19- PREPARATIVOS
Siento haber tardado en actualizar, pero no estaba de humor y he tenido mucho lío estos días. Quiero muchos comentarios, a ver si eso me levanta un poco el ánimo y puedo teneros capítulo nuevo prontito.
Si no hay al menos 60 comentarios, no subiré capítulo hasta dentro de 2 semanas jajajajajaja
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KARA
30 de Octubre de 2019
-Kara: Buenos días, amor... - dije despertando a Lena con un beso.
-Lena: Buenos días...- dijo mirándome - ¿Ya estás vestida?
-Kara: No he podido dormir mucho...
-Lena: ¿Ya has desayunado?
-Kara: No. Te estaba esperando para hacerlo juntas. Vamos, levanta, tenemos mucho que hacer hoy.
-Lena: ¿Mucho que hacer? – preguntó, sentándose en la cama.
-Kara: Sí. Tenemos que terminar de ver la casa. Elegir cuál será el cuarto de los bebés, decidir qué cosas queremos cambiar y cuales conservar... Tenemos que ir a mirar nuevos muebles y decoración... - dije mientras caminaba por el cuarto.
-Lena: Kara, para, ven... - dijo, tendiéndome su mano. Me acerqué a ella y me senté a su lado. Lena me abrazó – Me gusta verte tan ilusionada, pero tenemos mucho tiempo para eso, cariño.
-Kara: No, no tanto. Quiero mudarme lo antes posible.
-Lena: ¿Tanto miedo tienes de quedarte aquí?
-Kara: Yo...
-Lena: No va a pasarte nada, Kara. Nadie te hará daño.
-Kara: Eso no lo sabes...
-Lena: Lo sé. Porque yo no pienso permitirlo. – dijo besándome y acariciando mi vientre - ¿Cuántas veces necesitas que te lo repita?
-Kara: Siento ser una molestia... – dije levantándome.
-Lena: No eres una molestia... - dijo, cogiendo mi mano – Pero no soporto verte así. No quiero verte asustada, cariño. ¿Acaso no crees que quiero protegerte?
-Kara: Sé que quieres hacerlo. Y eso es lo que más miedo me da. Más que el que Maxwell y Mike puedan venir aquí, o que pueda encontrármelos por la calle... Sé que quieres protegerme y me encanta que seas así. Pero tengo mucho miedo de que te hagan daño. No me importa lo que hagan conmigo. No pueden hacerme más daño del que ya me han hecho. Excepto... Haciéndote daño a ti. Si te pasara algo...- dije llorando.
Lena se incorporó y me abrazó, besando mi cabeza.
-Lena: Vale, escucha... Vamos a desayunar, me vestiré e iremos a la casa. Llamaré a alguien para que instalen los sistemas de seguridad y veremos si hay que hacer alguna obra o reparación para que empiecen mañana mismo. El equipo que remodeló este apartamento es bueno, son rápidos, contactaré con ellos. Por la tarde iremos a mirar muebles, cosas para los bebés... Lo que quieras. Si hacer cosas te hace sentirte más tranquila, por mí estupendo. Es lo que necesitas, tranquilidad.
-Kara: Gracias... - dije. En ese momento, mi estómago empezó a rugir con fuerza.
-Lena: Venga, vamos a desayunar. Alguien se muere de hambre – dijo riéndose-¿Eres tú o ellos?
-Kara: Creo que los tres.
-Lena: ¿Y si mejor nos mudamos a vivir a un supermercado?
-Kara: No sería mala idea...
Cuando terminamos de desayunar, Lena se duchó y se vistió mientras yo recogía las cosas del desayuno. Luego fuimos hacia la casa que había heredado de mis padres. Al llegar, J'onn nos abrió la puerta.
-J'onn: Señorita Da... Señora Luthor, no la esperábamos de nuevo tan pronto.
-Kara: Lo siento, olvidé pedir el teléfono de este sitio para avisar.
-J'onn: Se lo apuntaré. ¿Pedo ayudarlas en algo? – Preguntó, mirándonos a Lena y a mí.
-Kara: Nos gustaría terminar de ver la casa si es posible. Estamos pensando en mudarnos aquí.
-Martha: Esa es una gran noticia... - dijo, apareciendo en ese momento.- Están en su casa. Tomen el tiempo que necesiten y, si necesitan algo, llámennos a J'onn o a mí.
-Lena: Gracias...- dijo sacando un pequeño cuaderno y un bolígrafo de su bolso.
Empezamos a recorrer la planta baja. El salón, la cocina, la biblioteca...
-Kara: Mira amor, es perfecta para todos tus libros...
-Lena: Está casi vacía...
-Kara: Podría ser tu despacho.
-Lena: ¿No es un poco grande?
-Kara: No... Puedes poner una mesa justo aquí... - dije moviéndome por la habitación – Y está muy bien iluminado. Además, tiene vistas al jardín, mira... Podrás ver jugar a los niños mientras trabajas. –Me acerqué a las ventanas, que iban del techo al suelo y podían abrirse para salir al jardín, mirando hacia fuera
-Lena: Humm... - Dijo abrazándome por detrás – Creo que más que a los niños, me gustará verte a ti tomando el sol junto a esa enorme piscina...
-Kara: Es otra opción, sí... - dije riéndome.
Salimos al jardín, mientras Lena apuntaba cosas en el pequeño cuaderno. Algo que llevaba haciendo desde que empezamos a recorrer la casa. Luego recorrimos el garaje, la primera planta el ático, y el sótano.
Estuvimos hasta casi la hora de comer. Antes de irnos, vimos que Martha y J'onn habían reunido a todo el mundo en el salón. Parece que esta vez no me escaparía son conocer al resto de los sirvientes. Eran cerca de una docena, así que estuvimos cerca de media hora más hasta que Martha terminó de explicarnos a qué se dedicaba cada uno.
-Kara: Es muy tarde, aún tenemos mucho que hacer y tenemos que ir a comer...
-Martha: Por supuesto. Oh, lo olvidaba... - dijo, entregándome una bolsa enorme, que Lena cogió por mí – Son álbumes de fotos de su familia. A su padre le encantaba hacerles fotos. Por si quiere echarles un vistazo.
-Kara: Gracias... - dije.
-Lena: Aquí tienen una lista de las cosas que queremos cambiar de la casa. Esta tarde vendrá un equipo a tomar medidas y mañana vendrán a empezar con las obras. Lo más urgente es instalar un sistema de seguridad en toda la casa y el jardín. Y una valla de protección alrededor de la piscina. Mi esposa quiere vender todos los coches del garaje. Mandaré a alguien para que los tase. Esperamos que todo esté acabado en unas dos semanas, tres como mucho.- dijo, tendiéndole el cuaderno a J'onn, que me miró, esperando mi aprobación.
-Kara: Lena no necesita mi aprobación para nada. Ella es tan dueña de esta casa como yo. Todo lo que diga deberá cumplirse – aclaré.
-J'onn: Sí, señoras... Aquí tienen el teléfono de la casa, además del mío y el de Martha por si necesitan cualquier cosa.
-Kara: Bien. Nos pasaremos de vez en cuando a ver cómo van las modificaciones de la casa. – dije antes de irnos.
Subimos al coche y media hora después, estábamos comiendo en uno de los restaurantes favoritos de Lena. Dejé que ella eligiera por mí, ya que no conocía nada de lo que había en la carta.
-Lena: ¿Te gusta la comida?
-Kara: Sí, está todo muy bueno.
-Lena: Me alegro... - dijo cogiendo mi mano - ¿Estás cansada o sigues queriendo ir de compras?
-Kara: Quiero ir de compras...- dije sonriéndola.
-Lena: Perfecto... - dijo, haciendo un gesto para pedir la cuenta.
-Kara: No tienes que pagarlo tú.
-Lena: Eh, aún no has recibido nada del dinero de la herencia. Cuando lo hagas, serás tú quien me invite a comer a mí. ¿Qué te parece?
-Kara: Me parece bien.
Tras la comida, decidimos ir a las tiendas. Notaba a Lena aún algo mal por la conversación con su padre y su verdadera madre el día anterior, así que decidí animarla un poco y hacer algo que sabía que le encantaría. La llevaría a comprar cosas para los bebés.
-Lena: Esta no es la tienda de muebles...
-Kara: No. Es una tontería mirar nada hasta que no tengamos las medidas de las habitaciones, pero podemos ir escogiendo las cosas de nuestros hijos. O hijas. ¿Por dónde quieres empezar? – dije, mientras caminábamos y Lena se detenía al lado de las cunas.
-Lena: Por aquí.
-Kara: Vale. Tiene que ser una cuna grande, para que los dos duerman cómodos y sin molestarse y...
-Lena: No. Mejor cunas separadas. Es más cómodo.
-Kara: De acuerdo... ¿Ves alguna que te guste?
-Lena: ¿Qué tal esta? Mira, tiene ruedas y podemos moverla de sitio si es necesario.
-Kara: Me parece bien... ¿Te gusta este amarillo clarito?
-Lena: Sí...
-Kara: bien, pues dos de estas en amarillo claro... ¿Ahora qué? ¿Carritos?
-Lena: Carrito. No necesitamos dos, pueden ir en el mismo.
-Kara: ¿No pueden dormir en la misma cuna, pero si pasear en el mismo carro?
-Lena: Bueno...
-Kara: ¿Qué te pasa, amor? – dije acariciando su mejilla. – Estás más seria de lo normal. Y no te veo demasiado centrada. Creía que esto te haría más ilusión.
-Lena: Y me hace ilusión, pero es que...
-Kara: Vamos a casa.
-Lena: ¿Qué...? No, quedan muchas cosas que mirar aún.
-Kara: No sé dónde tienes la cabeza, Lena, pero no es aquí. Aún tenemos cuatro meses para comprar las cosas. Volveremos otro día.
-Lena: Pero... - dijo, mirándome- Kara, que me hayas traído aquí, quiere decir que ya estás aceptando que pronto tendremos dos bebés en brazos y que quieres lo mejor para ellos.
-Kara: También quiero lo mejor para ti. Y ahora mismo no es esto. Vamos a casa... Allí podrás contarme qué te pasa. Aunque creo que lo sé. Pero contarlo te ayudará a desahogarte.
-Lena: Gracias, cariño. Por estas cosas es por lo que te quiero.
Volvimos a casa en silencio. Ninguna tenía ganas de cocinar, así que estábamos decidiendo que pediríamos de cena mientras subíamos en el ascensor a nuestro apartamento. Pero, al llegar, Lena se quedó callada de golpe.
-Kara: ¿Amor, qué pasa? – pregunté, al verla completamente pálida. Miré hacia donde ella miraba y vi a la madre biológica de Lena esperando en la puerta.
-Lena: ¿Qué haces aquí?
-Helena: Necesito hablar contigo.
-Lena: Yo no quiero hablar contigo.
-Helena: Por favor, hija.
-Lena: No me llames así – dijo, metiendo la llave en la cerradura para abrir. Le temblaban las manos.
-Helena: Por favor, quiero explicarte todo tranquilamente.
-Lena: No quiero hablar. ¡Mierda! – gritó, cuando se le cayeron las llaves.
-Kara: Dámelas, yo abriré – dije cuando se agachó a recogerlas. Lena me las tendió y abrí la puerta, momento que ella aprovechó para entrar rápidamente y cerrar con un portazo, dejándome fuera con su madre. Miré a la mujer, que lloraba. – Aún tiene que asimilar lo que le dijeron usted y Lionel ayer. Dele unos días.
-Helena: Pero ella tiene que saber que...
-Kara: No la presione – dije seria –Será mejor que se vaya. Hablaré con ella y veré si puedo convencerla de que hable con usted. Pero será cuándo, dónde y cómo ella decida. Yo no pienso obligarla a que sea mañana mismo, y mucho menos ahora. Veinte años pensando que su madre había muerto son muchos años. Y descubrir que está viva y no la buscó, es complicado de asimilar. Tengo su teléfono. Así que cuando Lena decida que quiere verla, se lo daré para que la llame. Ahora, por favor, márchese.
-Helena: Está bien. ¿Puedes darle esto de mi parte? – dijo, agachándose y dándome una caja que tenía detrás de ella, en el suelo.
-Kara: ¿Qué es?
-Helena: Lo sabrá cuando lo vea. – dijo alejándose.
Suspiré y llamé al timbre, pero Lena no abrió la puerta.
-Kara: ¡Lena, abre amor, ella ya se ha ido! – grité - ¡Lena, estoy yo sola, lo prometo! – esperé, pero no abría - ¡Por favor, me ha dado una caja que pesa muchísimo y sabes que no debo cargar peso! – En ese momento la puerta se abrió y Lena cogió la caja. Estaba llorando - ¿Te parece bonito cerrarme la puerta en las narices y dejarme fuera de casa?
-Lena: Lo siento – dijo mirándome y mirado luego la caja- ¿Qué es esto?
-Kara: No lo sé. Dijo que lo sabrías cuando lo vieras... - dije, dejando mis cosas a un lado y dirigiéndome al sofá, mientras Lena dejaba la caja sobre la mesa que había delante del mismo y se sentaba a mi lado. - ¿Vas a abrirla?
-Lena: ¿Debería?
-Kara: Es algo que debes decidir tú, amor... - dije, cogiendo su mano. Estaba helada.
-Lena: ¿Qué crees que habrá dentro?
-Kara: No sé... ¿Un gato muerto?
-Lena: ¿En serio?
-Kara: No, claro que no, amor, sólo bromeaba. – dije besándola en la mejilla.- ¿Quieres que me vaya y te deje sola con la caja?
-Lena: No. Sea lo que sea, quiero que estés conmigo. Me siento más segura contigo a mi lado.
-Kara: Está bien...
Durante veinte minutos, Lena estuvo mirando la caja en completo silencio. Yo me quedé a su lado, acariciando su mano y mirándola, preocupada. No soportaba verla así.
-Lena: Voy a abrirla – dijo.
-Kara: Está bien.
-Lena: Está un poco hecha polvo. Parece que tiene bastantes años. – dijo, poniendo las manos a ambos lados de la tapa para abrirla.
-Kara: No se va a desintegrar... Creo.
-Lena: Vale... - dijo suspirando y levantando la tapa apenas un centímetro, antes de volver a cerrarla – No puedo...
-Kara: ¿Quieres que la abra yo?
-Lena: Sí. Y mira lo que hay. – dijo, tapándose los ojos con las manos.
-Kara: Está bien... - dije, poniendo mis manos sobre la tapa- Para empezar, esta caja tiene un montón de polvo. Podría haberla limpiado un poco antes de traerla.
-Lena: Kara, por favor...
-Kara: Vale... - dije levantando la tapa y mirando dentro. – Vaya... Ella realmente te quería a pesar de todo.
-Lena: ¿Qué hay?
-Kara: Míralo tú misma – dije, cogiendo sus manos y apartándolas de su rostro – Tranquila, no es un gato muerto.
Lena suspiró y miró dentro de la caja.
LENA
Estaba muy nerviosa, pero el tener a Kara a mi lado, ayudaba bastante. Miré dentro de la caja y vi un montón de cosas. En un primer vistazo por encima pude ver algunas fotografías, un chupete, unos zapatitos...
-Lena: Son cosas de bebé... - dije, sacándolas despacio.
-Kara: Cosas tuyas, supongo. Mira, esa debes ser tú cuando naciste – dijo, cogiendo una foto en la que yo salía con mi madre. Ella me tenía en brazos y me miraba con amor, pero también con tristeza. Cogí la foto de la mano de Kara y la miré detenidamente.
-Lena: No parece muy contenta.
-Kara: Bueno, a lo mejor ya sabía que no la dejarían quedarse contigo. ¿Qué madre podría estar contenta sabiendo eso...? - dijo, cogiendo los zapatitos. – Mira qué piececitos más chiquitines tenías...
-Lena: Como los de todos los bebés, supongo – dije cogiéndolos también, tras dejar la foto a un lado. Los miré unos segundos y los dejé sobre la mesa, cogiendo un pequeño montón de fotografías. En ellas, se veía a mi madre durante todo su embarazo. Los primeros meses parecía contenta, pero según iba avanzando el tiempo, ella iba sonriendo cada vez menos. Las aparté a un lado y seguí mirando. Saqué una pequeña mantita blanca con ositos naranjas. La misma en la que estaba envuelta en la foto que vi al principio.
Seguí sacando cosas. Un chupete, un pequeño patito de peluche. Empecé a llorar, dejando el patito junto al resto de cosas.
-Kara: ¿Estás bien? – preguntó, abrazándome.
-Lena: Esto es....
-Kara: Ella te quería.... Si no, no habría conservado todo esto durante tantos años. Y aún te quiere.
-Lena: ¿Tú crees?
-Kara: Bueno, no sé el tiempo que habrá estado esperando ahí fuera a que llegáramos, pero el que viniera hasta aquí cargada con esto, y que se quedase hasta que llegaras, significa algo.
-Lena: ¿Debería hablar con ella?
-Kara: Eso es algo que debes decidir tú. Le dije que si decidías hablar con ella, te daría su teléfono y la llamarías. Pero no tiene que ser mañana mismo. Tómate tu tiempo, piénsalo unos días. Decidas lo que decidas, yo te apoyaré.
-Lena: ¿Lo harás?
-Kara: Por supuesto...
-Lena: Gracias... - dije besándola y mirando sus ojos. Esos ojos que eran capaces de hacerme sentir la paz más profunda sólo con mirarlos. –Te quiero.
-Kara: Yo también te quiero amor... Aún falta para la cena ¿Qué te parece si nos divertimos un poco?
-Lena: ¿En serio?
-Kara: Sí, tu amiguito quiere jugar... - dijo, notando mi erección.
-Lena: ¿Estás segura?
-Kara: Ya te dije que quiero superarlo. Pero no puedo si no me ayudas...
-Lena: Está bien, vamos... - dije levantándome del sofá y tirando de ella con cuidado.
Tras hacer el amor, Kara se quedó dormida, abrazada a mí. La acariciaba el pelo, observándola y sonriendo al ver cómo ella cada vez se abría más a mí, en todos los sentidos.
Me quedé dormida poco después y, al despertar, vi a Kara buscando algo en el armario.
-Lena: ¿Qué haces?
-Kara: Busco algo cómodo que ponerme.
-Lena: ¿El pijama no es lo bastante cómodo? – pregunté sonriéndola, sin dejar de mirarla. Estaba preciosa.
-Kara: Mucho. Pero no es adecuado para salir a cenar.
-Lena: ¿Salir a cenar?
-Kara: Sí, he pensado que será mejor que quedarnos en casa y pedir algo. Me apetece salir un rato.
-Lena: ¿Estás segura?
-Kara: Sí... - dijo sonriéndome- Además, así estarás distraída y no pensarás en cosas que no debes.
-Lena: ¿Haces esto por mí?
-Kara: Amor... - dijo sentándose a mi lado y cogiendo mi rostro entre sus manos – Haría cualquier cosa por ti. Y si salir a cenar contigo hace que te entretengas y estés distraída un rato, perfecto. Quiero verte sonreír.
-Lena: Gracias...
-Kara: Así que venga, levanta y vístete.
-Lena: ¿Ya sabes qué ponerte?
-Kara: Sí...
Kara se puso unos pantalones cómodos y una camiseta, así que decidí hacer lo mismo. Kara quería comida italiana, así que fuimos a un pequeño restaurante junto a la playa, nada del otro mundo. Yo conducía esa noche, me relajaba.
Cuando terminamos de pedir, me llegó un mensaje al móvil.
-Lena: Son las medidas de las habitaciones de la casa.
-Kara: Genial, ya podemos mirar nuevos muebles.
-Lena: El sistema de seguridad estará terminado mañana a mediodía y pueden tener todos los cambios que hemos pedido, en dos semanas.
-Kara: ¿Dos semanas? Me parece bien.
-Lena: De acuerdo – dije contestando.
Cenamos tranquilamente, mientras Kara se preocupaba en darme conversación en todo momento.
-Kara: ¿Entonces te gustan los muebles en negro?
-Lena: Si tú los quieres negros, negros serán...
En ese momento, el móvil de Kara sonó.
-Kara: Mierda...
-Lena: ¿Qué pasa?
-Kara: Es Alex. Quiere saber si iremos mañana a su fiesta.
-Lena: ¿Qué fiesta?
-Kara: La de Halloween... Se me ha olvidado por completo...
-Lena: Bueno, es normal, tenemos muchas cosas en la cabeza últimamente – dije, cogiendo su mano.
-Kara: Me encanta esa fiesta... Y ni siquiera tengo disfraz.
-Lena: Buscaremos unos mañana.
-Kara: Sólo quedarán los que no quiere nadie.
-Lena: Dile a Alex que vengan a casa.
-Kara: No estarán sólo Alex y Sam. También Winn, Nia....
-Lena: Pues que vengan todos. Así haremos la primera y última gran fiesta en esa casa.
-Kara: Me parece bien... - dijo, escribiendo a Alex.
Tras la cena, volvíamos tranquilamente a casa, cuando Kara dio un bote en el asiento.
-Kara: ¡Para!
-Lena: ¿Qué pasa? – pregunté, frenando casi de golpe - ¡¿Estás bien, los bebés?! – dije, poniendo mis manos sobre el vientre de Kara.
-Kara: No. No es... - dijo mirándome – Estamos bien, tranquila...
-Lena: ¿Entonces por qué has gritado así?
-Kara: Espera aquí... - dijo saliendo del coche.
-Lena: ¡¿Dónde vas?!- grité, mirándola alejarse un poco. Volvió algo después, con algo entre los brazos - ¿Qué llevas ahí?
-Kara: Mira... - dijo, mostrándome un pequeño cachorro de color blanco.
-Lena: ¿Un perro?
-Kara: ¿Podemos quedárnoslo? Es muy pequeño, y está solo.
-Lena: Kara...
-Kara: Por favor... - dijo, haciendo un puchero – Mira qué carita.
-Lena: Está bien – dije suspirando – Pero serás tú quien lo saque a hacer sus cosas.
-Kara: No hay problema... ¿Cómo podemos llamarle?
-Lena: No lo sé... ¿Perro?
-Kara: ¿Pe...? ¿En serio? ¿Así vas a pensar los nombres para nuestros bebés? ¿Vas a llamarlos bebé uno y bebé dos? No te dejaré elegir ninguno de sus nombres, que lo sepas.
-Lena: No, claro que no, pero... -Suspiré de nuevo – Vale, ¿qué tal... Nieve?
-Kara: No... - dijo, mirándolo fijamente – Tiene que ser un nombre con fuerza.
-Lena: Con fuerza... Sólo se me ocurre... No, no es un buen nombre.
-Kara: ¿Cuál...?
-Lena: No importa.
-Kara: Dímelo...
-Lena: Krypto.
-Kara: Krypto... ¡Me gusta! Es un nombre genial, amor... - dijo besándome – Acabas de ganarte el elegir el nombre de uno de nuestros bebés.
-Lena: ¿Sólo uno?
-Kara: El otro es cosa mía.
-Lena: Vale... - dije besándola - ¿Podemos volver a casa ya?
-Kara: Sí... - dijo, abrazando al cachorro y sonriendo.
Me gustaba verla feliz, y era incapaz de negarle nada. Menos aún cuando sonreía de esa forma.
Cuando llegamos a casa, Kara entró casi corriendo.
-Lena: ¿Dónde vas?
-Kara: A darle un baño, está muy sucio.
-Lena: Quítate el abrigo al menos...
-Kara: Sí... - dijo quitándoselo, sin soltar al cachorro y tirándolo en el sofá - ¿Vienes?
-Lena: Voy enseguida. Veré si hay alguna toalla vieja para secarle.
Cuando fui al baño, después de coger una toalla, me quedé mirando a Kara, que estaba arrodillada junto a la bañera.
-Lena: ¿Por qué estás mojada?
-Kara: Creo que no le gusta el agua... Se puso un poco nervioso. – dijo mirándome y mirando luego el baño, todo mojado – Lo siento... Lo limpiaré cuando acabe.
-Lena: Kara, cariño... - dije apoyándome en la puerta y mirándola - ¿Crees que es buena idea tener un perro ahora? Ya vamos a tener bastante trabajo con dos bebés.
-Kara: Oh, dios... - dijo mirándome con cara de susto – Debí preguntarte antes. No te gustan los perros, ¿verdad, es eso?
-Lena: No, no es eso. Me gustan, pero...
-Kara: Le enseñaré a portarse bien, te lo prometo... – dijo levantándose y acercándose a mí- ¿Puede quedarse?
-Lena: Bueno, si no le ahogas antes... Has llenado demasiado la bañera, cariño... - dije, señalando al pobre perro que intentaba algo parecido a nadar para no hundirse.
-Kara: ¡Krypto! – dijo, corriendo a sacarle.- Dame la toalla. – dijo cogiéndola y secándole, como si fuera un bebé - ¿Sabes? Puede servirnos de entrenamiento antes de que nazcan los bebés.
-Lena: ¿Qué piensas hacer, ponerle pañales? – pregunté riéndome.
-Kara: No es una mala idea.
-Lena: ¿Hablas en serio? Entonces yo me encargaré de bañarlos. Tú los ahogarías.
-Kara: Toma, termina de secarlo, voy a llamar a Alex para hablar de la fiesta.
-Lena: Pero... Kara... - dije, cogiendo al pero que Kara había dejado entre mis manos y mirándolo como si fuera un marciano – No pienso ponerte pañales....
KARA
Dejé a Lena con el perro y fui a llamar a mi hermana.
-Kara: ¿Interrumpo? – pregunté cuando descolgó. Había tardado en cogerlo.
-Alex: Pues... Sí, la verdad es que sí. ¿Pasa algo, estás bien?
-Kara: No, todo está bien... Es que... quería saber si recibiste el mensaje.
-Alex: ¿El de hacer la fiesta en vuestra casa? Me parece genial. Pero, ¿seguro que podemos invitar a todo el mundo que iba a venir? Sabes que habrá gente de la universidad, y amistades de Sam...
-Kara: No hay problema... Además, servirá como fiesta de despedida de la casa. Lena y yo vamos a mudarnos a la que me dejaron mis padres.
-Alex: Me parece una gran ideeeeeaaaahhhh... ¡Sam!
-Kara: Creo que te he pillado demasiado ocupada...
-Sam: ¡Alex te llamará cuando acabemos! – la escuché decir. ¿Alex me había puesto en altavoz?
-Alex: Sólo será un minuto, cariño... ¿A qué hora hay que estar allí...? ¿Kara? ¿Hola....? ¡¿Kara?!
-Kara: ¡Sí!, perdona. Yo.... ¿Podrías venir por la mañana y vamos preparando todo?
-Alex: ¿A las Diez?
-Kara: Perfecto.
-Alex: Bien, nos vemos.
-Kara: Sí... Dile a Sam que siento la interrupción.
-Alex: Ya sabes que siendo tú no le importa.
-Sam: Sí que me importa, mañana me las pagará...
-Kara: ¿Me has puesto en altavoz, Alex?
-Alex: Por supuesto. Tengo las manos ocupadas, Kara...
-Kara: Ewww... No necesitaba saber eso. Os dejo, hasta mañana. – dije colgando – Qué asco.
-Lena: ¿Qué pasa?
-Kara: Las pillé divirtiéndose...
-Lena: Oh... ¿Qué hago con él?- preguntó, con Krypto en brazos.
-Kara: Deberíamos buscarle un sitio donde dormir. ¿Qué te parece si...?
-Lena: No dormirá con nosotras en la cama.
-Kara: ¿Cómo sabes que iba a decir eso?
-Lena: Porque te conozco lo suficiente... Toma, cógelo, veré si tengo toallas o sábanas viejas y le haremos una cama para él.
-Kara: ¿En el cuarto?
-Lena: No. En el salón.
-Kara: ¿Y si llora, o tiene miedo, o se siente solo? Mírale, es muy pequeño.
-Lena: No vas a convencerme, Kara – dijo cruzándose de brazos – No quiero que se suba y te haga daño sin querer. Es un cachorro y no mide las fuerzas. Lo entiendes, ¿verdad?
-Kara: Sí. – dije, no muy convencida. Aunque sabía que Lena tenía razón.
-Lena: Bien... Mañana lo llevarás al veterinario y luego iremos a por nuestros disfraces.
-Kara: Pero he quedado con Alex a las Diez.
-Lena: Mándale un mensaje y que venga después de comer.
-Kara: Está bien... - dije, cogiendo el móvil y mandándole un mensaje a mi hermana cambiando la hora. No recibí respuesta, así que supuse que seguía con las manos ocupadas.
-Lena: Voy a buscar las toallas... - dijo alejándose. Volvió poco después con varias sábanas y una manta, que colocó en el suelo, haciendo una cama cómoda para Krypto. O al menos lo parecía.
-Kara: Gracias, amor... - dije acercándome y dejando a Krypto en su cama. – Quédate ahí, ¿me oyes? Sé un perro bueno.
-Lena: Vamos a dormir, mañana será un día muy largo.
Nos fuimos a la cama y Lena cerró la puerta. Me tumbé, agotada, y poco después sentí a Lena tumbarse a mi lado, abrazándome y poniendo su mano sobre mi vientre, como siempre hacía.
-Kara: Buenas noches, amor. – dije, cerrando los ojos y durmiéndome rápidamente.
31 de Octubre de 2019
-Lena: ¡KARAAAAAA! – Gritó, despertándome. Miré el despertador. Las Siete y media de la mañana.
-Kara: ¿Qué pasa? – pregunté, asustada.
-Lena: ¡Que qué pasa?! ¡TU perro se ha hecho pis en MIS zapatos!
-Kara: ¿Qué...? ¿Tus...? – dije, mirando hacia el lugar en el que Lena solía dejar sus zapatos por la noche – Oh.
-Lena: ¿Se puede saber cómo ha entrado al cuarto? ¡Cerré la puerta anoche y ahora está abierta!
-Kara: Vaya, puede que... Haya sido culpa mía. Me entró hambre de madrugada y fui a comer algo, puede que olvidase cerrar la puerta al volver.-dije, mirándola con cara de arrepentimiento.
-Lena: Que me mires así no te va a librar de llevarte una buena bronca...
-Kara: Lo siento, amor. No sabía que haría eso... - dije levantándome y besándola con suavidad – No volverá a pasar, ¿me perdonas?
-Lena: Está bien – dijo- Vamos a desayunar, tenemos mucho que hacer hoy.
Cuando íbamos de camino a la cocina, vi que Lena se paró de golpe y palideció en cuanto pisó el salón.
-Kara: Lena, ¿estás bien...?
-Lena: No... ¡Mira qué desastre, Kara!
-Kara: Oh, dios.... – dije, mirando alrededor. El salón estaba lleno de relleno de cojín por todas partes. Los cojines estaban hechos pedazos y repartidos por todo el salón, igual que el sofá, completamente destrozado. También había un par de manchas amarillas en el suelo, señal de que Krypto se había hecho pis, y no sólo en los zapatos de Lena.
Lena empezó a moverse para ver si había más daños.
-Lena: ¡Mierda! – gritó, mirando al suelo.
Agaché la cabeza, mirando hacia donde ella miraba.
-Kara: Sí, definitivamente, es eso. Y lo acabas de pisar.
-Lena: Lo sé, cariño... - dijo en un tono que indicaba peligro – Como para no notarlo... ¡Voy descalza, Kara!
-Kara: Creo que deberías ir a lavarte...
-Lena: ¿Crees...? ¿No "crees" que debería dejármelo ahí todo el día?
-Kara: Bueno... Podrías disfrazarte de la caca sonriente del whatsapp. Total, el olor ya lo tienes... - dije, soltando una carcajada.
-Lena: No tiene gracia, Kara. Ninguna gracia. O enseñas a ese perro a comportarse antes de ir a la casa nueva, o no viene con nosotras.
-Kara: Es una broma, ¿verdad? – dije, poniéndome seria de golpe.
-Lena: ¿Me ves cara de estar bromeando? – dijo, cruzándose de brazos y alzando la ceja.
-Kara: No... La verdad es que no... - dije acercándome a Krypto - ¡Perro malo, eso no se hace!
-Lena: Voy a ducharme antes de que acabe vomitando del asco. Recoge todas esas... porquerías – dijo, dirigiéndose al baño a la pata coja, como buenamente podía.
-Kara: ¿Te ayudo?
-Lena: ¡NO! – Gruñó, cerrando con un portazo poco después.
Miré a Krypto.
-Kara: ¿Así agradeces que te hayamos rescatado?- Eres un.... – empecé a regañarle, hasta que él empezó a mirarme, medio lloriqueando – Encanto... ¿Cómo voy a regañarte con esa carita?
Cuando Lena volvió del baño, yo ya había recogido la caca y el pis y estaba terminando de barrer el relleno de los cojines. Miré a Lena, que parecía enfadada. Quise decirle algo, pero preferí callarme.
-Lena: Prepararé el desayuno.
-Kara: Vale... - dije, mientras Lena sacaba las tazas del armario. Dejé lo que estaba haciendo y me acerqué a ella, abrazándola por detrás. – Lo siento, amor... No sabía que haría esto.
-Lena: Está bien... - dijo, sin mirarme.
-Kara: ¿Estás enfadada?
-Lena: Me gustaba ese sofá.
-Kara: ¿Era muy caro...? Te compraré uno igual. Ahora puedo...
Lena se giró, mirándome.
-Lena: Kara...
-Kara: Lo sé, no es por el dinero... ¿Te lo regaló alguien especial...? De verdad que me siento fatal, amor...
-Lena: No, no me lo regaló nadie.... – dijo, suspirando y abrazándome –Quiero que tengas cuidado, ¿vale? Si sigue haciendo sus cosas por toda la casa, podrías resbalarte, caerte y... No quiero ni pensarlo.
-Kara: Tendré cuidado... - suspiré – Estaba pensando dejarle en la terraza, pero hace frío para eso...
-Lena: Encontraremos alguna forma de que no nos deje la casa llena de regalitos...
-Kara: Gracias...
-Lena: Siéntate mientras preparo el desayuno.
-Kara: Terminaré de recoger esto...
-Lena: Ya lo haré yo cuando volvamos, tú no te pases haciendo esfuerzos. – dijo besándome.
Asentí y me senté en la silla, mirándola. Sin duda, no podría tener a nadie mejor a mi lado.
Después de desayunar y vestirnos, cogimos los bolsos, a Krypto y fuimos al coche, sobre las nueve de la mañana.
-Lena: Procura que no se haga sus cosas en el coche...
-Kara: ¿Y cómo hago eso, le saco el culo por la ventanilla?
-Lena: Toma, una bolsa, que lo haga ahí dentro.
-Kara: Bueno... - dije cogiéndola.
La visita al veterinario fue algo más larga de lo que esperábamos. Revisaron a Krypto, le pusieron un chip, nos dieron un collar y una correa adecuados a su edad...
A las once, íbamos de camino al centro comercial. Además de nuestros disfraces, teníamos que comprar un montón de cosas para Krypto.
-Lena: Vamos primero a por los disfraces...
-Kara: ¿Por qué no dejas que yo me encargue de eso y tú vas con Krypto a comprar lo que necesita en la tienda de mascotas?
-Lena: ¿No puedo elegirlos contigo?
-Kara: Es que la comida de perros, pesa mucho y como tú no quieres que haga esfuerzos...
-Lena: Eres una chantajista, ¿lo sabías?
-Kara: Además, así Krypto y tú os vais acostumbrando el uno al otro.
-Lena: Está bien, pero a ver qué eliges...
-Kara: ¿No te fías de mí?
-Lena: No lo sé... Vamos Krypto... - dijo, empezando a caminar. Pero Krypto no se movió – He dicho vamos.... ¿Quieres moverte? ¡Venga!
-Kara: Si le gritas, no te hará caso. – dije agachándome y acariciándole detrás de las orejas – Ve con Lena, vamos. Sé bueno....
En ese momento, empezó a seguirla.
-Lena: Este chucho me odia.
-Kara: No le llames así....
Me entretuve demasiado en escoger los disfraces, pero al final vi unos perfectos para Lena y para mí. Y también compré uno para Krypto. Cuando salía de la tienda, vi a Lena caminar hacia mí con cara de pocos amigos, un par de bolsas y Krypto siendo medio arrastrado por ella.
-Lena: Toma, tu perro... - gruñó.
-Kara: ¿Qué ha pasado? ¿Sólo has comprado eso? – dije, cogiendo la correa.
-Lena: No. El resto llegará a casa en un par de horas. Un transportín, veinte kilos de comida para cachorros, un bozal, otra correa, juguetes... Ah, sí, y una docena de trajecitos ridículos para perro tamaño doberman sobre los que tu querido amigo se ha hecho pis.
-Kara: ¿Qué ha hecho qué?
-Lena: Lo que oyes. Además, ha mordido a la dependienta y ha destrozado dos camas para perros. Esto no es un perro Kara, es un demonio. O cambia, o te juro que....
-Kara: Buscaré un adiestrador, lo prometo... - dije, mirando a Krypto. Acaricié el rostro de Lena y la besé.
-Lena: ¡AU!
-Kara: ¡¿Qué, qué pasa?!
-Lena: Me ha mordido... ¡Tu pequeño monstruo me ha mordido!
-Kara: No te puede haber hecho mucho daño.
-Lena: Empiezo a arrepentirme de decirte que sí a quedarnos con él. Vamos a casa, hay mucho que hacer y luego has quedado con tu hermana.
-Kara: Sí... - dije mirándola.
Una vez en casa, terminamos de recoger el destrozo que Krypto había hecho la noche anterior. Luego Lena hizo la comida y comimos tranquilamente, tras echarle un poco de comida a Krypto en su cuenco.
Noté que Lena estaba demasiado callada y parecía pensativa. Cogí su mano, acariciándola y la miré.
-Kara: ¿Sigues enfadada?
-Lena: ¿Qué...?
-Kara: Estás muy callada – dije, intentando no llorar. No quería que Lena se enfadase conmigo.
-Lena: No... No estoy enfadada, Kara... - dijo sonriéndome – Es solo que... ¿Crees que debería invitar a mi madre a la fiesta?
-Kara: ¿A Lillian? Claro. También puedes invitar a Lionel y a Lex.
-Lena: No, no me refería a ellos. Además, ya tienen planes. Una gala benéfica o no sé qué... Me refería a... Helena. ¿Debería invitarla?
-Kara: ¿De verdad quieres mi opinión?
-Lena: Claro...
-Kara: Pues... Creo que es una buena idea. Eso os acercaría, podríais hablar, conoceros un poco más. Además, si te sientes muy agobiada, siempre puedes decir que debes atender al resto de tus invitados... O que yo te necesito.
-Lena: La llamaré entonces.
Me levanté y me acerqué a ella, sentándome sobre sus rodillas y rodeando su cuello con mis brazos, mientras ella intentaba rodear mi vientre con los suyos.
-Kara: Mejor ve a buscarla. Díselo en persona, cara a cara. ¿Quieres que te acompañe?
-Lena: No. Alex y tú tenéis que prepararlo todo. Por cierto, ¿de qué nos vamos a disfrazar?
-Kara: Ya lo verás luego. Es una sorpresa, pero te va a encantar.
-Lena: ¿Algún personaje histórico?
-Kara: No.
-Lena: ¿Algún dibujo animado?
-Kara: No.
-Lena: ¿Algún tipo de animal? ¿Dinosaurios?
-Kara: No voy a decírtelo. Tendrás que esperar y verlo luego.
-Lena: Está bien... - dijo besándome - ¿No quieres comer más?
-Kara: Estoy llena...
-Lena: Entonces recojamos esto, tu hermana no tardará en venir.
Después de recoger, nos sentamos en el sofá y, cinco minutos después, llamaron al timbre.
Lena se levantó para abrir y Krypto casi la tira al enredarse entre sus piernas para correr hasta la puerta y empezar a ladrar. Lena abrió después de soltar un bufido y Alex la miró.
-Alex: ¿Qué ha hecho Kara esta vez? Debe ser algo muy malo si en vez de gritarle, le ladras..... – dijo, dejando un montón de bolsas en el suelo.
-Lena: No soy yo, es esa bola de pelo con mala leche que tu hermana ha traído a casa – dijo señalando a Krypto.
-Kara: ¡Lena! – dije, levantándome y abrazando a mi hermana. – Hola...
-Alex: Hola... ¿Cómo estás? ¿Y mis sobrinos, te dan mucha guerra?
-Kara: No... Has traído muchas cosas, ¿no?
-Alex: Oye, si vais a mudaros y esta fiesta va a ser la única que deis en esta casa, debe ser una fiesta a lo grande. Tenemos mucho que hacer, así que vamos. Lena y yo haremos las partes altas y tú...
-Kara: No, Lena no puede ayudarnos. Tiene algo que hacer. Así que estaremos solas.
-Lena: Es cierto, lo siento – dijo mientras cogía su bolso y las llaves.
-Kara: ¿Estás bien? – pregunté, acercándome.
-Lena: Sí.
-Kara: Puedes hacerlo, amor. Si necesitas que vaya, sólo llama, ¿vale?
-Lena: Vale... - dijo acariciando mi mejilla.
-Kara: Te quiero... - dije besándola.
-Lena: Y yo a ti...
Cuando salió, Alex me miró.
-Alex: Así que un perro...
-Kara: Sí, se llama Krypto y es tu nuevo sobrino no humano.
-Alex: ¿Sobrino no humano?
-Kara: Sí... Bueno, ¿qué has traído? Déjame ver... - dije, cogiendo una bolsa y abriéndola – Telarañas y bichos asquerosos. Bien.... Espero que Krypto no se los coma.
-Alex: ¿Por qué se los iba a comer?
-Kara: Es un poco.... Rebelde. Está volviendo loca a Lena y sólo lleva unas horas con nosotras.
-Alex: Pobre Lena. ¿Tanto la odia, es que la pobre no tenía bastante con sufrirte a ti?
-Kara: ¡Oye!
-Alex: Venga, tenemos mucho que hacer. Lo dicho, yo haré las partes más altas, no quiero que te caigas de la escalera.
-Kara: Vale....
Cuatro horas después, la casa estaba llena de telarañas, arañas, gusanos, miembros cortados, sangre, y cualquier cosa horripilante que se pudiera imaginar.
-Alex: Está perfecto.
-Kara: A Lena le va a dar algo...
-Alex: De eso se trata, ¿no? – dijo riéndose - ¿Te parece bien que los invitados empiecen a llegar a las ocho?
-Kara: Sí. ¿De qué os disfrazareis Sam y tú?
-Alex: Ya lo verás... ¿Y vosotras?
-Kara: Ya lo verás...
En ese momento, la puerta se abrió y Lena entró en casa.
-Lena: ¿Qué habéis hecho aquí...?
-Kara: ¿te gusta?
-Lena: Bueno, es... Impresionante.
-Kara: ¿Qué tal ha ido, vendrá? ¿Aceptó tu invitación?
-Lena: Sí.... Aunque no pude hablar con ella directamente. Estaba fuera de la ciudad y tuve que llamarla, pero vendrá.
-Kara: ¿Y dónde has estado hasta ahora?
-Lena: Olvidamos comprar la comida para la fiesta... La traerán en una hora.
-Kara: Bien...
-Alex: Yo me voy, tengo que prepararme, faltan sólo dos horas. Nos vemos luego.
-Lena: Adiós, Alex. – dijo abrazándola.
-Kara: Hasta luego... - cuando se fue, miré a Lena - ¿Seguro que estás bien?
-Lena: Sí... ¿Y Krypto?
-Kara: Durmiendo en su cama, se ha portado bastante bien, la verdad.
-Lena: Bien, que siga así... ¿Te apetece una ducha antes de la fiesta?
-Kara: ¿Nos dará tiempo? Es dentro de dos horas....
-Lena: Creo que nos sobrarán unos diez minutos...
-Kara: Vamos entonces.
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