-Kara: ¡Sí, ya salgo!

Escuché la cadena y luego el agua. Kara salió poco después, con el rostro mojado.

-Lena: ¿Mejor?

-Kara: Sí...

Bajamos a desayunar y Winn, Nia y Alex ya estaban sentados.

-Winn: ¿Estás bien?

-Kara: Sí, gracias... - miró a su hermana – Gracias por cambiarme de ropa, Alex.

-Nia: ¿Alex? Si...

-Lena: Fue Alex, Nia. – dije mirándoles a los tres para que me siguieran el juego.

-Alex: Sí, claro. Es lo menos que podía hacer por mi hermana.

-Kara: Siento haberos fastidiado la noche.

-Winn: No lo hiciste. Además, ya iba siendo hora de volver a casa.

-Kara: Claro...

Desayunamos casi en silencio. Ninguno quería decir nada que incomodase a Kara.

-Lena: Tengo que irme... - dije cuando acabamos- Tengo que llevar mis cosas a mi apartamento.

-Kara: ¿Quieres ayuda?

-Lena: No es necesario.

-Kara: Tú me ayudaste con lo mío. Ahora yo debería ayudarte a ti.

-Lena: No. Tú acuéstate y descansa, te sentará bien. Yo vendré esta noche a ver cómo estás. Si a Nia no le importa, claro.

-Nia: No. Ven cuando quieras, Lena.

-Lena: ¿Puedo usar tu baño para lavarme un poco?

-Nia: Claro. Ven, te daré una toalla limpia.

-Lena: Gracias- dije siguiéndola.

Tras una ducha, me despedí de Kara y los demás y me fui a casa. Estaba cansada, pero quería acabar con la mudanza lo antes posible. Llamé para que vinieran a recoger las cajas y las llevasen al apartamento. Al ser Domingo, sabía que me costaría algo más, pero no me importaba. Cuando ya estaban todas las cajas, empecé a sacar la ropa y colocarla en el armario.

Pasé toda la tarde pensando en Kara. Y en Alex. De pronto caí en algo. Alex me había dicho que si sabía algo del chico que había roto el corazón de su hermana se lo dijera. Pero en ese momento recordé que Kara me había confesado que ese chico no existía. Que estaba así por su relación con el padrastro de Alex, que no le soportaba, que no se llevaban bien.

Decidí no darle importancia. Si ese chico no existía, Alex no podría encontrarlo. Cogí mi móvil y eché un vistazo. Apenas tenía batería. Ni lo había mirado desde la tarde anterior. Me sentía tan cómoda con Kara y sus amigos, que lo demás no me interesaba. Había puesto el móvil en silencio para que no me molestaran y lo había guardado en el bolso. Tenía varios mensajes de mis padres, otro de mi hermano Lex y otro del taller diciendo que mi coche estaba listo y podría pasar a recogerlo cuando quisiera. Puse el móvil a cargar y seguí colocando cosas. Cerca de las siete, me di una ducha, me puse algo cómodo y llamé a un taxi para ir a casa de Nia.

Cuando llegué, estaban ella y Kara solas. Winn y Alex se habían ido. Alex tenía que recoger un poco la casa antes de que su novia volviera. Supongo que después de casi un año viajando por ahí, necesitaría una buena limpieza. Y por lo visto, Winn se había ido a casa a dormir.

Pude comprobar que Kara no me había hecho ni caso y no había descansado. Se había dedicado a colocar algunas de las cosas de las cajas, aunque, por lo que vi, la mayoría seguían empaquetadas.

Me quedé a cenar con ellas y Kara y yo quedamos para ir colocando mis cosas en mi apartamento durante esa semana. Ya habíamos terminado los exámenes, y esa semana sólo iban los que tenían que recuperar alguna asignatura o los que querían mejorar sus notas. Winn y Nia se irían a pasar unos días fuera, pero volverían para la fiesta de fin de curso del último día.

Así que durante esa semana, por las mañanas nos dedicábamos a colocar cosas con ayuda de Alex. Por la tarde, Alex solía irse y Kara y yo nos quedábamos solas. Veíamos alguna película, hablábamos de cosas de cuando éramos pequeñas. Pero los dos últimos días no pudimos vernos por la tarde. Tuve que ir a ayudar a mi padre con unas cosas de la empresa. Así que el viernes, quedé con Kara en el lugar donde se celebraría la fiesta de fin de curso de la universidad. Winn y Nia irían con ella.

21 de Junio de 2019

Cuando llegué, los vi a los tres hablando y me acerqué.

-Lena: Hola...

-Kara: Hola Lena... - dijo sonriéndome.

-Lena: ¿No ha venido Alex?

-Kara: Su novia volvía hoy, así que no creo que venga.

-Lena: Bien... ¿Queréis algo de beber?

Llevábamos ya varias horas cuando vimos aparecer a Alex.

-Alex: Hola... Perdonad el retraso. Lena, ella es Sam, mi novia. Sam, ella es Lena, una nueva amiga de Kara.

-Lena: Hola.

-Sam: Hola.

-Alex: A Winn y Nia ya los conoces y...

-Kara: ¡Sam! – dijo abrazándola – ¡Habéis venido, qué bien!

-Alex: Kara...

-Kara: ¿Qué...?

-Alex: ¿Has bebido?

-Lena: No mucho, tranquila... Pero creo que le dieron un pastel de marihuana...

-Alex: ¿Qué?

-Lena: En su defensa diré que Kara no sabía nada. Y nosotros tampoco. Nos enteramos cuando escuchamos a unos chicos hablar sobre los pasteles de marihuana que estaban repartiendo los estudiantes de arte – dije, riéndome.

-Alex: Vale... Vamos a por unas cervezas, ahora venimos. Vamos, Sam.

Las vimos alejarse y, un rato después, escuchamos algo de jaleo. Parecía que había algún tipo de pelea. Nos acercamos, y vimos a Alex liándose a puñetazos con un chico, llamándole de todo menos bonito. Sam intentaba separarlos, sin demasiado éxito.

-Kara: Alex, Alex... - dijo poniéndose en medio – Para...

-Alex: ¡¿Es él?!

-Kara: ¿Qué?

-Alex: ¡¿Este es el imbécil que te rompió el corazón?!

-Kara: ¿El...? – dijo, mirando al chico -¡No! Alex, ni siquiera está en la fiesta. Él se... marchó a no sé dónde. No, no es él.

Alex miró al chico y le ayudó a levantarse del suelo.

-Alex: Lo siento... - dijo –Tómate una cerveza o... algo. Invito yo.

-Chico: Sí, claro. Loca desquiciada... - dijo alejándose.

-Alex: ¡¿Qué me has llamado?! ¡Ven aquí si tienes huevos y dímelo a la cara, pedazo de mi...!

-Kara: ¡Alex, para! Ya... - dijo sujetando el rostro de Alex entre sus manos- Tranquila. ¿Qué te pasa?

-Alex: No soporto verte así. Sufriendo por un gilipollas que...

-Kara: Alex, olvídalo. Eh... - dijo, haciendo que la mirase – No te preocupes, ¿vale? Se me pasará... - dijo abrazándola. – Sam, llévatela a casa, por favor.

-Alex: Kara...

-Kara: Yo voy a divertirme con mis amigos esta noche y tú, vas a divertirte con Sam en casa. Por favor.

-Alex: Vale...

Cuando se fueron, nos quedamos un rato más. Aún era temprano. Vimos a Winn y Nia demasiado acaramelados, así que le ofrecí a Kara pasar la noche en mi casa, así ellos podrían ir a casa de Nia y hacer lo que quisieran.

Kara yo pedimos un taxi para volver a casa. Sabíamos que acabaríamos bebiendo, así que ninguna llevó el coche. Además, yo no recogí el mío hasta el jueves, así podría pasar más tiempo con Kara si hubiese necesitado que me llevases a algún sitio. Aunque no fue necesario.

Por suerte, esa noche no bebimos tanto como la noche del karaoke, así que éramos bastante más conscientes de todo. Aunque la verdad, tampoco íbamos del todo sobrias y a Kara aún le duraba el efecto del pastel que se había comido.

Cuando llegamos, Kara se sentó en el sofá, apoyando la cabeza sobre su mano y mirándome.

-Lena: ¿Qué pasa?

-Kara: Nada...

-Lena: ¿Y por qué me miras así?

-Kara: No quieres que te mire, vale – dijo tapándose los ojos.

-Lena: No es eso... - dije acercándome y cogiendo sus manos. Kara se levantó y se pegó a mí, mirándome. –Kara...

-Kara: Soy la primera chica que traes aquí, ¿verdad?

-Lena: Bueno, también ha estado tu hermana.

-Kara: Me refiero para dormir... O para... otras cosas – dijo, colocándome un mechón de pelo tras la oreja.

-Lena: Kara...

-Kara: No sé si me gustan los hombres, o las mujeres – soltó de pronto.

-Lena: ¿Qué...? – en ese momento, noté la mano de Kara dirigirse a mi entrepierna. La detuve, mirándola – Kara, no estás bien.

-Kara: Estoy perfectamente.

-Lena: No. No lo estás.

-Kara: ¿Te gusto?

-Lena: Kara...

-Kara: Venga, puedes decírmelo...

-Lena: Eres un encanto...

-Kara: ¿Puedes besarme?

-Lena: ¿Qué si puedo qué?

-Kara: Besarme...

-Lena: ¿Por qué quieres que te be...? – dije, callándome al notar los labios de Kara sobre los míos, presionando con fuerza.- Kara, espera...

-Kara: ¿Tienes algo de beber? – dijo, apartándose de pronto y alejándose. Me quedé ahí clavada, con los labios como si aún la estuviera besando. La vi acercarse a la nevera y sacar una botella de vino.-¡Mira lo que he encontrado!

-Lena: Kara... Oye... - dije, mientras la abría y daba un trago. Luego me la tendió.

-Kara: Bebe...

-Lena: No.

-Kara: Vamos, sólo un poco.

-Lena: Kara... - dije mirándola. Kara estaba preciosa. Llevaba un vaquero ajustado y una camiseta de manga corta. Y juro que había deseado que esto ocurriera miles de veces. Pero no así. No sabía en qué condiciones estaba Kara, si era lo bastante consciente de lo que estaba haciendo. De pronto, volví a sentir los labios de Kara sobre los míos y un poco de vino pasando de su boca a la mía.

-Kara: ¿Me ayudas a descubrirlo?

-Lena: ¿Descubrir qué?

-Kara: Lo que me gusta...

-Lena: Escucha....

-Kara: Estoy bien, Lena. Sé perfectamente lo que está pasando y lo que estoy diciendo.

-Lena: ¿Estás totalmente segura?

-Kara: Sí...

-Lena: Está bien... - dije devolviéndole el beso que me había dado antes – Ven, vamos a la cama.

-Kara: Sí... - dijo siguiéndome. Cuando llegamos al cuarto, Kara empezó a quitarse la camiseta. No quería que se sintiera incómoda, así que aparté la mirada y Kara lo malinterpretó – No te gusta...

-Lena: ¿Qué?

-Kara: Acabas de ver mi cicatriz y no te gusta.

-Lena: No es eso. No me parece bien quedarme mirando fijamente. Además, no es tan horrible.

-Kara: ¿Ah no?

-Lena: No. No tiene nada de malo. Esto es peor... - dije, quitándome el pantalón y los boxers que llevaba y dejándole ver mi miembro.

-Kara: Oh, vaya...

-Lena: ¿Quieres seguir con esto?

-Kara: Sí – dijo acercándose y acariciándolo, nerviosa.

-Lena: Kara, cielo...

Kara me miró.

-Kara: Es... más grande de lo que pensaba. – dijo, acariciándolo con la mano temblorosa – Vaya... Creo que se alegra de que le presten atención.

-Lena: Más bien se alegra de que lo toquen manos nuevas... Quiero decir que...

-Kara: Sé lo que quieres decir... - dijo, quitándome la camisa que llevaba - ¿No has vuelto a estar con nadie desde que acabaste con aquella chica?

-Lena: No... - dije, cuando Kara me miró a los ojos.

Llevé mis manos hasta sus pantalones y se los quité lo más rápido que pude junto con sus bragas...

-Kara: ¿Tendrás cuidado?

-Lena: Por supuesto... - dije pegándola a mí y besando su cuello. – Sólo te lo preguntaré una vez más. ¿Estás segura de querer seguir?

-Kara: Sí....

-Lena: Entonces túmbate.... – dije, tumbándola en la cama y poniéndome sobre ella. La miré de arriba a abajo. Era perfecta. Desabroché su sujetador y lo dejé caer al suelo, acariciando sus pechos. La noté tensarse – No la tocaré... Y tampoco la miraré... - dije, cerrando los ojos.

-Kara: No. Abre los ojos, Lena.- casi susurró – Me gustan...

-Lena: Está bien...

Fui acariciándola y dejando pequeños besos pos su cuerpo. La noté temblar varias veces, pero supuse que era su primera vez y estaría nerviosa. Traté de ir con el mayor cuidado posible. No quería que se asustase. Intenté tranquilizarla susurrándole cosas al oído y mordisqueando su oreja, besando sus labios.

-Kara: Lena...

-Lena: ¿Estás bien, quieres que pare?

-Kara: No...

-Lena: Vale... Avísame si te hago daño, ¿vale? – dije, introduciendo un par de dedos en su interior, sin penetrar demasiado. Los moví despacio, para que se fuese acostumbrando.

-Kara: ¿Qué...?

-Lena: Tranquila, son mis dedos, cielo... No haré nada hasta que crea que estás lista. Relájate...

Seguí moviéndolos e introduje uno más, moviéndolos algo más rápido y profundizando un poco más. La sentí jadear y arquearse. Empezaba a sentirla muy mojada, pero decidí esperar un poco más. Cuando creí que Kara estaba lista, saqué mis dedos a la vez que introducía mi miembro para que el cambio no fuese demasiado brusco. Embestí con fuerza, esperando encontrarme con una barrera, pero no fue así. Volví a embestir y de nuevo, no encontré nada. Era extraño, pero yo ya estaba demasiado excitada y no podía detenerme ahora. Seguí moviéndome, cada vez más rápido. Noté las manos de Kara en mi espalda y sus uñas arañándome. Era doloroso, pero a la vez, placentero.

-Kara: Oh, dios...

-Lena: No aguantaré mucho más, cielo, voy a correrme.

-Kara: Creo que yo también...

Me dio tiempo a dar varias embestidas más antes de correrme en su interior, con un grito de placer, igual que ella.

-Lena: ¿Cómo estás...?

-Kara: Bien... Esos dedos tuyos hacen maravillas.... – dijo, aún con espasmos, abrazada a mí.

-Lena: No son mis dedos, cielo. Hace rato que dejé de usarlos.

-Kara: ¿Qué...? – dijo mirándome. Su cara se transformó del más profundo placer a una mueca de horror y miedo - ¡No, aparta, quita! – gritó empujándome - ¡Quítate, quita!

-Lena: Kara, ¿qué pasa? – dije apartándome rápidamente, confusa.

-Kara: ¡No me toques!

-Lena: Kara, mírame... - dije tocando su bazo. Kara se encogió y escondió el rostro entre las piernas, mientras rodeaba sus piernas con sus brazos. Daba la impresión de que iba aponerse a sacar púas como un puercoespín si me atrevía a tocarla – Kara, cielo, ¿qué pasa?

Kara alzó el rostro y me miró.

-Kara: Lena...

-Lena: Sí... - dije, sentándome a su lado – Tranquila... - estiré mi mano hacia ella, despacio, acariciando su mejilla – No pasa nada...

-Kara: Lo siento...

-Lena: Kara, quiero que me digas la verdad. Me dijiste que nunca habías estado con nadie.

-Kara: Nunca...

-Lena: Pero no eres virgen... -Kara se encogió de nuevo y empezó a llorar – Kara, ¿alguien te hizo daño, alguien te... te violó? – dije, casi atragantándome con la última palabra.

-Kara: Sí...

-Lena: Joder... - dije apartándome – Debiste decírmelo antes, Kara. No habría... No te habría... No... Mierda....

-Kara: ¿Estás enfadada? – preguntó, entre sollozos.

-Lena: ¡Sí! Pero no contigo, cielo... - dije sentándome de nuevo a su lado- Ven, deja que te abrace. Ven aquí...

Kara me miró y dejó que la abrazase. Acaricié su pelo despacio, sin decir nada, dejándola llorar. Kara temblaba y estaba helada. La tapé con la sábana.

-Kara: Fue Maxwell...-Dijo bastante después.

-Lena: ¿El marido de tu madre? Vale, no tienes que contarme nada si no quieres... - Aún la tenía abrazada.

-Kara: Sí quiero...

-Lena: Está bien... Te escucho.

-Kara: Empezó hace unas semanas. El día que me viste discutir con Winn y Nia...

-Lena: ¿Esa fue la primera vez?

-Kara: Sí...

La miré, intentando no llorar. Ahora entendía muchas cosas. Su mirada triste, sus prisas por irse a vivir con Nia, sus largos silencios... Todo estaba demasiado reciente.

-Lena: Tranquila... - dije, cuando noté que me abrazaba con más fuerza.

-Kara: Cada mañana, cuando Eliza se iba a trabajar, él entraba a mi cuarto. Me ataba las manos a la cama y....

-Lena: No necesito los detalles... Puedo imaginarme el resto, no sigas. Ya está... - acaricié su espalda - ¿Has ido a la policía?

-Kara: No... Dijo que si se lo contaba a alguien, les haría lo mismo a Alex y a Eliza. Y no quiero que les haga daño, Lena.

-Lena: Entiendo...

-Kara: Nia lo descubrió. Además de... violarme... Maxwell me golpeaba. Nia vio los moratones y... le pedí que no dijese nada a nadie. Lena, por favor, no digas nada.

-Lena: Pero, Kara...

-Kara: Por favor...

-Lena: Está bien... Ven, intenta dormir un poco... - dije, mientras nos tumbábamos en la cama. Kara no me soltaba.

Cuando Kara se quedó dormida, eran cerca de las dos de la mañana. Me dormí poco después, abrazándola.

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