31- MEZCLA DE SENTIMIENTOS
Bueno, como durante algunos días parece que tendré algo más de tiempo para escribir, puede que actualice más seguido. Aquí os dejo el de hoy, espero que no sea muy aburrido jejeje. Ya sabeis, muchos votos, muchos comentarios y pronto os subo el siguiente.
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LENA
Eran casi las ocho de la tarde. Habían llevado a Kara ya las niñas a una habitación hacía media hora. Kara seguía dormida, así que decidí esperar a que despertara para que recibiera visitas. El médico me dijo que nuestro hijo pasaría esa noche en observación y podríamos verlo al día siguiente. Eso me tenía realmente nerviosa, pero era necesario.
Kara despertó a las ocho y cuarto y me miró.
-Lena: Hola, cielo... - dije besándola.
-Kara: Hola... - dijo mirándome – Te han curado... - acarició el pequeño vendaje que cubría el corte de mi frente.
-Lena: Sí...
-Kara: ¿Vas a contarme ahora qué te ha pasado?
-Lena: Cielo, acabas de tener tres bebés. No creo que sea buen momento para...
-Kara: Lena. Quiero saberlo. – dijo seria.
-Lena: Está bien. Te lo contaré. Pero antes... Hay mucha gente esperando para veros. ¿Podemos ocuparnos de eso primero?
-Kara: Está bien... - dijo mirando hacia las cunas - ¿Dónde está nuestro hijo?
-Lena: Van a dejarle en observación. Mañana podremos verle.
-Kara: ¿Mañana?
-Lena: Sé que es difícil, y que la espera se hará muy larga, pero...
-Kara: Entiendo. Es por su bien... - dijo suspirando – Dame a las niñas, y ve a buscar a todos.
-Lena: Bueno, antes de eso tenemos que decidir cuál de ellas llevará el nombre que elegiste tú y cuál el que elegí yo.
-Kara: La primera que nació llevará el que elegiste tú.
-Lena: Entonces esta... - dije, mirando a una de las niñas.
Ayudé a Kara a sentarse en la cama y puse a las niñas en sus brazos con cuidado. Después salí y, segundos después, la habitación estaba llena de gente.
-Lena: Kara necesita descansar, así que intentaremos que esto sea rápido. Espero que lo entendáis. Ha sido un parto difícil y... - dije, sentándome en la cama al alado de Kara, y abrazándola.
-Lillian: Lo entendemos... - dijo mirando a las niñas – Mira qué pequeñitas son....
-Winn: Si son tan guapas como su madre cuando crezcan, ya podéis vigilarlas bien.
-Nia: ¿Qué madre?
-Winn: Ehhh... ¿las dos?
-Lex: Lena, ¿No dijiste que eran tres...? ¿Dónde está el bebé que falta?
-Lena: En observación. No se le podrá ver hasta mañana. Ni siquiera nosotras, que somos sus madres, así que...
-Eliza: ¿Ya tenéis nombres...? – dijo, mientras se acercaba y acariciaba el rostro de las niñas y luego el de Kara.
-Kara: Sí... Cada una pensó en un nombre.
-Helena: ¿Y a qué esperáis?
-Lena: Bueno, ella es... - dije, acariciando la carita de la niña que Kara tenía sujeta con su brazo izquierdo. – Sarah Aileen Luthor Danvers.
-Kara: Y ella es... - dijo, mirando a la niña que tenía en su brazo derecho – Marley Lena Luthor Danvers.
-Lena: Espera... ¿Lena?
-Kara: Claro, amor, como tú...
-Lena: Pero... - dije, sorprendida – Me dijiste que se llamaría Marley y que el segundo nombre te lo guardabas para ti, pero que era el de alguien muy especial en tu vida. Pensé que sería Eliza, o Alexandra, o... El de tu madre...
-Kara: Lena, amor. Lo más especial que he tenido en mi vida, hasta ahora, has sido tú. Tú has estado conmigo, apoyándome, ayudándome... Empezaste como una amiga y mira... Una de ellas tenía que llevar tu nombre.
-Lena: Kara... - dije besándola, emocionada.
-Winn: Creo que no estabas preparada para eso, ¿Eh, Luthor?
-Lena: No, no lo estaba...
-Helena: ¿Y el niño... Cómo se llama?
-Kara: Pues... Bueno, sinceramente, yo tenía tantas ganas de que fueran niñas, que no pensé en ningún nombre de niño.
-Lena: Y yo sabía que eran niñas, así que... Tampoco lo hice.
-Lillian: ¿Tendréis opciones al menos?
-Lena: No...
-Winn: Yo tengo una – dijo, levantando la mano.
-Kara: No vamos a llamarle Winn....
-Winn: Ah, mierda... - dijo bajando la mano.
-Lex: Alexander es una buena opción.
-Lena: No, no lo es... No quiero que salga como tú...
-Lex: ¡Eh, oye...!
-Helena: ¿Qué os parece....Collin?
-Lena: ¿Collin?
-Helena: Es... El nombre que te habría puesto si hubieras sido un niño.
-Kara: Collin Luthor Danver... Me gusta. ¿Tú qué dices, amor?
-Lena: Sí, me gusta...
-Kara: Entonces decidido... - dijo sonriendo.
-Alex: ¿Puedo coger a mis sobrinas? Por favor... - dijo.
-Kara: Claro... - dijo, tendiéndole a Marley.
-Alex: Mira qué cosa más bonita... ¿No te dan ganas de tener una, Sam?
-Sam: Eh... Quizás en unos años, cielo.
-Alex: Anda, coge a Sarah...
Kara le tendió la niña a Sam y yo abracé a Kara.
Cuando las niñas pasaron por los brazos de todos y nos sacaron varias fotos a Kara ya mí con ellas, la gente fue saliendo de la habitación.
-Alex: Pasaré a verte mañana, ¿vale? – dijo, besándola en la frente.
-Kara: Sí... - dijo mirándome cuando salió. - ¿Vas a contármelo ahora?
-Lena: No vas a parar hasta que lo haga, ¿verdad?
-Kara: No – dijo cruzándose de brazos - ¿Tú te has visto...? El ojo hinchado, un corte... Y casi no llegas al nacimiento de nuestras hijas porque no había forma de localizarte.
-Lena: Vas a enfadarte.
-Kara: ¿Más? Porque ya lo estoy...
-Lena: Vale... - dije sentándome a su lado y empezando a hablar.
****FLASHBACK****
Tras despedirme de Kara por la mañana, cogí un taxi y fui a una cafetería del centro. Lex me había escrito la noche anterior y había quedado allí con él. Me comentó que el detective que había contratado había localizado a Maxwell y que si llamábamos a la policía en ese momento, podrían detenerle, porque al no esperárselo no tendría oportunidad de escapar.
-Lena: No.
-Lex: ¿No?
-Lena: No. No voy a llamar a la policía. Aún.
-Lex: ¿Y qué piensas hacer?
-Lena: Pienso ir a buscarle y a enseñarle que nadie toca a mi esposa. Que nadie la aterroriza de ese modo.
-Lex: Lena, ese tipo es peligroso.
-Lena: Sí. Por eso tú vendrás conmigo.
-Lex: ¿Yo?
-Lena: Sí. Haré que ese desgraciado lo confiese todo y tú te encargarás de grabarlo.
-Lex: ¿Sabes que podrían detenerte por eso?
-Lena: Tranquilo. Haré que confiese sin tocarle ni un solo pelo. Cuando dejes de grabar, ya veremos...
-Lex: Lena, oye...
-Lena: No, Lex. No voy a dejar que simplemente le detengan. Merece sufrir, igual que sufrió y está sufriendo Kara. Merece que le corten los... -dije, tratando de calmarme – No quiero que se vaya de rositas a la cárcel. Además, imagínate la humillación por parte de los demás presos cuando sepan que una mujer le dio una paliza.
-Lex: ¿Y cuándo quieres hacerlo?
-Lena: Ahora. Quiero que ese tipo esté entre rejas antes de que los bebés nazcan. Quiero que Kara pase lo que le queda de embarazo tranquila y relajada.
-Lex: Pues para que eso pase, Kara necesitará que estés con ella. Y si le das una paliza a Maxwell, te detendrán. Piénsalo bien. Sácale esa confesión si quieres, y luego déjame el resto a mí. Conozco a alguien que puede hacer el trabajo sucio por ti.
-Lena: ¿Y a qué esperas para llamar a quien sea?
Lex se levantó y sacó su móvil, saliendo a hacer una llamada. Volvió poco después.
-Lex: Ya está.
-Lena: Bien. Ahora vayamos a por esa confesión – dije levantándome.
-Lex: Claro...
Subimos en el coche de Lex y llegamos a una vieja fábrica abandonada a las afueras.
-Lena: Espera aquí... - dije sacando mi móvil.
-Lex: No entrarás sola.
-Lena: Sólo así conseguiré que hable... Espera aquí, si hay problemas, gritaré.
-Lex: De acuerdo.
Entré en la fábrica, tras conectar la grabadora de mi móvil y guardarlo en el bolsillo de mi pantalón y miré a mi alrededor.
-Lena: Maxwell Lord... - dije, con tranquilidad.
-Maxwell: Vaya... La joven Lena Luthor... ¿A qué debo el placer? – dijo, desde un lugar oscuro, donde no podía verle
-Lena: Tengo algo que proponerte.
-Maxwell: ¿Cómo me has encontrado?
-Lena: Tengo mis contactos. Ya sabes. Soy una Luthor.
-Maxwell: ¿Y qué has venido a ofrecerme...? – preguntó, saliendo de la oscuridad y acercándose.
-Lena: Quiero que dejes en paz a Kara. Y a Eliza.
-Maxwell: ¿Qué me ofreces a cambio?
-Lena: Podría ayudarte a marcharte de la ciudad. – dije
-Maxwell: ¿Y cómo lo harías?
-Lena: Eso es cosa mía... Sólo quiero que las dejes tranquilas.
-Maxwell: En serio... No entiendo cómo una belleza como tú puede estar con alguien como... Kara.
-Lena: Explícate.
-Maxwell: Bueno te has acostado con ella. Así que imagino que habrás visto esa enorme y horrible cicatriz que tiene sobre el pecho.
-Lena: No te pareció tan horrible mientras la violabas.
-Maxwell: Procuraba no mirarla demasiado.
-Lena: Así que admites que la violaste. Varias veces.
-Maxwell: Sabes de sobra que sí.
-Lena: Y también amenazaste a Eliza, su madre, con matar a sus hijas si ella no te obedecía en todo.
-Maxwell: Eliza siempre fue muy fácil de manipular. ¿Sabías que se casó con Jeremiah obligada? Fue poco antes de acabar la universidad. Estaban completamente borrachos. Eliza se quedó embarazada y su padre la obligó a casarse con Jeremiah. Pero perdió al bebé unos meses después.
-Lena: ¿Por eso mataste a Jeremiah, por Eliza...?
-Maxwell: Eliza tenía que ser para mí. Me pasé todo un año intentando llamar su atención. Haciéndole regalos, mandándole flores... Pero ella parecía ignorar todo lo que hacía por ella. Se interesó más por Jeremiah. Mi mejor amigo me robó a la mujer a la que amaba. Y cuando él murió... Vi una buena oportunidad para reconquistar a Eliza.
-Lena: Tardaste en volver a reconquistarla para interesarte tanto.
-Maxwell: ¿Crees que soy estúpido? No podía lanzarme sobre Eliza nada más morir Jeremiah. Dejé que asimilara su pérdida, la ayudé con su mudanza, fui su amigo.... Luego tuve que irme del país un tiempo. Negocios, nuevos socios, mujeres... Cuando pensé que era el momento adecuado, volví y traté de ser con Eliza como Jeremiah era con ella. Amable, cariñoso...
-Lena: No te imagino siendo así.
-Maxwell: Fue difícil, sí... Pero sirvió para lo que quería. Conquistarla. Convencerla de casarnos fue más complicado, pero... La espera valió la pena. Estando casados, sería más fácil para mí hacer que Eliza pagara por todo. Rechazarme para irse con Jeremiah... Que Jeremiah se acostase con mi mujer y la dejase embarazada... Sí, lo supe desde el principio. Y la mejor forma de hacerla sufrir era a través de sus queridas hijas.
Tragué saliva, mirándole fijamente.
-Lena: ¿Por qué Kara? – pregunté.
-Maxwell: Alex se parecía demasiado a su padre, no me atraía tanto. Pero Kara... Ese pelo rubio, esos ojos azules, esa sonrisa... Me recordaba tanto a Eliza... A pesar de no ser su hija biológica, eran muy parecidas.
-Lena: Y te encaprichaste con ella.
-Maxwell: Si quieres llamarlo así...
-Lena: La violaste, la pegaste, la secuestraste.... – dije acercándome a él, cada vez más furiosa.
-Maxwell: Ella parecía disfrutar... - dijo riéndose.
-Lena: ¡¿Disfrutar?! ¡Le destrozaste la vida!
-Maxwell: Sinceramente, yo no la vi tan destrozada.
-Lena: Porque, por suerte, me tenía a mí para ayudarla – dije, cogiéndole del cuello de la camisa – Y si vuelves a tocarle un pelo...
-Maxwell: Si tan traumatizada estaba... ¿cómo es que aceptó acostarse con alguien como... tú...? Ya sabes, alguien con un...
-Lena: Porque Kara no ve el exterior de la gente. Kara sabe ver el interior de los demás mejor que nadie.
-Maxwell: ¿Y...?
-Lena: Y yo me encargué de hacerla entender que yo jamás le haría daño. La apoyé, fui cariñosa, paciente... Dejé que ella se acercara, no la presioné...
-Maxwell: Y le hiciste dos preciosos bebés, para asegurarte de tenerla bien agarrada... No eres tan diferente a mí.
-Lena: Eso fue algo que no estaba planeado. Pero estoy dispuesta a todo por Kara y esos bebés.
-Maxwell: ¿Eso incluye matarme? Porque, si lo haces... Pasarás el resto de tu vida en la cárcel. No volverás a ver a Kara ni a esas cosas que lleva dentro. Espero que no se parezcan a ti... - dijo, mirándome. No parecía tener miedo, no parecía importarle lo más mínimo que le estuviese amenazando. En ese momento hice un movimiento brusco y mi móvil cayó al suelo. Maxwell lo miró - ¿Lo estás grabando? ¿En serio...? Es una pena que no vaya a servirte de nada... - dijo, dándole un fuerte pisotón al móvil, rompiéndolo.
-Lena: ¡No!
-Maxwell: ¡¿Quién coño te crees que eres?! – gritó, dándome un fuerte puñetazo en la cara, haciendo que me apartara de él. Furiosa, me lancé contra él y empecé a golpearle como pude, aunque él tenía más fuerza. Me lanzó algo que me dio en el ojo, haciendo que me quedase aturdida unos segundos. Luego sentí otro fuerte puñetazo en el labio. Maxwell me acorraló contra la pared.
-Lena: ¡¡LEX!! – Grité.
En ese momento, vi a mi hermano entrar y quitarme a Maxwell de encima y golpearle con rabia.
-Lex: ¡Aléjate de ella, maldito hijo de puta! – rugió, dándole una fuerte patada a Maxwell en sus partes. Luego Lex cogió una barra de hierro y golpeó a Maxwell en la cabeza con ella.
-Lena: ¿Le has matado?
-Lex: No... - dijo agachándose a tomarle el pulso – Mira si hay algo para atarle.
Busqué por todas partes, y encontré un rollo de cuerda que le tendí a Lex.
Lex movió a Maxwell, apoyándolo contra la pata de una mesa. Luego le pasó las manos por detrás y se las ató con fuerza, atándole después los pies.
-Lex: ¿Estás bien? Déjame ver... - dijo acercándose a mí.
-Lena: Estoy bien...
-Lex: Estás horrible. Maxwell puede que no te haya matado. Pero estoy seguro de que Kara lo hará cuando te vea.
-Lena: Lo sé... - dije suspirando y mirando a Maxwell - ¿Y ahora qué...?
-Lex: Ahora, llamaré a la policía para que vengan a buscarle.
-Lena: ¿A quién llamaste antes?
-Lex: Tengo varios... "amigos" en la prisión de National City.
-Lena: ¿Policías?
-Lex: Policías, presos... Tengo entendido que varios presos tienen ganas de ponerle la mano encima a Maxwell. Y a varios guardias no les importaría hacer la vista gorda mientras Maxwell recibe algunas caricias. ¿Entiendes lo que quiero decir? Maxwell recibirá lo que merece, y tú quedarás libre de toda sospecha.
-Lena: En serio Lex, ¿con qué clase de gente te juntas?
-Lex: Bueno, ya sabes lo que dicen papá y mamá. Hay que tener amigos hasta en el infierno. No soy tan inútil después de todo.
-Lena: ¿Vamos a dejarle aquí?
-Lex: Sí... ¿Quieres que haga ya la llamada?
-Lena: No. Espera un poco... - dije cogiendo mi teléfono destrozado – Está hecho polvo. No podremos usar la grabación.
-Lex: Podremos. También conozco a gente capaz de eso. Dámelo.
Se lo di y luego me quedé mirando a Maxwell. Cuando despertó, un par de horas después, me agaché frente a él.
-Maxwell: Vaya... Te he dado bien, ¿eh...? – dijo mirándome y riéndose.
-Lena: Ríete todo lo que quieras. Vas a pudrirte en la cárcel.
-Maxwell: No tienes nada contra mí... Tu teléfono está roto.
-Lena: Bueno, mi hermano también estaba grabando todo desde fuera – mentí – Así que...
-Maxwell: Pagareis por esto...
-Lena: Claro, lo que tú digas. Lex, llama ya a la policía. Diles que les dejamos un saco de mierda para recoger. Que vengan con guantes para no macharse.
-Lex: Claro... - dijo sacando su móvil y marcando.
-Lena: Ah, por cierto... Una última cosa antes de irme..
-Maxwell: ¿Qué? - Le desaté las piernas y se las separé un poco - ¿¿Qué haces?
-Lena: Voy a quitarte las ganas de volver a meter esa cosa donde no debes – dije, dándole una patada con todas mis ganas. Luego otra, y otra.
-Maxwell: ¡Joder, ¿quieres parar ya, loca desquiciada!?
-Lex: ¡Lena! - dijo corriendo hacia mí - ¡¿Qué haces?!
-Lena: Quiero ver si se lo reviento a patadas, se le pudre y se le cae a cachos... Seguro que disfrutará viendo cómo pasa eso.
-Lex: Eh, cálmate – dijo atándole los pies de nuevo y mirándole - ¿Duele?
-Maxwell: ¡Sí!
-Lex: Me alegro... - dijo – Vámonos. La policía llegará en cinco minutos y será mejor que no nos vean aquí.
Salimos del lugar y fuimos a casa de Lex. Necesitaba tranquilizarme un poco antes de volver con Kara. Tenía qué pensar qué iba a decirle cuando me viera y preguntara. Porque lo haría.
Lex sólo se sentó a mi lado y me hizo compañía durante una hora, hasta que su teléfono empezó a sonar.
Cuando escuché a mi madre decir que Kara estaba de parto, palidecí y el corazón empezó a latirme con muchísima fuerza.
Después de hablar con ella, salimos derechos al hospital
****FIN FLASHBACK****
-Kara: Me mentiste... - dijo, mirándome – Dijiste que no volverías a mentirme.
-Lena: Lo siento, cielo. Yo sólo quería...
-Kara: ¡Podría haberte matado!
-Lena: Pero no lo hizo.
-Kara: ¡Porque tu hermano estaba contigo! ¡Pero si no hubiera sido así, habrías ido sola igualmente!
-Lena: Cielo... – dije acariciando su pelo. Kara me apartó la mano de un manotazo.
-Kara: No me toques. – dijo, con los ojos llorosos – Dios... Estuve esperando a que llegaras... No quería que los bebés nacieran hasta que estuvieras aquí. Intenté... aguantar. Llevaba con dolores desde la madrugada y no quise decirte nada porque pensaba que eran simples molestias y, si te lo decía, no irías a esa práctica tan importante que me dijiste que tenías.... Joder, Lena, puse en peligro mi propia vida y la de los bebés por esperarte... Y tú estabas por ahí, jugando a ser Rambo.
-Lena: Lo siento...
-Kara: ¡¿Lo sientes?! ¡¿De verdad?!
Intenté tocarla de nuevo y Kara me dio otro manotazo.
-Lena: Kara...
-Kara: He dicho que no me toques.- dijo, moviéndose algo incómoda y haciendo un gesto de dolor.
-Lena: Kara, cariño...
-Kara: Dile a mi hermana que venga.
-Lena: ¿Qué?
-Kara: Necesito ir al baño.
-Lena: Yo puedo ayudarte.
-Kara: No, no quiero que me ayudes. No quiero que te acerques.
-Lena: No voy a dejarte sola.
-Kara: ¡¿Ahora te preocupa no dejarme sola?! ¡No te importó cuando te fuiste a buscar a ese...!
-Lena: Kara, cariño, tienes que tranquilizarte. Acaban de hacerte una cesárea, se te pueden saltar los puntos.
-Kara: ¡Entonces llama a mi hermana, a mi madre, o a quien sea! Pero tú no me toques...
-Lena: Está bien... - dije mirándola. Podía ver la furia y el dolor en sus ojos. Salí y fui a la sala de espera. Todos seguían allí – Alex...
-Alex: Lena... ¿Pasa algo, porqué tienes esa cara?
-Lena: ¿Puedes ayudar a tu hermana a ir al baño?
-Alex: ¿Por qué no la ayudas tú?
-Lena: No quiere que la toque.
-Lillian: Lena, hija, ¿qué le has hecho?
-Lena: Meter la pata... Alex, por favor...
-Alex: Voy.
KARA
Lena salió de la habitación y yo me levanté con dificultad de la cama. Necesitaba ir al baño. Fui caminando lentamente. Cuando estaba justo en la puerta, Alex entró en la habitación.
-Alex: Kara... - dijo acercándose - ¿Qué pasa, por qué no quieres que Lena te ayude?
-Kara: Porque estoy enfada con ella.
-Alex: ¿Por tardar en aparecer?
-Kara: Por mentirme...
-Alex: Espera, deja que te ayude...
-Kara: Ya no hace falta... - dije mirando al suelo.
-Alex: No pasa nada... Pediré que te traigan otro camisón y te ayudaré a lavarte. Vamos... - Dijo ayudándome a entrar al baño. Me ayudó a sentarme en el váter – Espera aquí un momento – dijo acariciando mi rostro y saliendo. Volvió poco después con un camisón limpio y una esponja – Mira, ¿ves? Ya lo tengo.
Me ayudó a levantarme y a quitarme el camisón mojado. Luego me ayudó a entrar en la ducha y me lavó con mucho cuidado con la esponja, tratando de no tocar la herida de mi vientre.
-Kara: Gracias.. – dije cuando acabó de lavarme y después de vestirme de nuevo.
-Alex: De nada. ¿Vas a decirme qué ha pasado? – Dijo, ayudándome a tumbarme de nuevo – Cuidado...
-Kara: Lena no tenía ninguna práctica en la universidad. Fue a buscar a Maxwell para enfrentarse a él.
-Alex: ¿Qué...? Por eso tiene la cara así...
-Kara: Podría haberle hecho mucho daño, Alex. Maxwell es un monstruo, podría... - dije llorando.
-Alex: Eh, tranquila... - dijo abrazándome – Lena está bien. Ahora sólo debes preocuparte por ti y vuestros bebés.
-Kara: Lo sé... – dije suspirando – Tengo hambre.
-Alex: Te traerán la cena enseguida – dijo mirando su reloj. – y nosotros tenemos que irnos todos a casa
-Kara: ¿Todos?
-Alex: Sí. Nadie ha querido irse aún. – Dijo acariciando mi mejilla - ¿Estás más tranquila?
-Kara: Sí...
-Alex: Bien... Sam y yo vendremos a verte mañana, ¿vale? A ver si ya podemos conocer al pequeño Collin.
-Kara: Aja...
-Alex: Kara... Eh... Sé que estás cansada, pero intenta aguantar hasta la cena. ¿vale? Debes comer algo.
-Kara: Uhum... - dije, cerrando los ojos. Me gustaba estar así, entre los brazos de Alex. Hacía mucho que no estábamos así las dos.
-Alex: Kara... Venga, despierta... - dijo, sacudiéndome con suavidad. Al ver que yo no me movía, Alex se acercó a mi oído y me dijo algo.
-Kara: ¡¿Qué?! – grité, abriendo los ojos.
-Alex: Sabía que eso te despertaría – dijo riéndose.
-Kara: No lo dices en serio...
-Alex: Muy en serio.
-Kara: ¿De verdad?
-Alex: Sí.
Iba a decir algo más, cuando una enfermera entró con la comida. La dejó en la mesa que había junto a mi cama y Alex la destapó.
-Kara: Puaj...
-Alex: ¿Puaj...? Se ve... delicioso.
-Kara: Pues cómetelo tú. Por la forma en que lo has dicho, se ve que te apetece mucho. Anda, dale un bocado. O dos.
-Alex: No. Esto es para ti.
-Kara: Pero eso no me gusta...
-Alex: Pues te aguantas.
-Kara: No voy a comerme eso... – dije, cruzándome de brazos y apretando los labios.
-Alex: Oh, vamos... ¿Lena va a tener que cuidar de cuatro bebés en lugar de tres? Pobre...
-Kara: Yo no soy un bebé.
-Alex: Pues ahora mismo lo pareces. Vamos, abre la boca.
-Kara: No. Es asqueroso.
-Alex: Kara, son judías verdes.
-Kara: Asqueroso. Quiero hamburguesa.
-Alex: Cuando vuelvas a casa. Ahora tendrás que conformarte con esto.
-Kara: Es que...
-Alex: Kara, o abres la boca o le digo a mamá que no quieres comerte la verdura.
-Kara: No... No, a Eliza no...
-Alex: Pues venga, come.
Miré a Alex, apretando más mis brazos cruzados sobre el pecho, con cara de pocos amigos. Pero acabé abriendo la boca. Aunque estuve muy cerca de escupirlas.
-Alex: Escúpelas y te las comes del suelo.
-Kara: Es que están malísimas...
-Alex: Anda, no exageres... - dijo, comiendo unas pocas y empezando a poner caras raras.
-Kara: Si las escupes, te las comes del suelo....
-Alex: ¿Pero qué dices....? Si están... buenísimas... - dijo tragando con dificultad – Vale, están asquerosas. – dijo, dejando el tenedor sobre la bandeja - ¿Probamos con el puré de patata?
-Kara: Bueno... Pero tú lo pruebas primero.
-Alex: ¿Yo? ¿Por qué?
-Kara: Si alguien tiene que morir envenenada, no quiero ser yo. Tengo tres bebés que me necesitan.
-Alex: Serás... Vale, te traeré algo de la cafetería antes de irme. Toma, guárdate las galletas para luego. Eso sí te gusta.
-Kara: Sí, eso sí... - dije sonriendo mientras Alex las guardaba en el cajón.
-Alex: Vale... Iré a buscarte algo decente de cenar. Aunque creo que Lena debió hablarles de tu apetito y te han puesto esto para echarte rápido.
-Kara: Ya... Pues no pienso irme de aquí sin mi hijo.
-Alex: Lo sé... - dijo mirándome – Estará bien, ya lo verás.
-Kara: ¿Tú crees?
-Alex: Seguro. Te tiene a ti como su madre... No creo que se rinda fácilmente. Tú no lo has hecho. Nunca. – dijo besándome en la frente y saliendo.
Lena entró poco después.
-Lena: Hola... ¿Sigues enfadada?
Aparté la mirada.
-Lena: Alex me ha dicho que no has comido. Cielo, tienes que comer algo.
-Kara: Cómetelo y envenénate tú, ya que tantas ganas tienes de morirte.
-Lena: Kara...
-Kara: Está asqueroso.
-Lena: Vale... Debe estarlo cuando tú no te lo comes. Mañana pediré que te traigan mejor comida. – dijo acercándose. - ¿Estás cómoda... Necesitas algo?
-Kara: Sí. Y no.
-Lena: ¿Quieres que pida que te traigan un libro o algo?
-Kara: No.
-Lena: ¿Sólo piensas responderme con si y no?
-Kara: Sí.
-Lena: No te dije nada porque sabía que te enfadarías...
-Kara: Que me lo ocultaras es peor. Si te hubiese pasado algo...
-Lena: Lo sé... - dijo, cogiendo mi mano, aunque yo la retiré rápidamente – Kara, por favor...
-Kara: Estoy cansada.
-Lena: ¿Quieres dormir ya? Tu hermana ha ido a buscarte algo de cenar, creo...
-Kara: Sí. Al menos ella no me oculta nada.
-Lena: Está bien... No quiero discutir contigo ahora, Kara. - La vi acercarse a las cunas y mirar a las niñas.- Son preciosas... Gracias.
-Kara: ¿Por qué me das las gracias?
-Lena: Por darme el mejor regalo de san Valentín de todos... - dijo mirándome y sonriéndome – Sabes que esto no podrás superarlo nunca con nada, ¿verdad?
-Kara: Sí... - dije mirándola.
Alex entró poco después.
-Alex: Sólo pude conseguir un sándwich de jamón y queso. – dijo, tendiéndomelo. Lo abrí y le di un buen bocado.
-Kara: Es comestible... Gracias...
-Alex: Tengo que irme. – dijo saliendo de nuevo.
-Kara: Vete a casa, querrás dormir un poco.
-Lena: No voy a dejaros solas. – dijo acercándose – Escucha, cuando estaba fuera... Vi al Dr. Kent. Le dije que estabas aquí y quiere verte mañana.
-Kara: Bien...
-Lena: ¿Quieres que esté presente?
-Kara: No tengo nada que ocultar, así que haz lo que quieras.
-Lena: Se supone que deberíamos estar felices, no peleándonos.
-Kara: ¿Y de quién es la culpa? ¿Te has mirado en el espejo? Nuestras primeras fotos con nuestras hijas y saldrás con esa cara. – dije mirándola. Quise acariciar su rostro, deseando poder curar sus heridas con un solo roce de mis dedos. Pero si cedía tan rápido...
-Lena: ¿Eso te molesta?
-Kara: Sí. Mucho. Tendré que recortarte de las fotos. O mejor aún, poner la pegatina de la cara de un burro sobre tu cara.
-Lena: ¿Un burro, eh?
-Kara: Sí.
-Lena: Bueno... Cuando nuestras hijas pregunten, les diré que estaba borracha y pensaba que estábamos celebrando Halloween.
-Kara: ¿También les mentirás a ellas?
-Lena: Por dios, Kara, es una maldita broma. Deja de exagerar. ¿Has terminado de comer?
-Kara: Sí...
-Lena: Entonces intenta dormir un poco – dijo, ayudándome a recostarme y besándome con suavidad en los labios- Te quiero.
Suspiré y cerré los ojos, quedándome dormida poco después.
Me desperté al oír un llanto. Giré la cabeza y vi a Lena al lado de las cunas, cogiendo a una de las niñas.
-Lena: Sssshhh... Vas a despertar a mamá. Y está muy cansada. ¿Tienes hambre, Marley? Mira, tengo un biberón muy rico para ti... - dijo, dándole el biberón con cuidado, de pie. – Eso es... Despacio, nadie te lo va a quitar. Te pareces a tu madre. Al menos en la forma de comer... - la vi sonreír con ternura a nuestra hija – Espero que te parezcas en algo más a ella.
Cuando terminó, le sacó los gases y la dejó con cuidado en su cuna, cogiendo a Sarah y dándole también su biberón y hablándole con amor. Lena estuvo casi todo el tiempo de espaldas a mí, así que no pudo ver que yo la observaba Era lo más hermoso que había visto nunca.
Cuando dejó Sarah en su cuna, se giró para volver a mi lado. Cerré los ojos, haciéndome la dormida. Noté que cogía mi mano y la acariciaba con suavidad. Volví a dormirme sin darme cuenta.
15 de Febrero de 2020
Cuando desperté por la mañana, vi a Lena dormida en el sofá frente a la cama, encogida. Debía estar muy incómoda. Pero estaba tan hermosa... Una enfermera entró en ese momento y me sonrió.
-Enfermera: Está despierta. Mejor...
-Kara: ¿Pasa algo?
-Enfermera: No. Sólo vamos a ver si estas pequeñas quieren la leche de su madre... - dijo, cogiendo a Marley poniéndola sobre mí. Me abrí la bata y ella rápidamente buscó mi pecho, empezando a succionar con ganas.- Bien... Eso es bueno. – miró a Lena - ¿Quiere que despierte a su esposa?
-Kara: No. Debe estar agotada. Ha pasado toda la noche ocupándose de ellas... Pero si pudieran poner otra cama para ella... Debe estar muy incómoda ahí.
-Enfermera: Veré qué se puede hacer.
-Kara: Gracias... - dije, mientras miraba a mi hija comer, estudiando su carita detenidamente..
-Enfermera: Volveré enseguida para ver si su otra hija también quiere comer.
-Kara: Bien... - dije mientras salía.
En ese momento, vi que Lena se despertaba.
-Lena: Kara... - dijo mirándome y acercándose – Eh, mira eso... ¿Te hace daño?
-Kara: No. Es... Extraño.
Lena acarició la cabecita de Marley y sonrió. Aunque pude ver que su sonrisa era diferente a otras veces. Era una sonrisa triste.
-Lena: Esto es precioso... Es una pena que no pueda hacerte una foto de este momento.
Ignoré el comentario de Lena y volví a mirar a Marley. La enfermera entró en ese momento con un aparatito.
-Kara: ¿Qué es eso? – pregunté.
-Enfermera: Es para sacarle leche para su otro hijo.
-Kara: ¿Podremos verle hoy?
-Enfermera: Claro... Cuando haya terminado con las niñas y descansado un poco. – Miró a Lena – Si usted quiere, puede ir ahora.
-Lena: No. Iré con mi esposa – dijo.
La enfermera me ayudó con Marley, mientras nos daba a Lena ya mí algunas indicaciones. Luego me trajo a Sarah, que también empezó a succionar con fuerza del otro pecho y, al igual que hice con Marley, me quedé mirándola atentamente.
Cuando las niñas acabaron, la enfermera nos enseñó cómo usar el sacaleches y sacó un poco para llevárselo a Collin. Eran casi las diez de la mañana.
-Enfermera: Descanse un poco. Avisaré de que irán a ver al niño en una hora.
-Kara: Gracias...
-Lena: Creo que voy a tener un grave problema con vosotras tres – dijo. La miré, confusa – Ya has visto cómo comen. Se parecen a ti. Si cuando crezcan siguen con ese apetito, tendremos que mudarnos a un supermercado sólo para no tener problemas con la comida.
-Kara: No tiene gracia, Lena.
-Lena: ¿Sigues enfadada?
-Kara: Sí...
-Lena: Tengo que llamar un momento a mi hermano. Vuelvo enseguida.
-Kara: ¿Vas a otra pelea con otro psicópata?
-Lena: Kara, oye...
-Kara: No, vale, haz lo que tengas que hacer... Despiértame cuando sea hora de ir a ver a nuestro hijo.
-Eliza: Hola cariño... - dijo cuando abrí los ojos de nuevo - ¿Cómo estás?
-Kara: Bien... - Dije mirando a mi alrededor - ¿Y Lena?
-Eliza: Ahí, con Alex y las niñas... - dijo, señalando al sofá.
-Kara: ¿Qué hora es?
-Eliza: Las Once.
Pude escuchar a Lena hablando con Alex, lo que llamó mi atención.
-Lena: Tienes que ayudarme con esto Alex, está muy enfadada.
-Alex: Y con razón. Yo misma tuve ganas de pegarte una patada en el culo cuando Kara me lo contó. Deberás tener paciencia y esperar a que se le pase. No pienso meterme en esto. Podría salir muy mal parada.
-Lena: Entiendo...
-Kara: Dijiste que me despertarías... - dije.
-Lena: Kara... Si, iba a hacerlo. Estaba hablando con tu hermana.
-Kara: Quiero ir a verle ya.
-Lena: Está bien... - dijo dejando a Sarah en la cuna y saliendo a buscar la enfermera.
Las dos volvieron poco después con una silla de ruedas y me ayudaron a sentarme.
-Eliza: Yo me quedo con las niñas.
-Kara: Vale... ¿Podrá ir luego ella a verle? – pregunté.
-Enfermera: Claro.
Nos llevaron a una sala donde había varios bebés, todos muy pequeñitos. Dejaron que Lena y yo entrásemos, pero Alex tuvo que quedarse fuera.
-Kara: Hola... - dije mientras la enfermera me ponía a Collin en los brazos. – Tenía ganas de verte....
-Lena: Las dos teníamos ganas... - miró a la enfermera - ¿Está bien?
-Enfermera: Su latido sigue siendo un poco débil, pero por lo demás no parece tener problemas. Ha comido todo el biberón y tiene buenos pulmones, eso se lo aseguro.
-Kara: Mira, en eso se va a parecer a ti... - le dije a Lena.
-Enfermera: Si todo va bien, en unas horas podremos llevarle con ustedes a la habitación.
-Lena: Eso es bueno...
-Kara: Toma, cógelo. Enséñaselo a Alex...
Lena le cogió con muchísimo cuidado, como si tuviera miedo de que fuera a romperse, y luego se acercó a la ventana, donde Alex empezó a hacer caras raras y divertidas. Luego volvió y se lo tendió a la enfermera. Nos dejaron quedarnos cinco minutos más y volvimos a la habitación.
-Eliza: ¿Qué tal todo?
-Kara: Bien...
En ese momento me di cuenta de que había cuatro personas más. Lillian y Helena, el Dr. Kent y otro médico – Hola... - dije
-Clark: Hola Kara... Él es el doctor Robins, ¿te acuerdas de él? Fue el que te ayudó a tener a tus bebés.
-Kara: Sí... Gracias – dije. - ¿Pasa algo?
-Médico: No, nada. Sólo quería saber cómo estabas y darte alguna información sobre el estado de tu hijo y algunos consejos sobre su cuidado.
-Kara: ¿Y tú por qué estás aquí? – pregunté, mirando al Dr. Kent.
-Clark: Apoyo emocional. Después de todo lo que has pasado, y un parto difícil, es posible que te sientas un poco... Baja de ánimos. Sólo estoy aquí por si necesitas mi ayuda.
-Lena: ¿Podremos llevarnos a nuestro hijo a casa a la vez que sus hermanas?
-Médico: En principio, queremos que su esposa se quede aquí al menos tres días más, sin contar el de hoy. Si el niño no presenta problemas en esos días, posiblemente sí.
-Kara: ¿Tendrá algún problema?
-Médico: Bueno, es posible. Su corazón está un poco débil, pero esperamos que resista hasta que podamos tomar medidas al respecto.
-Kara: ¿Qué medidas?
-Médico: Es pronto para saberlo. Puede que su ritmo cardíaco se regule en estos días. Si no, podría necesitar algún tipo de operación.
-Kara: ¿Operación...? – pregunté, palideciendo. Lena cogió mi mano con fuerza. - ¿Se puede morir?
-Médico: No si siguen los consejos que les daré al pie de la letra. Eso sí, necesitará más atención que sus hermanas.
-Lena: Eso no será problema.
-Kara: ¿Ves? Él sí me dice la verdad – dije, mirando a Lena.
-Lena: No es el momento-me susurró.
-Clark: Para que no te suponga mucho problema, seguiremos con nuestras sesiones en tu casa, Kara. Tres veces a la semana, como hasta ahora. ¿De acuerdo?
-Kara: Sí...
Cuando se fueron, Lillian y Helena estuvieron un rato con nosotras y luego Lena las llevó con Eliza a ver a Collin, mientras Alex se quedaba conmigo. El resto del día recibí las visitas de Sam, Lex, Winn y Nia.
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