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27- TIEMPO EN CONTRA PARTE 2

aqui os lo dejo, esta vez la espera ha sido menor, ¿no? quiero comentarios. Ya sabeis. Me gusta leeros, me alegra el día.


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LENA

23 de Diciembre de 2019

Había salido con mis madres a comprar los regalos de navidad. Entre unas cosas y otras, no habíamos tenido tiempo, así que íbamos mirando todas las tiendas deprisa y corriendo. Quería encontrar el regalo perfecto para Kara, pero no sabía qué regalarle. El día anterior le pregunté a Alex y me dijo que Kara quería algunos libros, pero no me parecía un regalo lo bastante especial, aunque acabé cogiendo tres de los que Alex me dijo. También quería coger algo para los bebés. Seguramente a Kara eso le haría ilusión.

Mis madres también iban mirando regalos para mí, para Kara y para los bebés. Me gustaba verlas así, riéndose y haciendo bromas. Aunque de vez en cuando, les gustaba avergonzarme y molestarme un poco con algún comentario subido de tono, o algún roce no tan inocente como ellas querían aparentar.

Tras comprar los regalos, fuimos a buscar algunas cosas que necesitaríamos para la fiesta que haríamos en casa al día siguiente. Salíamos de la tienda cuando recibí una llamada de Martha en el móvil. Descolgué.

-Lena: Martha... ¿ocurre algo?

-Martha: Señorita Lena.... – dijo nerviosa – La señorita Kara...

-Lena: ¿Le ha pasado algo a Kara...? – pregunté, palideciendo y dejando caer las bolsas que llevaba al suelo. Mis madres se acercaron, preocupadas.

-Martha: Se la ha llevado...

-Lena: ¿Quién se la ha llevado...?

-Martha: Ese hombre...

-Lena: ¡¿Qué hombre?! ¡Martha, por dios!

-Martha: El esposo de la señora Eliza.

-Lena: ¡¿Maxwell?!

-Martha: Ha sido culpa mía.... Llamaron a la puerta, abrí y él me golpeó... Y luego...

-Lena: Vale, tranquila... ¿Cuándo fue eso? ¿tú estás bien?

-Martha: Una hora, tal vez algo más... Sí, sólo fue un golpe. La señora Eliza me encontró y...

-Lena: ¿Está Eliza contigo? Pásamela.

-Martha: No, no está. Se fue... Y Krypto...

-Lena: ¿Le ha pasado algo a Krypto? – Kara adoraba a ese perro. Si le pasaba algo...

-Martha: Ese hombre le golpeó. El jardinero va a llevarle al veterinario ahora.

-Lena: Vale... ¿Sabes dónde fue Eliza?

-Martha: No...

-Lena: Vale... Llama a la policía, cuéntales lo que ha ocurrido. Yo llamaré a Alex. – dije colgando.

-Helena: Cariño, ¿qué pasa?

-Lena: Maxwell se ha llevado a Kara. Atacó a Martha y a Krypto.

-Lillian: ¿Martha está bien?

-Lena: Sí.... Tengo que llamar a Alex... Eliza se fue, y Martha no sabe dónde.

-Lillian: Habrá ido a buscar a su hija. Es lo que yo haría.

-Lena: O Maxwell contactó con ella y ahora Eliza también está en peligro... - dije marcando – vamos, Alex, cógelo.

-Alex: ¿Lena?

-Lena: Alex... ¿dónde estás?

-Alex: En casa, con Sam.

-Lena: Vale, escucha, Maxwell se ha llevado a Kara. Y puede que también a Eliza.

-Alex: ¡¿QUÉ?!

-Lena: Martha me ha dicho que se llevó a Kara y Eliza fue a buscarla.

-Alex: ¿Buscarla dónde? ¿Sabe dónde está?

-Lena: No lo sé. ¿Puedes intentar llamarla?

-Alex: ¿Y tú qué harás?

-Lena: Yo iré a ver a Mike. A lo mejor él sabe dónde puede tenerlas Maxwell.

-Alex: ¿Crees que te lo dirá?

-Lena: Eso espero. Ya no tiene nada que perder, ¿verdad?

-Sam: Alex y yo iremos también. Es posible que no te dejen verle, pero a mí, como abogada de Kara no me pondrán pegas.

-Lena: De acuerdo, nos vemos allí – dije colgando y mirando a Lillian y a Helena – Pedidle a J'onn que os lleve a casa, por si acaso a Maxwell le da por llamar allí o algo.

-Lillian: Lena, cariño...

-Lena: Voy a encontrar a Kara. Y voy a matar a ese maldito hijo de...

-Helena: Voy contigo.

-Lena: No. Alex y Sam vendrán conmigo. Tranquilas.

-Lillian: ¿Avisamos a alguien?

-Lena: A Winn y Nia. Que vayan a la casa si quieren. En cuanto sepamos algo, os llamaremos.

-Helena: Ten cuidado, por favor. Ese hombre parece muy peligroso.

-Lena: No tanto como yo cuando dañan lo que es mío. – dije, furiosa – Tengo que irme.

Salí del centro comercial y me subí a un taxi. Di la dirección de la prisión y diez minutos después, estaba allí. Como dijo Sam, no me dejaron entrar, así que tuve que esperar casi quince minutos más a que ellas llegaran.

-Alex: Lo siento, había un pequeño atasco de camino. Una tubería rota o algo así.

-Lena: No importa... Pero ahora hay que darse prisa, por favor. Tengo un muy mal presentimiento...

-Sam: Tranquila... Entremos – dijo, caminando decidida. Alex y yo la seguimos – Tengo que ver al señor Michael Lord.

-Guardia: No es horario de visitas.

-Sam: Es un asunto de vida o muerte.

-Guardia: Tendrán que esperar. Vuelvan mañana.

-Alex: ¡¿Es que está sordo?! ¡Han secuestrado a mi hermana y es posible que él sepa dónde la tienen! ¡O nos deja pasar, o...!

-Sam: Alex... Tranquila. Dame dos minutos – dijo sacando su móvil y alejándose. Alex y yo la miramos, nerviosas, mientras hablaba. El guardia de seguridad se llevó la mano a su oído y nos miró.

-Guardia: Pueden pasar... Tómense el tiempo que necesiten.

-Lena: Sam... ¿cómo?

-Sam: El director de la prisión es un viejo amigo de mi familia. Sólo he tenido que llamarle y contarle lo que pasaba.

-Alex: Gracias, cariño... - dijo besándola. – Mi madre no coge el teléfono. Llevo llamándola desde que Lena llamó.

Nos llevaron a una sala, donde esperamos durante cinco minutos.

-Mike: ¿Qué hacéis aquí?

-Lena: Mike, escucha, esto es importante. Maxwell ha secuestrado a Kara.

-Mike: ¿Qué...? ¿Cuándo?

-Lena: hace un par de horas, puede que algo más. Dinos... ¿sabes algún lugar al que pueda haberla llevado?

Mike nos miró, en silencio.

-Alex: ¡Mike! Es posible que también tenga a Eliza, así que piensa....

-Mike: ¡Estoy pensando, ¿vale?! – dijo, caminando de un lado a otro de la sala.- Vale... Maxwell tiene varias propiedades vacías. Algunas las ha comprado recientemente. Otras son de hace años. Puede que esté en alguna de ellas. Dudo que la haya llevado a un hotel o algo similar, llamaría demasiado la atención.

-Sam: ¿Sabes la dirección de esos lugares?

-Mike: No de todos, pero...

-Sam: Apunta todos los que recuerdes. Si no recuerdas la dirección, escribe el nombre, o lo que recuerdes del lugar – dijo, dándole una libreta y un bolígrafo.

Mike empezó a escribir. Cuando acabó, le devolvió la libreta a Sam.

-Alex: Son demasiados sitios... - dijo mirándolo.

-Lena: Estos tres están muy cerca unos de otros.... Nosotras iremos a esos. Sam, llama a la policía y dales el resto de las direcciones, que busquen allí.

-Sam: Bien... - dijo saliendo.

-Lena: Gracias Mike...

-Mike: Siento no poder ayudaros más.

-Alex: Nos has ayudado más de lo que crees. Pero haznos un favor. Si Maxwell acaba en esta prisión...

-Mike: Le aplastaré los huevos con un cascanueces... Ahora id a buscar a Kara.

Estábamos saliendo cuando recibí una llamada de Winn.

-Lena: Winn...

-Winn: ¿Es verdad, Maxwell se ha llevado a Kara?

-Lena: Eso parece.

-Winn: ¿Podemos ayudar?

-Lena: No, quedaros en casa, no quiero que os pase nada y...

-Winn: Eh, Kara es nuestra amiga, Lena. Y queremos ayudar. ¿Qué podemos hacer?

-Lena: Mike nos ha dado una lista de posibles lugares donde Maxwell puede haberla llevado. Alex se la mandará a Nia ahora – dije, haciéndole un gesto a Alex para que la mandara.

-Winn: Sí, ya la tenemos... ¿A cuáles iréis vosotras?

-Lena: Los tres primeros.

-Winn: Vale... Iremos al último. Es el más alejado, no creo que la haya llevado hasta allí. Pero por si acaso.

-Lena: Tened cuidado.

-Winn: Vosotras también. Kara os necesita a ti y a Alex. Te llamaremos cuando lleguemos o sepamos algo.

-Lena: Winn y Nia también van a buscarla – dije colgando.

Cuando salimos, Sam ya había llamado a la policía.

Fuimos al coche y Alex condujo rápidamente al primer lugar. Un bloque de oficinas. Había obreros trabajando en él, así que era poco probable que la tuviera allí. Nos dirigimos rápidamente al segundo lugar. Un pequeño almacén.

-Lena: No creo que sea aquí...

-Alex: Pero no hay nadie. Deberíamos echar un vistazo.

-Lena: De acuerdo...

Recorrimos el lugar durante media hora, y nos reunimos de nuevo en el coche.

-Alex: Nada..

-Lena: Vamos al siguiente.

Cuando llegamos al lugar, sentí una especie de pinchazo en el pecho.

-Sam: Lena...

-Lena: Estoy bien... - dije, bajando del coche y mirando el lugar. Un edificio abandonado. Empezamos a caminar, rodeándolo, y vimos una furgoneta en la parte de atrás.- Debe ser aquí...

Entramos en el edificio y lo recorrimos. Escuchamos una voz que parecía salir de una de las habitaciones.

-Voz: ¡Esta vez no podrás escaparte, voy a acabar contigo de una vez por todas!

-Lena: ¡Déjala en paz, Maxwell! – grité, entrando.

-Hombre: ¿Quién es usted... y qué hace aquí?

-Lena: Usted no es Maxwell Lord – dije, mirándole.

-Hombre: No... Soy Charlie. El señor Lord me contrató para acabar con la plaga de ratas del edificio. Mire, justo acabo de atrapar a esta. – dijo, mostrándome una jaula - ¿Y usted es...?

-Lena: Perdón, yo... Soy Lena Luthor. Estoy buscando a mi esposa. Creemos que Maxwell Lord la ha secuestrado. ¿Sabe dónde puede estar?

-Charlie: ¿Secuestrado? No, ni idea. Yo sólo me ocupo de las ratas. Lo siento.

-Sam: ¿Está seguro de que no sabe nada?

-Charlie: No, señora. Ni siquiera conozco personalmente al señor Lord. A mí me llamó su secretaria.

-Alex: Debemos seguir buscando... Vamos.

WINN Y NIA

Nia y yo estábamos terminando las compras de navidad, cuando recibimos la llamada de Lillian. Rápidamente llamé a Lena para confirmarlo. Tras casi rogarle que nos dejara ayudar, nos mandó, por medio de Alex, algunas direcciones donde poder buscar. Así que metimos las compras en el coche y salimos directos hacia allí.

-Winn: ¿Crees que nos han dado la dirección correcta? Eso está muy lejos.

-Nia: ¿Y por qué iban a darnos una dirección falsa cuando la vida de Kara está en peligro?

-Winn: ¿Para que no nos metamos en líos? Porque nos vamos a meter en uno, y bien gordo, si llegamos y Maxwell está allí. Dime, ¿tenemos algún arma para defendernos?

-Nia: Yo tengo un spray de pimienta en el bolso.

-Winn: ¿En serio?

-Nia: Sí. Nunca se sabe...

-Winn: Supongo que eso bastará...- dije.

Cuando llegamos, bajamos del coche y suspiré.

-Nia: Este sitio da escalofríos.

-Winn: Quédate detrás de mí.- dije, mientras miraba a mi alrededor.

-Nia: ¿Qué buscas?

-Winn: Algo con lo que poder defendernos. Como esto – dije, cogiendo un tubo del suelo.

-Nia: Winn, es un tubo de cartón. Dudo que hagas mucho daño con eso a alguien. Y menos a alguien que posiblemente lleve una pistola....

-Winn: ¿Se te ocurre algo mejor?

-Nia: Sí, spray de pimienta y... Una barra de hierro – dijo agachándose y cogiendo un tubo de hierro del suelo.

-Winn: Vale, quiero uno de esos también.

-Nia: Allí hay más...

Me acerqué y cogí una barra que me pareció lo bastante resistente. Caminamos hacia el edificio y nos fijamos en que había un coche aparcado a un lado.

-Winn: ¿Será el coche de Maxwell?

-Nia: No lo sé...

Entramos en el edificio y, definitivamente, debía llevar mucho tiempo abandonado. Los cristales estaban rotos y sucios, pero entraba la luz suficiente como para que no estuviéramos completamente a oscuras.

-Winn: Me siento como en una película de terror... Menos mal que no soy virgen. Esos son los primeros en morir....

-Nia: Sssshhh... Intentemos no hacer ruido.

-Winn: Vale... - susurré, mientras seguía caminando.

Registrábamos cada habitación, cada rincón, pero no había rastro de Kara.

-Nia: Winn...

-Winn: ¿Qué?

-Nia: Tienes una araña en el hombro.

-Winn: ¿Una araña...? -Dije mirando - ¡Mierda, quíta....!- grité, y Nia me tapó la boca.

-Nia: ¿Quieres que nos maten? Porque si sigues así lo conseguirás – dijo, dándole un golpecito a la araña que cayó al suelo y salió corriendo. Nia me miró, destapando mi boca y haciéndome un gesto de que hablara en voz baja - ¿Seguro que no quieres ser tú el que vaya detrás? Si te pones así por una araña...

-Winn: Odio las arañas, lo sabes. ¿Para qué necesitan tantas patas... y tantos ojos? Bbbrrr. Cuando lleguemos a casa, me daré una buena ducha. ¿No tengo ninguna más? Mira bien...

-Nia: No, no tienes más.

En ese momento, escuchamos un disparo. Y luego otro.

-Winn: ¡KARA! – Grité, y salí corriendo. Los disparos parecían venir de un par de pisos más arribas, así que subí todo lo rápido que pude, seguido de Nia. Vi una puerta cerrada y escuché algunas voces que venían de dentro. La abrí de una patada y vi a Maxwell, con el pantalón desabrochado, preparándose para violar a Kara, otra vez. Me acerqué rápidamente y le golpeé, con la barra de hierro. Maxwell cayó al suelo y yo me quedé mirándolo. – Mierda... ¿Lo he matado? No puedo haberlo matado, iré a la cárcel...

-Nia: No le has dado tan fuerte, Winn. No eres superman. Que le hayas dejado inconsciente ya es todo un logro para ti, cariño.

-Winn: muy graciosa.

Nia corrió hasta Kara.

KARA

Cuando vi a Maxwell caer al suelo, no sabía qué pasaba. Escuché la voz de Nia y giré la cabeza, viéndola allí, con Winn.

-Nia: Kara... Kara, cielo, tranquila, estamos aquí... - dijo, abrazándome - ¿Estás bien?

-Kara: Nia... - sollocé – Eliza... - dije, señalando hacia donde estaba.

-Nia: Winn, mira cómo está Eliza – dijo. Winn asintió y se agachó.

-Winn: Está viva, pero no sé si aguantará mucho.

-Nia: Pide dos ambulancias... - dijo, sin soltarme aún.

-Kara: Nia... Maxwell me ha... - dije, encogiéndome al notar de nuevo ese dolor – Me ha inyectado algo... Me duele...

-Nia: ¿Sabes lo que era?

-Kara: No... Creo que... Intentaba que me pusiera de parto y... ¡aaahh!

-Nia: Kara... ¡Winn!

-Winn: Estoy en ello... - dijo, con el teléfono en la mano – Aquí no hay casi cobertura. ¿Hola, emergencias? Sí...

-Kara: Lena...

-Nia: Está buscándote, con Alex y Sam. Tranquila, la llamaremos enseguida.

Poco después, vi que Maxwell se levantaba.

-Maxwell: Maldito hijo de... - dijo, apuntándole con la pistola.

-Kara: ¡Winn, cuidado!

En ese momento, vi que Nia sacaba algo de su bolso, un spray, y empezaba a rociarlo en la cara de Maxwell, que soltó la pistola y se llevó las manos a los ojos.

-Maxwell: ¡¡JODER!!

-Nia: ¿Qué le has hecho a Kara...?

-Maxwell: Nada, no me habéis dejado... - gruñó, con las manos aún sobre el rostro – Joder, cómo escuece...

Winn se levantó y estampó a Maxwell contra la pared, furioso.

-Winn: ¿Qué le has inyectado a Kara?

-Maxwell: ¿Inyectado...? Ah, eso... Nada. Sólo es una pequeña ayuda para que sus bebés vengan antes al mundo. Pero parece que no quieren...

-Winn: ¡¿Qué le has inyectado?!- dijo, moviendo la mano. Vi que tenía la pistola de Maxwell y apuntaba a su entrepierna – Dímelo o te juro que la próxima paja que te hagas será únicamente en sueños...

-Maxwell: Oxitocina... - dijo.

-Winn: ¿Cuánta?

-Maxwell: No lo sé.

-Winn: ¡¿Cuánta?!

-Maxwell: Te he dicho que no lo sé... No se la inyecté yo, si no él... - dijo señalando al médico muerto. – Luego yo intenté inyectarle algo más, sin medir la dosis. Pero no pude... Eliza hizo que se rompiera.

-Winn: Esta vez no te librarás de la cárcel tan fácilmente.

-Maxwell: ¿Quién va a impedírmelo, tú? No tienes huevos a disparar...

-Kara: ¡Oh, mierda! – dije, gritando de nuevo. Winn se giró a mirarme y Maxwell le empujó, corriendo hacia la salida mientras Winn intentaba recuperar el equilibrio.

-Winn: ¡Se escapa!

-Nia: Déjale. Ocúpate de Eliza... - dijo, mientras cogía mi mano y acariciaba mi vientre – Tranquila Kara, los bebés estarán bien... La ambulancia llegará enseguida.

-Winn: ¿Tú crees? Esto está en el culo del mundo. Deberíamos sacarlas de aquí y llevarlas al hospital nosotros.

-Nia: No sabemos si podemos moverlas, Winn. Mira Eliza, está sangrando mucho. Intenta tapar la herida con algo.... – dijo – Y Kara... No sabemos si moverla hará que el plan de Maxwell tenga éxito. Es mejor no moverlas.

No sé el tiempo que pasó, pero vi llegar a varios médicos con dos camillas. Estaba cansada, me sentía algo mareada. Escuchaba las voces algo lejanas. Pero alcancé a escuchar cómo Nia les contaba lo que Maxwell me había inyectado y demás. De pronto sentí un pinchazo y vi a Nia sonriéndome, acariciando mi pelo. Miré a Eliza, que seguía sin moverse. La empezaron a atender rápidamente, mirando su herida. Toda la atención se centró de pronto en ella, lo que debía significar que estaba muy grave. Intentaba mantenerme despierta, pero cada vez me costaba más. ¿Qué me habían inyectado? Traté de hablar, pero no me salían las palabras. Nia apretó mi mano y vi que los médicos empezaban a moverse con más rapidez. Algo pasaba. Intenté moverme un poco más, aunque Nia trató de impedírmelo, pero pude moverme lo justo para ver como intentaban reanimar a Eliza.

-Kara: No... - susurré, casi sin voz – Mamá... ¡No!

LENA

Estaba completamente desesperada. Kara no parecía por ninguna parte y yo tenía un muy mal presentimiento. Íbamos de camino hacia nuestro próximo destino, cuando mi móvil sonó.

-Lena: ¿Nia?

-Nia: Lena... Hemos encontrado a Kara. Y a Eliza.

-Lena: ¡¿Las habéis encontrado?! – Alex me miró y activé el altavoz para que todas pudiéramos escuchar a Nia.- ¿Están bien?

-Nia: Vamos de camino al hospital. Maxwell disparó a Eliza, está bastante mal.

-Alex: No... - dijo, poniéndose pálida.

-Lena: ¿Y Kara?

-Nia: Maxwell intentó provocarle el parto. Pero parece que no tuvo éxito. No del todo.

-Alex: ¿Intentó provocarle el parto? ¿Qué le hizo?

-Nia: Le inyectó algo. Oxo... Oxi...

-Alex: ¿Oxitocina?

-Nia: Sí, eso...

-Alex: Mierda...

-Nia: Pero al parecer la cantidad fue insuficiente. Aunque, al ver que eso no funcionó... - dijo, callándose.

-Lena: ¿Qué...? Nia, ¿qué le hizo a Kara?

-Nia: Intentó violarla de nuevo.

-Lena: No....

-Nia: Pero llegamos a tiempo de evitarlo. Winn dejó a Maxwell inconsciente. Vamos al hospital de tu familia, Lena, será mejor que vayáis para allá.

-Lena: ¿Los bebés están bien?

-Nia: No lo sabrán hasta que lleguemos y le hagan varias pruebas a Kara.

-Lena: Vamos para allá. Gracias, Nia. – dije colgando.

-Alex: Estarán bien, Lena. Kara es más fuerte de lo que parece, tranquila.

-Lena: Tu madre también saldrá de esta... - dije mirándola y apretando su mano. Yo sólo podía pensar en Kara, pero sabía que Alex necesitaba escuchar algo así en ese momento. Su madre y su hermana estaban de camino al hospital y no en buenas condiciones.

Por el camino, llamé a Lillian para darle las noticias. Les pedí que por favor esperasen en casa a que les llamara de nuevo. No quería demasiada gente en el hospital. No dejarían que nadie entrara a ver a Eliza y a Kara, excepto Alex y yo. No era necesario que estuvieran allí. Aunque sabía que no harían caso.

Cuando llegamos, las ambulancias con Kara y Eliza aún no habían llegado. Tuvimos que esperar casi veinte minutos hasta que vimos entrar las camillas. El corazón se me detuvo por unos segundos al ver a Kara, inmóvil, con Nia a su lado.

Me acerqué y abracé a Nia con fuerza, llorando, mientras se llevaban a Kara dentro. Me moría de ganas por estar con ella, pero sabía que ahora tenían que atenderla rápidamente y yo sólo estorbaría a los médicos si entraba con ella.

-Lena: Gracias... Gracias por encontrarlas... ¿Cómo está?

-Nia: Como ya te dije, tiene que hacerle algunas pruebas primero. Pero los bebés parecen estar bien, han venido controlándolos todo el camino.

-Lena: ¿Y Eliza...? –Pregunté, al ver pasar su camilla, con Winn al lado de ella.

-Nia: No pinta bien. Su corazón se ha parado dos veces. No saben si saldrá de esta.

Miré a Alex, que había corrido hacia su madre y me miraba, con lágrimas en los ojos.

-Lena: Supongo que Maxwell estará detenido.

-Nia: No. Él... Se escapó. Lo siento, Lena. Pero Kara y Eliza eran más importantes. Kara tenía muchos dolores y Eliza sangraba mucho y... - dijo, empezando a llorar.

-Lena: Tranquila... Winn y tú habéis hecho lo que habéis podido. Me alegro de que no estéis heridos también. En ese momento, escuché que Alex empezó a gritar. Sam la sujetaba y los médicos intentaban prohibirle el paso – Déjenla pasar. Es su madre. Es la hermana de mi esposa, y es médico.

-Médico: Está bien, señora Luthor.

-Alex: Gracias, Lena... - dijo abrazándome.

-Lena: Tranquila, ve con ella...

Tuvimos que esperar casi dos horas hasta que salieron a comunicarnos el estado de Kara y Eliza. Eliza estaba siendo operada para sacar la bala y tendría que quedarse en la uci después. No tenían muchas esperanzas de que sobreviviera.

En cuanto a Kara, habían conseguido anular los efectos de lo que Maxwell le había inyectado y la habían llevado a una habitación. Le habían dado algo para que durmiera un poco, así que cuando entré la vi así, durmiendo y conectada a varios aparatos que controlaban sus constantes y las de los bebés. Me senté a su lado y cogí su mano, llorando.

-Lena: Ya está, cariño... estoy contigo. No pienso volver a dejarte sola ni un segundo, te lo prometo... - dije llorando – No sé qué habría hecho si os hubiera perdido – dije, acariciando su vientre. Me quedé dormida poco después.

Cuando desperté, miré el reloj. Habían pasado tres horas y yo tenía una manta sobre los hombros.

-Lillian: Hola cariño...

-Lena: Mamá... - dije mirándola y mirando luego a Kara.

-Lillian: Aún duerme.

-Lena: ¿Se sabe algo de Eliza?

-Lillian: Han conseguido sacar la bala, pero está en coma.

-Lena: Mierda...

-Lillian: Tu madre está fuera. No ha querido entrar, para que no haya demasiada gente en la habitación. Necesitáis tranquilidad. Si quieres que entre, saldré para que pueda hacerlo.

-Lena: Sí, gracias... Pero... ¿puedes quedarte un poco más, por favor?

-Lillian: Claro que sí, cielo... - dijo abrazándome y besándome en la cabeza.

En ese momento, Kara abrió los ojos.

-Kara: Lena... - susurró.

-Lena: Eh, hola, cariño... - dije, intentando sonreírla - ¿Cómo estás?

-Kara: Los bebés...

-Lena: Están bien... Los tres estáis bien, tranquila.- dije acariciando su pelo

-Kara: ¿No me mientes...?

-Lena: ¿Por qué debería mentirte, mi vida?

-Kara: ¿Eliza...?

Miré a mi madre y tragué saliva.

-Lena: Ella...

-Kara: ¿Está muerta? – preguntó, empezando a llorar.

-Lena: No. Los médicos lograron sacar la bala, pero... de camino al hospital su corazón de paró un par de veces y ahora... está en coma.

-Kara: ¿Se pondrá bien...?

-Lena: No lo saben, cielo. Alex está con ella.

-Kara: Ha sido culpa mía...

-Lena: No... Eh, ni se te ocurra pensar eso. ¿Me oyes?

-Lillian: Iré a decirles a los demás que está despierta. – dijo, cogiendo la mano de Kara – Tú no has tenido la culpa, Kara. Escucha a Lena, ¿vale? – dijo, besando la frente de Kara y saliendo.

-Kara: Se va a morir... Por mi culpa.

-Lena: Deja de decir eso...

En ese momento, Alex entró corriendo en la habitación.

-Alex: ¡Kara! – dijo abrazándola – Gracias a dios que estás bien...

-Kara: Alex...

-Alex: Menudo susto...

-Kara: ¿Cómo está mamá?

Alex me miró.

-Lena: Ya se lo he dicho... - dije. Alex asintió.

-Alex: Igual...

-Lena: Se está culpando por ello.

-Alex: ¿Qué...? No. Kara, ni se te ocurra, ¿vale? Mírame – dijo, cogiendo el rostro de Kara entre sus manos – Tú no tienes la culpa.

-Kara: Se va a morir...

-Alex: Eso es lo que todos creen. Pero es que no la conocen como tú y yo. Sabemos lo cabezota que puede ser, ¿verdad? ¿Crees que va a dejarnos ahora, después de todo lo que ha pasado? ¿Después de conseguir librarse de Maxwell? Pues no, no lo hará. Además, tiene que conocer a sus nietos. O nietas... - dijo, acariciando el vientre de Kara – Y consentirlos, malcriarlos... Y todas esas cosas que hacen las abuelas. Y a ti tiene que enseñarte cómo cambiarles los pañales, cómo debes educarles... Ya sabes, lo que hacen las madres.... – dijo, tratando de animarla. Kara lloró con más fuerza, abrazando a Alex – Puede que le cueste un poco... Pero se recuperará, ya lo verás. Ahora descansa, ¿vale? Yo iré a casa con Sam a recoger algo de ropa para mamá. ¿Quieres que pase por vuestra casa a cogerte algo?

-Kara: No...

-Alex: Por cierto, Martha está bien. ¿Vale? Maxwell no le hizo demasiado daño. Y Krypto está esperándote en casa. Tiene un pequeño chichón, pero nada más.

-Kara: Krypto... Intentó protegerme.

-Lena: Entonces se merece un premio por eso... - dije, acariciando la mano de Kara.

-Alex: Descansa, pasaré a verte más tarde, ¿vale? – dijo besando la frente de Kara y saliendo.

Kara me miró. No soportaba verla llorar. Yo quería llorar con ella, pero debía ser fuerte y mantenerme entera. Si Kara me veía derrumbarme, ella también lo haría.

-Lena: Haz caso a tu hermana, cielo. Descansa. Yo estaré aquí cuando despiertes, lo prometo. Y si no estoy... Es porque he tenido que ir al baño. Supongo que tendré que ir en algún momento – bromeé. Esperaba que Kara sonriera, pero no lo hizo. Sólo apretó mi mano, cerró los ojos y suspiró. Le costó un buen rato dormirse, y, cuando lo hizo, besé sus labios y dejé escapar un par de lágrimas. En ese momento, me juré a mí misma que encontraría a Maxwell y le haría pagar por todo el daño que le había hecho a Kara y a su familia.



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Bueno, espero que os haya gustado. Espero tener pronto el siguiente.

Mientras tanto, decidme que os gustaría que pasara, o qué pensais que va a pasar.


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