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23-MOMENTOS INCÓMODOS


Quiero ver un montón de comentarios, a ver si así me animais un poquito. No me gustan las navidades, así que... solo leer vuestros comentarios puede animarme.

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KARA

13 de Noviembre de 2019

Los besos de Lena me despertaron esa mañana.

-Kara: Hola...

-Lena: Buenos días... ¿dormiste bien?

-Kara: Sí... -dije, acariciando su rostro.

-Lena: ¿Y ellos...? – dijo, besando mi vientre.

-Kara: También... - dije sonriéndola. – Me quedaría todo el día en la cama.

-Lena: Yo también, pero les pedí a mis padres que vinieran hoy a comer, ¿te importa?

-Kara: No, amor. Me parece bien... ¿Qué hora es?

-Lena: Las diez...

-Kara: ¿Tanto hemos dormido?

-Lena: ¿Y te extraña? Lo de ayer fue increíble...

-Kara: Sí... -Dije, mirándola a los ojos- Lena, yo...

-Lena: No se te ocurra volver a disculparte, Kara. Ya está, cariño. Olvídalo... Por favor.

-Kara: De acuerdo... Dúchate primero si quieres.

-Lena: ¿No vienes?

-Kara: Tengo que llamar a Alex... Y estoy segura de que se te olvidó decir a Martha que tus padres venían hoy.

-Lena: Mierda...

-Kara: ¿Lo ves? – dije riéndome y besándola – Por cierto, tendrás que tener cuidado con esas palabras cuando nazcan nuestros hijos.

-Lena: ¿Yo? ¿Y qué hay de ti?

-Kara: Vale, las dos deberemos de tener cuidado.

-Lena: Eso está mejor... No tardo – dijo besándome de nuevo y caminando hacia la ducha.

Me puse lo primero que encontré y bajé a la cocina.

-Kara: Buenos días Martha. Los padres de Lena vendrán hoy a comer. Siento no haber avisado antes.

-Martha: No pasa nada, señora Luthor...

-Kara: Ah, y asegúrate de preparar algo de merienda para unas... Nueve o diez personas.

-Martha: ¿Harán una fiesta?

-Kara: No. Sólo una pequeña merienda familiar... - dije volviendo al cuarto. Cogí mi móvil, me senté en la cama y empecé a escribir un mensaje.

"Me gustaría veros esta tarde a las 17:30 en nuestra casa. Es importante"

Luego añadí los destinatarios: Alex, Sam, Nia, Winn y Helena y le di a enviar. Mi móvil tardó cinco segundos exactos en empezar a sonar. Antes de que pudiese decir nada, mi hermana empezó a hablar.

-Alex: Por favor, dime que no has discutido de nuevo con Lena.

-Kara: No lo he hecho...

-Alex: ¿Entonces, a qué viene ese mensaje?

-Kara: Lo sabrás esta tarde. Vendréis las dos, ¿verdad? Por favor, necesito que estéis todos.

-Alex: ¿Quiénes somos todos?

-Kara: Pues tú, Sam, Nia, Winn, los padres de Lena...

-Alex: Kara, no me asustes... ¿Va todo bien?

-Kara: Sí, tranquila...

-Alex: Está bien... Allí estaremos. Hasta luego.

-Kara: Gracias Alex... - dije colgando.

En ese momento sentí que Lena me besaba por el cuello mientras algunas gotitas de agua caían de su pelo.

-Lena: Te he echado de menos en la ducha. Ducharse sola es muy aburrido...

-Kara: Tenemos muchos días para ducharnos juntas... - dije riéndome.

-Lena: ¿Ya hablaste con tu hermana?

-Kara: Sí. ¿A qué hora llegarán tus padres?

-Lena: Supongo que sobre la una, o las dos... Depende de lo liados que estén.

-Kara: Bien...

-Lena: ¿Por qué?

-Kara: No, por nada... - dije, suspirando. No quería decirle a Lena que había invitado a todo el mundo esa misma tarde a casa. Tenía algo que decir y quería decirlo una sola vez. No sabía si sería capaz de decirlo dos veces.

-Lena: Kara... - dijo sentándose a mi lado y cogiendo mi mano. - ¿Todo bien?

-Kara: Sí... Vístete, no quiero que enfermes. Voy a ducharme... - dije, mirando a Lena, que parecía preocupada – Sólo estoy cansada, amor. No pasa nada. ¿vale?

-Lena: Vale... - dijo mientras me levantaba y entraba en el baño.

Cuando salí, Lena ya estaba vestida. Yo también me vestí y fuimos a dar un paseo cerca de casa para que Krypto hiciera sus cosas.

-Kara: Lena, amor...

-Lena: ¿Sí?

-Kara: He estado pensando que deberíamos empezar a preparar el cuarto de los bebés.

-Lena: Me parece bien. ¿Tienes alguna idea?

-Kara: Quiero que sea amarillo.

-Lena: Amarillo... Me gusta.

-Kara: Y Lena... En vez de comprarles todo nosotras... Sabes que todos querrán comprarles algo. ¿Y si les pedimos que se organicen entre ellos y compren lo básico? Los carritos, las bañeras...

-Lena: ¿No quieres que lo miremos nosotras?

-Kara: Sí... Podemos mirar modelos y demás juntas, pero es que mejor dejarles las cosas claras desde el principio. Un regalo por persona. O por pareja. Y ya. No quiero que compren cosas a lo loco.

-Lena: Me parece bien... Podemos ir mañana nosotras a mirar la pintura y algunos muebles.

-Kara: Sí...

Cuando volvimos, nos sentamos a ver la televisión en el sofá, abrazadas. Cerca de la una de la tarde, escuchamos el timbre. J'onn fue a abrir y Lillian y Lionel entraron poco después.

-Lillian: Lena, cariño... - dijo acercándose a abrazarla.- ¿Dónde estuviste? Kara llamó ayer preocupada.

-Lena: Yo... - dijo mirándome. Mierda. – Estuve en casa de mi madre...

-Lillian: No viniste a... Oh, entiendo. Tu madre.

-Lena: Sí, es una larga historia. Pero te la resumiré diciendo que salí a caminar y mis pasos me llevaron hasta allí. No fue algo planeado y...

-Lillian: Lo entiendo, cielo, es tu madre...

-Kara: Hola Lillian – dije saludándola y mirando a Lena. Lo que menos quería era crear un conflicto entre ellas debido a mi estupidez.

Cuando acabamos de saludarnos, nos sentamos a la mesa, que ya estaba preparada y empezamos a comer. Lionel y Lena estuvieron halando de la persona que Lionel enviaría para asegurarse de que todas las cuentas de las empresas que me dejaron mis padres estaban bien. Luego empezamos a hablar de nuestra vuelta a la universidad.

-Lillian: ¿Tú también, Kara? ¿Crees que...?

-Kara: Quiero intentarlo. Me aburro metida todo el día en casa. Y si además voy a estar sola, estoy segura de que me aburriré el triple. Si veo que no puedo seguir el ritmo, estudiaré desde casa. No quiero arriesgarme a nada.

-Lionel: Me parece bien... - dijo sonriéndome- Si os ponen alguna pega con algo...

-Kara: No se preocupe, señor Luthor. Lena sabe cómo lidiar con el director – dije mirándola y sonriéndole.

-Lena: Sí, tampoco es tan duro como parece.

Cuando acabamos de comer, nos sentamos a hablar un poco los cuatro.

-Lillian: ¿Ya habéis empezado a preparar el cuarto de mis nietos?

-Kara: Aún no.

-Lillian: ¿Y a qué esperáis?

-Kara: Es que...

-Lena: Mamá, no la agobies. Kara quiere hacer las cosas a su ritmo.

-Lillian: Lo entiendo, pero....

-Kara: Lena y yo empezaremos a mirar cosas mañana. La pintura, por ejemplo. El cuarto será amarillo.

-Lillian: ¿Amarillo?

-Lena: Es un color neutro, a Kara le gusta... - dijo, encogiéndose de hombros.

-Lillian: Pero ya deberíais saber lo que van a ser, eso haría las cosas más fáciles.

-Lena: Kara... Bueno, las dos en realidad, preferimos no saber lo que serán hasta que nazcan.

-Lillian: Pero....

-Lena: Los muebles serán blancos.

-Lillian: Debo saber de qué color debo comprarles los carros y...

-Kara: Si no le importa, Lillian, preferiría hablar de esto después, cuando estemos todos.

-Lena: ¿Todos? ¿Va a venir alguien más? – preguntó, separándose un poco para mirarme.

-Kara: Emmm... sí... Invité a Alex, Sam, Nia, Winn y... Helena...

-Lena: ¿Hoy? ¿Esta tarde?

-Kara: Sí....

-Lena: ¿A qué hora?

-Kara: Pues... -Dije mirando el reloj de la pared. Eran las cinco y veinte. – Dentro de diez minutos.

-Lena: ¿Por qué no me dijiste nada?

-Kara: Porque necesito hablar con todos vosotros. Si te hubiera dicho algo a ti, habría tenido que contarte todo primero, y no sabía si sería capaz de repetirlo otra vez. ¿Estás enfadada?

-Lena: Enfadada... No. Confusa... Un poco.

-Kara: Tranquila amor, no es nada malo. Creo...

Diez minutos después, la gente empezó a llegar. Helena fue la primera, y pude notar un poco de tensión entre ella y Lillian, aunque se saludaron de manera amable. Luego llegaron Winn y Nia y, por último, Alex y Sam.

-Alex: No sé si podré acostumbrarme a esto de que tengas a una persona para abrir la puerta.-dijo, riéndose – Veo que ya estamos todos. ¿Somos las últimas? ¿Lo ves Sam¿ Te lo dije.

-Sam: Habríamos llegado antes si alguien no se hubiera emperrado en ponerse unos pantalones de hace cinco años que encontró en el armario.

-Kara: ¿Tienes ropa de hace cinco años en el armario?

-Alex: Eran mis favoritos...

-Kara: ¿Cuáles, esos negros a los que siempre se les atascaba la cremallera?

-Alex: Sí, esos.

-Kara: Y... Déjame adivinar... La cremallera se atascó.

-Alex: Sí...

-Sam: Estuve quince minutos intentando bajarla. Llegó un punto en el que quería cortarlos, pero tu hermana se negaba en redondo.

-Alex: No quería que los rompieras.

-Sam: Pero te ha dado igual... Porque parece que alguien ha engordado un poquito en estos cinco años y los reventó por atrás.

-Alex: No he engordado. Es... Masa muscular.

-Sam: Sí, sobre todo musCULAR.

-Alex: ¡Oye!

-Sam: Al final tuve que cortarlos....

-Alex: Y de paso cortó mis bragas con ellos, haciendo que me quedase casi de...

-Kara: ¡Vale! No creo que los padres de Lena quieran escuchar eso.

-Winn: Pero yo sí...

-Nia: No. Tú tampoco.

-Winn: Es verdad, yo tampoco. Por dios Alex, qué asco...

-Kara: Bien, dejemos este tema aparte y sentaros, por favor. Quiero deciros algo. – dije, mientras yo me quedaba de pie frente a todos y Martha dejaba cafés y bizcocho casero para todos.

-Nia: ¿Va todo bien, Kara? ¿Los bebés están bien?

-Kara: Sí. Están bien. Sobre lo que quiero hablaros es sobre... mí.

-Alex: ¿Sobre ti...? – dijo, sentándose recta en el sofá y mirándome. Eso era una clara señal de que estaba preocupada.

-Kara: Sí. Bueno... El otro día... Lena y yo discutimos.

-Winn: ¿Qué pasó?

-Nia: ¿Quieres dejarla hablar?

-Kara: Hace unas semanas, Lena encontró una carta de Jeremiah en Midvale y... No me dijo nada. En esa carta, Jeremiah me contaba que no confiaba en Maxwell y me pedía que yo tampoco lo hiciera y que no dejase que se acercase a Eliza. Yo... Bueno, no reaccioné muy bien y empecé a discutir con Lena por habérmelo ocultado. Pensé que si me hubiese entregado antes esa carta, maxwell y Mike seguirían en la cárcel. – Miré a Lena, que estaba seria, y parecía a punto de llorar – Lo siento amor, sé que no es agradable recordar eso. Para mí tampoco lo es... - dije sonriéndola – El caso es que me fui con Alex. Esa noche, soñé algo que me hizo recapacitar y entender que Lena no me lo había ocultado por hacerme daño. Si no porque quería protegerme. En fin, no quiero aburriros con detalles. Por suerte, arreglamos las cosas y os hice venir a todos porque quiero pediros algo.

Me quedé callada unos segundos que me parecieron horas. De prono sentí que alguien cogía mi mano y me giré para ver a Lena sonriéndome.

-Lena: No sé qué vas a decir, pero tengo la impresión de que necesitas un poco de apoyo... - susurró en mi oído.

-Kara: Gracias... - susurré yo también, mirando de nuevo al resto – Estos últimos meses... No han sido nada fáciles. He pasado por algo... Que no le deseo a nadie. Me he sentido... Dios, ha habido momentos en los que no sentía nada. Sólo quería morirme. Pero os he tenido a todos a mi lado para ayudarme. Y os lo agradezco. – jugué con la mano de Lena, nerviosa. Ella apretó la mía y puso su mano libre en mi espalda, acariciándola arriba y abajo. – Lo que quiero pediros es... Que por favor, dejéis de tratarme como si fuera a romperme. No quiero que me ocultéis nada, solo porque penséis que podría venirme abajo o no podría soportarlo. Como ya he dicho, he pasado por algo terrible, y tengo que superarlo. Sé que con ayuda de todos vosotros podré hacerlo. Pero para eso, necesito que seáis sinceros conmigo en todo momento, por favor. Necesito que me contéis todo lo relacionado con Maxwell y Mike. Aunque duela, aunque sea difícil de escuchar... Pero necesito saber en todo momento a qué me enfrento. No podéis ocultarme que han salido de la cárcel y dejar que yo esté tan tranquila pensando que siguen allí metidos, cuando podría encontrármelos en cualquier parte. Y todo sería peor. Tenéis que decirme la verdad. Pero para eso yo también debo deciros la verdad a vosotros. Y la verdad es que sigo teniendo miedo, mucho miedo. Pero, si os decía que tenía miedo vosotros ibais a sobreprotegerme más de lo que ya lo hacéis, y no quería eso.

-Alex: Tienes razón. Por mi parte, puedo asegurare de que no te ocultaré nada más.

-Nia: Ni yo.

-Winn: Ni yo.

-Sam: Tampoco yo.

-Lionel y Lillian: Ni nosotros.

-Helena: Bueno, yo no he ocultado nada, pero... tampoco lo haré.

Miré a Lena, sonriéndola.

-Lena: Ni un secreto más... - dijo besándome .

-Kara: Hay... Otra cosa que queremos pediros.

Todos volvieron a mirarme, aunque ahora también miraban a Lena.

-Alex: Habla...

-Kara: Lena y yo vamos a empezar a preparar el cuarto de los bebés y hemos decidido que cada uno de vosotros podéis regalarles una cosa. Pero solo una. Y debéis poneros de acuerdo entre vosotros.

-Alex: ¡Sam y yo os regalamos el carro! ¿Rosa o azul?

-Kara: Rojo.

-Alex: Mierda... ¿Es que no voy a conseguir sacarte lo que son?

-Lena: Ni nosotras lo sabemos, Alex, así que no... - dijo riéndose.

-Winn: Nosotros podemos...

-Kara: No... Preferimos que sea una sorpresa. Los muebles y la cuna los elegimos Lena y yo. El resto es cosa vuestra. Pero sólo una cosa por persona, no queremos que os gastéis demasiado. El cuarto será amarillo y los muebles en blanco.

-Sam: Parece que alguien por fin se está animando con la idea de ser mamá – dijo sonriéndome.

-Lena: Kara quiere todo en colores neutros, así que....

-Winn: ¿Eso es todo?

-Kara: Sí...

-Winn: ¿entonces ya podemos comer? Tengo hambre, y ese bizcocho huele de maravilla, Kara.

Me fijé en que nadie había tocado el café o el bizcocho mientras hablaba.

-Kara: Sí, claro..

-Winn: Genial...

-Lena: Kara, cariño, ven... - dijo apartándome un poco de los demás. Les miré, viendo que empezaban a discutir sobre algo. Posiblemente, sobre lo que compraría cada uno. –Kara...

-Kara: Perdona... - dije mirándola – Siento no haberte dicho nada de que iban a venir, es que...

-Lena: No pasa nada Entiendo que no ha sido fácil para ti decir esto. Sé que entiendes que queremos lo mejor para ti, pero tienes razón, a veces te protegemos demasiado. Y eso no va a ayudarte a superar todo esto. Estoy orgullosa de ti, cariño. Sé que ha debido costarte decirnos esto.

-Kara: Tenía miedo de que alguien reaccionase mal, de que alguien se enfadase o...

-Lena: Has sido muy valiente – dijo, acariciando mi mejilla. – No voy a decirte que sé por lo que estás pasando, porque te mentiría. Y hemos quedado en que sólo sinceridad a partir de ahora. Así que... No lo sé, pero puedo entenderlo. Y me alegro de que por fin estés intentando superarlo. Pero no lo harás sola. Todos, incluyéndome a mí, seguirán a tu lado. Pero estoy segura de que te darán más espacio, que intentarán no sobreprotegerte tanto. Es cierto, no puedes superar esto si no te dejamos afrontarlo y sacar fuera ese dolor. Lo siento si en algún momento te he hecho sentirte agobiada o...

-Kara: Sé que no lo hacías con mala intención. Ninguno. No os dabais cuenta de que tanta protección me hacía sentir abrumada. Para mí era como, si en vez de fortalecerme y tratar de afrontarlo, me debilitara y fuera algo así como "vale, esto es todo lo que puedo hacer. Dejaré que los demás sigan encargándose de esto" Pero tenía miedo de decíroslo y herir vuestros sentimientos. – dije, empezando a llorar.

-Lena: Mi vida... - dijo besándome y abrazándome. De pronto, notamos que alguien intentaba meterse en medio.

-Kara: Ya decía yo que estabas muy tranquilo. ¿Otra vez celoso de Lena, Krypto? – dije, acariciándole. Pero Krypto me ignoró y golpeó la mano de Lena con el hocico, buscando su atención y que fuese ella quien le acariciara – Ah, muy bonito. Eres un traidor.

-Lena: ¿Celosa, cariño?

-Kara: ¿Yo? ¿De él...? No... - dije cruzándome de brazos, y mirándoles de reojo, haciendo un puchero.

-Lena: ¿Segura? – dijo, agachándose para acariciarle mejor.

-Kara: Más te vale lavarte luego las manos antes de tocarme...

-Lena: Krypto, ve a jugar con Alex un ratito, venga... - dijo. El animal le dio un último lametón en la mano y corrió junto a Alex, llamando su atención. Lena se levantó y me sujetó por los brazos con suavidad y me besó, sin decir nada.– Me encanta cuando haces esos pucheros...

-Kara: Yo no hago pucheros... - protesté.

-Lena: Claro que no, cariño...

LENA

15 de Noviembre de 2019

Habían pasado dos días desde que Kara nos reunió a todos en casa. Kara parecía algo más relajada después de haberse desahogado. Estábamos mirando la pintura para el cuarto de los bebés, pues ya teníamos decidido cuál sería el suyo. Más tarde habíamos quedado con mi madre y con Lillian para ir a elegir algo de ropita.

-Kara: ¿Te gusta este amarillo?

-Lena: Sí, es perfecto. – dije mirando el color que Kara me mostraba - ¿Lo quieres para la parte de arriba o de abajo?

-Kara: Abajo... La parte de arriba la quiero blanca.

-Lena: Bien. ¿Querrás hacer algún dibujo en las paredes?

-Kara: ¿Dibujos?

-Lena: Ositos o algo así.

-Kara: Puede que les dibuje algo, sí. Pero no ositos.

-Lena: Bien – dije mirando mi reloj – Aún quedan un par de horas hasta la hora de comer, ¿quieres que vayamos a mirar las cunas?

-Kara: Claro...

Fuimos a la tienda y estuvimos mirando cunas durante una hora. Kara prefería dos cunas pequeñas individuales a una grande para que los dos bebés durmieran juntos. Y quería que tuvieran ruedas para poder moverlas por la casa si era necesario. Finalmente se decidió por unas blancas con unos pequeños detalles en amarillo, de un color similar al que habíamos escogido para pintar el cuarto. Se quedó mirando la cuna de exposición, pensativa.

-Lena: ¿Qué pasa, cariño? – pregunté, abrazándola por detrás.

-Kara: Es muy cara... Y tenemos que comprar dos. Puede que tengas razón y debamos escoger una grande. Tampoco será barata, pero...

-Lena: Cielo... - dije, haciendo que se volviese hacia mí - ¿Has olvidado que ahora eres millonaria? Las dos lo somos, Podemos permitirnos no dos, si no doscientas cunas como esa si queremos. Y apenas notaríamos el gasto.

-Kara: Sí, tienes razón. – dijo sonriéndome – Decidido entonces, nos llevamos estas.

-Lena: Me parece perfecto. ¿Algo más?

-Kara: Me ha gustado este carro. – dijo, acercándose a un carrito - Podemos decirle el modelo a Alex.

-Lena: Rojo... - dije riéndome – Tu hermana se va a tirar de los pelos.

-Kara: Que sufra un poco... - dijo divertida.

-Lena: De acuerdo... - dije haciendo una foto al carro y mandándosela a Alex con un texto. -"A Kara le gusta este carro para los bebés."

No tardé mucho en recibir una respuesta de Alex.

-Alex: "Dile a mi hermana que la odio por no querer saber lo que son. Así no es divertido. Aj. Dile que vale"

-Lena: Tu hermana te odia... - le dije a Kara.

-Kara: Dile que yo también... Y que la llamo luego.

Le mandé el mensaje a Alex, dimos la dirección para que nos enviasen las cunas esa misma tarde y fuimos a Comer. Kara quería pizza, así que fuimos a su pizzería favorita y pedimos una familiar que se comió casi entera ella sola. Yo sólo había comido un par de trozos y me quedé mirándola comer mientras sonreía como una boba.

-Kara: Apenas has comido, amor... - dijo con la boca llena - ¿Pedimos otra?

-Lena: Yo ya estoy llena. ¿Tú quieres otra?

-Kara: No.

-Lena: ¿Segura?

-Kara: Sí, segura.

-Lena: Bien...

Cuando terminamos de comer, dimos un pequeño paseo para bajar la comida y luego le pedimos j'onn que nos llevase al lugar donde habíamos quedado con Lillian y con mi madre.

Cuando llegamos, vi que Lillian ya estaba allí esperando.

-Lena: Hola mamá... - dije abrazándola.

-Lillian: Hola cielo... - dijo sonriéndome mientras me devolvía el abrazo y abrazando a Kara después – Kara...

-Kara: Hola Lillian. ¿No ha llegado Helena?

-Lillian: Es obvio que no...

-Lena: Por favor, mamá. No quiero peleas, ¿Vale? Os quiero a las dos muchísimo y quiero que os llevéis bien. Sé que estás molesta con la situación, pero prométeme que lo intentarás al menos. Por favor..

-Lillian: Está bien...

Diez minutos después, vimos llegar a Helena corriendo.

-Helena: Perdón. La cosa se complicó un poco en el trabajo. Por suerte, Cat es comprensiva y me deja tiempo libre para poder estar contigo – dijo sonriéndome.

-Lena: Bien, ya estamos todas. ¿Entramos?

Los primeros quince minutos fueron más o menos tranquilos. Kara y yo estábamos mirando unos zapatitos cuando escuchamos que alguien gritaba detrás de nosotras. Nos giramos y vimos que mis dos madres estaban discutiendo sobre cuál de las dos compraría el trajecito que tenían entre sus manos.

-Kara: Esto va a ponerse feo, amor...

-Lena: No. Ven – dije cogiéndola de la mano y acercándonos a ellas - ¿Queréis dejar de gritar? Os está mirando todo el mundo.

-Lillian: Dile a... tu madre que yo vi primero este trajecito y tengo derecho a comprarlo.

-Helena: A mí también me ha gustado.

-Kara: Lena, amor... - dijo avergonzada al sentir las miradas de toda la gente sobre nosotras cuatro.

-Lena: ¿Os estáis oyendo? Parecéis crías de tres años peleándose por un juguete. Van a ser dos bebés. Tú – señalé a Lillian – comprarás uno. Y tú – señalé a Helena – comprarás el otro. No es tan difícil. Y ahora, una mira por allí y otra por allí. Y ninguna se mete en la zona de la otra.

Vi que las dos me miraban con cara de fastidio, pero ambas suspiraron, se miraron y asintieron.

-Helena: Tienes razón hija, perdona.

-Lillian: Creo que... Podemos mirar cosas juntas sin volver a pelearnos.

-Lena: ¿Estáis seguras? Porque si habéis montado todo esto por algo que os gustaba a las dos, no quiero ni imaginar la que podéis liar si no os gusta lo mismo.

-Helena: Creo que Lillian y yo podremos llegar a un acuerdo. Si algo le gusta solo a una, esa persona coge dos. Si algo nos gusta a las dos, cada una coge uno.

-Lillian: Me parece justo.

-Lena: Bien... De verdad quiero que os llevéis bien, por favor. Intentad no montar otro espectáculo. Kara se siente molesta.

-Lillian y Helena: Perdona Kara.

-Kara: No importa...

El resto de la tarde fue tranquilo y nada más terminar de cenar, nos acostamos.

El fin de semana lo pasamos tranquilas, pintando el cuarto de los bebés. Me gustaba que Kara quisiera hacerlo ella misma, eso era buena señal. Hicimos una línea en el centro de la pared y mientras Kara pintaba la parte inferior de amarillo, yo pintaba la superior de blanco, subida en la escalera.

27 de Noviembre de 2019

Me desperté y besé a Kara, como hacía todas las mañanas. La primera semana de vuelta a clases, había sido agotadora para ambas. El levantarse temprano, el correr para cambiar de una clase a otra, volver a estudiar... Pero había sido peor para Kara. A pesar de que se esforzó y trató de seguir el ritmo, fue imposible para ella y el viernes, de camino al coche para volver a casa, tuvo un pequeño desmayo. Se sentía frustrada y agobiada, y eso hizo que pasara el fin de semana y los dos días siguientes de mal humor.

-Lena: Buenos días cariño...

-Kara: Hola... - dijo sin apenas moverse.

-Lena: ¿Sigues enfadada?

-Kara: No estoy enfadada... Es que...- dijo, empezando a llorar. Algo bastante común en estos días.

-Lena: ¿Qué te pasa...? – pregunté, acariciando su mejilla.

-Kara: Tengo la sensación de que te he decepcionado.

-Lena: ¿A mí? ¿Por qué, cielo? – pregunté – Mírame...

-Kara: No he aguantado ni una semana la vuelta a clases y...

-Lena: Eh, oye... No me has decepcionado. No es fácil y menos con dos bebés ahí dentro. Kara, cariño, puedes seguir estudiando en casa. Nia vino ayer a traerte lo que habían dado en clase, ¿verdad?

-Kara: Sí.

-Lena: Y hoy también vendrá. Te pusiste al día enseguida, y sacarás el curso adelante. Pero tendrás que hacerlo desde casa.

-Kara: Lo sé...

-Lena: Pero te molesta algo más...

-Kara: Sí. Te vas muy temprano y son muchas horas sin verte... Y no verte me pone nerviosa, y me aburro...

-Lena: Llama a tu hermana y sal con ella de compras. No creo que le importe perderse un par de clases por ti. Además, iba un curso adelantada, ¿no? Para ella no será mucho problema.

-Kara: Vale... - dijo suspirando y mirándome - ¿Ya te vas?

-Lena: Tengo que ducharme y desayunar. ¿Me acompañas?

-Kara: ¿A ducharte? No, no llegarías a clase.

-Lena: A desayunar... - dije riéndome.

-Kara: Sí, vale. Mientras te duchas escribiré a Alex.

12 de Diciembre de 2019

Los días fueron pasando. Kara estaba de bastante mejor humor. Ya habíamos colocado las cunas en el cuarto de los bebés, además de un par de muebles con cajones y un armario para meter toda su ropita.

Alex y Sam nos habían regalado el carrito que Kara quería y la ropita que mis madres le compraron ya estaba colgada en el armario o guardada en los cajones. Y al parecer, le habían cogido el gusto a eso de irse juntas de compras para sus nietos, ya que cada dos o tres días, venían a visitarnos con algún par de trajecitos, camiseta o pantaloncitos nuevos que habían visto y no habían podido resistirse a comprar. Bueno, al menos se estaban haciendo amigas, y la tensión entre ellas había desaparecido. Aunque mi padre se veía incómodo si tenía que estar con ambas en la misma habitación.

Nia y Winn nos regalaron un cambiador para cambiarles los pañales y una pequeña bañera.

Mi hermano había tenido que salir de viaje, pero nos envió un bonito par de baúles para guardar los pañales y las cosas de aseo de los bebés.

Y mi padre... Bueno, él decía que prefería esperar a que nacieran y saber qué eran para hacerles un regalo en condiciones.

-Lena: ¿Te ayudo con eso? – pregunté, al verla intentando coger un libro de una de las estanterías.

-Kara: No, ya puedo yo... - dijo sonriéndome y cogiéndolo. Pero justo después se le cayó al suelo – Mierda...

-Lena: Espera... - dije acercándome para dárselo, ya que a ella le costaba agacharse. – Toma...

-Kara: Gracias amor... - suspiró, a punto de llorar. Krypto estaba tranquilamente dormido cerca del sofá.

-Lena: ¿Kara... Vas a llorar otra vez?

-Kara: Es que.... Me siento inútil y estúpida y....

-Lena: No eres nada de eso... Anda, ven... - dije llevándola conmigo al sofá. Me senté y luego dejé que se recostase sobre mí, abrazándola, dejando mi mano sobre su vientre, ya que los bebés ya empezaban a moverse y me gustaba sentirlos cuando eso pasaba. No soportaba verla llorar. Se me encogía el corazón. Le acaricié el pelo y luego el brazo despacio, como a ella le gustaba - ¿Mejor?

-Kara: Sí, amor, gracias... - dijo, sentándose para estar más cómoda.

-Lena: ¿Pasa algo? Hoy pareces nerviosa.

-Kara: No, es que... He adelantado la cita con la doctora Lance.

-Lena: ¿Qué? ¿Por qué? ¿No te encuentras bien? – pregunté asustada - ¿Te duele, tienes molestias o...?

-Kara: No amor... - dijo acariciando mi mejilla y sonriéndome – Es que sé que te mueres de ganas por saber lo que van a ser y no quiero que tengas que esperar más. Es mañana, cuando salgas de clase.

-Lena: Kara, cariño, tú no...

-Kara: No, yo no quiero saberlo aún. Pero tú sí. No me parece justo tenerte así. Son tus bebés, tienes derecho a saber que son.

-Lena: Gracias, cielo... - dije besándola.

Esa noche cenamos tranquilamente y nos acostamos temprano.

13 de Diciembre de 2019

Al día siguiente, cuando acabaron las clases, Kara me esperaba fuera del coche, con Krypto, que vino corriendo a saludar.

-Lena: Eh, hola, chico... - dije acariciándole, mientras él intentaba lamerme la cara, contento.

-Kara: No soy la única que te echa de menos.... – dijo riéndose.

-Lena: Ya veo que no... - dije besándola y haciendo que Krypto entrase en el coche. Luego subimos Kara y yo.

Cuando llegamos a la clínica, Krypto se quedó con J'onn dando un paseo y nosotras entramos en la consulta.

-Laurel: Señoras Luthor... - dijo al vernos.

-Kara: Hola...

-Laurel: ¿Va todo bien, está teniendo problemas? – dijo, acariciando el brazo de Kara. Ella se tensó, incómoda.

-Kara: No. Bueno, creo que no, es que...

-Laurel: ¿Ocurre algo?

-Kara: Bueno, yo... Quiero que le diga a mi esposa lo que serán nuestros bebés. Ella quiere saberlo y yo... No quería hacerla esperar más – dijo, casi avergonzada.

-Laurel: Entiendo... Bueno, ya que han venido podemos hacer una ecografía para que lo vean...

-Kara: Sí, claro. Pero... Yo sigo sin querer saberlo.

-Lena: Tendrá que decírmelo sólo a mí.

-Laurel: Bien... Levántese la camiseta y túmbese en la camilla.- dijo, ayudando a Kara. Vi que la sujetaba de la cintura, ayudándola a tumbarse. Cuando Kara estuvo tumbada, la doctora no apartó sus manos. Noté que Kara volvía a tensarse.

-Kara: ¿Podría... No llamarme de usted? Me siento vieja. Puede llamarme Kara.

-Laurel: Claro, Kara. Entonces tú llámame Laurel. Es lo justo.... – dijo sonriéndola mientras miraba sus pechos y luego mirándome a mí - ¿Y tú...?

-Lena: Señora Luthor está bien – dije seria.

-Laurel: Por supuesto... - dijo, cogiendo el líquido de la ecografía y echándolo sobre el vientre de Kara, que se estremeció al notar el frío del líquido - ¿Muy frío? Lo siento... Vaya, parece que se ha escurrido un poco por aquí. Voy a...

-Lena: Ya se lo limpio yo – dije, cogiendo rápidamente un par de toallas de papel que había al lado de Kara y limpiando la zona por donde había caído el líquido.

-Kara: Gracias, amor...

-Laurel: De acuerdo, veamos... - dijo, empezando a mover el aparato que daba la imagen por el vientre de Kara – Vaya, han crecido bastante... A ver... Sí, ahí está.... ¿Seguro que tú no quieres saberlo, Kara?

-Kara: No.

-Laurel: Bien... Todo está correcto. Hemos terminado – dijo, cogiendo unas cuantas toallas más de papel para limpiar a Kara. Sin decir nada, se las quité de las manos y limpié a MI MUJER con cuidado. Kara me miró, pero no dijo nada – Bien, señora Luthor. Venga conmigo y le diré lo que son...

-Lena: Sí... - dije, tras ayudar a Kara a levantarse – Ahora vengo, cariño.

-Kara: Vale...

Salí con la doctora Lance y me alejé un poco con ella.

-Lena: Antes de que diga nada... Vuelva a tontear así con mi esposa delante de mí y le saco los ojos.- dije, cruzándome de brazos y levantando la ceja.

-Laurel: ¿Perdón?

-Lena: ¿Acaso cree que no lo he notado? No dejaba de mirarle los pechos.

-Laurel: Soy médico, es mi trabajo.

-Lena: ¿Sí...? ¿Acaso tiene rayos x en los ojos para ver los pechos de sus pacientes por debajo de la ropa? ¿Lo hace con todas o sólo con mi esposa?

-Laurel: Yo...

-Lena: Vuelva a mirarla así y me encargaré de que no vuelva a trabajar como ginecóloga, ni en el campo de la medicina nunca más, ¿he sido clara? Mi esposa ha pasado por algo terrible y que la toque alguien que no sea yo la pone muy nerviosa. Y no quiero que se altere o lo pase mal, así que la próxima vez procure que sus manos toquen sólo lo que deben de tocar y el tiempo justo.

-Laurel: Claro... Lo siento.

-Lena: Bien, ahora dígame, ¿Qué son?

Cuando entramos de nuevo a la consulta, Kara esperaba sentada en la silla.

-Kara: ¿Ya...?

-Lena: Sí, ya... - dije sonriéndola.

-Kara: Te veo contenta... ¿Era lo que querías?

-Lena: Tal vez... Puede que incluso mejor.

-Laurel: Bueno, te daré cita para el mes que viene, Kara. ¿Qué te parece... el día veinte de Enero?

-Kara: Sí, bien...

-Laurel: Nos vemos entonces. Sigue tomando lo que te mandé y haciendo todo como hasta ahora.

-Lena: Lo hará... Gracias – Dije, cogiendo a Kara de la mano y saliendo con ella. Kara soltó un suspiro que a mí me pareció de Alivio cuando salimos. - ¿Estás bien?

-Kara: Sí es que... La forma en la que me miraba era... Me recordó un poco a Maxwell y...

-Lena: Tranquila, no dejaré que nadie vuelva a hacerte daño nunca, cielo, te lo prometo. ¿Quieres ir a algún sitio?

-Kara: A casa, estoy algo cansada.

-Lena: Bien....

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