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36-SACRIFICIOS


LENA

5 de Marzo de 2020

Al leer la noticia del periódico no sabía qué pensar. La verdad era que lo que más me preocupaba en este momento era Kara. Le di el periódico a Eliza y me centré en calmar a mi mujer.

-Lena: Cielo... Eh... - dije, haciendo que me mirase.- Es una buena noticia, cariño. No volverá a molestarte.

-Kara: No... ¿Y si es una trampa...? – logró decir- ¿Y si se ha escapado y...? ¿Y si les hace algo a los bebés...? ¡ O a ti, por haber hecho que le detuvieran! No.... – agachó la cabeza de nuevo, sin parar de temblar.

-Lena: Eh, eh... Kara...Mírame – dije – Si te quedas más tranquila, llamaré a prisión para ver si puedo informarme de algo, ¿de acuerdo?

-Kara: ¿Lo harás...?

-Lena: Claro que sí... Ahora, ponte las zapatillas. – dije, mientras se las ponía. Martha las había dejado en el suelo y estaba recogiendo los trozos de taza – Y vamos al sofá. Venga. Te irá bien tumbarte un poco. Eliza, ayúdame, por favor.

-Eliza: Sí...

Entre las dos, ayudamos a Kara a ir hasta el sofá. La ayudé a tumbarse y la tapé con la manta que había siempre cerca. Luego acaricié su pelo.

-Lena: Voy a llamar, ¿vale? – dije sonriéndola - ¿Estás más tranquila?

-Kara: No... No lo estaré hasta que sepa si es verdad.

-Lena: Dame unos minutos, ¿vale? Eliza, quédate con ella.

Fui a la habitación y cogí mi teléfono, llamando primero a Sam.

-Sam: Lena...

-Lena: ¿Has visto el periódico, sabes algo?

-Sam: ¿De lo de Maxwell? Sí, ahora mismo estoy yendo para la prisión. Me llamaron hace un rato. Al ser la abogada de Kara, tuvieron que informarme.

-Lena: ¿Sabes qué ha pasado?

-Sam: No sé mucho, espero saber algo más cuando llegue. Pero al parecer le dieron una paliza de muerte.

-Lena: Llámame en cuanto sepas algo, por favor. Kara está muy nerviosa. Piensa que Maxwell podría haberse escapado.

-Sam: Os informaré, no te preocupes. He pedido que me dejen ver el cuerpo para confirmar que se trata de él y no es otra de sus tretas. Tranquila.

-Lena: Gracias...

-Sam: De nada. Dile a Kara que se tranquilice, Alex va para allá.

-Lena: Gracias... - dije colgando y volviendo al salón. Eliza estaba sentada al lado de Kara, acariciándole el pelo - ¿Está mejor?

-Eliza: No...

-Kara: ¿Sabes algo?

-Lena: He hablado con Sam. Va a la prisión para confirmarlo, nos llamará en cuanto sepa algo. Tu hermana viene hacia aquí. ¿vale?

-Kara: Vale...- dijo levantando la cabeza cuando Sarah empezó a protestar – Dámela – dijo sentándose, con ayuda de Eliza.

Cogí a Sarah y la dejé en brazos de Kara. Sarah empezó a buscar el pecho de Kara, con ansia.

-Lena: En eso se parecen los tres a ti... - dije, intentando animarla.

-Kara: Tendremos que hacer una cocina más grande o una buena despensa con ocho neveras.

-Lena: ¿Sólo ocho? Me parecen pocas, Yo pondría... No sé... Unas veinte – dije cogiendo a Collin y sentándome a su lado. Eliza cogió a Marley.

Diez minutos después, sonó el timbre y Alex entró corriendo en el salón.

-Alex: ¡Eh, Kara! – dijo, mirándola – Vaya, te pillo en mal momento. ¿Estás bien?

-Kara: Hola... Ven, tranquila... - dijo sonriéndola .

-Lena: Kara está algo nerviosa. No se fía de que Maxwell esté muerto.

-Alex: Sam ha ido a averiguarlo.

-Kara: Si está muerto, quiero verlo.

-Alex: ¿Qué?

-Lena: ¿Por qué?

-Kara: Porque así sabré que esto ha terminado por fin.

-Alex: Pues, por lo que le dijeron a Sam, creo que no sería muy agradable de ver.

-Kara: Maxwell nunca fue agradable de ver Alex, no creo que esté mucho peor que antes.

-Alex: ¿Eso ha sido una broma? ¿En serio? – dijo, acariciando la cabecita de Sarah- mira Marley cómo come.

-Lena: Es Sarah. Esa es Marley – dije señalando a la niña que tenía Eliza en brazos. Alex se acercó a ella.

-Alex: ¿Cómo lo hacéis?

-Lena: ¿Cómo hacemos qué?

-Alex: Para distinguirlas. Yo las veo iguales.

-Kara: Sarah tiene los ojos un poco más claros.

-Alex: ¿En serio? – dijo mirando a las dos niñas una y otra vez.- Yo no noto la diferencia.

-Lena: Nosotras sí.

-Alex: Porque sois sus madres...

-Lena: Será eso... - dije, mirándola – Dime, ¿Sam y tú ya habéis pensado algo para la boda?

-Alex: Bueno, alguna cosilla. ¿Y vosotras?

-Lena: La verdad es que aún no, con todo este jaleo... Lo que sí debemos hacer es ponernos de acuerdo entre las cuatro para la fecha y el lugar de la celebración.

-Kara: El once de Junio. – dijo de pronto.

-Lena: ¿Qué?

-Kara: Quiero que sea el Once de Junio.

-Alex: ¿Por qué?

-Kara: Ese día hará justo un año que Lena apareció para salvarme la vida.

-Alex: Vaya, eso es... No creo que Sam tenga ningún inconveniente ante algo así – dijo sonriendo a su hermana.

-Lena: ¿Fue ese día?

-Kara: Sí, justo ese día.

-Lena: ¿Cómo puedes acordarte?

-Kara: Hay momentos que no se olvidan... - dijo mirándome y sonriéndome.

-Eliza: ¿Sólo un año? Pues cualquiera que os viera pensaría que lleváis juntas media vida.

-Alex: La verdad es que lo de ellas dos no es normal... ¿Me la dejas? – preguntó, cogiendo a Marley y luego mirándome – Bueno, vosotras habéis decidido la fecha. A Sam y a mí nos toca elegir el lugar de la celebración.

-Lena: Me parece justo, ¿Tú qué dices, mi Tiranosauria?

-Kara: Digo que me parece bien, que me des a Collin para que coma y cojas a Sarah y que te voy a matar por llamarme así.

-Lena: Es que me encanta cuando intentas parecer enfadada, pero en el fondo te gusta que te llame así.

-Kara: Idiota... – dijo, mientras cogía a Collin y yo le sacaba los gases a Sarah.

Krypto miró a Collin comer, tumbado a los pies de Kara.

La puerta volvió a sonar y Winn y Nia entraron .

-Kara: ¿No deberíais estar en clase?

-Winn: Sí, pero tenemos algo que contaros... ¡Vamos a ser papás!

-Kara: ¡¿Qué?! Nia, ¡¿En serio?! – preguntó, alegrándose por ella. – Te abrazaría, pero... - señaló a Collin.

-Nia: Tranquila, no te preocupes. No es lo que estás pensando. Winn me ha convencido para que adoptemos un perro juntos.

-Winn: ¡Sí, un amiguito para Krypto!

-Kara: Oh, bueno, no sé qué decir ahora.

-Nia: En realidad hemos venido porque hemos visto las noticias. ¿Estás bien?

-Lena: Kara no está del todo convencida de que sea cierto. Y eso la tiene un poco asustada.

-Winn: Adoptaremos un pitbull, para que si Maxwell aparece, se coma su salchicha de un bocado. ¡ÑAM!

-Nia: ¡Winn!

-Winn: No, tienes razón, cielo. El pobre animal se envenenaría y no queremos eso.

-Nia: No seas idiota...

Estuvieron cerca de una hora con nosotras antes de irse a clase. Yo también debería haber ido, pero no quería dejar a Kara sola.

Alex estuvo haciendo carantoñas a Sarah, Marley y Collin, mientras hablaba con Sarah y Eliza. Yo me dedicaba a mirarlas. Kara parecía estar más tranquila cuando Alex estaba cerca. Una hora y media después, Sam entró en el salón.

-Sam: Hola...

-Kara: Sam... ¿Es cierto? – preguntó, levantándose casi de un salto.

-Sam: Sí, es cierto. Maxwell está muerto.- dijo acercándose a besar a Alex y acariciar la carita de Sarah, que estaba con su tía.

-Kara: ¿Estás segura?

-Sam: Kara, jamás te mentiría sobre algo así.

-Kara: Lo sé, pero...

-Lena: Kara dice que no estará tranquila hasta que lo vea por ella misma.

-Sam: No creo que te gustara... Créeme, Kara, ha sido muy desagradable. Le reventaron la cara a puñetazos. Además de una puñalada muy cerca del corazón.

-Kara: Aun así, me gustaría...

-Sam: No. Lo siento, no voy a permitir que hagas eso, Kara. Confía en mí, está muerto, ¿vale?

-Kara: Sam...

-Sam: Eres una maldita cabezota. Mira – dijo, sacando su móvil – No voy a dejar que pases a verle, porque como ya te digo, es muy desagradable. Pero sabía que insistirías en asegurarte tú misma de que era estaba muerto. Así que... Hice una foto sin que me vieran – dijo, mostrándosela a Alex.

-Alex: Vale... Kara, en serio, no quieres ver esto.

-Kara: Sí, sí que quiero.

-Lena: Joder... ¿eso es Maxwell? – pregunté, cuando me la enseñó a mí. – Kara, cielo, créenos, no quieres verlo... - dije, con cara de asco.

-Kara: Sí...

-Lena: Vale, enséñaselo. Pero antes dame a Marley – dije, cogiéndola de sus brazos.

-Kara: ¿Por qué?

-Lena: Porque no quiero que se te caiga al suelo. Enséñasela, Sam.

-Kara: Tampoco creo que sea para tan... ¡Joder! – gritó- Vale, aparta eso de delante de mía, antes de que.. – dijo, mientras le daba una arcada.

-Eliza: Kara, cielo.

-Kara: Estoy bien... - dijo. – Enséñamelo de nuevo.

-Sam: ¿Segura?

-Kara: Sí...

Cuando volvió a ver la foto, Kara soltó un suspiro de alivio.

-Kara: Sí, es Maxwell... – dijo – Reconozco esa marca en su brazo. Vale, ya, aparta eso...

Le di la niña a Sam y me senté junto a Kara, abrazándola, justo cuando ella empezaba a llorar.

-Lena: Cariño... ¿Estás bien?

-Alex: No me digas que estás llorando por ese pedazo de mierda, Kara. Porque te aseguro que te arranco los ojos. – Miró a Eliza – Tú no vas a ver esa foto.

-Kara: No... - dijo, mirándonos – Entonces... ¿se acabó? ¿Maxwell no volverá a hacerme daño?

-Sam: No. Nunca.

-Kara: Eso es... - dijo mirándome.

En ese momento, noté algo en Kara que hizo que no pudiera dejar de mirarla. Algo que hizo que mi corazón diera un brinco y se detuviera por unos segundos. Sus ojos. Seguían siendo tan azules y hermosos como siempre, pero... Ya no veía tristeza en ellos. Ahora, sus ojos parecían sonreír, igual que el resto de su cara. Me perdí en ellos, mirándolos fijamente, y empezando a llorar yo también.

-Kara: ¿Lena?

-Lena: Eso es increíble...- dije abrazándola y besándola después.

-Kara: ¿Saben quién ha sido? – preguntó cuando nos separamos, mirando a Sam.

-Sam: Sí. Y no sé si es algo bueno, o malo.

-Lena: ¿Por qué?

-Sam: Ha sido Mike.

-Lena: ¿Mike?

-Sam: Sí. He pedido que me dejen verle esta tarde para hacerle algunas preguntas. Tengo que volver después de comer y...

-Alex: Voy contigo.-Sam: ¿Por qué?

-Alex: Quiero preguntarle una cosa.

-Sam: De acuerdo.

-Kara: ¿Os quedáis a comer?

-Sam: Claro... - dijo sonriendo a Kara.

-Lena: Perfecto. Hoy cocinamos nosotras, ¿me ayudas, Sam?

-Sam: Por supuesto... - dijo siguiéndome a la cocina - ¿Pasa algo?

-Lena: ¿Estás segura de que a Kara le conviene ir a ver a Mike?

-Sam: No puedo impedírselo, Lena. Puedo aconsejarle que no vaya, pero nada más. Y ya sabes lo cabezota que es Kara, ¿verdad?

-Lena: Sí... - Dije suspirando. Es que... Mírala, Sam. Ha... Mejorado tanto... Desde que Maxwell entró en prisión, es como si... Fuese otra persona. Más decidida, más fuerte y ahora... Mira sus ojos. Sam, desde que la conocí, Kara siempre había tenido una mirada triste, vacía. Ella sonreía, pero su mirada no lo hacía. Ahora lo hace. – dije, mirando a Kara – No quiero que nada ni nadie le haga retroceder. Y me da miedo que el simple hecho de ver a Mike...

-Sam: No dejaremos que Kara se venga debajo de nuevo. Ninguna. Ni tú, ni yo, ni Alex, ni Eliza... Kara ahora tiene más apoyo del que nunca tuvo, Lena. Y te tiene a ti, y a los bebés. Puede que... Ver a Mike la ayude a cerrar por completo este capítulo de su vida. Kara temía a Maxwell, no a Mike. No sé, pero creo que Kara necesita enfrentarse a esto para saber qué siente realmente hacia su medio hermano. Conozco a Kara. Y creo que necesita saber lo que dirá Mike, porque necesita saber si puede o no perdonarle. O al menos, entenderle. Además, Kara no estará sola con él. Deja que venga.

-Lena: Está bien... - dije – Bueno, ¿y Qué hacemos de comer?

-Sam: ¿Y si mejor pedimos algo?

-Lena: Buena idea. Hemos decidido pedir algo – die mientras volvíamos al salón - ¿Pizza?

-Kara: ¡Sí, Pizza!

-Alex: Decidido entonces.

-Eliza: Ya tenías ganas de una, ¿eh cielo?

-Kara: Sí, Lena no me ha dejado comer todas las que he querido estos meses – dijo, sacándome la lengua.

-Lena: Estabas embarazada, cielo, tenías que cuidarte... - dije sentándome a su lado y besándola.

Dejamos a los bebés en sus cunas y estuvimos hablando hasta que llegó la comida. Kara se comió una pizza entera ella sola. Realmente tenía hambre.

-Alex: Alguien ha recuperado su apetito de dinosaurio... - bromeó.

-Lena: Ahora sí que eres mi pequeña Tiranosauria... - dije, siguiendo la broma.

-Kara: Mira lo que has hecho, Alex.

-Alex: ¿Yo?

-Kara: Sabes que me encantan los dinosaurios, compraste esa camiseta a propósito, ¿verdad?

-Alex: Pues claro que sí. Por cierto, tengo una cosa para mis sobrinas y mi sobrino.

-Kara: ¿Qué es?

-Alex: Lo tengo en el coche, ahora vuelvo... - dijo saliendo poco después y volviendo con una bolsa que nos tendió a Kara y a mí.

Kara sacó tres pequeños paquetitos. Ella empezó a desenvolver uno, mientras yo hacía lo mismo con otro. Cuando acabamos, vimos unos pijamitas con forma de dinosaurio. Kara abrió el tercero. Otro pijamita. Uno amarillo, otro verde y otro azul.

-Lena: Mira, cielo, ahora también ellos serán nuestros pequeños dinosaurios... - dije riéndome.

-Kara: ¡Me encantan! ¿Podemos ponérselos ahora?

-Lena: Ahora están dormidos, cariño.

-Kara: Pero es que quiero que sus tías les vean con los pijamitas que les han regalado. Luego no podrán... - dijo, haciéndome un puchero.

-Alex: Oh no... Ya estás perdida, Lena...

-Lena: Kara, no ... no sé si tenemos tiempo de... - dije mirándola. Cada vez exageraba más el puchero. Miré a Sam. No sabía a qué hora deberíamos irnos a la prisión. Sam me asintió. – Mierda... Vale, tú ganas... - dije levantándome con dos de los pijamas en la mano. Luego ayudé a Kara a levantarse y nos acercamos a las cunas.

-Kara: Alex, Sam, no miréis hasta que estén cambiados. Mamá, ¿me ayudas?

-Eliza: Claro... - dijo riéndose.

-Kara: ¡Listos! – dijo poco después. – Podéis mirar...

Cuando Sam y Alex abrieron los ojos, empezaron a reírse.

-Sam: ¡Míralos!

-Alex: ¡Me los quiero comer, ¿me los puedo comer?!

-Kara: ¡No! – dijo con Marley en brazos. Yo tenía a Sarah y Eliza a Collin. Sam y Alex se acercaron e hicieron varias fotos. De los bebés, de nosotras, de nosotras con los bebés...

-Sam: Siento interrumpir este momento, pero deberíamos irnos ya.

-Kara: Debería cambiarme, aún llevo el pijama – dijo mirándose.

-Lena: Vamos, te ayudo.

KARA

Tras vestirnos, subimos al coche de Alex. Sam iba con ella delante y Lena y yo detrás. Le pedimos a Eliza que se quedara con los bebés, tras asegurarnos de que había leche para ellos en la nevera.

De camino a la prisión, no pude evitar ponerme nerviosa. Lena cogió mis manos y me sonrió, en silencio.

-Lena: No tienes que entrar si no quieres... - dijo cuando llegamos ala puerta.

-Kara: Sí, sí quiero – dije, cogiendo aire.

-Sam: Bien, esperad aquí... Os conseguiré pases.

-Alex: Claro...

Sam volvió poco después.

-Sam: Bien, tenemos sólo veinte minutos, ¿de acuerdo?

-Alex: ¿Conseguiste que pudiéramos entrar todas?

-Sam: Sí... Bueno, Kara es la más interesada en esto, y yo soy su abogada. Lena la acompaña como su esposa y tú... Como médico por si Kara sufriera algún tipo de... ataque de ansiedad.

-Alex: ¿Ahora entendéis por qué la quiero? Esta mujer tiene recursos para todo... – dijo besándola.

-Sam: Alex, aquí no, cariño...

Sam nos guió hasta una sala donde había varias sillas. Nos sentamos, y poco después trajeron a Mike, esposado. Le hicieron sentarse frente a nosotras, tras esposarle a la mesa y los policías que le trajeron salieron.

Le miré y me fijé que tenía las manos vendadas.

-Mike: ¿Qué hacéis todas aquí?- preguntó sorprendido, mirando a Alex, Lena y Sam. Cuando llegó a mí, bajó la mirada – Kara... Hola...

-Kara: Hola Mike... - dije, mientras Lena cogía mi mano disimuladamente y la apretaba.

-Sam: Mike... Dicen que has matado a Maxwell ¿es cierto?

-Mike: Tal vez...

-Sam: Mike...

-Mike: ¡Iba a matar a Kara, ¿vale?! ¡Lionel Luthor se lo pidió personalmente, y no podía permitir que ocurriera! – dijo, nervioso, empezando a llorar – Ya le ha hecho bastante daño... No iba a dejar que lastimase a mi hermana de nuevo... - me miró.

-Sam: Esto sólo empeorará las cosas para ti. Lo sabes, ¿verdad?

-Mike: No me importa... Estoy pagando por el daño que te hice... - dijo dirigiéndose a mí – No me importa alargar mi condena un poco.

-Sam: ¿Un poco? Mike, es posible que no vuelvas a salir a la calle.

-Mike: Si ese es el precio para que mis hermanas y Eliza sean felices, entonces lo pagaré encantado.

-Sam: ¿Qué pasó? ¿Puedes contármelo?

-Mike: Claro....

MIKE

****FLASHBACK****

Habían pasado un par de horas desde la charla de Maxwell con Lionel. No podía permitir que volviera a hacer daño a Kara, tenía que retrasar su salida de la cárcel de alguna forma. Le vi caminar hacia los servicios y le seguí. Estábamos solos, así que me acerqué a él, le cogí del cuello y le golpeé contra la pared.

-Mike: Déjala en paz...

-Maxwell: ¿Qué...? - dijo apartándome de un golpe, girándose y mirándome. –Mike... Qué sorpresa. Creía que no querías tener nada que ver conmigo.

-Mike: Deja a Kara en paz...

-Maxwell: ¿Ahora te preocupas por ella? ¿Después de lo que le hiciste...? – dijo riéndose.

-Mike: ¡¿Después de lo que le hice?!¡NO! ¡Después de lo que TÚ me obligaste a hacerle!

-Maxwell: ¿Qué diferencia hay?

-Mike: ¡Creía que tú eras mi padre, lo único que me quedaba en el mundo! ¡Quería que te sintieras orgulloso de mí, que me quisieras...!

-Maxwell: ¿Y pensaste que violar a tu hermana sólo porque yo te lo había pedido, era la forma de conseguirlo?

-Mike: Desgraciadamente sí. Siempre decías que era débil, blando... Un inútil... Que no merecía llevar tu apellido. Pero lo decías porque sabías que no eras mi padre, ¿verdad?

-Maxwell: Sí... Bueno, me enteré cuando tenías tres años. Tu madre y yo queríamos darte un hermano, pero ella no se quedaba embarazada. Tenías tres años. Decidí hacerme unas pruebas para ver si el problema era mío o de ella. ¿Y sabes qué? Resultó que yo era estéril y no podía tener hijos. No me costó saber quién era tu padre.

-Mike: ¿La mataste...? ¿Mataste tú a mi madre?

-Maxwell: Ella me traicionó.... Me engañó...

Le di un puñetazo, furioso. Necesitaba centrarme. Ese no era el tema ahora. Ahora lo que importaba era Kara. Lo que importaba era que él no pudiera salir y hacerles daño a ella o a sus bebés.

-Mike: No saldrás de aquí...

-Maxwell: ¿Y quién va a impedírmelo...? ¿Tú?

-Mike: Yo... y unos amigos – dije, mientras varios presos más entraban en el baño. Había conseguido reunir a un pequeño grupo de cinco hombres, sin contarme a mí, que estaban en la cárcel por culpa de Maxwell y tenían ganas de cobrarse su venganza.

-Maxwell: Ya me extrañaba a mí que tú tuvieras valor para hacer algo...

En ese momento, le di otro puñetazo, haciéndole caer al suelo. Los demás, aprovecharon para golpearle también en ese momento. Patadas, puñetazos... Maxwell recibía golpes por todos lados.

-Mike: Esperad... - dije, haciendo que se apartaran – Dejadme el resto a mí... - dije, sentándome sobre Maxwell, que estaba con toda la cara ensangrentada. Le di varios puñetazos, furioso, hasta dejarle medio inconsciente – Vas a salir de aquí, sí, pero derecho al hospital... ¡Esto es por mi madre! – dije, cogiéndole de la camisa y golpeándole la cabeza contra el suelo con fuerza. - ¡Este es por mí! – otra vez -¡ este por Jeremiah! – otra vez - ¡Este por Eliza! – este fue más fuerte. Un charco de sangre empezaba a formarse en el suelo, pero no podía parar- ¡Y estos, por Kara! – dije, golpeándole contra el suelo cuatro veces más.

En ese momento, noté que alguien tiraba de mí. Eran dos guardias, que al oír el jaleo habían ido a ver qué pasaba. Los demás les oyeron venir y se habían marchado. Estaba allí, sólo, con Maxwell. Miré a Maxwell, inmóvil. Un montón de sangre salía de detrás de su cabeza. Un guardia se agachó junto a él, tomándole el pulso y negando con la cabeza.

Joder... ¿Le había matado? El otro guardia me esposó y me llevó a la enfermería. Yo tenía los nudillos destrozados, pero no sentía el dolor. Sólo sentía alivio. Si Maxwell estaba muerto, ya no podría hacer daño a Kara.

****FIN FLASHBACK****

Miré a Kara, Lena, Alex y Sam, que me miraban en silencio.

KARA

-Kara: Gracias... - dije mirando a Mike y poniendo mi mano sobre la suya.

-Mike: ¿Por qué...? Kara, yo te hice daño, yo te...

-Kara: Pero estás arrepentido y... Creo que puedo entender por qué lo hiciste. Tranquilo. Yo... Creo que podré llegar a perdonarte. Algún día.

-Mike: No lo merezco.

-Kara: Eso es algo que debo decidir yo, ¿no crees?

-Lena: Hablaré con mi hermano. Tiene buenos contactos. Tal vez pueda hacer algo por ti.

-Mike: ¿Cómo qué... Que no me condenen a muerte?

-Lena: Espero que algo más que eso. Dadme unos minutos. – dijo saliendo.

-Policía: Se acabó el tiempo.- dijo entrando.

-Sam: De acuerdo. Tenemos que irnos. Gracias por su ayuda, señor Lord...

Cuando salimos, vi que Lena hablaba por teléfono. Le hice una seña y ella nos siguió. No quise interrumpirla ni escuchar lo que decía, preferí que tratara ella el asunto con su hermano. Estaba segura de que luego me lo contaría todo. Cuando estábamos llegando al coche, Lena se puso a mi lado, rodeando mi cintura con su brazo.

-Lena: Listo... - dijo mientras entrábamos.

Fuimos todo el tiempo en silencio hasta casa. Las cuatro. Alex y Sam nos dejaron a Lena y a mí y luego se fueron. Entramos en casa y Krypto vino corriendo a recibirnos. Yo fui directamente a saludar a mi madre y a ver a los bebés.

-Kara: ¿Te han dado mucha guerra?

-Eliza: No. Se han tomado sus biberones y se han quedado dormidos. Son muy buenos. ¿Cómo ha ido? ¿De verdad ha sido Mike?

-Kara: Sí. Él mismo nos lo contó.

-Eliza: Pero Mike es incapaz de...

-Lena: Todos somos capaces de cualquier cosa por la gente que queremos, Eliza. Mike fue capaz de matar a Maxwell. Por ti. Y por sus hermanas.

-Eliza: Entonces... ¿Está en problemas?

-Lena: No lo sé. He hablado con mi hermano. Tiene contactos en la prisión. Intentará ayudarle.

-Eliza: Bien...

Pasamos el resto de la tarde tranquilas. Lena estuvo estudiando y yo me puse a repasar apuntes también. Después de todo, era lo único que podía hacer para no aburrirme. Después de cenar, y dar su cena a los bebés, nos fuimos todos a dormir.

LENA

La tarde en la prisión fue... Bueno, no esperaba que Mike tuviera el valor de matar a Maxwell, pero nos había quitado un problema de encima y pensé que merecía una recompensa por eso, así que llamé a mi hermano, contándole la situación. Me dijo que vería qué podía hacer y que me avisaría con lo que sea.

Cuando fuimos a dormir esa noche, vi que Kara llevaba a Collin a la cama.

-Lena: ¿Va a dormir con nosotras?

-Kara: ¿Te importa? Le noto algo raro.

-Lena: Si le pasara algo, estoy segura de que Krypto no dejaría de ladrar y dar vueltas a su alrededor. Kara, Collin está bien... - dije acercándome.

-Kara: Tienes razón... - dijo sonriéndome y dejándole de nuevo en su cuna.

Me acerqué a ella, abrazándola por detrás.

-Lena: ¿Qué pasa?

-Kara: No sé... Todo esto me parece... ¿De verdad Maxwell está... muerto? ¿De verdad puedo dejar de preocuparme y de pensar que me estará siguiendo cada vez que salga a la calle? ¿Qué ya nadie querrá hacernos daños a mí, a ti o a nuestros hijos?

-Lena: De verdad, cariño... Se acabó. Maxwell va a pudrirse en el infierno por toda la eternidad y tú y yo vamos a ser felices.

-Kara: Es lo único que quiero... - dijo girándose y besándome – Gracias amor... Por todo lo que has hecho por mí en estos meses.

-Lena: No tienes que agradecerme nada. Pero si de verdad quieres hacerlo... ¿qué te parece si a partir de mañana empezamos a planear nuestra boda, eh?

-Kara: Me parece una gran idea...

-Lena: Vamos a dormir... - dije besándola y caminando hacia la cama.

Nos quedamos dormidas enseguida, abrazadas.

6 de Marzo de 2020

Nos despertamos con el llanto de Sarah y Marley. Me levanté y fui a ver a Collin, que seguía profundamente dormido.

Después de que Kara les diera de comer a los tres, nos duchamos, nos pusimos algo cómodo para estar en casa y bajamos a desayunar, llevando a los bebés abajo, como siempre. Kara no quería dejarlos solos ni un solo segundo. Sobre todo a Collin. Krypto nos siguió.

Dejamos a los bebés en las cunas y, tras olisquear a Collin y comprobar que todo estaba en orden, Krypto nos siguió a la cocina, moviendo su cola y pidiendo su comida.

-Kara: Ya voy... - dijo mientras Krypto se enredaba entre sus piernas, jugando. – Lena amor, ¿puedes dejar el plato de Krypto en el suelo? – preguntó, tendiéndomelo.

-Lena: Claro... ¡Krypto, toma!

Cuando acabamos de desayunar, Kara pidió que nadie nos molestara y nos sentamos un rato a ver la televisión. Pero de pronto, Kara empezó a besarme y a meter sus manos por debajo de mi camiseta.

-Kara: Tengo hambre... - dijo besándome.

-Lena: Acabamos de desayunar, cariño...

-Kara: No es ese tipo de hambre... - dijo, empezando a besar mi vientre. Me quitó la camiseta y la tiró al suelo.

-Lena: Kara.... Cariño, tu madre puede bajar o... - dije, al notar que metía su mano por dentro de mi pantalón – algún criado podría... Oh, joder...

-Kara: Sssshhh... No grites y así no vendrá nadie... - dijo, besando mi cuello.

-Lena: Pero... -Dije, colocándome para darle una postura más cómoda a Kara.

-Kara: Eso es... Parece que alguien ya está preparado para jugar... - dijo, acariciando mi erección por dentro de la ropa interior.

-Lena: Kara....

-Kara: Sssshhh....

-Lena: Vale, tú ganas, pero espera... - dije, cogiendo un cojín y poniéndolo delante de mi boca- Ya está...

Llevábamos un rato entretenidas. Kara estaba haciendo auténticas maravillas conmigo en el sofá. Mordí el cojín para que no se oyera mi grito cuando llegué al orgasmo.

-Kara: Eso es, amor...

-Lena: ¡Joder, Karaaaaahhh! – grité, mordiendo el cojín con fuerza.

-Lex: ¡Joder, ¿Es que no tenéis un cuarto para hacer esas cosas?! – dijo entrando en ese momento.

-Lena: ¡LEX! – Grité, empujando a Kara y haciendo que cayese al suelo - ¡Kara, mi vida, lo siento!

-Kara: Tranquila... - dijo levantándose, mientras yo me ponía rápidamente mi camiseta y me levantaba para ayudarla.

-Lex: Siento interrumpir, pero... Martha me dijo que estabais en el salón y...

-Lena: ¿A qué has venido?

-Lex: Pues... A ver a mis sobrinos, traerles unos regalitos y.... Noticias para vosotras.

-Kara: ¿Qué clase de noticias? – dijo, acercándose para saludar a Lex, que se apartó.

-Lex: No me toques sin lavarte antes esas manos. Acabo de verlas haciéndole cosas a mi hermana que no había visto ni en las películas porno. Lávatelas con lejía, por favor. Y la boca, por si acaso. O quiero saber si también ha tocado.... Eso.

-Lena: ¡Lex! ¿Qué noticias traes? – dije, mientras se acercaba a ver a Collin y a las niñas y Kara iba a lavarse.

-Lex: Creo que se van a parecer a ti... Menuda puntería hermanita. Tres de una vez.

-Lena: Lex...

-Lex: Me vas a desgastar el nombre si sigues así. ¿Sabes que lo has dicho ya... tres veces en menos de... cuatro minutos? – dijo, mirando su reloj – En fin, ya sé cómo ayudar a Mike.

-Lena: ¿Cómo?

-Kara: ¿Tan rápido? – dijo entrando.

-Lex: ¿Te has lavado bien?

-Kara: Sí...

-Lex: Entonces ahora sí puedes saludarme, cuñada – dijo abrazándola.

-Lena: ¿A mí no me saludas?

-Lex: No te has lavado... Y el pajarito sigue suelto...

-Lena: ¡Joder, Lex! – dije, subiéndome rápidamente el calzoncillo y poniéndome el pantalón. ¿Cuándo me había quitado Kara el pantalón? Ni me había enterado.

-Lex: En fin, vestiros y acompañarme a prisión, tenemos que hablar con Mike y... alguien más.

-Lena: ¿Cómo lo has conseguido tan rápido?

-Lex: Lena, hermanita... Antes de arruinar a nuestro padre... ¿Te molestaste en saber cuáles eran todas sus posesiones? – dijo, sentándose en el sofá y levantándose rápidamente – También tenéis que limpiar este sofá. ¿Habéis usado esa silla para vuestras cochinadas?

-Lena: No. – Kara se acercó a mí y me abrazó.

-Lex: Bien... - dijo sentándose – Como te iba diciendo. Hace dos meses, nuestro padre compró una parte de la cárcel. El cincuenta y cinco por ciento, para ser exactos. Lo que quiere decir, que tienes una buena parte del control de ese lugar. El caso es... que estuve preguntando. Y uno de los hombres que ayudaron a Mike a darle esa paliza a Maxwell, está cumpliendo cadena perpetua por... Bueno, eso no importa. No quiero daros detalles escabrosos tan temprano. Bien. Ese hombre, acepta cargar con la culpa del asesinato de Maxwell a cambio de que a su mujer y a su hija no les falte de nada.

-Lena: ¿A qué se refiere exactamente?

-Lex: Eso lo concretaremos allí con él. ¿A qué esperáis para cambiaros? Vamos, yo me quedaré con estos tres monstruitos y les daré sus regalos.

-Lena: Vale... Vamos, cielo.

Subimos a cambiarnos y a pedirle a Eliza que se quedara con los bebes y, al bajar, vimos a Lex inclinado sobre las cunas. Les había regalado unos sonajeros en forma de dinosaurio con sus nombres.

-Kara: ¿Dinosaurios?

-Lex: Me dijeron que a ti te gustaban. No sé... Puedo cambiarlos si quieres.

-Kara: Esto es culpa tuya y de Alex – dijo mirándome – Ahora nos van a llenar la casa de dinosaurios.

-Lena: Vamos, cielo, deja de protestar. Te encantan. No lo niegues. Te están dando ganas de coger esos sonajeros y ponerte a jugar tú con ellos.

-Kara: Eso no es verdad... - dijo, mirándolos de reojo. Me crucé de brazos, alzando la ceja y la miré, contando mentalmente. Uno... dos... -¡Vale, sí! ¡¿Puedo hacerlos sonar una vez antes de irnos? Por favor...

-Lena: Sí...

-Eliza: Sigue siendo una niña... - dijo entrando en el salón.

Diez minutos después, estábamos de camino a la prisión. Otra vez. Al llegar, nos llevaron a una sala donde nos esperaba uno de los presos. Seguramente el mismo del que nos habló mi hermano.

-Lex: Bien, este es vuestro hombre... – dijo cuando entramos – Bien... Steve... Diles lo que me dijiste a mí anoche, por favor.

-Steve: Claro... Mike es un buen chico. Nos contó lo que ese desgraciado le había hecho a su hermana pequeña y cómo tenía también amenazadas a su otra hermana y a la madre de ambas, que también había sido como una madre para él. Así que, como varios le teníamos ganas a Maxwell, decidimos ayudarle a darle una paliza. Pero Mike tenía mucha rabia dentro. El caso es que los guardias llegaron y nosotros, le dejamos solo. Resumiendo. Yo voy a pasarme aquí el resto de mi vida por culpa de ese desgraciado de Lord. Ya no tengo nada que perder. Así que acepto cargar con la culpa de su asesinato a cambio de que a mi mujer y mi hija no les falte de nada.

-Lena: ¿A qué se refiere con eso?

-Steve: Sólo quiero saber que tendrán una buena vida. Una buena casa, buenos estudios... Seguro que sabe a lo que me refiero, señorita Luthor.

-Lena: Por supuesto – dije mirándole. No parecía un mal tipo. ¿Qué podría haber hecho para tener que pasar toda la vida allí metido? – Bien. Me aseguraré de que su mujer tenga trabajo en alguna de mis empresas. Y pagaré los estudios de su hija. También tendrán una nueva casa donde vivir.

-Steve: Me parece bien.

-Lena: ¿Puede decirme qué hizo para estar aquí metido?

-Steve: ¿Recuerda esa bomba de hace tres años en un cine?

-Lena: Sí. Yo salí de ese cine diez minutos antes de que ocurriera todo. Me libré por poco. – Kara me miró.

-Steve: Maxwell Lord fue quien puso la bomba para luego quedarse con los terrenos y construir un hotel. Me culpó a mí. Nunca pude demostrar mi inocencia. Me cargaron la muerte de setenta y seis personas.

-Lena: Si su historia es cierta, me aseguraré de que se investigue de nuevo. Seguro que alguien podrá aportar pruebas suficientes.

-Steve: Se lo agradecería señora Luthor.

-Lena: Gracias por todo.. – dije levantándome de la silla. Kara hizo lo mismo.

-Steve: ¿Usted es la hermana pequeña de Mike? – preguntó, mirando a Kara.

-Kara: Sí.

-Steve: Ahora entiendo todo.. – dijo sonriéndola – No se preocupe, Lord ya no le hará daño nunca más.

-Kara: Bien. Gracias.. – dijo saliendo.

Después de eso, fuimos a ver a Mike para contarle todo el plan y el aceptó, aunque pidió que no interfiriésemos en su condena por lo que había hecho con Kara. Estaba dispuesto a pasar todo el tiempo que le habían condenado allí.

Cuando volvimos a casa, Kara se sentó en el sofá. Martha nos dijo que Sam y Eliza habían salido a pasear un rato con los bebés al parque que había cerca.

-Lena: ¿Cariño?

-Kara: Mike...

-Lena: ¿Qué pasa con él?

-Kara: ¿Debería perdonarle, amor? Es cierto que me hizo cosas que... Pero le veo realmente arrepentido. Y está dispuesto a pasar ahí metido todo el tiempo que... ¿Crees que será más fácil para él si le perdono?

-Lena: Tal vez... No lo sé. Pero eso es algo que debes decidir tú – dije acariciando su mejilla. ¿Tienes hambre?

-Kara: Sí.

-Lena: Me refiero a comida... Tienes hambre de comida, ¿verdad?

-Kara: Sí, amor... - Dijo riéndose – Tranquila. La próxima vez que quiera comerte, me aseguraré de que sea en nuestro cuarto y con el seguro de la puerta echado.

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