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38-AÚN HAY ESPERANZA


4 AÑOS DESPUÉS

KARA

24 de Octubre de 2024

El tiempo había pasado. Lena y yo conseguimos acabar nuestros estudios y conseguimos repartir nuestro tiempo entre nuestros trabajos y nuestros hijos. Cambiamos el apellido de nuestros hijos a Zor-el Danvers Luthor tras la boda.

Hoy era el cumpleaños de Lena, así que fui con los niños a buscar un regalo para ella.

-Marley: ¡Mira esto, mamá! – dijo, cogiendo un peluche.

-Kara: Es un regalo para mami, cielo.

-Marley: Pero a mami le gustan los peluches...

-Kara: ¿Y quién se lo robará luego a mami y jugará todo el tiempo con él?

-Marley: Yo...

-Kara: Exacto. Déjalo en su sitio.

-Sarah: ¡Mamá, ven...! – dijo cogiendo mi mano y tirando de mí.

-Kara: Sarah, cielo, espera...

-Sarah: Mira... - dijo señalando un reloj en una vitrina - ¿Eso le gustará a mami?

-Kara: ¿Eso quieres regalarle?

-Sarah: Sí...

-Kara: Mami ya tiene muchos relojes... Venid aquí... - Dije, mientras Marley, Sarah y Collin se acercaban. Me agaché frente a ellos. – A ver, no tiene que ser un regalo caro, ¿vale? Tiene que ser algo que no tenga y le guste. Podéis elegir un regalo cada uno. O uno entre los tres, eso lo decidís vosotros.

-Collin: Pero es que mami tiene de todo...

-Kara: Lo sé... - suspiré- Por eso es tan difícil encontrar un jodi.... Perdón... un regalo para ella. Seguid buscando. Pero no os alejéis demasiado.... – dije, mirándoles correr hacia la zona de juguetes - ¡Ahí no encontrareis nada para mami! – grité. En ese momento, algo llamó mi atención. Un colgante. Un girasol y una rosa entrelazados. No lo dudé. Lo compré, pedí que le grabaran algo y luego lo guardé. Vi que los niños seguían mirando cosas y trataban de decidir qué comprar. Poco después, los tres corrían hacia mí con algo en sus manos.

-Marley, Sarah y Collin: ¡Mamáaaa!

-Collin: ¡Ya tenemos regalo para mami!

-Kara: ¿Sí..? – pregunté agachándome. Marley traía una bolsa y corría más despacio.

-Sarah: Sí, mira... - dijo cuando Marley llegó, sacando lo que había en la bolsa.

Era una vela. Una de esas que usan tus manos o lo que quieras como molde para hacerla Los niños habían hecho una vela con un montón de colores. Eran sus manitas sujetando un corazón.

-Collin: ¿Le gustará?

-Kara: Le encantará.- dije sonriéndoles.

-Marley: Mamá, tengo hambre.

-Sarah y Collin: ¡y yo!

-Kara: Pues venga, las abuelas nos estarán esperando en casa.

Tras elegir una caja, un papel de regalo, y pagarlo todo, fuimos a casa. Al entrar en el salón, vi que mi madre, Helena y Lillian, ya estaban allí.

-Marley, Sarah y Collin: ¡Abuelas! – gritaron, corriendo a abrazarlas.

-Eliza: Hola... - dijo después de saludar a los niños. – Martha nos ha dicho que salisteis a comprar.

-Kara: Sí, querían un regalo para su madre.

-Collin: ¡Abuela, ¿nos ayudas a envolverlo? – preguntó, sacando la caja y tendiéndosela a Lillian.

-Kara: Pedidle a Martha que os ayude. Los tres gritaron y salieron corriendo a buscar a Martha. Krypto corrió tras ellos.

-Helena: ¿No te vuelven loca?

-Kara: Mucho. Pero no me importa. Los adoro... - dije sonriendo.

Collin había conseguido superar su problema de nacimiento y ahora era un niño sano y feliz, igual que sus hermanas. Collin tenía el pelo y los ojos de Lena. Era el que más se parecía a ella físicamente.

Marley había sacado el pelo oscuro de Lena y mis ojos, mientras que Sarah, tenía mi pelo y los ojos de Lena. Según Lena, eran la mezcla perfecta.

En cuanto a carácter, Sarah era muy parecida a Lena, mientras que Collin y Marley eran más como yo. Me senté en el sofá.

-Helena: ¿Qué le han comprado?

-Kara: Una vela.

-Lillian: ¿Una vela?

-Kara: Sí. Con todos los colores posibles. Y creo que dijeron algo de olor a rosas o algo así.

-Eliza: Alex y Sam tardarán un poco en llegar. Tuvieron que ir a recoger a Beth de no sé qué sitio.

-Kara: Bien... Winn y Nia vendrán también más tarde. Tenían que ir a no sé dónde.

-Helena: ¿Y Lena?

-Kara: No creo que tarde. Tuvo que ir a atender una urgencia en los laboratorios. – dije, mirando al suelo.

-Lillian: ¿Pasa algo?

-Kara: No. Es que... últimamente está un poco desanimada. Es la cuarta vez que intentamos que se quede embarazada. Aún no se ha hecho la prueba de esta última vez, pero está totalmente convencida de que no va a funcionar.

-Lillian: ¿Tú también lo crees?

-Kara: Yo tengo esperanzas. No me importa intentarlo las veces que hagan falta, si ella realmente quiere ser la que tenga a nuestro próximo hijo. Le dije que si no funcionaba, sería yo quien lo tuviera.

-Helena: ¿Y qué dijo?

-Kara: Nada. Pero tiene tanto miedo de que esta vez también salga negativo que no quiere hacerse la prueba. Y han pasado casi seis semanas.

En ese momento, escuchamos la puerta y Lena apareció en el salón poco después.

-Lena: Hola cariño... - dijo acercándose y besándome.

-Kara: Hola amor, felicidades... No pude felicitarte esta mañana. Cuando me desperté ya te habías ido. Leí tu nota. ¿Qué ha pasado?

-Lena: Gracias... Nada. Uno de los inversores se empeñó en visitar las instalaciones justo hoy.

-Kara: Pareces cansada... - dije acariciando su mejilla - ¿Estás bien?

-Lena: Sí... No he dormido mucho esta noche.

-Lillian: Podemos dejar la comida para otro día si necesitas descansar un poco.

-Lena: No... – dijo sentándose a mi lado – Ya dormiré luego un rato.

En ese momento, tres pequeñas fieras entraron en el salón.
-Marley, Sarah y Collin: ¡¡Mamiiii! – corrieron a abrazarla - ¡Felicidades!

-Lena: Gracias..

-Collin: Mamá, ¿podemos darle su regalo a mami?

-Lena: ¿Tengo un regalo? – preguntó, mirándome.

-Kara: Dos, en realidad... - dije sonriéndola –Uno es de ellos, el otro mío.

-Collín: ¿Podemos?

-Kara: Aún no. Las tías Alex y Sam y vuestra prima Beth aún no han llegado.

-Lena: Y Nia y Winn tampoco.

-Sarah: Son unos tardones... - dijo, cruzándose de brazos, molesta.

-Marley: Sí, unos tardones – dijo imitando a su hermana.

-Collin: Siempre hay que llegar puntual a los sitios, ¿verdad mami? – preguntó- Hay que castigarles.

-Lena: Sí... Perdonad un momento... - dijo levantándose.

-Kara: ¿Lena? Perdonad... - dije siguiéndola. - ¿Amor? ¿Dónde estás?- caminé hacia el cuarto y la vi sentada en la cama – Lena... ¿Qué pasa?

-Lena: Nada.

-Kara: No me mientas, sabes que no me gusta.

-Lena: Lo siento... – dijo sonriéndome.

-Kara: ¿Qué es?

-Lena: ¿Y si esta vez tampoco ha funcionado, Kara?

-Kara: No pasa nada. Te dije que si no funcionaba, probaría a quedarme embarazada yo.

-Lena: Tiene gracia... La primera vez que me acosté contigo, te dejé embarazada y me diste tres preciosos bebés. Y ahora, yo ni siquiera puedo darte uno a ti.

-Kara: Eh... ¿Cómo que yo te di a ti tres bebés? ¿Has olvidado quién los puso ahí dentro? Porque no fui yo. Tú me los diste a mí. – acaricié su mejilla, secando las lágrimas que empezaban a salir de sus ojos – No pienses en eso hoy. Sólo disfruta del día. Todas las personas que nos importan estarán aquí hoy para ti. Y los niños te han comprado un regalo precioso.

-Lena: ¿Sí?

-Kara: Sí... - dije mirándola.

-Lena: Oh, mierda...

-Kara: ¿Qué...? – pregunté. La vi levantarse y correr al baño - ¿Lena? - cuando llegué junto a ella, la vi arrodillada junto al váter, vomitando – Eh...

-Lena: Lo siento... - sollozó.

-Kara: Tranquila... - dije sujetando su pelo y sonriendo como una boba.

-Lena: ¿Por qué tienes esa cara de idiota?

-Kara: ¿Tengo cara de idiota?

-Lena: Ahora mismo sí.

-Kara: Vaya, gracias... - dije ayudándola a levantarse y a acercarse al lavabo para lavarse un poco, tras tirar de la cadena - ¿mejor?

-Lena: Sí... Pero sigo sin entender por qué sonríes así. ¿Has intentado comerte un zapato y se te ha quedado atravesado en la boca?

-Kara: ¡oye! Creo que pasas demasiado tiempo con Alex. – dije abrazándola por detrás y dejando mis manos sobre su vientre – Creo que al final, tendrás tres regalos hoy. Aunque uno será para las dos.

-Lena: ¿Se puede saber qué pasa contigo hoy? Estás muy rara, Kara.

-Kara: ¿Rara...? Bueno, a lo mejor lo que estoy es enamorada de la madre de nuestro próximo hijo. O hija.

-Lena: ¿Qué estás diciendo?

Besé su cuello, sabiendo cómo le gustaba eso y metí las manos bajo su blusa, acariciando su vientre con los pulgares.

-Kara: Que creo que finalmente lo has conseguido y estás embarazada.

-Lena: ¿Qué? No, no puede ser.

-Kara: Salgamos de dudas... - dije, sacando una de mis manos de debajo de la blusa de Lena y abriendo uno de los cajones. Saqué una cajita y se la di a Lena, que no la cogió - ¿Quieres salir de dudas?

-Lena: ¿Ahora?

-Kara: ¿Por qué no?

-Lena: Nos están esperando.

-Kara: Sólo serán cinco minutos. Venga... ¿Quieres hacer pis?

-Lena: No.

-Kara: Amor... Eh... – dije notándola temblar. Hice que se girase y me mirara – Tranquila...

-Lena: ¿Y si es negativa?

-Kara: ¿Y si no lo es...? - dije, volviendo a besar su cuello.

-Lena: Eso es trampa...

-Kara: No lo es...

-Lena: Kara... Nos están esperando. Y seguro que tu hermana ya ha llegado.

-Kara: Pues que esperen. Intento animar a mi esposa.

-Lena: Kara... - dijo tensándose. – Para... Vale, haré pis en esa maldita cosa. Dámelo – dijo quitándome la caja de la mano. Me apoyé en el lavabo, cruzando los brazos. - ¿Es que piensas quedarte mirando?

-Kara: No tienes nada que no haya visto antes, amor...

-Lena: ¿Te parece sexy verme hacer pis en un palito?

-Kara: Todo en ti me parece sexy... - dije, sin dejar de sonreír.

-Lena: Te estás haciendo demasiadas ilusiones.

-Kara: Y tú estás siendo muy negativa. Haz pis o te la corto.

-Lena: Ya, con lo bien que te lo pasas con ella...

-Kara: ¡Vamos!

-Lena: Ya voy... Es que si estás mirando no puedo...

-Kara: Vale... - dije dándome la vuelta y mirando por el espejo.

-Lena: ¿Puedes salir?

-Kara: Te doy treinta segundos. – dije saliendo del baño y mirando el reloj. Cuando pasaron los treinta segundos, asomé la cabeza por la puerta. - ¿Ya?

-Lena: Sí. Pasa anda...

Entré y la miré. Había dejado la prueba de embarazo sobre el lavabo y parecía nerviosa.

-Kara: Eh, amor... Tranquila... - acaricié de nuevo su mejilla, sonriéndola.

-Lena: No puedo estar tranquila. No quiero decepcionarte otra vez.

-Kara: ¿Otra vez?

-Lena: Ya han sido tres intentos negativos.

-Kara: Lena. Tú nunca me has decepcionado. Sólo te está costando un poco, nada más... Pero has seguido intentándolo.-Dije, abrazándola con fuerza.

-Lena: Gracias...

-Kara: ¿Por qué?

-Lena: Por estar aquí...

-Kara: No, amor. Gracias a ti. Por hacer que esté aquí.

Esperamos los tres minutos que indicaban las instrucciones, sin dejar de abrazarnos. Lena necesitaba desahogarse, y yo no quería soltarla.

-Lena: No puedo mirarlo.

-Kara: Lo haré yo... - dije separándome de ella y cogiendo la prueba. La miré, en silencio.

-Lena: ¿Y bien?

-Kara: ¿Tienes algo que hacer mañana?

-Lena: Kara...

-Kara: Ya estás pidiendo cita con el médico. Quiero ver esa cosita que está creciendo ahí dentro.

-Lena: Espera... ¿Qué...? ¿Es...? – dijo, quitándome la prueba de la mano y mirándola – Sí, lo es...

-Kara: Lo es... - dije sin poder contener la emoción – Vamos a tener un bebé...

-Lena: Estoy...

-Kara: Sí, mi vida... - dije cogiendo su rostro entre mis manos y besándola. Luego me arrodillé y besé su vientre, feliz – Agárrate fuerte ahí dentro y no des mucha guerra a mami... - Noté las manos de Lena acariciando mi pelo. Levanté la cabeza, mirándola. La sonreí y me puse de pie, besándola de nuevo- Te quiero...

-Lena: Y yo a ti... - dijo llorando.

-Kara: Vale, dejemos de llorar... - dije secando mis lágrimas y las de Lena – y volvamos al salón. Nos esperan.

-Lena: Sí.

LENA

-Lena: Espera... -dije deteniéndome, y haciendo que Kara también se detuviera, antes de entrar al salón.

-Kara: ¿Qué...? ¿Te encuentras mal, quieres que les pida que se marchen?

-Lena: No. Sólo... Déjame mirarte.

-Kara: ¿Mirarme?

-Lena: Por favor.

-Kara: Claro... Pero, ¿por qué... Tengo algo en la cara o...?

Sí, tenía algo. Su rostro reflejaba una completa felicidad. Su sonrisa era amplia, sus ojos brillaban cada vez que nos miraba a mí o a nuestros hijos. En estos cuatro años, Kara había cambiado por completo. Había superado sus miedos y todo lo ocurrido con Maxwell. Me gustaba escucharla reír y verla jugar con Marley, Sarah y Collin. Y con Krypto.

Kara había terminado sus estudios, a pesar de todos los problemas que hubo. Incluso, los sacó antes de tiempo. Era bastante inteligente, y lo demostraba a diario, dirigiendo con éxito las empresas de sus padres. Y enfrentándose al mío. Lionel había intentado por todos los medios recuperar sus empresas. O al menos, parte de ellas. Pero Kara siempre se mostraba implacable al respecto, lo que había hecho que mi padre, incluso tuviese miedo de Kara. Aunque siempre me pedía consejo a mí primero. Después de todo, era mi padre y ella no quería hacer nada contra él sin mi permiso.

También, por difícil o incomprensible que pareciese para algunas personas, Kara había perdonado a Mike por lo que le hizo. Incluso habló a su favor para que le redujeran la condena. También había que reconocer que Mike hizo méritos para ello. Tras la muerte de Maxwell, Mike destapó todos los negocios sucios y las maldades de su "padre". No quiso quedarse con nada de Maxwell, a excepción de la casa en la que Vivian cuando Mike era pequeño, ya que le traía buenos recuerdos de su madre. El resto del dinero lo usó para compensar a las familias que Maxwell había destrozado a lo largo de los años y donarlo a varias causas benéfica. Mike quería empezar de cero. Quería tener una buena relación con sus hermanas y Kara supo ver sus esfuerzos.

Acaricié el rostro de Kara, que seguía mirándome.

-Lena: Eres perfecta... - susurré.

-Kara: No digas tonterías... - dijo, poniendo su mano sobre la mía y la otra sobre mi vientre - ¿Quieres dar la noticia hoy, o prefieres esperar?

-Lena: ¿Podemos asegurarnos bien primero?

-Kara: Claro. ¿Pediste ya hora con el médico?

-Lena: No.

-Kara: Está bien, ve al salón, yo la pediré – dijo besándome.

Cuando volví al salón, los niños jugaban con Krypto en un rincón, con su prima Beth. Alex y Sam ya habían llegado.

-Lena: Hola... - dije acercándome a saludarlas.

-Eliza: ¿Dónde está Kara?

-Helena: ¿Va todo bien?

-Lena: Sí. Kara vendrá enseguida, está haciendo una llamada.

-Alex: ¿Está trabajando en tu cumpleaños? Porque me prometió que no lo haría.

-Lena: No. Es... No es por trabajo – dije sonriendo.- ¿Winn y Nia no han llegado aún?

-Alex: No deben tardar.

En ese momento llamaron al timbre y Winn y Nia entraron.

-Winn: ¡Hola! – dijo, contento.

-Kara: ¡Ya era hora! – dijo entrando también en el salón.

-Winn: Perdón. Fuimos a recoger el regalo de Lena.

-Lena: No teníais que molestaros.

-Nia: Por supuesto que teníamos que hacerlo – dijo abrazándome – felicidades...

-Lena: Gracias.

-Kara: Bueno, ya estamos todos. Iros sentando y le diré a Martha que traiga la comida.

-Beth: ¡Tía Kara, tía Lena! – dijo corriendo cuando se dio cuenta de que estábamos allí.

-Kara: Hola... - dijo cogiéndola en brazos – Cada vez te pareces más a tu madre...

-Alex: ¿A cuál de ellas?

-Kara: A la guapa.

-Alex: Gracias – dijo sonriendo.

-Kara: Me refería a Sam.

-Alex: ¡Eh! Ten hermanas para esto.

-Kara: Es broma. Pero mírala, si es clavadita a ti, Alex. – dijo bajando a la niña tras besarla en la mejilla y saliendo de nuevo.

La comida fue tranquila. Hubo un montón de risas, de historias.... Yo traté de comer, aunque no tenía mucha hambre. Kara cogía mi mano con disimulo y la apretaba de vez en cuando, sonriéndome y dándome besos.

-Sam: Kara está muy cariñosa hoy... - dijo.

-Kara: ¿Qué?

-Sam: No dejas de besar a Lena.

-Kara: Porque es su cumpleaños, se lo merece más que nunca.

-Alex: Nunca has estado así de pegajosa con ella.

-Kara: Bueno, pues hoy me apetece estarlo.

-Lena: Yo no tengo problema con que esté así.

-Kara: ¿Veis? A ella le gusta. Y si le gusta, yo no se lo voy a negar.

Tras la comida, Martha apareció con J'onn. Entre los dos traían una enorme tarta con un montón de velas.

-Lena: ¡Madre mía, ¿y eso?!

-Helena: Es nuestro regalo.... – dijo, abrazando a Lillian.-Bueno, uno de ellos.

-Lena: ¿Uno de ellos?

-Lillian: Tenemos otro.

-Kara: ¿Por qué no se lo dais?

-Lena: ¡Sí!

-Lillian: No. Kara debe darte el suyo primero.

-Kara: Prefiero ser la última.

-Lena: ¿Por qué?

-Kara: Porque así veré qué te regalan los demás y sabré si mi regalo es mejor o peor que los otros.

-Lena: ¡Tramposa!

-Kara: No, en serio. Son tus madres, merecen ser las primeras.

-Helena: Bien... - dijo levantándose y volviendo poco después con un enorme paquete.

-Lena: Es muy grande.

-Lillian: No es ninguna maravilla, pero...

Abrí el paquete, y me quedé sin palabras. Era una enorme fotografía de mis madres y mía. Yo estaba entre las dos. Nos tomamos esa foto durante las navidades pasadas y nunca me cansaba de decirles cuánto me gustaba cada vez que la veía en su casa.

Mis madres se casaron hacía dos años, en Irlanda. Kara y yo les pagamos la boda, el viaje... Me gustaba verlas así de felices. No se habían separado ni una sola vez en esos cuatro años. A pesar de que hubo mucha gente que se oponía a su relación, ellas decidieron sacar a esas personas de sus vidas, aunque fuesen conocidos de hace muchos años. No iban a dejar que nadie estropease su felicidad. Y yo tampoco.

-Lena: Me encanta, gracias... – dije. En ese momento llamaron a la puerta y Lex entró en el salón - ¡Lex! – dije corriendo a abrazarle.

-Lex: Felicidades...

-Lena: No te esperaba.

-Lex: Bueno, lo cierto es que estaba de viaje de negocios en Alemania. Pero no podía perderme el cumpleaños de mi hermanita. ¿Ya estáis con los regalos?

-Lena: Acabamos de empezar. Acabo de recibir el de mi madre y Lillian.

-Lex: ¿Puedo darte el mío entonces?

Miré a todos los presentes, y nadie se negó, así que Lex me entregó una pequeña cajita. La abrí, viendo unos pendientes sencillos, pero preciosos, de color verde.

-Lena: Me encantan.

-Lex: Hacen juego con tus ojos.

-Lena: Gracias... - dije abrazándole.

Las siguientes fueron Alex y Sam, que me regalaron una nueva cartera para el trabajo.

-Sam: La que tienes ya está muy estropeada.

-Alex: Sí, cualquier día te quedas con el asa en la mano.

-Lena: Gracias, me hacía falta.

-Alex: ¿Y tú por qué sonríes así? – preguntó, mirando a Kara.

-Kara: Porque creo que mi regalo será el mejor...

-Sam: Para Lena tu regalo siempre será el mejor... Aunque le regales una piedra.

-Kara: No voy a regalarle una piedra.

-Winn: Ahora el nuestro. – dijo, tendiéndome un paquete.

Lo abrí y vi una especie de cuaderno forrado en piel de color vino, con mis iniciales en dorado.

-Nia: Kara nos dijo que a veces te gusta escribir cosas que no quieres olvidar o...

-Lena: Me encanta – dije.

Sí, me gustaba. Tras nuestra segunda boda, pasé una buena parte de mi tiempo libre creando una especie de "álbumes" en los que pegaba cada foto de Kara que me gustaba, cada recuerdo que había compartido con ella. Desde una simple servilleta, hasta una entrada de cine. Las ecografías de nuestros hijos, fotos... Tenía todo detallado con fechas, horas, lugares... En estos cuatro años había conseguido llenar casi seis cuadernos enteros. Ya sabía qué uso le daría a este. Sería el primer diario de nuestro nuevo bebé. También tenía varios de Marley, Sarah y Collin.

-Kara: ¡Nos toca! – dijo por fin – Marley, Sarah, Collin, id a por vuestro regalo para mami.

Vi que los tres corrían fuera del salón y volvían poco después con una gran caja y con mucho cuidado.

-Lena: Gracias – dije cogiéndola y dejándola sobre la mesa con cuidado. Marley, Sarah y Collin se pusieron a mi lado, mirando con emoción cómo abría la caja, lentamente.

-Collin: ¡Más rápido, mami!

-Lena: No quiero romper el papel, me gusta mucho- dije, riéndome al ver el papel de conejitos de colores.

-Sarah: ¡Rómpelo, mami, tenemos más papel, te lo regalamos también si quieres!

-Lena: Está bien... - dije rompiendo el papel y mirando la caja de color azul.

-Marley: El regalo está dentro, mami... - dijo.

-Lena: Ya lo sé, cielo, no seáis impacientes... Me pregunto a quién habréis salido... - dije, mirando a Kara.

-Kara: ¿A mí...?

-Lena: No... Han salido a cierta persona que cuando llega a casa de la pastelería, ya se ha comido media docena de donuts por el camino.

-Kara: Por eso suelo traer tres cajas, para que haya para todos – dijo, sacándome la lengua – Ir a comprar me da hambre.

-Lena: Ya...

-Marley, Sarah y Collin: ¡¡¡Mamiiiii!!!

-Lena: Ya voy... - dije abriendo la caja y sacando lo que parecía una especie de... vela con muchos colores. Eran seis pequeñas manitas sujetando un enorme corazón – Vaya...

-Sarah: ¡Son nuestras manos, mami!

-Lena: ¿En serio?

-Collin: Sí, esas son las mías... - dijo señalándolas.

-Lena: Lo veo...

-Marley: Y esas las mías.

-Sarah: ¡Y tiene muchos colores!

-Lena: Me encanta. Habrá que buscarle un buen sitio para que no se rompa, ni se deshaga.

-Marley: ¿de verdad te gusta...? Mamá dijo que no tenía que ser un regalo caro.

-Collin: Lo elegimos los tres.

-Lena: Es precioso. Venid aquí – dije abrazándoles, mientras los demás nos miraban.

-Eliza: Son un encanto.

-Kara: Bueno, eso es todo.

-Lena: ¿Cómo que todo? ¿Y el tuyo?

-Kara: ¿En serio, aquí, delante de todos? – dijo. La miré, levantando la ceja – Bueno, si insistes... Quítate la ropa. A ver, dejad libre el sofá, necesitaremos espacio para....

-Lena: ¡Kara! – grité, golpeándola.

-Kara: Vale, vale, es broma... - dijo, sacando una cajita – Toma.

Abrí la caja y vi un hermoso colgante en el que una rosa y un girasol se entrelazaban.

-Lena: Kara... Cariño, es... - dije, sin poder contener las lágrimas.

-Kara: Hay algo... detrás...

Le di la vuelta, leyendo en voz alta la inscripción.

-Lena: "Me protegiste con tus espinas y me dejé guiar por tu luz" – dije, mirándola.

-Alex: Oh, joder...

-Kara: Es... Bueno... Hace referencia a... - dijo, nerviosa. – Bueno, tú eres la rosa y... me protegiste con tus espinas cuando... te enfrentaste a Maxwell por mí y... yo... soy el girasol ¿no? Entonces... busqué tu luz, tu calor... me dejé guiar por ellos para salir de esa oscuridad que me invadía por dentro y....

Cogí el rostro de Kara entre mis manos y la besé con fuerza.

-Lena: Sin duda, es el segundo mejor regalo de todos los que he tenido.

-Kara: ¿El segundo...? – preguntó. Parecía decepcionada.

-Lena: Sí, el segundo. El primero fueron esos tres pequeños diablos...

-Kara: Oh... - dijo, mirando a Marley, Sarah y Collin que estaban metiendo los dedos en la tarta - ¡Eh, eso no se hace! ¡Es para todos!

-Collin: Perdón, mamá... - dijo con carita de pena – Es que está muy buena. Mami, ¿podemos comer tarta ya?

-Lena: Claro... Martha, por favor, ¿puedes cortarla?

-Martha: Claro.

-Kara: Deja que te ponga esto... - dijo, colocándome el colgante y mirándome- Listo. Perfecto. Estás preciosa.

Lo acaricié, sonriéndola.

Hicimos varias fotos con la tarta y pasamos un rato más con todos. Cuando se marcharon, Kara se recostó en el sofá y yo hice lo mismo sobre ella.

-Lena: Vaya día. – dije mientras Kara me rodeaba con sus brazos.

-Kara: ¿Estás cansada? Ve a acostarte un rato, yo me encargo de los monstruos.

-Lena: ¿No te importa?

-Kara: No. Además, tienes que descansar... - dijo acariciando mi vientre.

-Lena: Vale... ¿Me despiertas en un par de horas?

-Kara: Claro. Por cierto, mañana tenemos cita con el médico a las nueve.

-Lena: Bien... - dije levantándome y besándola.

Pasé el resto de la tarde en la cama, me sentía agotada. Kara sólo me despertó para cenar y luego las dos volvimos a la cama.



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Esta historia iba a terminar dentro de  4 o 5 capítulos, haciendo el embarazado de Lena muy por encima, pero os haré una pregunta. ¿Quereis unos cuantos capitulos mas, con los peques ya con esta edad, leyendo travesuras y demas?

Además, podría poner algo mas sobre lena y su embarazo

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